Charles se derrumba cinco veces de emoción antes de su adiós: "Me arrepiento de no cuidarme de joven"
El delantero del Pontevedra se despide del deporte en Relevo: "Quería terminar aquí, en el Pontevedra. Así va a ser mi historia".

Charles Dias se retira. El delantero del Pontevedra, un mítico del fútbol español, cuelga las botas a los 39 años. En sus piernas, cientos y cientos de partidos defendiendo los colores de ocho equipos diferentes. Pero uno le marcó y le acompañará hasta su último día. Este sábado, Pasarón se vestirá de gala para abrir sus puertas por última vez al atacante, que inundará de emoción cada esquina del campo que le dio todo.
Mientras, ya lo vive con emoción. Relevo conversó con él este martes y ya reconocía que le costaba dormir. Es natural. 21 años de carrera deportiva le avalan y lo ha vivido todo. Nunca ha dado la espalda al balón y ha crecido como futbolista y como persona. Llegó a Pontevedra tras una difícil etapa en Portugal, en la que se sintió solo. Pasarón le recibió como a uno más y le dio un plan de vida junto a su mujer y sus hijos. Ahora, es un ciudadano más de la localidad, muy querido por todos. Por eso, ha decidido continuar, ya en la secretaría técnica.
Entre tanto, imagina cómo será su último partido. Desgraciadamente para él, el Pontevedra no ha podido sellar la permanencia y bajará a Segunda Federación. Pese a ello, el estadio se llenará para dar el adiós provisional a la plantilla y el definitivo a un Charles que desea que la escena llegue cuanto antes. Previo a ello, repasa su trayectoria profesional, plagada de felicidad, pero también de momentos de dificultad.
"Todo lo que escriba es poco. Solo le diría: 'Gracias, gracias y gracias'. Es que es todo. Gracias al fútbol", reflexiona sobre su despedida del balón. Es el mensaje coral que transmite antes de colgar las botas. Lo hará en su casa, en Pontevedra, a la que volvió tras una temporada de fantásticos números en Primera División y otra de cifras suficientes como para quedarse en la élite o firmar grandes contratos. Regresó por amor, a su familia, a un club y al fútbol. Del que este sábado se despide para siempre, aunque nunca se irá: "Es mi vida", reconoce en esta entrevista.
CHARLES DÍAS DE OLIVEIRA
— Pontevedra CF (@PontevedraCFSAD) November 27, 2022
Co gol de hoxe, Charles Días de Oliveira colócase como MÁXIMO GOLEADOR DA HISTORIA DO PONTEVEDRA CF con 84 goles 😍⚽️🇧🇷
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Sorprendió a todos. Marcas 15 goles con el Eibar en la 18/19 en Primera, 6 en la 19/20 y dejas todo para fichar por el Pontevedra. Seguro que tenías ofertas de élite, de Segunda, Catar… ¿Por qué decides volver?
Es así. En la 2018/19 marqué 15 goles y en la siguiente, seis o siete. Terminé la temporada y nos pilló el coronavirus. Los dos meses esos me hicieron pensar mucho. Quería estar cerca de la familia. Mi mujer es de Oporto. Fueron dos meses complicados y llegó el momento en el que dije que quería volver al Pontevedra. Así fue. Es el equipo que me ha abierto las puertas de España. Lo puse en mi cabeza y supe que era la hora. Tenía muchas ofertas. De Segunda División, de casi todos los equipos. También de fuera de España, pero decidió volver. La gente me decía: 'Charles, ¿seguro que quieres esto?'. Mi representante me lo decía mucho y yo respondía: 'Sí, quiero esto, quiero volver, es el momento'.
