El plan de Luis García para ascender al Espanyol: Darder, medicina contra las caras largas… y modelo Borussia Dortmund
El asturiano tiene clara la hoja de ruta para regresar a Primera, a pesar del retraso en la planificación.
Luis García tiene un Espanyol en su cabeza. Está muy lejos del actual, pero no eludirá el reto, perico como es, ambicioso y valiente. No hay tiempo para seguir en la lona tras el K.O. del descenso. Al contrario, el asturiano tiene prisa por empezar a construir. Debajo de sus pelos de punta fluyen las ideas, por mucho que la estructura interna del club no sea lo ágil que a él le gustaría. A mediados de junio no hay director deportivo tras la salida de un Domingo Catoira que tampoco dejó avanzada la planificación. Cuando llegue el sustituto le espera un entrenador que tiene muy claro lo que necesita para volver a Primera.
Desde la distancia antes, desde dentro ahora, Luis sabe qué club debe ser modelo para el Espanyol: el Borussia Dortmund. Por ciudad, masa social y posibilidades, el asturiano, protagonista de una de las etapas más exitosas del club perico, considera que el proyecto necesita de un rumbo, de personas de fútbol, que conozcan la casa y el mercado español; más tiempo, lógicamente. Para que la cantera recupere el brillo perdido y para que el primer equipo vuelva a la estabilidad dilapidada. Ningún descenso en 26 temporadas. Dos en tres.
Un club al que los jugadores jóvenes quieran ir. Porque les van a dar responsabilidad, porque van a rendir y crecer y, llegado el momento, no se les bloqueará con cláusulas prohibitivas, sino que se aceptaría vender. Generar un ecosistema de rendimiento deportivo con oportunidades para aquellos que las merecen. Un modelo sostenible, con profesionales que sepan lo que es el Espanyol porque lo vivieron desde dentro.
Sin embargo, eso está lejos. El CEO del club, Mao Ye, no es un hombre de fútbol. Su ascenso se inició cuando asistió como traductor en las negociaciones para la venta. Tras poco más de un año en el cargo después de la salida de José María Durán, es él por quien pasa toda comunicación con el propietario, Chen Yansheng. En aquel enero de 2016, Chen dijo que el objetivo era "estar en Champions en tres años". En 2020, el equipo descendió a Segunda. Sánchez Llibre, que fue quien vendió a Chen, no mira para otro lado. A su manera, está moviendo hilos para ayudar a levantar el club.
En lo deportivo, la plantilla dependerá mucho de las salidas. Un pequeño grupo de jugadores tiene la oportunidad de irse cedido si un equipo iguala su salario. Es el caso de Joselu, cuyo fichaje por el Madrid se puede dar por hecho. Pacheco, Darder o Cabrera están en una situación parecida. Pero no será fácil que se igualen esos emolumentos y además con una cesión, porque luego hay que volver y reencontrarse con los compañeros y afición a los que se dio la espalda en Segunda. Además, ya se sabe de la dureza de Chen para quien quiere forzar su salida si no le encaja al Espanyol. RDT puede explicarlo.
Así las cosas, el sueño de Luis pasa por la continuidad de Darder. Jugador referencia en lo deportivo y lo social, ya se quedó para ascender al equipo hace tres años. El desgaste emocional sufrido por Sergi sin embargo dificulta que quiera repetir experiencia. Pero si alguien puede convencerle es García: de perico a perico. Con Darder es una cosa. Sin él, horror vacui. En la operación de Joselu se espera rascar algún jugador del Castilla que pueda resultar interesante, aunque un hipotético ascenso complicará la salida de los que más destacan. Más allá de otros jugadores que llegarán pero cuyas negociaciones no han empezado al no haber director deportivo.
Con una ayuda al descenso de casi 20 millones de euros pero con el límite salarial excedido automáticamente por el descenso, habrá salidas, pero seguramente muchas menos de las que parecen. Se empezará la pretemporada con jugadores deseosos de irse, pero a algunos no les quedará más remedio que aceptar su continuidad. El asturiano intuye que le tocará lidiar con situaciones así, pero no lo teme. Su discurso ya caló en el grupo en las semanas que dirigió al equipo en Primera. Tiene la medicina para ello. Y el plan para devolver al Espanyol a Primera. Por mucho que la situación del club esté lejos de lo esperado, Luis García no abandonará el barco. Al contrario, con él hay capitán para salir de la tormenta.