El presidente de la Conmebol utiliza a la mona Chita para ensalzar a los clubes brasileños y acaba pidiendo disculpas: "Es una frase popular..."
Alejandro Domínguez aseguró que la Copa Libertadores no sería nada sin los clubes brasileños, pero tuvo que rectificar por los términos en los que lo hizo.

No estuvo nada afortunado Alejandro Domínguez, presidente de CONMEBOL, para alabar a los clubes brasileños, punteros siempre en las competiciones que organiza la confederación sudamericana. El dirigente paraguayo, máximo mandatario del organismo desde 2016 y también vicepresidente de FIFA, utilizó a Tarzán y Chita para comparar que las competiciones sudamericanas no serían lo mismo sin los equipos brasileños, declaraciones por las que ha tenido que pedir disculpas.
"¿Una Libertadores sin equipos brasileños? Eso sería como Tarzán sin Chita. Imposible", comentó tras su intervención durante el sorteo de la fase de grupos de la Libertadores y la Copa Sudamericana. Unas palabras con una intención positiva, pero que, por su comparación con el chimpancé, han obligado al presidente a emitir un comunicado horas después.
"En relación con mis recientes declaraciones, quiero expresar mis disculpas. La expresión que utilicé es una frase opoular y jamás tuve la intención de menospreciar ni descalificar a nadie. La CONMEBOL Libertadores es impensable sin la participación de clubes de los 10 países miembros. Siempre he promovido el respeto y la inclusión en el fútbol y en la sociedad, valores fundamentales para la CONMEBOL. Reafirmo mi compromiso de seguir trabajando por un fútbol más justo, unido y libre de descriminación".
Alejandro Domínguez (@agdws) March 18, 2025
La declaración de Domínguez que ha generado polémica surge como respuesta a Leila Pereira, presidenta de Palmeiras, que abrió la posibilidad de que los clubes brasileños abandonen la CONMEBOL y se afilien a la Concacaf a raíz de los casos de racismo, el último ocurrido en la Libertadores Sub-20.
Por eso, Domínguez quiso condenar los comportamientos discriminatorios durante su discurso institucional y, posteriormente, junto a un corrillo de periodistas, ensalzó a los clubes brasileños. Pero su comparación desafortunada, en vez de sofocar el incendio, lo ha alimentado.