Luego se dieron todos los movimientos para que eso sucediera. Pensé que solo me iba a quedar un año por mi cuerpo, tenía la rodilla complicada y al final fueron tres años buenos. El primero no fue como queríamos, ni a nivel personal ni de club. En el segundo ascendimos a Primera RFEF y marqué 19 goles. Y este año tampoco ha sido como queríamos. Hemos bajado, pero así es el fútbol. A veces quieres una cosa y pasa otra. Pero aquí estoy. El sábado será mi último partido como profesional. Es una semana difícil. Ayer (lunes) no conseguí dormir. Hoy (martes) pasará lo mismo y hasta el sábado será igual. Esta mañana me desperté, llevé a mis hijos al cole, y después desayunaba con mi mujer y le conté que no podía dormirme, que estaba empezando a pensar en lo que iba a pasar. Así es la vida. Ahora toca disfrutar el sábado.
Estás en el Pontevedra, que probablemente también sea como una familia para ti…
Es la familia. Cuando llegué aquí tenía 19 años. Me fui con 26 y volví con 36. Son más de diez años en el club. Conozco a mucha gente en la ciudad a los que considero como mi familia.
"Es una semana difícil, no puedo dormir"
jugador del Pontevedra¿Ha perdido el fútbol el romanticismo que tú tienes?
No lo sé… En mi caso, empecé aquí en España, pasaron los años, me fui a otros equipos, llegué a Primera, me mantuve en Primera bastante tiempo… Y llegó un momento en el que dije que quería volver a donde había empezado. Quería terminar aquí, en este club. Así va a ser mi historia. Empecé y terminaré aquí.
Se te queda la espinita clavada del descenso en esta última temporada. ¿Te planteaste seguir un año más?
Lo tenía pensado ya de hace mucho tiempo. No es una decisión de ahora. Lo más fácil era haberme retirado el año pasado, cuando habíamos ascendido y había sido el pichichi de la categoría. Era lo más sencillo para mí, pero quise jugar otro año. Llega un momento en el que tienes que decidir. El cuerpo y la rodilla me lo piden. Decidí jugar y las cosas no han ido como quería. Ojalá pudiésemos haber salvado la categoría, no fue posible. Pero empezaré ahora con otra faceta, me quedaré en el club. Y ojalá sea tan feliz con eso que en mi carrera deportiva.
A lo largo de tu carrera has jugado con Igor y con Yuri, familiares tuyos. ¿Tuviste más oportunidades de compartir campo con ellos?
Antes de venir a Pontevedra, justo cuando decido, me llama la Ponferradina, donde está Yuri. Me llamó el presidente y mi primo y querían que fuera allí. Les di las gracias, pero no era un tema ni de dinero ni de jugar en Segunda. Yo quería volver. No sé si habré sido un poco cabeza dura, pero quería volver y me daba igual el equipo que me llamase.
"Quería terminar aquí, en este club. Así va a ser mi historia. Empecé y terminaré aquí"
jugador del Pontevedra¿Has logrado en el fútbol lazos más fuertes que el que marca la sangre?
El vestuario es una familia, seguro que sí. Hay jugadores que a lo largo de mi carrera han marcado más en mí que muchos familiares.
Vas a seguir en el club, ¿cuál va a ser tu papel?
Estamos viendo aún exactamente. En principio, en la secretaría técnica.
Seguro que ayudas a fichar a un delantero, has marcado cientos de goles… ¿Cuál recuerdas con más cariño?
Puede ser el que marqué con el Almería para el ascenso a Primera División. En todos los equipos por los que he pasado, he marcado goles importantísimos. El año pasado contra el Ceares, cuando íbamos perdiendo, en la recta final de Liga… Si perdíamos el Adarve nos podía pasar. También mi primer gol en Primera con el Celta… Hay muchos partidos.
En el Pontevedra es donde más has marcado. Llegaste como un niño y ahora te retiras como padre de familia y un referente. ¿Qué ha cambiado en Charles desde el primer día a hoy?
He cambiado mucho (ríe). Sobre todo la edad. Ahora tengo más canas y dos niños. Soy más tranquilo. Antes jugando era un poco cabroncete. Por la edad y por todo. Era un jugador que me calentaba mucho, saltaba, tenía una chispa… Me tocaban y cuidado, el Charles malo. Fue así.
