Rubén Sánchez fue un juguete roto del fútbol antes de La Isla de las Tentaciones: "Todos mis entrenadores me decían 'cuida esa cabeza'. No hice caso a ninguno"
Ahora entrenador, llegó a Segunda con el Levante de Luis García Plaza: "Ahora me diría: 'Eras un niñato'". Sufrió una depresión tras retirarse: "Me aconsejaría: 'Aprende a ser persona'".
Si has visto el estreno de La Isla de las Tentaciones, seguramente sabes quién es Rubén Sánchez (Madrid, 1987). Si no le asocias por el nombre, sí recordarás que fue tentador en la primera edición, donde se lio con Fani, con Estefanía. A lo largo de sus ocho temporadas, el programa ha dejado personajes de todo tipo, historias que siempre serán recordadas. Pero no hay que olvidar que detrás del fenómeno televisivo se esconden personas que han dejado una vida atrás. Y el fútbol, como 'lo más importante de lo menos importante', no podía quedarse al margen.
Rubén, a día de hoy, podría seguir dando el callo en el fútbol nacional. Así lo han hecho compañeros como Mario Suárez o Sergio Ballesteros. También su querido mentor, Luis García Plaza. Los futbolistas gozan de un aura de inmortalidad atronadora, son indestructibles. La fama condena y olvida a los que se quedaron por el camino, en las circunstancias que sea y tal y como ocurre en televisión. El conocido tentador fue el ejemplo perfecto de juguete roto, aunque él mismo hace autocrítica en una entrevista en Relevo: "Yo siempre me he echado la culpa por mi impulsividad y mi inmadurez para tomar decisiones".
Un trotamundos, fue de un lado a otro sin nunca asentarse en ningún lugar. Por el camino, rebeldía, fiestas, representantes que no miraron a la persona y ser insaciable sin mirarse antes a su propio ombligo. Cuando parecía despegar y jugaba con el primer equipo del Levante en Segunda, su cabeza volvió a jugarle una mala pasada hasta negarse a acudir con el filial: "Luis García me echó una bronca increíble. Me encantaría poder tomarme un café con él, hablar de todo y que me dijera honestamente cómo me veía de verdad. Me diría: 'Eras un niñato, eras un niñato'".
Una serie de comportamientos le llevaron a la retirada temprana, a los 26 años. Un momento que derivó en un infierno personal, en una alarmante deriva: "No hubo un primer día. Hubo una nube negra durante ocho meses, donde luego mi madre me ayudó a salir. Fue una hostia de realidad. Estuve ocho meses en depresión, no sabía lo que hacer con mi vida". El tiempo ha curado heridas. Rubén ya no es el famoso que sale en la televisión, es el míster que no se pone techo y que vuelve a sonreír ligado al césped. Un Rubén Sánchez distinto, que ahora mira de frente a aquel chaval perdido: "Me diría solamente una frase: 'Aprende a ser persona'".
Toda España sabe quién eres por La Isla de las Tentaciones, pero aquí vamos a hablar de fútbol. ¿Quién es el otro Rubén Sánchez, el que nadie conoce?
Qué te voy a decir. Al final de Rubén solo se conoce la parte televisiva porque es normal, es un reality a nivel nacional. Pero el que ha tenido la oportunidad de conocerme o me conoce de muchos años, sabe que Rubén es de barrio, amigo de sus amigos, trabajador, le encanta el fútbol... He podido dedicarme cierta parte de mi vida al fútbol, que hay gente que la conoce y gente que no. Ahora sobre todo quiero trabajar en lo mío y seguir creciendo como persona. No hay nada más fuera de lo normal. O sea una persona normal y corriente.
De momento tienes el Instagram privado, pese a tener muchísimos seguidores. ¿Tanto sigue el fenómeno Rubén y las tentaciones a día de hoy?, ¿te siguen parando por la calle?
