FÚTBOL

Miguel de las Cuevas, ídolo sportinguista y verdugo del Real Madrid de Mourinho en el Santiago Bernabéu, pone fin a su carrera

El futbolista alicantino ha anunciado su adiós de los terrenos de juego el día que se cumplen 17 años de su debut en Primera División.

Miguel de las Cuevas disputa un balón a Marcelo en un encuentro ante el Madrid en el Bernabéu. /Getty Images
Miguel de las Cuevas disputa un balón a Marcelo en un encuentro ante el Madrid en el Bernabéu. Getty Images
Joaquín Serna

Joaquín Serna

Es un día triste para la redonda. Miguel de las Cuevas, mediocentro con más de 200 partidos en Primera División, ha anunciado su retirada a los 38 años de edad. Llevaba apartado de los terrenos de juego desde el pasado verano, cuando finalizó su vinculación con el Orihuela CF tras rozar el ascenso a Primera Federación.

Conocido por su importante rol en el Sporting de Manolo Preciado y sus seis temporadas en Osasuna, el futbolista alicantino sabe lo que es jugar en los mejores escenarios del fútbol español y también competir en el barro de las categorías más humildes.

Se formó en el CD Agustinos y el Kelme, desde donde llamó la atención de los ojeadores del Valencia para marcharse a la cantera del conjunto che. Tras una temporada en la capital del Turia, volvió a casa para jugar en el filial del Hércules y posteriormente dar el salto al primer equipo, con el que consiguió el ascenso a Segunda División en la temporada 2004/2005.

La siguiente campaña, disputó 14 encuentros en la división de plata y su rendimiento le abrió las puertas a la élite de la mano del Atlético de Madrid, que pagó los 300.000€ de su cláusula de rescisión para que se pusiera a las órdenes de Javier Aguirre en un equipo en el que estaban figuras como Fernando Torres, 'Kun' Agüero o Maxi Rodríguez entre otros.

No contó con un papel relevante en el Atleti, ya que nada más llegar se fracturó el tobillo disputando el tercer y cuarto puesto del Trofeo Teresa Herrera, lo que le hizo estar alejado de los terrenos de juego más de un año. Tras su recuperación, tuvo un papel secundario pero fue en su último año como rojiblanco durante la temporada 2008/2009 cuando tuvo más protagonismo, llegando a disputar 20 partidos, cinco de ellos de Champions League. Ese verano, decidió marcharse al Sporting de Gijón, donde vivió sus mejores años como futbolista.

En El Molinón se convirtió en ídolo para la afición de un equipo por aquel entonces dirigido por Manolo Preciado. Ayudó al Sporting a mantener la categoría las dos siguientes temporadas, adquiriendo un rol clave y siendo protagonista de una de las victorias más sonadas del cuadro asturiano en toda su historia. Y es que en la temporada 2010/2011, un gol suyo sirvió para que los rojiblancos se llevaran los tres puntos del Santiago Bernabéu en el primer año de José Mourinho como entrenador del Real Madrid. Los blancos todavía no habían perdido como locales tras 30 jornadas disputadas de LaLiga, pero un disparo ajustado del alicantino en el minuto 78 sirvió para cambiar la historia.

Finalmente, el Sporting perdió la categoría en la temporada 2011/2012, lo que precedió su salida del club. Estuvo compitiendo en Segunda División los seis meses siguientes, hasta que se marchó a Osasuna. Con los rojillos también adquirió el papel de titular y fue importante para mantener la categoría, momento en el que el club pamplonica abonó su cláusula de rescisión a cambio de algo más de un millón de euros.

La temporada siguiente fue complicada para el club, que vivió su descenso a Segunda División después de 14 temporadas. A pesar de haber contado con protagonismo tras disputar 26 partidos y estar presente en la primera vuelta de Osasuna en Segunda, se desvinculó de la entidad en enero para afrontar una nueva etapa en el extranjero que sería muy dura por motivos de salud.