En mi primer partido aquí en Pontevedra, salí del banquillo y duré tres minutos en el campo. El primer balón que toco fue una chilena y el portero hizo un paradón. El estadio se vino abajo. La segunda jugada, codazo y expulsión directa. Me marcó mucho ese partido. Debutaba y tres minutos.
Quién le iba a decir a aquel chaval que duró tres minutos todo lo de después…
Yo cuando hago esas cosas, llegó a casa y mis hijos y mi mujer… Mi hijo Lucas me dice: 'Papá, esto no'. Intento enseñarle que esas cosas no se hacen y él me echa la bronca (ríe).
"El primer balón que toco fue una chilena. El segundo, un codazo y expulsión directa"
jugador del PontevedraSi el Charles de ahora le pudiera escribir una carta al primer Charles de Pontevedra, ¿qué le diría?
Le diría que se cuidase, que apostase por él. Llegué a Primera, pero pude ser mejor. Ahora me cuido más que antes, tengo menos peso con 39 que con 19. Sobre todo, al Charles de antes y a los chavales más jóvenes de ahora les transmitiría que se cuidaran muchísimo y que sean buenas personas.
¿Te arrepientes de algo en tu carrera deportiva?
De no haberme cuidado lo que debía cuando era más joven. De eso sí me arrepiento, pero por pocas cosas más. También de ser muy caliente cuando jugaba, de sacarme tantas tarjetas rojas. Yo era de amarilla por partido. Eso es fruto de la edad y he mejorado mucho, aunque de vez en cuando se me salta la chispa con 39. Antes, la gente que estaba conmigo me lo decía mucho, que cada vez que había algo saltaba.
"Los partido más exigentes eran contra el Getafe, Djené era durísimo"
jugador del PontevedraHas sido un delantero voraz, ¿recuerdas algún defensa que te marcara, que te sacara de quicio?
El Madrid o el Barcelona… Pero defendíamos mucho, les he ganado a los dos, pero no era igual que contra otros equipos. Por ejemplo contra el Getafe. Djené era uf, más duro… En los últimos años contra él eran peleas buenas y constantes. Acabábamos el partido y nos dábamos la mano. Con Damián Suárez también. Contra el Getafe siempre eran los partidos más exigentes, tanto para mí como para mis compañeros. Luego hablábamos, nos abrazábamos.
¿Sientes que te ha quedado algo por vivir en el fútbol?
De jugar en algún equipo, sí. Barcelona o Real Madrid están muy muy lejos, pero el Rayo Vallecano era uno en el que me hubiera gustado jugar. Por el ambiente que hay, por la afición que está encima… He jugado muchos partidos contra ellos en Segunda B, Segunda y Primera y el ambiente era muy bueno. La gente cómo siente el club.
Estos días te está costando dormir, ¿qué consultas con la almohada?
No lo sé… Son momentos que empiezas a recordar, años atrás, cuando era más joven… Me viene a la cabeza todos los años que he pasado, de dónde salí y hasta dónde llegué. (se emociona, para y continúa) Uno mira atrás y se siente orgulloso.
¿Has sacrificado mucho por el fútbol?
Sí, mucho. En Brasil vivía en Sao Paulo con mis padres. Me despertaba por la mañana e iba al colegio con mi hermana. Caminábamos 40 minutos. Después salía a las 12:00 o 13:00, nosotros estudiábamos por la mañana. Terminaba, iba a casa y después me iba solo a Santos a entrenar. Era una hora y media de viaje. Cogía autobús, metro y otro autobús. Fue un año así. Le dije a mi madre que no aguantaba más, tenía 12 años. Después volvimos a nuestra tierra, a Belén, donde estaba mi familia. Ahí entrenaba casi todos los días por la mañana.
A los 16 años me vine solo a Portugal a jugar. No era como yo pensaba. Me trajo un representante. Lo bueno es que mi padre había jugado ya aquí y había conocido a gente. También estaban mis primos por aquí viviendo, cuando nuestros padres jugaron juntos. Pero tenía 16 años. Conocí a mi mujer y me ayudó mucho. Me quedé tres años en el Feirense y ya vine a Pontevedra. Pero de los 16 a los 19 fueron momentos complicados, estaba solo. Era la primera vez que salía de Brasil, solo. Menos mal que conocí a mi mujer… Y hasta hoy.
