Raúl Bravo y Aranda dan las gracias por cruzarse con el fútbol: "Cuando me firmó el Real Madrid había estado detenido tres días en el calabozo, con 15 años. Fue una pelea fea"
Los exfutbolistas del Real Madrid reciben a Relevo en Málaga para repasar su vida, su carrera y su amistad, y relatar conjuntamente cómo han vivido el 'Caso Oikos', archivado tras cinco años de pesquisas.

Raúl Bravo (Gandía, 1981) y Carlos Aranda (Málaga, 1980) se conocieron en la cantera del Real Madrid en 1998, cuando empezaron a forjar una sólida amistad en la que han compartido vivencias de todos los colores: desde los azules de Ibiza donde comparten cada verano un tiempo juntos a los tonos más oscuros con el 'Caso Oikos'. Pero también lo habían hecho por separado antes de encontrarse en la cantera blanca: Raúl perdió a su padre a causa de las drogas; Carlos, a su madre, y además acumulaba "una carrerita conflictiva", la define Aranda, que reconoce que si no hubiera sido futbolista tiene "clarísimo que Raúl no lo sé, pero yo hubiese acabado mal, porque yo ya iba por mal camino. Cuando me firmó el Madrid yo había estado detenido tres días en los calabozos, con 15 años, por una pelea fea".
Juntos nos reciben en Málaga, en la casa del exfutbolista malagueño, que antes perteneció a Raúl Bravo. Es uno de los negocios y/o favores que se han hecho en estos años que recorremos en una charla distendida y sincera -que compartiremos en tres entregas-, hasta el punto de confesar Raúl el robo de un balón en El Corte Inglés el año de su llegada al Real Madrid o su relación con las drogas, también en aquella etapa: "Yo he sido un poquito más rebelde de joven, he probado más cosas. Imagínate, con 16-17 años, incluso estando en el Madrid. Recuerdo que nos íbamos a una discoteca a 50 kilómetros y nos poníamos morados, hasta que realmente un día vi que ya estaba en el segundo equipo y dije: 'Estoy a un paso de la puerta', entonces ya ahí dije: 'Se ha acabado'.
Los dos exfutbolistas del Real Madrid reconocen la importancia capital en su vida de Vicente Del Bosque, entonces director de la cantera madridista. "Lo amamos con locura los dos", dice Raúl. El valenciano nos desvela entre risas y anécdotas el mote con el que se conocía en aquella etapa al exseleccionador y explica cómo le llegó a echar del hotel donde vivían los canteranos. "Nosotros fuimos una apuesta de Del Bosque. Él dijo: 'Si a estos dos los dejo irse, se nos pierden", reflexiona Aranda. El día antes de la entrevista hablé por teléfono con Don Vicente Del Bosque, como le llama Raúl. "Vicente, mañana entrevisto a Raúl Bravo y a Aranda. Creo que te suenan. Me gustaría que, si te apetece, grabaras un vídeo y les mandaras un mensaje, seguro que les hace ilusión", le dije. Y lo hizo, no sin antes darme otro mensaje a mí también: "Trátalos bien, que son buenos chicos".
¿Cómo estáis? ¿En qué momento de vuestra vida?
RB: Yo creo que en el más bonito y en el mejor. Después de haber pasado huracanes y tormentas, asentados con los negocios, la familia y los amigos.
CA: Igual. Bien… Parecido. Él con sus cosas, con sus negocios, y nosotros con los nuestros aquí, con la familia.
¿Imaginabas a Raúl metido en el mundo de la decoración?
CA: Sí, porque siempre le ha gustado. Cuando jugaba al fútbol estaba siempre con revistas y decoraba su casa, la de Madrid. Al final uno tiene que hacer lo que le gusta y si encima te va bien, pues mejor todavía.
¿Y a Carlos en modo empresario?
RB: No, la verdad que yo no me lo imaginaba haciendo el bien. (Se ríen los dos). Está el tío ahí que negocio que hace, negocio que le funciona, y yo encantado. Es lo que toca. Eres joven, estás más alocado, tienes una vida así más con poca gana de trabajar, pero luego con la edad te das cuenta de que hay que hacer cosas buenas y currar, sobre todo, aparte de para ganar dinero, para entretenerte. Una persona que no tiene un ocio, que no tiene algo que le ocupe el tiempo, yo creo que es un tío vacío, estás todo el rato sin saber qué hacer.
