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Rafita, agente de futbolistas, reparte consejos y desvela secretos de su carrera: "Informé a Monchi de que podía fichar a Van Persie"

Hijo de un campeón de la Vuelta a España, exfutbolista, agente durante más de 30 años, se lanza a escribir 'Futbolista Pobre, Futbolista Rico', con prólogo de Monchi y epílogo de Luis de la Fuente.

Rafita, en el medio, junto a Lucas Alcaraz y Manolo Lama. /Instagram
Rafita, en el medio, junto a Lucas Alcaraz y Manolo Lama. Instagram
Manolo Nieto

Manolo Nieto

Son muchas las experiencias que ha ido acumulando Rafael Rodríguez 'Rafita' (Ponteareas, 1966) en el mundo del fútbol. Primero, en su etapa como jugador, pero después como agente de jugadores. En él siempre ha vivido el espíritu de Jerry Maguire, cuidar de sus representados, y fruto de ello es el nacimiento de su libro 'Futbolista Pobre, Futbolista Rico'. Rafita siempre ha querido que sus jugadores sean 'creativos' pensando en un futuro, que no solo inviertan en negocios, sino que también se formen y crezcan en lo personal. Algunos habrá que le ha hecho caso y otros no, pero esa inquietud le ha lanzado hacia esta obra para que "lo sepan los jugadores, que lo sepan los padres, que lo sepa el público, puede ayudar a que algunos puedan reflexionar sobre estas ideas y tomar cartas en el asunto", asegura.

Rafita nació en un 'pueblo milagro, mágico', como él asegura. Solo en Ponteareas se da el caso de que tres personas distintas hayan ganado la Vuelta Ciclista a España. "Mi padre la ha ganado, mi tío la ha ganado, además es el que más victorias de etapa tiene de la historia, 39, y Álvaro Pino, con él que me entrenaba de niño mientras decidía si era futbolista o ciclista, también la ha ganado. Es más, Óscar Pereiro, que ha ganado un Tour de Francia, que es de un pueblo a diez kilómetros, corría en el equipo de Ponteareas porque sabía que de allí salían los campeones". En esa infancia suya también se empieza a gestar este libro. Con la muerte de su padre, tiene que hacerse cargo de los negocios familiares y dejar el fútbol, con 17 años. Su madre fue la clave para que Rafita cumpliera su sueño y todas las circunstancias que vivió le forjaron su carácter.

¿Qué te motivó a escribir este libro?

Pues, fundamentalmente, que en mi etapa de futbolista y en mis 30 años de agente he visto que se repiten las cosas que le pasan a los futbolistas cuando están en activo y cuando dejan de jugar. Entonces, como yo esto lo he ido contando toda mi vida de agente a los jugadores en privado, lo que he querido es como elevarlo a público, que esto se repite, la historia se repite. Y quiero que se sepa, que lo sepan los jugadores, que lo sepan las familias, que lo sepan los padres, que lo sepa el público. Puede ayudar a que algunos puedan reflexionar sobre estas ideas y tomar cartas en el asunto.

La historia del fútbol está llena de futbolistas que se han arruinado.

Normalmente se destaca el arruinarse, que pasa. Pero el problema es si te arruinas y no tienes cualidades para resurgir en la vida. Porque si te arruinas, tú te retiras con 30 y pico años y, a partir de ahí, ¿cómo remontas? Entonces, yo lo que propongo o lo que reflexiono es que mientras estás en activo, tienes que invertir en ti mismo, que tú eres tu mejor empresa, para que si pierdes el dinero, que puede pasar, tengas cualidades para resurgir. Y después también incido mucho en otra cosa, que la gente piensa solo en el que se arruina. Pero yo digo que, aunque no te arruines y tengas dinero, si con 35 años no tienes un propósito, no tienes una serie de proyectos en tu vida futura, tus próximos 50 o 60 años van a ser muy pobres, aunque tengas dinero, solo vas a tener dinero. Pero tú no puedes con 35, 36 o 37 años simplemente hacer deporte y estar toda una vida de hobby, porque es antinatural.

