FÚTBOL
Raphael Varane y el secreto del Real Madrid más ganador: "Es una mezcla de jugar con humildad y un poco de arrogancia"
En una amplia entrevista con The Athletic, el francés charla sobre lo que significaba jugar en el equipo blanco.
Rapahel Varane jugó 360 partidos en el Real Madrid y está en la 33ª posición de futbolistas con más encuentros disputados en la historia del club blanco, que se dice pronto. Podrían haber sido muchos más porque las lesiones se cebaron muy fuerte con el central francés, que se perdió casi 100 partidos con el club blanco. Pero eso no importa, es pasado, ahora el campeón del mundo trabaja en el Como y está feliz.
En una extensa entrevista con The Athletic, habló de todo, pero hizo especial hincapié en la época vivida en el club blanco: "Te sientes como un gladiador o un soldado en una misión, cuando entras al campo, estás dispuesto a darlo todo para ganar", explica sobre la sensación que tiene cuando se vestía la camiseta del Real Madrid.
De aquella época en el Real Madrid, lo que más se recuerda son los éxitos del equipo y Varane fue muy importante en estos logros, pero no eran casualidad: "Psicológicamente, nunca nos consideramos favoritos. Teníamos que estar a otro nivel, como cuando equipos pequeños se enfrentan a equipos grandes. Es una mezcla de jugar con humildad y un poco de arrogancia. Sabíamos cuáles eran nuestros puntos fuertes, pero no nos confiábamos demasiado. Si nos relajábamos un poco, todo se acababa", explica sobre las sensaciones que vivían.
"Es una mezcla de jugar con humildad y un poco de arrogancia"
De tanto conocerse, los futbolistas del Real Madrid casi ni se hablaban en el terreno de juego: "Todos sabían exactamente lo que tenían que hacer. A veces apretábamos, a veces no, y de hecho nadie daba señales. Había partidos en los que durante los primeros 30 minutos se notaba que las cosas no iban bien, estábamos bloqueados y el espacio estaba en otro lado. Cambiábamos sin ni siquiera hablar", cuenta el francés.
Varane ganó cuatro Champions con el equipo blanco, con Ancelotti y Zidane, pero había algo común en esos equipos: "Éramos un equipo muy instintivo. Por eso lo considero un arte. No es algo robótico. Siempre hay sorpresas. Una acción que funcionó una vez puede no funcionar otra vez. Siempre hay que reinventarse, redescubrir, adaptarse", explica el exfutbolista al medio estadounidense.