Os conocéis muchos de esos años. ¿Cómo recordáis cuando os conocisteis? Porque tú llegaste al Real Madrid en el 98, Carlos, pero tú ya llevabas un año, Raúl.
RB: Éste tiene más memoria que yo, que lo diga, porque yo no me acuerdo.
CA: Pues muy fácil. Nos conocimos en el hotel, en la residencia del Madrid, que era en el Hotel Centro Norte. Y nuestra amistad empezó porque yo estaba buscando una peluquería (se ríe Raúl) y él me dijo: 'Yo te voy a llevar a una'. Me costó mil pesetas (6 euros), pero me costó mil pesetas a mí y mil pesetas de él, porque él también se peló y me dijo: 'Págamelo tú y después te lo doy'.
RB: Yo no me acuerdo, por ejemplo.
CA: Yo sí.
RB: Dice que yo tengo una memoria como selectiva, ¿no? (Dice mirando a Carlos).
CA: Selectiva. Se acuerda de lo que quiere, de lo que le interesa.
Esto me lo contó Carlos en su entrevista y añadió que es que tú eras un superviviente. Dice que bajabas a las 4 de la mañana al restaurante y desayunabas. De esto sí te acordarás…
RB: Sí, eso sí. A ver, yo qué sé, nosotros somos de ganarnos a la gente y tal, y allí en el hotel a las nueve cenábamos, creo, y hasta el día siguiente. Pues a veces te entraba el hambre a las tres de la mañana, bajábamos a recepción y la de recepción tenía llaves de la cafetería, nos la abría, nos hacíamos sandwich mixtos, no sé qué… En un minibar de estos de hotel, una cafetería chiquitita. 'No digáis nada, que me tiran, que me tiran del trabajo'. 'No te preocupes'. Nos hinchábamos a comer y nos subíamos.
¿Cuánto podíais cobrar en aquel momento?
CA: A ver, para lo que era nuestra edad, cobrábamos bien…
RB: ¡Tú! Yo ganaba 100 euros al mes cuando llegué. Yo llegué con 15 años, me acuerdo, era en pesetas. No sé si eran 15.000 o 16.000 pesetas (90-96 euros), pero lo tenías todo pagado. Eras un niño y tenías el abono transporte pagado, el colegio pagado, la comida pagada. Era para ti, para ir a la peluquería, pero no, porque te la pagaba el Carlos, (se ríe) o te ibas a cualquier lado a comprarte una tontería, al cine… Era ese plus. Luego cada año te daban un poquito más.
CA: No es que yo cobraba más, es que yo fui un poco más grande que él, en Juvenil B. Nosotros cobrábamos 100.000 pesetas (600 euros). Al final 100.000 pesetas para un niño que lo tienes todo pagado, es para tus gastos de irte a merendar o los fines de semana irte a cenar, que íbamos a cenar…
RB: Tomar una copilla... (Se ríe).
CA: Eso era un poquito más grande.
RB: Ahí ya se te iba en dos veces. No, pero teníamos suerte de que sus tíos venían mucho y siempre nos sacaban a cenar y ahí estaba todo pagado. Se portaban como cracks. Nos llevaban a todos los restaurantes de moda, que si De María, que si al Asador (Donostiarra)… Nos hinchábamos a jamón y a Coca-Cola.
¿Hasta qué edad estuvisteis?
CA: Yo hasta los 18. Él estuvo un año más, hasta que lo echaron del hotel. (Se ríe).
RB: A mí me echaron, lo iba a contar. A mí me vino Vicente Del Bosque, que lo amamos con locura los dos, y él nos ama y siempre lo redacta en cualquier entrevista, y que me tenía que ir del hotel y digo yo: 'Pero, míster'. No, que ahí era director deportivo de la cantera. '¿Pero cómo va a ser?' No sé la norma de la cantera cuál era, pero no te ibas hasta que no ibas al segundo equipo o hasta el tercero. Me dice: 'Da igual, te tienes que ir del hotel porque me estás revolucionando a todos los chavales'. (Se ríe). Y me dieron carta blanca para irme del hotel. Fui el único jugador que se pudo ir antes de hora del hotel. Al final dijo: 'No lo vamos a echar porque es bueno, pero hay que sacarlo del hotel como sea'.