¿Por qué pasan estas cosas? ¿Por qué el futbolista cuando está en activo no invierte en sí mismo?

Porque como es algo intangible, que la mayoría no equilibran lo tangible con lo intangible. Invertir, entiende la mayoría que es comprar casas, tener fondos de inversión, tener dinero, invertir en negocios, casi siempre de amigos que te proponen ideas geniales pero que no ponen el dinero, que ponen las ideas, y la inversión en sí mismo, como es intangible, en tu propia empresa que eres tú, no se valora en el 90% de los casos, cuando realmente es la que te puede salvar, es la que te salva de todo realmente. Lo ideal sería equilibrarlas, es decir, ya que tienes la suerte de haber tenido unas cualidades increíbles y de haber podido ganar dinero de una manera increíble siendo muy joven, equilibrarlo con la inversión en ti mismo, que es la mejor inversión que existe.

¿Un jugador echa más en falta el dinero o la fama?

Yo creo que el que ha ganado bastante dinero, que hoy en día son muchos, no es el dinero. Yo creo que cuando deja de jugar… Su vida ha estado organizada desde muy niño, te la organiza otra persona. El club te dice mañana a las nueve a entrenar, por la tarde a las cinco, vídeo, viajas el día siguiente, tal, tal… No tienes la vida que tiene la gente de tu edad hasta que te retiras. Y ahora cuando te retiras un día, tú decís, ¿a qué hora te acuestas?, ¿a qué hora te levantas?, ¿qué haces mañana?, ¿qué haces pasado? Entras como en un abismo, normalmente sin haberlo tenido previsto. Y es muy duro. Como dijo Valdano, la pelota bota lejos y tú ya no eres el protagonista, es decir, el protagonista ya es el que está en activo. Tú ya dejas de tener protagonismo, salvo que seas un Guardiola, un Monchi, un Xabi Alonso, pero esos son los mínimos. El resto pasas a ser una persona normal. Y, además, hay un montón de cosas que tienes que empezar a aprender a saber a hacer, que normalmente una persona las va viviendo con 18, 19, 20 años en la vida normal, que tú las tienes que hacer de repente con 35 o con 36 años.

Tú has tenido jugadores como Álvaro García, Luis Rioja, Javi Peña, Bergantiños o técnicos como Lucas Alcaraz. ¿Tú eso lo has ido practicando con todos los tuyos? ¿Lo has intentado inculcar?

Sí. Esto es una cosa que hago a riesgo de que no me escuchen o no me hagan caso, es lo mismo que cuando realmente pienso que un jugador tiene que ir a un equipo y él quiere ir a otro o piensa que tal, a riesgo de perder el jugador. En el 90% de los casos, el jugador no tiene el conocimiento del mercado como para tomar una decisión. Pues esto es lo mismo. Yo siempre le digo lo que yo pienso, qué le va a pasar y lo que tiene que hacer. Muchísimos no me hacen caso y otros sí me hacen caso. Yo lo hago por los que me hacen caso. Los que no me hacen caso es que no lo puedo controlar.

¿Te ha pasado algún caso de eso? Que tú no considerabas que ese futbolista tenía que ir a ese equipo, o al contrario, y la cosa se tensó, incluso para romper la representación

Bueno, tengo varios casos. Tengo, por ejemplo, José Mari, el capitán del Cádiz, que se ha retirado este verano, que ha estado conmigo 17 temporadas, lo ha llevado siempre. Hubo un punto de inflexión estando en el Jaén. Jugó la Liga de ascenso a Segunda y no ascendió y lo quería el Numancia de Segunda. Yo le dije que había que arriesgar y hacer la pretemporada con el primer equipo del Zaragoza de Primera División, porque lo entrenaba Manolo Jiménez, había sido compañero mío, yo sabía lo que le gustaba. Él ya no era Sub-23. Si no se quedaba en la pretemporada tendría que jugar en el filial, en Segunda B, otra vez, igual que en el Jaén, y no jugaría en Primera. Y él quería jugar en el futbol profesional. Llegué a no solo enfadarme, sino a arriesgar perder la representación con él si no me hacía caso. Estuvimos muy tensos durante muchos días. Al final me hizo caso, yo me arriesgué y jugó 30 partidos en Primera División. Me salió bien, pero me podía salir mal. Después hay casos de otros jugadores que a lo mejor no han querido hacerme caso, o jugadores que me han dicho que no lo ven así y he dejado de trabajar con ellos.

