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Videollamadas, abrazo con sus 'chavales' y foto en soledad: el festejo de Julen Jon en el ascenso del Amorebieta

El hijo de Julen Guerrero ha aprovechado su cesión para revalorizarse y curtirse en el reencuentro con su tierra.

Julen Jon se abraza con los jugadores del Cadeta A del Amorebieta, a quienes entrena./Patxo de la Rica
Julen Jon se abraza con los jugadores del Cadeta A del Amorebieta, a quienes entrena. Patxo de la Rica
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Julen Jon Guerrero ha heredado muchas cosas de su padre, Julen Guerrero, leyenda del Athletic Club y uno de los futbolistas españoles más mediáticos de la década de los 90. Camina y se toca el pelo igual. Despierta pasiones como el histórico '8'. Se saca fotos y atienden a los fans, como Julen. Y tiene el mismo olfato goleador, la inteligencia en el área para aparecer y ser determinante, como lo demuestran sus cuatro tantos claves en el ascenso del Amorebieta.

Con 19 años, Julen Jon se ha hecho mayor en un club humilde, alejado de la purpurina de vestir la camiseta del Real Madrid. Tomó una decisión con personalidad al salir de la Fábrica para enrolarse en una cesión en Amorebieta y la apuesta no le ha podido salir mejor, al ser parte importante del regreso del conjunto azul a la Segunda División. En Lezama, donde su padre se formó y se convirtió en leyenda, el hijo celebró un ascenso histórico.

Con el pitido final y el ascenso bajo el brazo, Julen Jon lo celebró por todo lo alto. Se abrazó con sus compañeros y, tras los primeros cánticos de festejo, corrió a uno de los laterales de la grada para abrazarse también con un grupo de adolescentes. Ellos son parte de la plantilla del Cadete A del Amorebieta, solo tres años menores que él y ascendidos recientemente a la máxima categoría tras finalizar la liga en segunda posición.

Julen Jon celebra el ascenso con sus jugadores del Cadete A.RELEVO/PATXO DE LA RICA

Él también ha formado parte de ese otro ascenso de la entidad vizcaína, ya que desde que llegó al club en enero empezó a formar parte del cuerpo técnico como ayudante, haciendo prácticas de entrenador para sacar el título. El abrazo con sus jugadores y amigos es una muestra más de lo bien que ha caído en Amorebieta, donde ya es un ídolo para los aficionados más jóvenes.

Tras el gesto de cariño con sus jugadores, siguió la fiesta con el resto de sus compañeros hasta que aficionados, jugadores y periodistas desaparecieron del campo de Lezama. Entonces salió del vestuario, se sentó en el punto de penalti y disfrutó de la soledad. En el mismo césped que su padre jugó con el Bilbao Athletic, dando sus primeros pasos en el profesionalismo antes de ser leyenda.

Julen Jon, tras el ascenso, en la soledad del campo de Lezama. Patxo de la Rica
Julen Jon, tras el ascenso, en la soledad del campo de Lezama. Patxo de la Rica

Móvil en mano, se sacó varios selfies y disfrutó haciendo videollamadas para compartir la alegría con los suyos. Su padre, habitual en sus partidos siempre que sus compromisos como seleccionador sub-17 se lo permite, está en estos momentos disputando el Europeo en Hungría y no pudo vivir en primera persona uno de los primeros logros colectivos de su hijo. Él es su principal seguidor y asesor, pieza clave para que en enero tomasen la decisión de dar un paso más en su carrera deportiva recalando en el Amorebieta y regresando a Vizcaya, muy cerca del Athletic Club.

La fiesta continuó después de pasar por vestuarios. Salió, se fotografió con todos los jóvenes que se lo pidieron y siguió con sus videollamadas antes de subir al autobús. A medianoche disfrutó como uno más del recibimiento en el Ayuntamiento, del encuentro con el pueblo y la afición, cerrando una tarde histórica que seguro que recordará toda la vida.

El siguiente paso

El nombre de Julen Jon siempre ha estado ligado al del Athletic, pese a que ha pasado por otras canteras como la del Málaga y la del Real Madrid y nunca se ha vestido de rojiblanco como futbolista. El club bilbaíno se interesó por sus servicios el verano pasado pero finalmente no acometió el fichaje y durante esta temporada le han seguido su evolución. 

Es un perfil que gusta por su olfato goleador, aunque genera ciertas dudas su inclusión a día de hoy en la estructura, ya que el filial ha descendido a Segunda Federación y el primer equipo parece quedarle lejos aún. La opción de volver a jugar cedido en Amorebieta tampoco habría que descartarla, ya que por estilo de fútbol la Segunda División incluso puede adaptarse mejor a sus características.

Hay otros interesados en ficharle, pero él no olvida su tierra y sus colores. Le encantaría recalar en el Athletic y entrenar cada día en Lezama, donde se le ha visto en más de una ocasión en estos 6 meses. Hace unas semanas, por ejemplo, estuvo viendo los cuartos de final de la Copa de Campeones Juvenil entre el Athletic y el Barça acompañado de parte de su familia. El tiempo y el Madrid, ya que los blancos le tienen bien atado hasta 2025, dictará sentencia con su futuro.