"Me echaron del hotel del Real Madrid. Del Bosque me dijo: 'Te tienes que ir porque me estás revolucionando a todos los chavales'"
Exjugador del Real MadridCA: A partir de los 18 te podías ir, pero como él tenía 17 años no se podía ir… Al final a él lo pasaron a los apartahoteles.
RB: Primero estábamos en un hotel que era como una habitacioncita, dos camitas, ibas allí a dormir y tal. Luego en los apartahoteles ya era como un apartamentito con cocinita, con salón, ahí ya estabas como en un pisito. Estaba muy bien porque tenías un poquito más de libertad, tampoco mucha porque siempre estás controlado a la hora de salir y entrar, pero se estaba bastante bien.
¿Por qué revolucionabas a la gente? ¿Por qué te echaron?
CA: (Responde rápidamente Carlos). Porque era el mayor, realmente porque era el mayor. Y los jóvenes le seguían a él, y él tenía otra vida. Yo creo que estaba en el Tercera ya. En Juveniles se lesionó de la rodilla, estuvo un año y pico para recuperarse.
RB: Me acuerdo. 10 de octubre me lesioné contra el Albacete en la Ciudad Deportiva y volví a jugar el 17 de octubre. Dos meses de escayola, no selló bien, luego tuve una operación, otra operación… No podía, no podía. Del Corral me dijo: 'Mira, ya no se puede hacer nada. Te hemos operado dos veces. O aguantas el dolor o dejas el fútbol'. Y, hostia, ahí sí que te cagas vivo.
¿Qué os unió a vosotros? Recupero una frase de la entrevista de Carlos: «Raúl y yo veníamos los dos de la misma vida. Su padre murió de la droga, mi madre murió de la droga. Los dos nos hemos criado en la calle. Somos diferentes, pero pensamos igual».
CA: No todos los niños allí tenían nuestra crianza. Habría niños que estarían de la calle también, pero al final fue porque pensábamos igual, porque nos gustaba divertirnos, pasarlo bien. Éramos muy parecidos en que éramos bastante generosos los dos y vas haciendo un vínculo poco a poco. Allí había malagueños también, pero yo realmente con el que más iba era con él, y vas haciendo amistad.
RB: Pero, sin embargo nunca hemos vivido compartido piso en la época de Madrid.
CA: Pero porque tú te quedaste en el hotel. Él se quedó en el hotel y yo me fui al piso con Fernandito (el segundo entrenador del Betis, jugó en el Málaga en Primera) y con Leo (Leo Bermejo), y yo ahí realmente me di cuenta que yo no podía convivir con personas que eran diferentes a mí, que eran más ordenadas que yo. Entonces yo preferí irme solo y ya me quedé solo siempre en los pisos. Sí que compartimos piso en Mirasierra.
RB: Ahí fui yo, es verdad, un tiempo estuve ahí contigo, sí me acuerdo.
CA: En Mirasierra. Pero lo que te estaba contando, que al final él venía a Málaga conmigo en las vacaciones, yo me iba a Gandía, sus amigos se hicieron amigos míos también. Hicimos un vínculo bueno. Tuve también mucha amistad con más compañeros, pero realmente con el que me quedé de amistad de verdad fue con él. Camuñas, también tengo una amistad muy buena.
¿Raúl, que te unió a Carlos? Al final teníais una situaciones parentales similares, tu padre y su madre habían muerto a causa de las drogas, reconocéis ese vínculo común también de la calle.
RB: A ver, eso es un dato, yo no creo que lo que nos unió es que nuestros padres murieran de lo mismo. Nos unió que tú estás con una persona y estás a gusto y te lo pasas bien, y te vas de viaje y te lo pasas bien. Vas creando ese vínculo que te pasa con muy pocas personas. Eso es como una relación de pareja: tú cuando estás soltero, estás con chicas, pero no hay una que realmente tú quieras estar con ella. Te ha pasado con tres novias que has podido tener en tu vida. Es un poco parecido. Al final el vínculo se creó de ir a comer, de ir a cenar, de ir de viaje, de venir a Málaga, de ir a Valencia, de salir algún día también (se ríe), y nos lo pasábamos bien.
