De Bruyne y Haaland asustan y el City le da un golpe a la Premier League

Llegaba el City de ganar ocho de los últimos nueve partidos de Premier League, como un tiro, al partido del año. ¿Una final? No, pero casi. Porque el Arsenal conseguía empates pero no sumaba de a tres y los de Guardiola se acercaban a la cima del campeonato. El Etihad hospedaba el trofeo de la Premier League y el ambiente era de día grande.

Entonces el equipo de Guardiola no quiso decepcionar a su público y salió con todo. Comandados por Kevin De Bruyne y Erling Haaland, el Etihad Stadium vibró como nunca, sabiendo que este partido era clave. A pesar de Ramsdale, a pesar de la poca puntería del noruego... le primer tiempo fue arrollador y en el minuto 55 de partido el marcador ya ponía 3-0 con goles de De Bruyne por partida doble y Stones de cabeza. En los últimos minutos y tras un córner, Holding marcó el gol del honor tras una dejada involuntaria de Trossard pero ya era un poco tarde, el City todavía esperaba por el gol de Haaland, se ponía a dos del líder con dos partidos menos y el Etihad, por momentos, se sentía campeón.

Haaland recibiendo de espaldas, controlando, acomodando su cuerpo y dejándosela a De Bruyne para que el belga encare, amague y remate. Nada de cuarenta toques antes de llegar al área, la presencia del noruego cambia el juego del City de Guardiola pero eso no quiere decir que sea para mal. El conjunto del entrenador catalán puede cambiar de registro según cambie las necesidades del partido y esto en una liga como la Premier, en una competición como la Champions o en una temporada tan larga, puede ser clave. El City golpeaba primero con el belga y Pep festejaba.

Sí, amigo, tenemos que hablar de que la gran clave de este City es su nueva cara en fase defensiva. Porque hubo momentos de duda al principio de temporada, incluso Guardiola cambió de sistema, metió cuatro centrales, sin laterales, hoy volvió a jugar con Walker... pero la gran mejoría en defensa viene desde la intensidad de todos sus jugadores y el ejemplo más claro es Grealish. El de Birminghan, desde la banda izquierda, ayuda a su lateral (o quien juegue en esa zona), al centro del campo y a todos. Rodri es el ancla y cada día se afianza más en el centro del campo 'skyblue' y el nivel de Stones es una cosa muy seria. La defensa gana campeonatos y Pep lo sabe.

No lo podría haber contado mejor que Gonzalo. Porque los de Arteta estaban totalmente fuera del partido. La inclusión de Holding fue obligada pero el City a sabiendas que esa zona era la más frágil y con Ben White sin poder llegar a cubrir todos los huecos, potenció el ir por dentro con la pareja de moda, De Bruyne - Haaland. Así llegó el gol y dos de las tres oportunidades más claras para ampliar el marcador en la primera parte.

Párrafo aparte para Ramsdale, que tras los fallos del último día contra el Southampton, hoy se estaba reivindicando negándole por activa y por pasiva el gol al bueno de Haaland, aunque no pudo hacer lo mismo con Stones, que además de defender como el mejor del mundo, remató un centro de De Bruyne en el último minuto del primer tiempo y tras la decisión del VAR, el gol sumó al marcador. 

Por supuesto, el belga merecía un capítulo aparte. Porque defiende, corre, juega, asiste y marca. Lo tiene todo, es el jugador más especial del equipo de Pep Guardiola, el que si está bien, el equipo funciona. El entrenador le pidió ir al espacio que dejó el noruego y el mediapunta lo entendió a la perfección. Con dos goles y una asistencia en menos de una hora, la Premier estaba más cerca gracias a la actuación del exjugador del Chelsea.

Mientras el City goleaba y dominaba, Julián Álvarez se desvestía y preparaba para entrar en la banda. Entonces el primer pensamiento de Guardiola seguramente fue: "Bueno, hay que darle descanso al 'androide'. ¿Pero cómo calmar al noruego si no marca? Guardiola quiso darle más minutos para encontrar su gol, porque el partido no fue malo, fue buenísimo, jugando de espaldas, asistiendo. Solo Ramsdale le negó el gol al mejor delantero centro del mundo pero Pep quería intentar revertir esta situación sobre el final. Y Guardiola de esto sabe mucho, muchísimo. Porque Haaland esperó, se soltó la melena (literalmente), lo buscó y lo encontró. 33 goles del noruego en Premier League, a uno del récord. El partido terminaba con este gol y el Etihad explotaba de júbilo.