Pedro Porro no pudo despedirse de su mejor amigo: "Ayudé a su familia, ahora sé que descansa en paz"
El jugador del Tottenham ha desvelado en una entrevista que se hizo cargo de los gastos de repatriación de su inseparable amigo de la infancia.

Detrás de un futbolista de éxito, también hay una persona con sus problemas. Incluso peor, porque un deportista de élite no se puede permitir tener un mal día, no dar la talla o estar desconectado de los entrenamientos. Pedro Porro vive los mejores momentos de su carrera deportiva como jugador del Tottenham, pero recientemente tuvo que asumir un importante duelo personal y no le ha quedado otra que compaginarlo con su estresante día a día. Lo ha desvelado en una entrevista a The Telegraph, en la que narra con detalle cómo lidió con la muerte de su mejor amigo de la infancia.
El tiempo les había separado, pero Pedro Porro recordaba con detalle cómo fue el día que se conocieron. "Vivíamos cerca y un día llamó a mi puerta. Se presentó, fuimos juntos al colegio y de ahí en adelante fuimos inseparables durante años", rememora. Aquella llamada convirtió a dos niños en uña y carne. Probablemente él vería todos los progresos de Pedro Porro en el patio de la escuela y cómo ya se veía que llegaría lejos en el mundo del fútbol.
Recientemente, Pedro Porro recibió la peor de las noticias. "Hace poco me enteré que estaba enfermo. Tenía un tumor en el riñón que se extendió a la cabeza y lamentablemente todo pasó muy rápido. No tuve tiempo de despedirme de él", cuenta en su amplia entrevista en The Telegraph. Una noticia que le dejó en estado de shock. Su inseparable compañero de la infancia tenía una enfermedad mortal, sin apenas esperanza de supervivencia. Y él no podía hacer nada para ayudarle.
En cuestión de un tiempo, su gran amigo falleció, provocando un inmenso dolor en Pedro Porro. Pero aún podía hacer algo para honrar su memoria. Pese a que él, aun habiendo crecido en las mismas condiciones, ha acabado ganando millones y representando a un equipo de fútbol de élite europea, su compañero llevó una vida normal, con un trabajo y sin una situación económica suficiente como para permitirse los lujos a los que todo futbolista puede acostumbrarse.
Por ello, su amigo lidió con el adiós de su familia y con problemas económicos que incluso afectan a lo más básico para despedir a un ser querido. Pedro Porro lo cuenta: "No tuve tiempo para despedirme de él. Sin embargo, descubrí que su familia, que había regresado a Marruecos, no podía afrontar los gastos de repatriación y me ofrecía a ayudarlos en lo que fuera necesario. Ahora sé que descansa en paz con su familia".
La ayuda de Pedro Porro ha permitido a su familia poder dar el último adiós a un joven que no pudo superar una dura enfermedad. Todo comenzó con una llamada a un timbre y un viaje con él durante años. El tiempo pasa, pero el internacional español recuerda con orgullo la infancia que vivieron y no ha dudado en echar un cable a sus seres queridos para repatriar su cuerpo a Marruecos.