Hay una foto en mi Instagram que ya tengo que cambiarla: una foto de hace creo que eran 15 años y una de hace 5. Estoy diciendo que han pasado 15 años, pero es que ahora lo he revisado y han pasado 20. Son 20 años de relación, de convivencia. Él ha estado en Sevilla, en Villarreal. No hay equipo en que haya estado que yo al primer fin de semana me he ido a estar con él, a ver el partido…
CA: Es verdad.
RB: Éste para venir a Grecia (se lleva la mano a la cabeza y se ríe).
CA: A mí me cuesta más, ¡pero fui, fui! (Dice y levanta el dedo índice).
RB: Éste es un malagueño… Te lo juro, es que no lo puedes sacar de Málaga, es increíble. Un malagueño está en Madrid y muchos están depresivos y no pueden jugar a fútbol en el Real Madrid porque echan de menos Málaga.
Hombre, no hemos sido capaces de convencerte de que fueras tú a Gandía para hacer la entrevista.
CA: No, tengo muy mal recuerdo de Gandía de la última vez que fui. Aquí éste se acuesta muy pronto y se levanta muy pronto, y me metió en pleno agosto en Gandía. Digo, bueno, lo vamos a pasar bien, vamos a salir con las mujeres, a cenar por ahí… Y a las diez la noche: 'No puedes hacer ruido, que están los niños durmiendo'. (Dice susurrando).
RB: ¿Y qué hago? (Ríe a carcajadas). Mi nueva vida no la entiende.
CA: Él dice que lleva la vida de los millonarios, que es levantarse pronto y acostarse pronto.
RB: A las 5 de la mañana en pie: leer un poco, hacer deporte…
CA: Yo le digo que la vida los millonarios es levantarse a la hora que le dé la gana y hacer lo que le da la gana.
Tenéis vuestras diferencias pero algo o a alguien en común muy importante. Os lo mando por WhatsApp.
Les envío el vídeo que le pedí a Vicente Del Bosque el día antes de verles. Es el vídeo que está sobre estas líneas. Raúl abre la boca cuando empieza el mensaje. Dice el exseleccionador:
VDB: 'Hola Raúl, Carlos. Soy vuestro amigo Vicente Del Bosque, que os aprecia mucho a los dos. No habéis tenido una vida fácil, pero confío en vosotros porque tenéis un corazón muy grande. Os deseo lo mejor y os mando un fuerte abrazo".
CA: ¿Cuándo te lo ha hecho?
RB: Qué grande, Dios. (Resopla). Lo queremos pero con locura.
CA: Es un fenómeno.
RB: Yo no he escuchado a nadie que hable mal de ese hombre. El que conoce a esa persona… Es que es un tío que no habla mal de nadie, que no se mete con nadie.
CA: Es que no puede hablar nadie mal de él.
RB: Tiene un humor como medio negro, porque es serio pero sin embargo es cachondo, es gracioso. ¿Te conté yo la anécdota de 'Carapera'? ¿Te lo llegué a contar o no?
No, no. Cuéntamela.
RB: A él le apodaban 'Carapera'. Tú llegas ahí al hotel, eres un niño, y de repente llego yo un día allí a hablar con él al despacho, y nada más entro me suelta: ¿Qué pasa con 'Carapera?'. Y yo (dice poniéndose recto y entre risas), imagínate, eso era el hombre más respetado del mundo, tú entrabas ahí y eso era el peor día de tu vida. Tú entrabas el último día temporada. Te esperabas en una sala y entraban uno por uno, y te decían como en Roma, para abajo o para arriba (hace el gesto con el pulgar). Y nada más entro me dice: '¿Qué pasa con 'Carapera'?' Y tú que vas con los nervios… A ver, al final sabes un poco lo que va a pasar. Si tú has jugado durante todo el año y has estado más o menos bien, es raro que te digan que no continúas el año que viene. Ahora, si tú has tenido un año así medio de lesiones… Yo no tenía miedo por eso, pero te entra la tensioncilla esa y te dice Vicente Del Bosque, Don Vicente Del Bosque: '¿Qué pasa con 'Carapera'? Y yo me quedé… '¿Por qué dice eso?' (Ríen a carcajadas). Fue muy bueno.
