FÚTBOL FEMENINO

Pignagnoli fue apartada de su club al estar embarazada: "Me sentí un juguete viejo que había que tirar"

La portera italiana ha desvelado en Instagram el infierno que ha vivido tras ser excluida en el Lucchese de la Serie C.

Alice Pignagnoli, jugadora del Lucchese. /Instagram Alice Pignagnoli
Alice Pignagnoli, jugadora del Lucchese. Instagram Alice Pignagnoli
Mayca Jiménez

Mayca Jiménez

"Me sentía sola, inútil, incapaz y un juguete viejo que había que tirar". Así cuenta Alice Pignagnoli en su cuenta personal de Instagram cómo ha sido ser excluida por su club, el Lucchese de la Serie C, tras quedarse embarazada de su segundo hijo. A sus 34 años, la exjugadora del Milan en la Serie A pone de nuevo en manifiesto la falta de normalidad de la maternidad en el fútbol.

Según cuenta la propia guardameta, el Lucchese fue un "club hostil" que le ha creado una "herida profunda" que le perjudicó como "mujer, madre y deportista". "Han sido meses muy difíciles. Estar lejos del campo es, para mí, siempre un duelo en toda regla", añade Pignagnoli, que trabaja para mantenerse bien físicamente y volver a los terrenos de juego después de ser madre.

La portera, que tuvo a su primera hija en su etapa en el Cesena, de la Serie B, hace dos años y medio y que recibió un buen trato en este asunto entonces, ha denunciado lo sucedido en redes sociales y en algunos medios locales. "El entrenador y las compañeras fueron fantásticos, pero el club me dijo que ya no me pagarían a pesar de lo que estaba escrito en el contrato y poco a poco me empezaron a excluir del equipo", desveló en declaraciones recogidas en Repubblica.

La portera italiana detalla en este medio cómo le fueron excluyendo progresivamente de la disciplina del club: "Primero me pidieron que devolviera el material deportivo a pesar de mi afiliación hasta final de temporada, luego que liberara mi lugar para dormir, y de hecho me echaron del equipo sin decir una palabra. (...). Me empezaron a decir que no me iban a pagar los atrasos y eso duró hasta esta mañana, cuando le informaron a mi abogado que finalmente se habían pagado".

Una postura muy contraria a lo que Pignagnoli esperaba después de la buena experiencia en el Cesena, en el que volvió a jugar 100 días después de nacer su primera hija y no tuvo ningún problema con el pago de su salario. Ahora, la jugadora mira al futuro con la ilusión de encontrar un club que le ofrezca un contrato. "Estoy trabajando duro para estar lo más en forma posible y volver al campo, aunque será mucho más difícil que la primera vez porque tendré una niña de tres años y el recién nacido. Estoy disfrutando de mi embarazo, luego veremos si alguien quiere darle una oportunidad a una mamá", afirma.

El Lucchese alega falta de experiencia en este asunto

Por su parte, el Lucchese ha informado de que realizó el pago de los salarios atrasados el pasado 19 de diciembre y, según el Corriere della Sera, ha justificado su postura alegando que es la primera vez que tienen a una jugadora embarazada y que estaba en conversaciones con la Federación italiana para ver cómo actuar en el pago del salario. Ahora, el club pagará a Alicia hasta enero. Del resto de mensualidades se hará cargo la Federación a través del fondo de maternidad.

Pese a ello, el caso de Pignagnoli vuelve a poner en manifiesto que la maternidad sigue siendo una asignatura pendiente en el fútbol femenino. Si bien es cierto que los esfuerzos de muchos clubes y organismos (la FIFA anunció un paquete de medidas para proteger a las jugadoras) es seguir mejorando en esta materia en los últimos años, la falta de normalidad sigue latente.

Alharilla o Alex Morgan, otros ejemplos de futbolistas y madres

En España, por ejemplo, Alharilla se ha convertido en los últimos meses en la primera jugadora en volver a los terrenos de juego en la élite tras ser madre. La jugadora del Levante en uno de los casos que están emergiendo en los últimos años después de que hayan surgido convenios como el de la Liga española, en el que aún queda por definir el protocolo a seguir, pero se obliga al club a renovar a la jugadora en el caso de quedarse embarazada.

Así, Alharilla o Pignagnoli siguen derribando barreras en la lucha por un fútbol en el que la maternidad no sea nunca un inconveniente. También ha sido clave la visibilidad que le han dado a esta causa jugadoras mediáticas como Alex Morgan, que contribuyó a normalizar la maternidad tras tener a su primera hija.

"Sueño un mundo de amor donde las mujeres sean apoyadas en una de las tareas más grandes y difíciles a las que se enfrentan: no sólo generar vida, sino no sentirse "mal" acerca de sus decisiones. Un mundo donde las mujeres sean valoradas por su valor y no por la cantidad de hijos que tienen o no tienen", sentencia Pignagnoli en una reivindicación en la que todavía queda mucho por lo que luchar. Ser madre y futbolista es posible. Y Pignagnoli, Alharilla y otras muchas lo están demostrando.