FÚTBOL

El problema de los pasillos de collejas, del fútbol a los colegios: "Pueden parecer lúdicos, pero es fácil que en el colegio tengan un componente de bullying"

Una petición de las asociaciones de madres y padres ha llevado a la subdelegación de Pontevedra a pedirle a la RFEF y LaLiga que vigilen esta práctica que en ambientes escolares deja de ser inofensiva.

Un pasillo de collejas en Granada. /ARCHIVO
Un pasillo de collejas en Granada. ARCHIVO
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

La imagen es en principio inocente, un pasillo de collejas para Unai Simón por su cumpleaños. Se cuenta como un gesto lúdico y de camaradería, se sabe que es el capitán, Álvaro Morata, quien ha espoleado al equipo con la idea de generar un buen ambiente. En principio, nada más, pero en algunos lugares observan lo ocurrido con preocupación. No por los futbolistas, adultos funcionales, sino por las consecuencias que puedan tener esas imágenes en otros ámbitos más sensibles.

Los jugadores de la Selección felicitan a Unai Simón con un paseo de collejas. RELEVO

Abel Losada, profesor universitario y subdelegado del Gobierno en Pontevedra, había tenido un par de días antes una reunión y sabía que lo visto en las imágenes, en principio inocuo, podía generar problemas. "Nosotros hicimos una reunión vinculada a un programa que hay del Ministerio de Interior con Educación que se llama Plan Director, en el que participan la Policía Nacional o la Guardia Civil en charlas a colegios, tanto a alumnos como a profesores y a padres, sobre temas relacionados con el bullying, la violencia, el acoso informático, de acoso sexual, etcétera. Las asociaciones de madres y padres manifestaron la preocupación por la progresiva extensión de esta práctica del paseo de collejas", explica Losada.

Aunque la doctrina no es homogénea en todos los centros, en algunos colegios se llega a expulsar por esta práctica, así que ver cómo replicaban el tema los futbolistas, que no dejan de ser un faro para muchos, es un problema. "Este fue el motivo por el que mandamos una carta tanto al presidente de la Federación Española de Fútbol como al presidente de la Liga Profesional, para manifestarles nuestra preocupación por el tema y porque el fútbol tiene una capacidad de influencia en los comportamientos muy alta", relata. "Son grandes influencers, por eso creo que conviene estar atentos a los jugadores y a las actitudes que trasladan cuando se retransmite un partido o un entrenamiento"

La respuesta del fútbol fue rápida y positiva. "Contestaron en un plazo breve, y diciendo que lo tendrían en cuenta y que lo trasladarían a los clubes y a sus entornos de influencia", explica el subdelegado del Gobierno. "Nosotros lo que hacemos es trasladar las preocupaciones de las asociaciones de padres y madres"; enfatiza.

Porque aunque para los jugadores esto no sea nada relevante, una manera más de hacer piña, en el patio de un colegio los roles son distintos y esta práctica tiene mucha más profundidad. "Estos temas pueden parecer de entrada lúdicos, festivos, pero es muy fácil que en el ámbito escolar lleven consigo un componente de bullying. No son los mismos paseos de collejas cuando se hacen al líder de la clase que si le hace al alumno o a la alumna cuestionado o, en muchos casos, acosado", cuenta.

Son de esas tradiciones que se toman como normales, pero que con una segunda mirada se puede ver que igual no lo son tanto: "Esto es un poco parecido a lo que ocurre con las novatadas en los colegios mayores. Hay una relación asimétrica entre el veterano y el novato. ¿Hasta dónde llega el punto de violencia? Pues depende de las circunstancias, pero evidentemente el riesgo está ahí. Por eso las novatadas en los colegios mayores, que eran algo absolutamente extendido y normalizado hace 30 años, hoy en día están mucho más cuestionadas".

Hay una cuestión más, política, aunque Losada remarca que su preocupación no es más que una actuación para trasladar las inquietudes de los padres. Sin embargo, es consciente que una parte de la sociedad ve estas cosas como superfluas, un intento de infantilizar y sobreproteger.

Losada, que es socialista, no está de acuerdo. "Lo que desde luego no quiero es vivir en una selva ni que mis hijos vivieran en una selva. Yo creo que el avance significa normas, normas compartidas, respetadas, y desde luego, lo más debatidas y lo más consensuadas posibles. El concepto de sociedad blanda, que efectivamente lo utilizan, a mí me parece mucho mejor que el concepto de sociedad dura. Porque el concepto de sociedad dura es el concepto de los homeless en las calles de Filadelfia. Y yo no quiero esa sociedad", remarca.

Lo que puede parecer anecdótico en realidad es fácilmente trasladable a una realidad más amplia: "Es esa sociedad dura, donde el más agresivo, el más fuerte el que tiene un mayor liderazgo, manda. Manda a todos los niveles y, cuando hay un pasillo de collejas, probablemente le pega más fuerte al compañero más vulnerable que a su amigo".