CA: El primer año que yo no había jugado todo -jugaba, no jugaba-, y yo cuando fui a la reunión la verdad que me daba igual, porque estaba loco por venirme para Málaga. Si me echaba, decía 'de puta madre, me voy para Málaga', pero ya había cogido un poco el tranquillo a aquello, a lo que es Madrid. Me acuerdo que me dio la mano y me dice: 'La mano se da como los hombres, fuerte'. Y me dio la mano, me dice: 'Tú sigues el año que viene'.
Pero yo había visto como a otros compañeros los había echado. Al final eso tiene que ser duro para él también, porque él es persona… Pero él yo creo que es lo mejor que nos ha pasado a nosotros dos, en tema educativo y en tema de comportamiento nosotros la liábamos mucho. Siempre estábamos dando problemas en el hotel. Y él nos aguantó por algo, mira, y a la vista está que al final...
RB: En el colegio, di las siestas que te pegabas en el colegio. (Se ríen). Llegaba al colegio y se ponía en el pupitre a dormir. Ocho de la mañana, madrugón, su cuerpo no estaba acostumbrado. Se pegaba unas siestas en el pupitre que el profesor le decía: 'Por lo menos haz que atiendes'.
CA: Tú piensa que yo aquí ya había dejado el colegio. Pero mira, él me propuso: '¿No quieres ir al colegio? No vayas al colegio, pero vas a entrenar con el Tercera', y entrenaba con el Tercera por la mañana y con el Juvenil por la tarde. Es que él tampoco conmigo iba a poder, yo abogado no iba a salir, la verdad, porque no tenía esa educación de estudio, de pequeño, pero él a nosotros cuando nos tenía que llamar la atención, nos la llamaba. Y es lo que él dice, él era un tío respetado y serio, pero nosotros también veíamos que él era una buena persona, porque cuando hablabas con él era una buena persona.
RB: Con nosotros él era un...
CA: Un trato especial.
RB: Un trato especial. Está feo que se diga, pero bueno, al final tú tienes tu debilidad. Es como por tu sobrino, siempre tienes alguno que… Yo, por ejemplo, llegaba el viernes y a lo mejor yo estaba lesionado, entonces yo le decía a lo mejor: 'Bueno, Don Vicente, ¿me puedo ir a Gandía el fin de semana?' Y dice: 'Sí'. Y digo: 'Pero en vez del domingo -porque claro, el lunes voy al colegio y mi equipo entrenaba el lunes por la tarde-, ¿puedo volver el lunes?' Y dice: 'Sí, pero no digas nada a nadie'. El colegio, eso era clave para él, él lo decía: 'Yo quiero formar personas, no quiero formar futbolistas. Si salen futbolistas, mejor, pero hay que formar primero personas'.
Siempre tenía ese detallito conmigo de darme un día más. Teníamos un vínculo. Por ejemplo, cuando yo era también de la cantera, con quince añitos, Vicente se iba a Torrevieja o a un sitio de ahí, y un día me llevó en su coche, un Mercedes que tenía del año catapum, y me llevó. Imagínate en este caso el director de la cantera, llevarte con su coche no es lo normal. Siempre nos ha tenido ese cariño.
"Raúl (Bravo) y yo fuimos una apuesta de Del Bosque. Él dijo: 'Si a estos dos los dejo irse, se nos pierden"
Exjugador del Real MadridCA: Yo creo que fue una apuesta de él, como diciendo 'si a estos dos los dejo irse, se nos pierden', porque al final jugadores como nosotros seguro que iba a encontrar, porque España es muy grande y si te das cuenta, cuando él era director deportivo en el Madrid, el Madrid ganaba todos los campeonatos de España, todas las Copas del Rey de las categorías inferiores, no como ahora, que te lo gana el Atleti, te lo gana... El Madrid lo ganaba todo. Entonces, él hacía muy buen trabajo ahí. De toda la cantera, tú piensa que nosotros éramos más o menos las ovejitas negras de la residencia, y él diría que si a estos dos los dejo que se vayan, se van a perder.
