SD AMOREBIETA

Las claves del despido de Julen Guerrero: un estilo de juego que no cuajó y un vestuario nuevo que perdió la confianza en él

La mala situación del Amorebieta se fue fraguando en las últimas semanas mientras caían los goles y los malos resultados hasta ser colistas.

Julen Guerrero da instrucciones a sus jugadores durante un entrenamiento./SDA AMOREBIETA
Julen Guerrero da instrucciones a sus jugadores durante un entrenamiento. SDA AMOREBIETA
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Julen Guerrero no se volverá a sentar en el banquillo del Amorebieta después de unos meses intensos, con demasiados escollos y malos resultados que convirtieron la situación en irreconducible. Llegaron mensajes de apoyo desde la dirección deportiva en los últimos días, pero si hay una verdad en el mundo del fútbol es que estos suelen ser el preludio de un despido. Y así ha sido en el club azulón, que no aguantó más a la leyenda del Athletic tras una goleada sufrida en Tarazona que empujó al equipo a la última posición del Grupo 1 de Primera Federación y obligó a tomar decisiones. La primera experiencia de Guerrero en un banquillo de un club profesional acabó pronto. Y mal.

Para entenderlo hay que analizar el contexto. Esa es una de las primeras cosas que se responde cuando se pregunta por las razones de este fracaso que ha llevado a un club recién descendido de Segunda a la última posición en Primera Federación. A comienzos de junio lucharon contra el Mirandés en la última jornada por salvar la categoría y hoy, apenas cinco meses después de aquel duelo entre ambos equipos, los de Miranda sueñan con el ascenso a Primera y los vizcaínos buscan soluciones para no perder otra categoría. Entre tanto, cambio en la dirección deportiva, en el banquillo y en un vestuario en el que únicamente continúa Unai Marino -tercer portero que no llegó a debutar- de quienes lucharon en Segunda.

El regreso a Urritxe, la casa del Amorebieta que no ha podido utilizar en sus dos participaciones en LaLiga Hypermotion, suponía un reto. No solo por el golpe anímico del descenso, que ya costó darle la vuelta en la última experiencia similar del Amorebieta, sino porque desde el club se ha insistido en un mensaje en los últimos meses. Pese al nombre que hoy tiene la entidad, la realidad económica sigue siendo la de un club con pocos recursos y que tiene que hacer malabarismos para competir.

En ese contexto de reestructuración máxima se apostó por Julen Guerrero. Un técnico también con mucho nombre por lo que hizo como jugador, pero que debutaba al frente del banquillo de un club profesional. Sus anteriores experiencias habían sido en el juvenil del Athletic, donde se estrenó con una mala experiencia, en la estructura del Málaga y en las categorías inferiores de la Selección Española.

"Soy un entrenador valiente, muy ambicioso, que quiere ir a por los partidos. Moderno, con una propuesta de juego en la que podemos cambiar cosas durante los partidos", se definía en su presentación, en la que también definió el perfil del jugador que buscaba: "Con hambre, con ganas de progresar, a los que ayudaremos en su mejora". Ese estilo de juego con el que soñaba, con un mensaje de protagonismo y similar al que buscaba en las categorías inferiores de la Selección fue el que buscó implantar en un Amorebieta que no consiguió solidez en estas primeras diez jornadas.

Seis derrotas, tres empates y una sola victoria hablan de ello, aunque Guerrero insistía en que hacían merecimientos para sumar más puntos. Los goles encajados -19 en 10 encuentros- evidencian que algo fallaba a nivel defensivo. Precisamente, esa endeblez fue erosionando la confianza de una plantilla que empezó a perder la fe con el paso de las semanas y, sobre todo, por los golpes por los resultados. El mensaje de Guerrero no llegaba ya como en verano y ante esta situación, Jabi Luaces, que también está recibiendo muchas críticas, tomó su decisión más complicada en estos meses para cesar al que fue su "primera opción" como entrenador.

En el comunicado de la entidad se hablaba del "convencimiento" que existe en el club en que este cambio en el banquillo suponga "un punto de inflexión" en el juego y los resultados de un Amorebieta que tiene un compromiso copero antes de recibir al líder, la Cultural Leonesa, en Urritxe y viajar después a Galicia para medir a un Arenteiro que es segundo. Un calendario muy complicado y para el que a esta hora no hay un entrenador oficializado que se siente en el banquillo azulón.

Quien sí seguirá en la entidad será Julen Jon Guerrero, quien comenzó como titular en el primer y único triunfo del Amorebieta, pero que se fue diluyendo hasta perder esta condición tras tres derrotas para acabar con poco protagonismo en las dos últimas jornadas. Su primera experiencia junto a su padre, gran valedor de su llegada a la entidad vizcaína, ha durado apenas dos meses. Ahora, como todo el club, buscará salir de este agujero en el que ha entrado un club obligado a sacar adelante esta situación.