Raúl lo vuelve a hacer en el Real Madrid y obligará al club a una conversación cara a cara si no quieren que siga
El técnico ha sacado al Castilla del descenso y ahora sueña con un ascenso que le habilitaría para continuar en el filial.

Hace meses, cuando la clasificación del Castilla ardía cada semana en los despachos de Valdebebas, había voces que advertían: "Va a pelear por el ascenso". Los osados sacan ahora pecho, avalados una vez más por Raúl González Blanco, entrenador de un grupo que se ha levantado de la lona y que ya vive en la primavera, vigoroso y efervescente, de nuevo motivo de orgullo en La Fábrica, de nuevo Rulo inmortal.
Raúl lo ha vuelto a hacer. Asumió su sexto proyecto en el Castilla, el más difícil todavía. Otro grupo nuevo, nula inversión en fichajes, una epidemia de lesiones que le ha mermado hasta el límite, y una racha de resultados para un grupo tan tierno que acabó con el equipo en la zona roja. El capitán blindó otra vez el vestuario, ajeno a las informaciones que aseguran que no seguirá la próxima temporada en el Castilla. Cinco victorias y dos empates en las últimas siete jornadas para saltar del descenso al quinto puesto.
Cabe resaltar que Raúl perdió en verano jugadores como Nico Paz (Como), Álvaro Rodríguez (Getafe), Mario Martín (Valladolid) o Carrillo (Eibar) y al inicio de curso se fueron lesionando de larga duración Joan Martínez y Palacios, del mismo modo que Manuel Ángel, pieza angular para el técnico, también ha ido encadenando problemas físicos. El carrusel de lesiones también acentuó la ya de por sí realidad compleja del filial, la de no poder entrenar con todo el grupo durante la semana para poder dar servicio al primer equipo. Para acabar, Raúl Asencio promocionó al primer equipo. Otra baja de lo más sensible.
Con todo y con ello, ha armado un bloque con Mario de Luis asentado en portería, Jacobo Ramón como líder de la zaga y la dupla Gonzalo y Víctor por arriba dando muchas alegrías. Manuel Ángel volvió y el equipo lo notó. Tras un susto esta semana, arrastra unas molestias que no tienen un diagnóstico claro. Raúl le necesita. También se cruzan los dedos para que los lesionados de larga duración puedan sumar a final de temporada.
Respecto al futuro, a Raúl solo le preocupa el siguiente partido, Intercity próximo domingo a las 12.00. Ya contamos aquí que el entrenador no tiene un contrato con fecha de caducidad. Como cada año, valorará a final de temporada su futuro. Raúl es feliz en su rol de formador al servicio de un Madrid al que ha ayudado a generar un puñado de millones, 55 en ingresos que pueden llegar a ser por el doble porque son por el 50% de los traspasos de futbolistas que han sido dirigidos por el técnico.
Hombre de club, no estará donde no le quieran. Pero claro, esa conversación, si los que mandan entienden que ha cumplido un ciclo, tendrá que producirse. Raúl ha declinado un puñado de ofertas y acercamientos en los últimos años, aunque alguno de ellos fuera empujado incluso por personas muy cercanas al Madrid. No ha encontrado mejor proyecto que el que lidera en el Castilla. Otra cosa es que llegue algo que le seduzca de verdad. Los hechos dicen que Raúl no se irá a cualquier equipo, porque por el camino han quedado Schalke, Leeds, Espanyol o Eintracht. Del mismo modo, el madrileño pone en la balanza el factor familiar y le cuesta contemplar un cambio radical. Su hija, María, sigue subiendo peldaños en la cantera blanca.
El técnico se ha marcado el objetivo de pelear por el ascenso. Hace casi dos años lo acarició hasta el último momento en una de las tardes más dolorosas de la historia del filial contra el Eldense. La herida tardó en cicatrizar y tras una temporada de transición, la pasada, el filial llega lanzado. ¿Qué pasará si por esas cosas del fútbol el Castilla acaba ascendiendo? Si el club ha decidido que no siga, Raúl no lo sabe. Y cómo apartarle si logra la hazaña de subir y poder dirigir en Segunda... o incluso si se queda cerca, demostrando una gestión óptima.
El juego de tronos en el que vive permanentemente la cantera madridista, con familias y apellidos de lo más enjundiosos, nunca le ha preocupado mucho a Raúl, pero es consciente de las influencias y presiones. Por debajo sigue Álvaro Arbeloa, al que la presencia de su excompañero en el Castilla le tiene bloqueado en el Juvenil A. Su curso pasado fue malo. En este marcha segundo a un punto del Atleti y fue eliminado de Copa con una goleada como no se recuerda en Valdebebas, un 6-1 dolorosísimo. En la Youth se medirá en octavos al AZ.