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Hablabas antes de lo que es formarse estando en activo. Monchi, que escribe el prólogo, ha hecho eso.

Yo llevo 30 años y he visto muchísimos, y hay muchísimos directores deportivos muy buenos. Hay uno que destaca más en la parte deportiva, otro en la parte de relaciones. Monchi, que además fue compañero mío de futbolista, creo que es el mejor que he visto hasta el día de hoy. ¿Por qué? Porque a lo mejor no es el mejor en una cosa concreta, pero une o reúne un poco de cada cosa que lo hace que sea el mejor. Monchi primero estudió Derecho, en su máximo éxito en el Sevilla, que eso no lo hace prácticamente nadie, hizo un máster, se fue a Londres y trabajó varios meses para el Sevilla desde Londres para mejorar el inglés. Sabe francés. Está preparadísimo. Y lo que me llama la atención es la preparación, el seguir. Es decir, que el éxito no lo paró. Para mí, el titular con Monchi sería el éxito no lo paró. Y para mí eso es de un mérito tremendo. Hay que saber verlo. Monchi es una persona muy inteligente. Ya cuando era compañero mío, en el Sevilla Atlético, se veía que Monchi era alguien que, a nivel personal, a nivel de cualidades personales, era un aventajado.

Primero sois compañeros y después rivales en negociaciones, entiéndeme. Tú agente y el director deportivo. ¿Habéis tenido alguna negociación así más dura de la cuenta?

No, realmente. Él lo dice muy bien en el prólogo. Imagínate cómo le estoy agradecido, tanto a Monchi como a Luis de la Fuente, por haber participado en el libro, porque son dos referentes, uno en el prólogo y otro en el epílogo. Monchi, lo dice en el libro, cuenta varios casos, como el de Daniel Carrizo, el de Casemiro, o el de Van Persie. Yo, por ejemplo, he tenido situaciones tensas con Monchi. Claro, porque yo tengo que ejercer primero como profesional. Pero a la vez, le he dado grandes informaciones. ¿Y por qué se las he dado a él? Porque yo confiaba en su criterio y él confiaba en mi criterio. Como él dice en el prólogo, yo le informo el primero a él de lo de Van Persie, que Van Persie se pelea con el entrenador, y no llamo a otro, llamo a Monchi. Después él empieza con toda la maquinaria a funcionar y lo hace perfecto. Lo de Casemiro es que estoy en el sudamericano de Perú, viendo a la selección brasileña e informo a Monchi de este futbolista. Después no pudo firmarlo y después lo quiso firmar más adelante, pero costaba mucho dinero y todo eso. O voy con él a Lisboa a ver en la Champions a Daniel Carriço, que estaba en el Sporting de Lisboa. El Sporting pide mucho dinero, no puede ser, pero después le informo de que viene en una situación muy ventajosa, cedido con opción de compra y gana tres Europa League. Entonces, realmente, yo creo que eso es clave, esa relación con gente que confía en ti y que tú confíes en ellos. Porque, aunque un club como el Sevilla o como el Betis tenga 20 informadores o tenga 20 en la dirección deportiva, los agentes tenemos informaciones que no tienen los clubes.

Pero esa relación entre agentes y directores deportivos se ha desvirtuado. Al menos no hay tanta confianza.

Bueno, yo lo que creo que en todas las profesiones hay una relación de confianza, precisamente de eso, de confianza, más allá del dinero. Muchísimo más allá del dinero, claro. Además, cuando se dan estas informaciones, no sabes ni si va a haber dinero, ni cuánto, ni de qué manera, pero tú confías en el criterio de él y él confía en tu criterio.

