Pep Guardiola desmonta la moda de los neceseres de los futbolistas: "Ha venido sin pasta de dientes, sin nada, solo a jugar al fútbol"
El técnico catalán elogió la actitud de su nuevo fichaje, Abdukodir Khusanov, a pesar de que no sabe hablar inglés.

Si algún día ves a un futbolista que entra al estadio sin un neceser bajo el brazo, no lo dudes: pide un deseo. Ya es habitual esa imagen en la que los jugadores convocados se bajan del autobús y se dirigen al interior del estadio vestidos con el chándal del equipo antes de un partido. El grado de concentración es máximo: algunos optan por ponerse unos auriculares -o por unos cascos en toda regla-, mientras que otros apenas llevan una mochila a su espalda. Y hay otro grupo, el más numeroso de todos, que bajo el brazo lleva consigo un neceser. ¿Por qué tantos neceseres?
Desde un primer equipo hasta cualquier equipo filial, los neceseres de los futbolistas se han convertido en uno de los complementos más habituales en los fines de semana de partido. Los neceseres no entienden de categorías. Es, incluso, una señal de nivel en muchos casos. "Subes al primer equipo y lo primero que te compras es un neceser. A mí el primero me lo regalaron: 450 pavos de Louis Vuitton, ahora valdrá todavía más", cuenta un jugador en activo que prefiere no revelar su nombre.
¿Y qué llevan dentro del neceser? Aunque puedas pensar que en un vestuario de primer nivel hay de todo a disposición de los jugadores, muchos llevan sus productos personales: cremas, champú, cepillo de dientes, colonia, desodorantes...
"Mi primer neceser me lo regalaron: 450 pavos de Louis Vuitton, ahora valdrá todavía más"
Esta misma semana, Pep Guardiola sorprendió en rueda de prensa a la hora de elogiar a uno de sus fichajes invernales, el uzbeko Abdukodir Khusanov. Después de un nefasto debut ante el Chelsea -regaló un gol y fue amonestado en sus primeros cinco minutos con la camiseta del Manchester City-, el joven central se ha repuesto a las mil maravillas y los citizens ya se frotan las manos con él. A su proyección futura (20 años) se le suman unas cualidades futbolísticas que ya están sorprendiendo: "Es muy rápido, es muy, muy veloz. Con el balón y la calidad del pase, es extraordinario. Rompe las líneas, tenemos un problema con nuestros defensas centrales para hacer una jugada y romper las líneas, pero él tiene la capacidad de hacerlo", dice el catalán.
A pesar de no saber inglés ni tampoco ningún idioma que se hable fluidez en el vestuario del Manchester City (Khusanov habla ruso y uzbeko), su personalidad ya ha calado entre las estrellas que dirige Guardiola: "Lo que me gusta es que ya es muy querido en el vestuario", explicó tras ganar este miércoles al Tottenham. "Hoy viajó sin cepillo de dientes, sin nada, sin neceser. Llegó aquí para jugar al fútbol. Cuando hablas con él, se ríe, se ríe, se ríe cada vez".
Así que Khusanov llegó a un partido de la Premier League sin cepillo de dientes, dijo Guardiola, y sin un neceser como la gran mayoría de sus compañeros. La realidad, según el vídeo que colgaron en las redes del Manchester City, es que el uzbeko sí llevaba algo, pero sirve como ejemplo perfecto de lo poco habitual que es el caso que hasta sorprendió a su entrenador y lo contó como anécdota.

Otro futbolista de LaLiga preguntado por Relevo desvela que el neceser, en algunas ocasiones, es algo parecido a un deber moral como futbolista: "Ahora ya no, pero al principio lo llevaba casi vacío con un desodorante o una colonia", cuenta entre risas.
Hace varios años, Raúl puso varias normas a su plantilla cuando se convirtió en nuevo entrenador del Real Madrid Castilla. El exfutbolista blanco, consciente de lo importante que también era la imagen de una cantera como la del Real Madrid, impuso algunas normas que todos debían cumplir: nada de mochilas de Louis Vuitton de 600 euros, nada de auriculares caros, nada de marcas personales. Los futbolistas tenían que acudir a los partidos con la ropa que facilita el club, incluyendo las zapatillas.
Es evidente que hay muchos entrenadores, sobre todo en equipos de formación con futbolistas que todavía no están consagrados en la élite, que intentan poner filtros en la imagen que se da al exterior. Que sea poco ostentosa. Cuando se trata de una plantilla de élite, los millones de euros saltan a la vista. En los cascos, en las zapatillas y, por supuesto, en las mochilas o los neceseres. "La gente lo adora porque es silencioso, trabajador, sin quejas, tan humilde, y estoy bastante seguro de que nuestros fans lo amarán", concluyó Guardiola sobre Khusanov, el futbolista sin neceser.