PREMIER LEAGUE

Paul Gascoigne confiesa la gran "vergüenza" de su carrera y la pesadilla que le persigue como jugador

El exinternacional inglés ha concedido una entrevista en la que repasa algunos de los momentos más polémicos.

Paul Gascoigne junto a Teddy Sheringman./AFP
Paul Gascoigne junto a Teddy Sheringman. AFP
Guillermo García

Guillermo García

Paul Gascoigne es una de las figuras más polémicas de la historia del fútbol. Casi más conocido por sus polémicas fuera del terreno de juego que por sus goles en el césped, el centrocampista sigue siendo una de las grandes leyendas del fútbol británico y una fuente inagotable de titulares cuando tiene un micrófono delante, como ha vuelto a demostrar en una entrevista concedida al Daily Mirror.

Una charla en la que Gazza ha desvelado el momento que más le avergüenza de su carrera y que nada tiene que ver con lo que sucedía fuera de los terrenos de juego. El centrocampista nacido en Dunston ha confesado que en sus primeros años de carrera necesitaba que un compañero le hiciera de traductor porque no se le entendía con su acento 'geordie', una forma de hablar propia de la zona de Newcastle y que es difícil de entender para los que no son de allí.

"Nadie podía entender una palabra de lo que estaba diciendo. Tuvieron que conseguir que Chris Waddle me tradujera durante el entrenamiento. fue realmente vergonzoso", recuerda Gazza, que necesitó de la acción de su compañero, nacido también en la misma zona, para poder integrarse en el vestuario del Tottenham, que pagó 2,2 millones de libras por él en 1988.

Paul Gascoigne con Inglaterra. AP
Paul Gascoigne con Inglaterra. AP

Gascoigne asegura que ahora mismo no ve demasiado fútbol en televisión porque sigue añorando el juego y recuerda uno de los peores momentos de su carrera deportiva. "Soy un tesoro nacional por la semifinal de la Eurocopa 96 contra Alemania. Casi ganamos y estuve a un paso de marcar, pero no puedo verlo en televisión. Tengo estos estúpidos flashbacks, es una pesadilla, así que trato de no pensar demasiado ni insistir en el pasado. Eso me mete en problemas".

Unos problemas que en su caso tienen forma de botella, el rival al que más veces se ha enfrentado en su carrera y al que parece que va venciendo en un partido interminable. "Como alcohólico sabes que puedes recaer. Vi al Príncipe William en una visita real a Bournemouth y le di un beso. Me reconoció y dijo que estaba pendiente de cómo estaba. Mantenerse ocupado es la clave. No creo que haya superado mi adicción, en cuanto tienes un mal día... Lo que hay que hacer es intentar disfrutar de los buenos días cuando puedas".