Pero es difícil que exista por tantos intereses y negocios.

Existen grandes fondos de inversión, existen grandes empresas multinacionales, es una cuestión de dar muchos nombres. Está muy controlado el mercado por todas las plataformas. Aun así, sigo pensando que es muy importante ciertas informaciones del conocimiento de la persona, del jugador, de los matices. Y eso, ni las aplicaciones, ni los datos, ni todo eso, te puede dar algo que te da el ojo, la intuición. Una de las claves del futbol, y de la vida, que también lo digo en el libro, es la visión. Y la visión es algo que no es ahora, la visión es… imagínate lo me pasó con Álvaro García, que estaba en el Utrera. Aquí ni el Sevilla ni el Betis lo firmó. Yo tuve la visión que en otro escenario, con otro juego, en un campo grande, con pasadores, podría explotar sus cualidades. A los meses, en el San Fernando, lo querían todos los equipos y se puso en Primera división al año. Porque la visión es una cualidad muy interesante.

Esa de Álvaro también es curiosa, porque fue a jugar al San Fernando totalmente gratis, ¿no?

El padre y él me hicieron caso y el entrenador del San Fernando, que había sido compañero mío, Masegosa, también me hizo caso y creyó para probarlo. Lo probó en un partido contra el Hannover y vio lo que yo le había dicho, que era muy rápido, que tenía posibilidades, y dijo automáticamente de firmarlo. Entonces, claro, si el padre y el chaval no me hubiesen hecho caso e ir en tren todos los días, sin cobrar y todo eso, y no hubiesen creído en un plan y en un proyecto, esto hubiese sido imposible.

¿Cómo fue la historia de Van Persie con Monchi?

Pues la de Van Persie es que mi socio portugués, Carlos Gonzalves, un agente muy importante, el de Villas-Boas, que es presidente ahora del Porto, de Dalot, el lateral derecho del Manchester, o con el que traje a Carriço al Sevilla. Me llamó y me dijo, 'Rafa, Van Persie se ha peleado con el entrenador y es una oportunidad de mercado'. Y yo automáticamente llamé a Monchi y se lo dije. Entonces, Monchi vio que era un jugador que le interesaba mucho y empezó a mover la maquinaria, sabiendo que había que ser muy inteligente, porque Guus Hiddink, que estaba de entrenador del PSV, tenía mucho interés. Después, al final, ya es la famosa de que el Arsenal se metió ya estando en el hotel para la firma, lo llamó y se echó atrás. Pero así fue exactamente. Yo le di esa información y Monchi, a partir de esa información, como el jugador le interesaba, movió toda la maquinaria muy hábilmente, pero al final no pudo ser.

Luis de la Fuente cuenta también en el epílogo que en muchas situaciones de su vida le ha pedido su opinión.

Imagínate, no solo agradecérselo, porque normalmente esto se dice en privado, pero dejar por escrito en el mejor momento de su carrera profesional, cuando es campeón de Europa con la selección española, tal y como está jugando España, para mí imagínate lo que representa. Que él sea capaz de decir eso en este momento que, en muchas etapas de su vida, cuando ha tenido alguna pájara, utilizando un argot ciclista que sabe que soy hijo de ciclista, de campeón de España, me ha pedido mi opinión, me ha consultado y ha querido tener mi visión futbolística o no futbolística de la vida… Pocas cosas más bonitas se pueden decir de uno. Si tú me dices que qué piropo me podría decir alguien más bonito, no se me ocurre uno más bonito, la verdad.

¿Y alguna de esas opiniones que te ha pedido se puede contar?