Y la verdad que éramos buenos jugadores, no éramos tampoco jugadores normalitos, éramos los que más destacábamos en nuestros equipos. Al final él apostó por nosotros y nosotros siempre le estaremos agradecidos a él. Yo soy más del Madrid por él y por Camacho que por lo que es el Madrid en sí, porque yo creo que ellos son los verdaderos valores del Madrid, los dos. A uno lo tuve en Osasuna tres años, que para mí fueron tres años muy buenos, porque el trato de él fue muy, muy bueno, y Del Bosque fue más tiempo pero era más niño. La verdad que lo pasamos bien con los dos.
De hecho, en la entrevista que tuvimos me dijiste: «A mí no me salva el Madrid, a mí me salva Del Bosque», y añades que si te has metido en problemas jugando el fútbol, imagínate si no hubieras jugado al fútbol…
CA: Hombre, si no hubiese jugado al fútbol, no estaríamos aquí sentados, seguro. (Se ríe y mira a Raúl). Estaríamos en otro lado…
RB: ¿Yo te he contado la anécdota del balón de fútbol?
No…
RB: Para que tú veas que somos niños... Yo cuando llegué el primer año allí a Madrid, estaba El Corte Inglés. Yo no había visto El Corte Inglés en mi vida. Yo no creo que me puedan reclamar nada ahora después de tantos años (dice y se ríen). Y yo veía que la gente metía cosas en bolsas, iba a la caja y pagaba. Entonces yo me asomé así al mostrador y había una bolsa de El Corte Inglés, cogí un balón de Nike que acababa de salir y lo metí en la bolsa y me salí por la puerta, tan normal.
Son cosas que tú dices… Acabas de llegar al Real Madrid, te pillan y te cortan la cabeza. A tu casa. Ahí no habías hecho aún méritos para decir: 'Hostia, no', me hubiesen tirado a la primera, pero al final venimos de una educación, que no hemos tenido un padre que nos lleve ahí un poco rectos, y es lo que dice él, nosotros no íbamos a ser abogados, estaba más claro que el agua, pero por lo menos tener una educación y tener un saber estar y unos valores que sí que han sido importantes.
¿Vosotros habéis pensado real y seriamente qué habría sido de vuestra vida si no hubiera sido por el fútbol? ¿Lo habéis hablado entre vosotros?
CA: Hombre, yo te voy a ser sincero, yo hubiese acabado...
RB: Multimillonario. (Se ríen). No, es broma, es broma. Pues no, pero algo feo seguro.
CA: Yo hubiese acabado mal, la verdad. Yo no sé él, pero yo lo tengo clarísimo que hubiese acabado mal, porque yo ya iba por mal camino. Yo tuve la suerte de que me firmó el Madrid. Cuando me firmó el Madrid yo había estado detenido tres días en los calabozos, con 15 años, y había salido, por una pelea. Yo no sé si salí de suerte, porque mis tíos me ayudaron, pagarían… Pero fue una pelea fea. Por ejemplo, el que estaba conmigo no salió, fue al correccional, y yo no fui al correccional. Yo ya llevaba una carrerita conflictiva, yo creo que yo hubiese acabado muy mal, la verdad. Si por poco acabo mal y he jugado al fútbol… Es un decir. Ahora ya no, ahora yo lo tengo claro en mi vida, que hay que trabajar, hay que hacer las cosas bien sobre todo por los niños.
RB: Y después de la suerte que hemos tenido, con todo lo que hemos hecho de jóvenes y tal, y verte así, en esta situación, es para decir lo que dice él: 'Lo tengo clarísimo. Yo quiero estar tranquilo, dormir y no tener la preocupación de ninguna cosa'. Entonces hay que aprovecharlo y hay que...
CA: Sobre todo por los niños. Por ejemplo, mi niño tiene 10 años, se mete en internet, ve cosas que no tiene que ver, entonces, ¿cómo le cambias la mentalidad al niño? Pues viéndote que trabajas, que te levantas todas las mañanas, que haces un bien por ellos, que haces un bien con tu familia, que te portas bien en casa, que no haces el mal tampoco… Los niños van a hacer lo que vean en casa. Si los niños ven en casa que tú no trabajas y que te entra dinero sin hacer nada, ellos se hacen su película y ellos ¿qué quieren hacer de mayor? Como su padre.
