FÚTBOL FEMENINO

El Rayo se desangra y sufre su segundo descenso en dos años

El conjunto madrileño ha pasado de la Liga F a 2º RFEF y continúa su declive.

Las jugadoras del Rayo hacen piña antes de un partido. /Rayo femenino
Las jugadoras del Rayo hacen piña antes de un partido. Rayo femenino
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

Poco -o nada- queda del Rayo que fue una auténtica institución del fútbol femenino español y que conquistó tres ligas, una Copa de la Reina y que disputó la Champions. Sin embargo, para el club hace mucho tiempo que dejó de ser una prioridad. Una apatía que le ha llevado a descender dos categorías en dos años: de la élite del fútbol femenino español a la 2ª RFEF (Tercera División).

A pesar de que las rayistas vencieron por 3-1 al filial del Granadilla, no fue suficiente para mantener la categoría, sumando un total de 35 puntos, a tan solo uno de la permanencia. Un Rayo Vallecano que se ha pasado toda la temporada en los puestos de descenso -los cinco últimos equipos bajan de categoría- y que no puntuó hasta la sexta jornada.

Condenadas al amateurismo

La sensación es que mientras el resto de clubes invertían en el fútbol femenino español, mejorando sus presupuestos y marcándose objetivos deportivos ambiciosos, el Rayo remaba a contracorriente... hasta que naufragó. De hecho, y tras 22 años en la élite, las rayistas descendieron a segunda por primera vez en su historia. Además de por lo de inédito de la noticia, su descenso fue especialmente doloroso porque se produjo a las puertas de la primera liga profesional de la historia del fútbol femenino español.

Uno de los clubes que más había apostado por su sección femenina -cuando nadie lo hacía- no iba a disfrutar de un momento histórico. Las lágrimas de Pilar García o de Paula Andújar, algunas de las jugadoras más emblemáticas del club y que formaban parte de aquella plantilla, señalaban el final de una era.

Alicia Gómez o Natalia Pablos, leyendas franjirrojas, también eran críticas con el que fue su club y con el trato que recibía el equipo femenino. Condenaron a unos de los mejores equipos de España al amateurismo. "Creo que la tendencia del equipo es la desaparición. Se dejó de invertir para que el equipo bajara a segunda división", afirmó Natalia Pablos en una entrevista en Relevo.

El Caso Santiso

Uno de los capítulos más negros -que son unos cuantos- de la historia reciente del Rayo femenino es el que tiene que ver con su entrenador: Carlos Santiso. El 27 de junio del 2021, el técnico anunció que dejaba su cargo tras dos temporadas al frente del primer equipo, con el que logró la permanencia. Sin embargo, y siete meses después, Santiso cogía el relevo de Miguel Ángel Quejigo.

Una noticia que hubiese pasado desapercibida si no fuese porque -antes de iniciar su segunda etapa en el banquillo rayista- se desvelaron unos audios en los que Santiso justificaba un abuso sexual. "Este staff es increíble pero nos faltan cosas. Nos falta, sigo diciéndolo, hacer… pues… una como los de la Arandina. Nos falta que cojamos a una, pero que sea mayor de edad para no meternos en jaris…", decía aludiendo al Caso Arandina en el que tres futbolistas del equipo burgalés fueron condenados por agresión sexual a una menor de 15 años.

A pesar del revuelo que causó el fichaje de Carlos Santiso por el Rayo, Martín Presa -el presidente del club- le mostró su respaldo y apoyo. De hecho, a día de hoy, sigue siendo el entrenador del club. Aunque Santiso llegó al Rayo con el objetivo de revertir la situación deportiva del club no ha evitado el descenso -por dos veces- del equipo.

Un histórico del fútbol femenino español -siempre lo será- continúa desangrándose y condenado a una desaparición o a deambular por los campos de España sin nadie que le ponga remedio... ni quiera ponérselo.