Bueno, es que, realmente, tampoco sería capaz de decirte así, han sido en diferentes etapas. Primero, Luis me acogió, para mí es una cosa increíble. Luis vino a Sevilla, siendo campeón de Liga con el Athletic, y yo venía del Orense, y es que me trató como si yo viniera de ganar la liga con el Atlético de Madrid, y nos hicimos amigos. Los dos éramos alegres, compartimos un montón de cosas y hubo una gran sintonía entre los dos desde el principio. Eso ayudó mucho a que después, siempre hemos tenido esa empatía, esa complicidad. Después, él estuvo entrenador de la cantera de Sevilla, de los juveniles, ha tenido diferentes etapas, y ha sabido esperar en la selección, que es muy difícil, y ha logrado algo único. Yo creo que lo que ha logrado, ya no solo por los títulos, sino como está jugando España, la verticalidad, lo que está haciendo, con jóvenes que él ya conocía, tiene un valor increíble.

Y todo eso después de un periodo donde lo tuvo que haber pasado mal en la selección.

Sí, realmente, ¿quién no lo pasa mal en esa situación? De repente te encuentras situaciones violentas en la vida y que la gente opina, claro que sí.

Hablas de la retirada en tu libro y ahora hay un jugador como Jesús Navas que va a afrontar eso.

Sí, yo hace poco vi que a Navas le gustaba el ciclismo y pensé, joder, si realmente es así, para su problema de la cadera, es una suerte porque el ciclismo o la bici, para el tema de la cadera, es perfecto en el sentido de que no hay impacto. Pero, además, hay una cosa que nos pasa a todos los futbolistas cuando te retiras, y es que normalmente no hay un desentrenamiento. Debería de existir un desentrenamiento para poco a poco ir recuperándote de las lesiones, porque todos tenemos un montón de lesiones, yo me rompí la rodilla, el tobillo, todos tenemos un montón de lesiones. Entonces, poco a poco hay que seguir haciendo deporte, de una manera menos profesional, menos diaria. Pero hay que hacerlo por el físico y por la mente y, normalmente, como estamos lesionados, hay como un cambio radical de dejar de hacer deporte, y eso tiene grandes efectos mentales y en tu vida. Yo creo que Navas, el tema del ciclismo, le puede hacer que no note ese cambio, que siga haciendo deporte de bastante ritmo, y que no note ese cambio tan radical, físico y mental, creo que le puede ayudar mucho.

¿El ejemplo de todo lo que tú expones en el libro puede ser Joaquín?

Bueno, Joaquín es un ejemplo de un montón de cosas. Primero en el campo, donde ha sido un artista, un genio y todo eso, pero lo que ha hecho Joaquín, siendo jugador en activo, la creatividad que ha tenido, lo pongo de ejemplo en el libro. En el capítulo futbolista creativo, pongo a él y a Monchi, pero a él lo pongo como el principal ejemplo, porque yo no he visto en España un jugador que, siendo jugador en activo, compre un paquete de acciones, con los motivos que sea, para que a partir de ahí tú seas propietario del club de tus amores. Para poder estar en diferentes etapas y dentro de diferentes parcelas. Me ha parecido algo increíble, más allá de sus facetas artísticas, televisivas y todo eso. Yo creo que ha tenido una creatividad y una toma de decisión que ha sido un adelantado y que cuando lo he visto realmente a mí me ha llamado muchísimo la atención. Veo a muy pocos futbolistas creativos para el futuro, es decir, fuera del terreno de juego, veo muy pocos, cuando veo a alguien tan importante, que lo ha hecho tan bien, me llama muchísimo la atención.

Y en ese sentido, y para finalizar, ¿echas en falta, por ejemplo, que Jesús Navas o Sergio Ramos no hayan comprado acciones en el Sevilla?

Es algo que, viendo el caso de Joaquín, hubiese sido como algo muy bonito. Que Navas o Ramos, o los dos, hubiesen tenido esa idea creativa y esa valentía. Navas, que tiene el nombre del estadio de la ciudad deportiva, es el que más veces ha vestido la camiseta, decir: voy a ser un referente también en la propiedad de este club. Hubiese sido, bajo mi punto de vista, hubiese sido precioso. Navas y Sergio Ramos podrían ser dos accionistas de referencia.