Y vosotros que habéis vivido el mundo de las drogas de cerca, aunque igual no habéis sido conscientes cuando erais pequeños, sobe todo, pero ¿hoy en día es una de vuestras principales preocupaciones respecto a vuestros hijos? Al final, habéis vivido sus consecuencias en vuestros padres, aunque no sé si vosotros habéis conseguido esquivarla directamente…
CA: Hombre, yo la verdad que la droga no la quiero ni en pintura. Yo con decirte que yo no he consumido ni he tocado un cigarro con las manos… Yo no he probado nada en mi vida. Yo creo que la droga contra más lejos la tengas del vínculo familiar, para que tu niño no lo vea… Yo lo bueno que tengo es que mi familia a día de hoy puedo decir que estoy súper contento con ella, y con mi propia familia de lo que es mi apellido, porque todos han cogido un buen camino, todos están con sus vidas, con sus trabajos y ves que las nuevas generaciones tienen que cambiar, tienen que ver que los demás no hacen lo que no deben de hacer.
Al final es como todo, te sale un niño que tú lo estás haciendo todo bien, se te desvía y no puedes hacer nada contra eso, pero si tú no se lo pones por el camino, es más difícil que se desvíe. Yo espero que no se desvíe, yo estaré ahí para que no se desvíe, la verdad.
¿Y en tu caso, Raúl?
RB: Yo he sido un poquito más rebelde de joven, he probado más cosas. Imagínate, con 16-17 años, incluso estando en el Madrid. Recuerdo que nos íbamos a una discoteca a 50 kilómetros y nos poníamos morados, hasta que realmente un día vi que ya estaba en el segundo equipo y dije: 'Estoy a un paso de la puerta', entonces ya ahí dije: 'Se ha acabado'. Es una cosa que uno puede hacer y no sentirse orgulloso de ello. Cuántos niños porque el amigo más mayor 'prueba esto, prueba lo otro, tal'. Lo que hay que saber es decir hasta aquí o decir no de principio, pero estamos en una sociedad que es complicado, porque siempre hay alguien que te incita, cuando no debería ser así. Pero lo importante es eso, el saber decir que no de principio y si algún día has tenido el acto de hacer algo, darte cuenta de que eso no va a ningún lado.
Sobre el consumo de drogas: "Yo he sido un poquito más rebelde de joven, he probado más cosas. Con 16-17 años, estando en el Real Madrid. Nos íbamos a una discoteca a 50 kilómetros y nos poníamos morados"
Exjugador del Real Madrid¿No pasabais controles? ¿No saltaba ese consumo de ninguna forma?
RB: Cuando eres más joven, cuando estás ahí en Juveniles y tal, no. El dopping empieza en el tema profesional, en Segunda división A, pero bueno, no sé realmente qué buscan, no sé yo si saldría. Pero es eso, me juntaba con unos que iban para allá y 'va, vente, tal', y yo que digo a todo que sí pues… Pero al final llega un día que lo ves cerca el sueño y dices: 'Me van a quitar todo lo que hemos hecho todos los años aquí en Madrid'. Te das cuenta que ya estás a un paso de la puerta y que por hacer tonterías, que te dejas llevar, se podría ir todo a la mierda. Entonces, decides que se ha acabado y así fue. En nada pude debutar en Segunda y en nada, en Primera. Entonces estaba ya tranquilo, que no podía pasar nada.
Recuerdo que cuando hablé contigo, Carlos, la primera vez, decías: 'Mira la cabeza que teníamos entonces, que hubo problemas en un vuelo desde Moscú y pensábamos que nosotros nos íbamos a salvar…' ¿Cómo recordáis aquel momento?
RB: Él decía que si el avión se cae, se metía arriba en lo de las maletas. (Ríe a carcajadas).
CA: Y tú decías que nos íbamos a salvar nosotros dos e íbamos a jugar el partido contra el Barcelona. Y ahora no soy capaz de montarme un avión.
RB: Si es que yo creo que no estábamos ni formados. Al final ahí, ¿qué teníamos? 20…
CA: No, tanto no.
