El Liverpool más irregular

Cuando parece que arrancan, frenan. Cuando le ahogan las dudas, ganan dos partidos. El Liverpool no encuentra el ritmo en esta temporada: fuera de posiciones europeas, a 11 puntos del liderato con un partido más y con errores individuales y colectivos que estaban fuera de catálogo en los años precedentes, cuando los de Jürgen Klopp han peleado de tú a tú por el título liguero.

Aunque las bajas por lesiones han golpeado como pocas veces antes, hay más motivos para pensar que este bache del Liverpool es grave. Los reds ya han disputado cinco partidos a domicilio en la Premier League y todavía no han ganado: dos empates y tres derrotas (dos puntos de 15 posibles lejos de Anfield), la última contra el Nottingham Forest, colista de la competición, que aprovechó un error visitante para hacer daño y luego fue sostenido por un excelso Dean Henderson.

Los datos no mienten y enseñan de la forma más cruda la realidad de este Liverpool: los reds suman tres derrotas en sus primeras 11 jornadas de la Premier League, una más de todas las que acumularon en la temporada anterior (dos en 38 partidos). Esto significa principalmente una cosa, decisiva de cara al título final, y es que no pueden competir una liga que por tendencia se va hasta los 90 puntos.

Ni Luis Díaz, ni Diogo Jota volverán a jugar hasta después del Mundial. Oxlade-Chamberlain, Jones, Arthur, Keita o Thiago han sido o son baja de forma recurrente en la medular, mientras que Robertson no estuvo disponible durante semanas. En la línea defensiva, más de lo mismo. Si a todo ello le sumamos que Van Dijk, Salah o Fabinho no han conseguido mantener el listón, el resultado es un Liverpool mucho más endeble, mucho más batible.

Quien ha sostenido a los suyos en momentos críticos ha sido Alisson, clave contra el Manchester City (paradón a Haaland y asistencia a Salah), clave contra el West Ham (detuvo un penalti a Bowen) y el mejor una vez más, a pesar de la derrota, contra el Forest.

El partido contra el Nottingham Forest tiene un gran señalado. Joe Gomez cometió un error que desencadenó en el gol de Awoniyi, dando así continuidad al penalti que cometió entre semana contra el West Ham. Las ausencias de Matip y de Konaté le han dado una oportunidad en el centro de la zaga junto a Van Dijk, pero no ha sabido replicar el rendimiento que ofreció ante el Manchester City.