Aterrizó en el Spezia de la Serie B italiana, con el que disputó 14 partidos hasta el final de la temporada 2014/2015, cuando se le detectó una anomalía cardíaca que le hizo pasar por quirófano y afrontar un periodo de recuperación de medio año. Cuando volvió a estar disponible, decidió regresar a Osasuna, con el que consiguió ascender a Primera División en la temporada 2015/2016 una vez superados sus problemas de corazón.

Allí vivió un nuevo descenso y el siguiente curso, con el equipo asentado en mitad de tabla de la división de plata, tomó la decisión de marcharse al Córdoba, club con el que más partidos ha disputado en toda su carrera: 140.

Allí vivió una segunda juventud en la que desplegó un talento ofensivo que no había mostrado antes, anotando 40 goles y repartiendo siete asistencias en cinco temporadas en las que vivió un descenso de Segunda División a Primera Federación.

Tras aquel periodo en el Nuevo Arcángel, cambió a en verano de 2023 la ciudad andaluza por Orihuela, localidad alicantina en la que nació su madre. En el conjunto escorpión también fue protagonista y dejó destellos de calidad, pero no pudo regalarle el ascenso a Primera Federación a su afición al caer en la final del play off de ascenso ante el Barakaldo.

Tras una temporada en Los Arcos, finalizó su vinculación con el Orihuela CF el pasado mes de julio. En los últimos meses, de las Cuevas no ha encontrado ningún proyecto que le motivara para seguir jugando al fútbol y eso le ha llevado a poner punto y final a su carrera.

El alicantino se ha querido despedir de los terrenos de juego de forma sencilla, a través de un comunicado remitido a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE):

Hola a todos, soy Miguel de las Cuevas.

Hoy, 3 de febrero de 2025, hace justo 17 años que debuté en Primera División con el Atlético de Madrid y coincidiendo con esa fecha quería anunciar mi retirada del fútbol profesional.

Quiero dar las gracias a mi mujer, Esperanza, por ser mi mayor apoyo y estar siempre a mi lado; a mis hijos, Miguel y Elena, por ser mi mayor mi motivación y mi fuente de energía; a mis padres, Miguel Ángel y Maribel, por inculcarme los valores que me han acompañado siempre y respetar mis decisiones desde pequeño; a mis hermanos, Carlos e Isabel, por su apoyo incondicional; a mi abuela, la primera que creyó en mí; a mi agente, Pepe Mesas, por guiarme como un padre. A mis compañeros, entrenadores y trabajadores/as de cada club, gracias por hacerme este camino inolvidable. Gracias a todos los clubes en los que he jugado y a sus aficiones:

Hércules C.F. Cumplí mi sueño desde que era un niño de jugar en el Rico Pérez.

Atlético de Madrid. Gracias por confiar en mí tras una grave lesión y permitirme debutar en Primera División y en Champions League.

Sporting de Gijón. Un club en el que viví momentos inolvidables, como aquella victoria en el Santiago Bernabéu con Manolo Preciado.

Osasuna C F. Pamplona, donde nacieron mis hijos y donde viví la pasión de una afición única.

Spezia Calcio. Me abrió las puertas del fútbol italiano y me hizo disfrutar de una cultura maravillosa.

Córdoba C.F. Agradecido por el cariño que me dio desde el primer día y por hacerme vivir mis mejores temporadas.

Orihuela C.F. Le doy las gracias por permitirme cerrar mi carrera en el pueblo de mi madre, donde todo tuvo un significado especial.

Y también a Colegio Agustinos, Kelme C.F. y al Valencia C.F., donde comenzó todo y donde aprendí los valores que me han acompañado siempre.

Me voy habiendo jugado más de 500 partidos, más de 200 en Primera División, y habiendo marcado goles en todas las categorías profesionales del fútbol español, desde Primera División a la actual Segunda Federación.

Pero lo más importante es la gente que me llevo conmigo. Gracias a todos los que habéis formado parte de este viaje. Gracias fútbol, esto empieza ahora.

Miguel de las Cuevas.