Es la magia del fútbol. Te quedaste solo y ahora ves en Pontevedra un hogar.
Estoy muy agradecido a la ciudad, al club y a los amigos que he hecho aquí. Vamos a vivir aquí en el futuro. Mis hijos ya tienen a sus amigos aquí. Es mi futuro.
¿Qué sientes con la afición de Pontevedra, qué te dicen por la calle?
En la ciudad me quieren mucho. Soy uno más, no veo que me miren como algo más, me consideran alguien normal. A mí y a mi familia.
"A mi hijo y sus compañeros les trato de enseñar los valores y, sobre todo, a que sean buenas personas"
jugador del Pontevedra¿Cómo se despide a una leyenda?, ¿cómo actuarías tú si te tocara estar en la grada y despedirte?
Uf. No lo sé. Estoy… (se le entrecorta la voz) No he dormido de ayer para hoy. No tengo palabras. Hay que esperar al sábado. Solo tengo que agradecer. A mis compañeros, a todos los equipos en los que he jugado, a mi familia. Mi mujer ha estado siempre ahí, en el barro, en la élite. (Vuelve a frenar, por unos segundos) A mis hijos y a mis amigos. Que sea bonito, solo eso.
La emoción que transmites te la has ganado con todo lo que has hecho en el fútbol. Kobe Bryant le escribió una carta al baloncesto. ¿Qué le escribiría Charles al fútbol?
Todo lo que escriba es poco. Solo le diría: 'Gracias, gracias y gracias'. (Su voz se carga de emoción, como si el balón le pudiera escuchar de verdad) Es que es todo. Gracias al fútbol.
"El fútbol es todo para mucha gente. Es mi vida"
jugador del PontevedraAhora está muy de actualidad. ¿Cuánto peso social tiene el fútbol?
El fútbol es todo para mucha gente. Para mí lo ha sido. Me ha dado todo. El fútbol no es solo los jugadores. Detrás hay mucho trabajo, utilleros, la gente de limpieza, los trabajadores del club, los jardineros, la prensa, los aficionados… Muchísima gente. El fútbol cada día que pasa es más grande. El fútbol es mi vida. Termino de jugar, pero seguiré porque es mi vida.
¿Te ves como entrenador o incluso como presidente del Pontevedra?
No sé aún. No sé lo que me espera, ojalá sea algo bonito. ¿Si me gustaría ser el presidente? No lo sé porque son palabras mayores, me queda muy lejano. Pero quién sabe un día. Si soy feliz, estará todo bien. Lo que más quiero es que mi futuro sea feliz. El mío y el de los míos.
¿Has sido feliz en todo momento en el fútbol?
No, para nada. Sobre todo en las lesiones y en las derrotas. Este año ha sido duro porque hemos pasado momentos malos. Es mi último año de jugador y hemos estado abajo. Las derrotas duelen mucho. Yo vivo de esto. Es duro llegar a casa y que tus hijos sufran. (Prosigue, emocionado) No todo es bonito. Llevo más de veinte años como profesional y he llorado bastante.
"Volvería a pasar por todo esto"
jugador del Pontevedra¿Te ha merecido la pena?
Sí, sí. Volvería a pasar por todo esto. He aprendido mucho. De los momentos malos he salido más fuerte y de eso se aprende. Ojalá el sábado sea un día muy bonito para mí y para los míos. También para nuestra afición, que se lo merece. (Cierra, sonriente y visiblemente emocionado)
La saga continúa. A ver si te salen los hijos futbolistas.
Lucas está jugando, yo soy su entrenador también. Intento enseñarle los valores a él y a sus compañeros. Pero, sobre todo, que sean buenas personas.
Si no son buenas personas, es imposible que sean buenos jugadores…
Así es.