PREMIER LEAGUE | ARSENAL 1-MANCHESTER CITY 3

Así le ha enseñado Guardiola a Arteta quién sigue mandando en la Premier League

El Manchester City se ha impuesto con contundencia en un partido parejo que se ha decantado por la mayor pegada de los visitantes.

Así le ha enseñado Guardiola a Arteta quién sigue mandando en la Premier League
Albert Blaya

Albert Blaya

No hay equipo en el mundo más regular y burocrático, en el sentido más contundente de la palabra, que el Manchester City de Pep Guardiola. Aprieta aunque parezca que solo roce, ahoga cuando solo abraza, es un equipo repleto de experiencia ganadora y con una plantilla tan extensa como talentosa que, llegada la cuesta más dura de la temporada, parece tener un plus más que su rival. Y tiene a Pep, quien sigue siendo el rey a la hora de confeccionar equipos que parezcan imbatibles en el día a día. El Arsenal de Arteta deberá seguir remando.

Pep Guardiola: "En la primera parte fueron mejores, pero en la segunda dimos un pase adelante".VÍDEO: FERNANDO FRAILE

No hay nada que reprocharle a los londinenses, que han jugado un partido que, de no ser por la crueldad del City, tendría otra lectura. Arteta tenía claro el guion inicial y Guardiola ajustó con una presión distinta. Sus extremos (Mahrez y Grealish) se cerrarían mucho tapando el pase interior mientras que Bernardo, en fase defensiva ejerciendo de lateral zurdo, sería el encargado de encimar a Saka en cada recepción, negándole el giro. El Arsenal no tuvo opciones de pase por dentro en inicio, viendo su camino cortado, como si hubiese caído un enorme tronco en medio de la carretera. Pero Arteta reaccionó.

Los primeros 25 minutos daban la sensación de estar asistiendo en directo a un duelo de pizarras de acción-reacción, como si Arteta y Guardiola fuesen retándose con matices y ajustes constantes viendo qué paso tomaba su rival. Un reto para el ojo del espectador, preguntas sin cesar para sus jugadores. Decidió el vasco situar a Zinchenko, normalmente cerrado como centrocampista, como lateral largo, fijándolo muy arriba y metiendo al extremo, Martinelli, a la espalda de Rodri. Desde ahí, el Arsenal empezó a clavar pequeños clavos al City, maniatando su estrucutra, buscando fijarlo en la cruz. Pero se necesitan mucho más que cuatro clavos para fijar a Haaland, aunque parezca que su cuerpo no se mueve.

Arteta: "Es una pena porque les hemos tenido".VÍDEO: FERNANDO FRAILE

Enfrentarse a Pep es ya de por sí un reto, pues fuerza al entrenador rival no solo a tener un plan de partido hiper medido, sino a ser ágil en el directo, a tomar decisiones cuando ve que Guardiola se mueve antes. Pero Haaland lleva esa dificultad a un punto demasiado alto como para medirlo. El noruego es una amenaza constante, aunque esté fuera de plano. No necesita copar imagen para hacerse notar, tensando a todos quienes se acercan a él. Condiciona y exige y, claro, el rival siempre está más cerca del fallo. Jugar contra Haaland es andar con mareos. Tarde o temprano, caerás.

Cuando el City parecía que había perdido ese fuego interno necesario para competir ante un equipo sediento de títulos y con la ilusión intacta, Guardiola ha vuelto a agitar el árbol. Sin Cancelo, sistema de tres centrales, cuatro centrocampistas y tres delanteros, con Bernardo Silva, futbolista mayúsculo, siendo la bisagra que le permite cambiar de estado. De gaseoso a sólido y a líquido en un abrir y cerrar de ojos. Un alquimista que contiene todos los secretos. Ahí, el City puede adpotar una versión más pragmática y esperar que Gündogan y De Bruyne puedan aparecer entre líneas y lanzar a sus compañeros. Es jugar sabiendo que esto sucederá, porque con Haaland el fútbol tiene aquello que te dan solo los muy, muy mejores; certezas.

Arteta todavía no las tiene. Su Arsenal posee muchas otras cosas, algunas de muy valiosas, pero todavía a prueba de bomba. Sería injusto tildar de decepción, aunque el resultado invite a ello, algo que es, hasta cierto punto, lógico. El camino del Arsenal pasa por llegar al título sin ninguna certeza salvo la que le da Arteta y el convencimiento de que, con esta idea, llegarán a buen puerto. Guardiola confirma que sigue siendo el mejor cuando el precipicio se empieza a apreciar.