La emoción duró 78 segundos: Foden decide la cuarta premier seguida del City de Guardiola

La Premier estaba en juego. En el Etihad Stadium y en el Emirates. Uno de los dos estadios celebraría y el otro lloraría una derrota. Estaba en las manos de los de Pep Guardiola que no pensaban fallar... y no fallaron. Un nuevo título de liga para los de Mánchester, un nuevo título para Pep Guardiola y la 'Dinastía Skyblue' volviendo a demostrar que en Inglaterra, nadie le tose.

Son cuatro títulos en las últimas cuatro temporadas. Seis títulos de los últimos siete. Es una auténtica barbaridad lo que ha conseguido Guardiola con los suyos. Porque estaba vez, desde que se quedaron fuera de la pelea por la Champions, no dieron opción a un Arsenal que mejor no lo podía hacer. 78 segundos duró la ilusión en el Emirates, 78 segundos tardó en vibrar el Etihad Stadium.

Y el culpable fue Foden, elegido mejor jugador de la Premier League. Otra vez un inglés, algo que no ocurría desde la temporada 2009/10 cuando lo ganó el jugador del rival de Mánchester, Wayne Rooney. El joven de la cantera, el '47', demostró que ya no es un actor secundario de este equipo, si no que ya es una de las figuras diferenciales. Metió el primer tanto. Metió el segundo. En 20 minutos la Premier ya estaba encarrilada y uno de los ídolos de la afición disfrutaba como un niño pequeño en el jardín de su casa.

96 goles a favor, 34 goles en contra y 91 puntos para el equipo de Guardiola. El Arsenal lo ha intentado de nuevo, pero contra ellos es casi imposible festejar un título de 38 jornadas. La marea humana de los hinchas del City inundó el césped del Etihad Stadium, los jugadores pedían por favor calma y, a falta de la FA Cup del próximo sábado en Wembley, ya todos recordarán al City de Foden como campeón de la Premier League.

En Londres, mientras el City ganaba, todos estaban pendientes del teléfono. Y la notificación del gol del equipo de Guardiola llegó demasiado pronto. Porque todos esperaban en los 'Gunners' una pequeña ayuda de sus vecinos londinenses del West Ham, algo que nunca llegó. Los goles caían en Mánchester y así era más difícil concentrarse para conseguir los tres puntos. Y la afición lo sabía y no apretaba mucho, el ambiente era un poco triste.

Cuando todo estaba tranquilo, el Everton aprovechó su momento. Porque los de Liverpool querían también su protagonismo y Gana Gueye con mucha fortuna marcó de rebote tras un libre directo. El Arsenal necesitaba un 'cachetazo' para despertarse en el partido y Tomiyasu empató tres minutos después. Lo mejor llegó cuando la 'campanita' de los móviles de los aficionados en el Emirates sonaba de nuevo porque había gol en el Etihad, pero en esta ocasión era Kudus el que marcaba el 2-1 y ponía un poco de emoción en la tarde inglesa.

Otras de las figuras del City aparecieron. Esta vez le tocó al español Rodrigo, quizá al mejor centrocampista central del mundo. Con el equipo volcado, tocando en el borde del área, Foden se dio cuenta de la llegada de su compañero desde segunda línea y, como tantas veces, puso el interior del pie derecho para batir a Areola. Con él, el City no pierde (ya son 74 partidos seguidos sin perder). Sin él, el City sufre más. Una pieza clave del equipo de Guardiola que aparecía para poner el 3-1 en el Etihad Stadium.

Todos estaban contentos en el Etihad menos él. El noruego veía cómo se le escapaba el gol, lo intentaba de todas maneras e incluso tuvo dos ocasiones claras debajo de la portería del portero francés, pero no encontraba su ocasión clara para marcar. El gran delantero de este equipo sabía que la temporada se terminaba pero que le quedaba la FA Cup. Él más que nadie quiere terminar de la mejor manera porque sabe que mientras muchos de sus compañeros estarán en la Eurocopa o en la Copa América, él estará de vacaciones.

Los hinchas del Manchester City no quieren cansarse de ganar y demuestran, temporada a temporada, que todavía siguen teniendo hambre. Porque han testado muchos años a la sombra del United y porque saben que esto no es normal. Un equipo para la historia con una afición que sigue soñando semana a semana.