RB: Sí, 19-20. Ese caso lo sabéis, ¿no? Saliendo de Moscú, teníamos el motor cerca, y de repente vemos una ráfaga de fuego ahí, se ve que se había metido un pájaro o algo, que dijimos: 'Será un pingüino', porque a -20 grados que hacía ahí…
CA: Estábamos él, yo y Morientes. Todo el mundo llorando y nosotros muertos de risa. Y eso me pasa a mí ahora y me muero.
RB: Ya ves. Yo igual, yo tengo pánico a los aviones ahora. Se ve que te ves ahora ya con todo lo que tienes y todo bien, y cuando estás solo es que como que no tienes miedo a nada, pero ahora es verdad que yo se mueve un poco y empiezo… (Hace el gesto de cogerse al sofá).
CA: Yo quisiera saber por qué les tengo miedo ahora a los aviones, si yo antes no les tenía miedo. No sé el porqué, pero le tengo miedo. A mi mujer la tengo amargada porque quiere viajar todos los días y le digo que no me subo a un avión.
CA: Allí fue a la salida, nada más.
RB: Sí, fue el susto del motor. Dio la vuelta enseguida, bajó. Estuvimos en el aeropuerto ahí dos horas para que nos prepararan otro avión. Eso te pasa de particular y te tiras ahí tres días, pero el Madrid hizo (hace el gesto de hablar por teléfono): 'Aquí otro avión', y vino otro avión enseguida y nos volvimos. Pero fue duro porque ya después del partido, ya coges el vuelo a la una de la mañana por lo menos, porque Champions era a las nueve, después de salir vuelves, esperas dos horas el avión, llegamos aquí a las 7, 8 de la mañana.
¿Cuál es el mejor momento que habéis vivido juntos?
CA: Pues Ibiza (se ríe Raúl), ¿para qué te voy a engañar?
RB: ¿Pero este o...?
CA: Este viaje. Nos fuimos de despedida de soltero de él. Para mí ha sido el mejor año que me lo he pasado. Fue con un grupo de amigos muy, muy, muy buenos, que yo conocía a algunos, y la verdad que nos lo hemos pasado muy, muy bien.
RB: Es más, yo de allí he decidido que es necesario, que no hace falta que sea una semana, pero, hostia, tío, una vez al año, tengas familia o no, tres días, juntarte con amigos, irte de viaje a Ibiza, a Mojácar, a donde sea, a Madrid…
CA: A Ibiza.
RB: Sí, bueno, a Ibiza, porque nos gusta mucho Ibiza, siempre nos ha gustado, pero hostia, el estar ahí con tus amigos, desconectar un poco de tema bebés... Es que eso es, vamos.
CA: Yo me lo he pasado muy bien, la verdad.
RB: Mira si le ha gustado (le corta Raúl), que le ha pedido a su mujer que se case con él para el año que viene irnos de despedida otra vez. (Ríe a carcajadas) Es verdad, te lo juro.
CA: Hay que buscar el rollo siempre.
RB: Vino de Ibiza y le pidió matrimonio a la mujer.
¿Y tu mejor momento, Raúl?
RB: Ibiza. (Ríen a carcajadas). Si somos muy iguales.
CA: No, que diga otra cosa.
RB: No, yo creo que es verdad. Es que hemos pasado tantos momentos en Ibiza…
CA: Si te digo que ha sido en Madrid jugando es mentira.
RB: No, hombre, en el campo también hemos coincidido, de contrarios, y ha estado guay. Había ahí algo raro… Pero yo qué sé, hay muchos. Un partido en el Bernabéu también estuvo guay, con el Albacete, él con el Albacete y yo con el Madrid. Ha habido varios, con el Villareal, nos hemos enfrentado varias veces, la verdad que es un momento guay.
¿Y el peor?
CA: Buah, el peor, el del Caso Oikos. Yo creo que ése ha sido el peor. Estuvimos juntos, pero sabiendo que no habíamos hecho nada, sabiendo que eso no tenía sentido ninguno, ves que te detienen… Y más que porque te detienen y te meten preso, eso es lo de menos, ya es por todo lo que se forma. Ya cuando sales, lo que sigue formándose en las televisiones, las mentiras que se siguen diciendo…