Siempre que se inicia una temporada y pega el boom... Las primeras ediciones se sabe que se recuerdan por muchísimo tiempo y más que nada es por darle un poco de privacidad a mi vida. Al final si todo el mundo puede comentar sobre ella, todo el mundo ve lo que haces o lo que dejas de hacer, nunca tienes esa privacidad. Y sobre todo el respeto hacia mi pareja. Muchas veces te comentan, opinan, gente con perfiles falsos que subes una historia e intentan atacar. Prefiero evitarlo. A mí me da exactamente igual lo que digan, pero prefiero evitar tener que leer ciertas cosas y vivir más tranquilo.
Porque ahora estás centrado en el fútbol... ¿Qué relación tienes hoy en día con el deporte?
Es con el fútbol. Me quedan dos semanas, nada, para que me convaliden el nivel 3 (de entrenador) y ya tengo todo, gracias a Dios. Estoy actualmente entrenando en el Cobeña. El año pasado estuve en el filial del Alcalá, el Henares, entrenando a los juveniles. Y jugando algún que otro partido con el primer equipo echándoles una mano, desempolvando las botas. Este año estoy entrenando al senior B del Cobeña, que lo hemos creado con mucha ilusión. Los chavales me han sorprendido muy para bien, muy muy para bien.
¿Ellos te hablan de tu labor televisiva o ya eres solo el entrenador?
Me ven como su entrenador. Al principio cuando no te conocen sí que soltaban las risas, soltaban la coña de lo de la tele, La Isla de las Tentaciones... Pero cuando ya me han visto que yo en mi trabajo soy serio y profesional, esa parte se ha omitido y soy el míster. Ya es un escalón más, cuando estamos en el terreno de juego o cuando estamos en la calle, somos todos una piña.
¿Te has encontrado algún club que te haya puesto malas caras por el tema de la televisión?
No, de momento no, porque gracias a Dios, cuando te mueves en el mundo del fútbol, te conocen también por tu pasado. Como yo me he criado aquí en Madrid y conozco tanta gente, al final saben el tipo de persona que eres. Y viendo lo que he hecho también con el Henares el año pasado que entré, que para mí lo más importante es formar a los jugadores. Da igual que quedes campeón, que no... Eso es al final un fruto del trabajo, pero sobre todo es formar jugadores. Lo último que estoy viendo en todas las escuelas, y no me quiero meter con nadie, es que veo que nos olvidamos de formar jugadores y solo vemos resultados. Y lo más importante es que los jugadores tengan eso claro, más que tres puntos.
"Lo último que estoy viendo en todas las escuelas es que nos olvidamos de formar jugadores y solo vemos resultados"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las TentacionesExperiencia en el fútbol tienes un rato. Ya empezaste de muy pequeño en la cantera del Atlético de Madrid.
Sí, ahí jugué con Mario Suárez y con Borja Resurrección, el hermano de Koke. A día de hoy, si lo lee, le mando un beso enorme, porque le tengo un cariño especial y está haciendo además un trabajo muy grande en la cantera del Atleti.
¿Qué te pasó en la cantera del Atlético, por qué saliste de allí?
Andas en una edad un poco revoltosa, te juntas con amistades que no te tienes que juntar, te vas de un lado, te vas de otro... Llegaron mis padres y como tirón de orejas se acabó el fútbol. Me decían: 'Quieres jugar, no vamos a estar pegándonos palizas, sacrificándonos, para que tú te lo estés tomando todo a coña, tanto estudios como todo...'. La etapa esta que tienes un poco más rebelde, que no haces caso a tus padres, fue el tirón de orejas que me hizo bajar un poquito a la tierra y luego fui para el Coslada.
¿De qué edad estamos hablando?
De 14-15 años.
Has mencionado 'sacrificio'. ¿Era un esfuerzo extra para tu familia jugar allí?
Nos pillaba prácticamente 60 kilómetros de ida y 60 de vuelta. Nosotros somos de Mejorada del Campo y teníamos que ir al Cerro del Espino. Majadahonda nos pillaba fatal. Mis padres trabajando, mi madre salía, me preparaba rápido el sándwich, salíamos para allá. Y cuando vio que no estaba valorando todas esas cosas que ellos estaban haciendo por mí, lo cortaron.
Cuando das el paso del Atlético al Coslada porque tus padres te castigan por tu comportamiento, ¿cómo reaccionas?
Pues la reacción es mucho mejor que cuando ya hago el salto al fútbol profesional. Me lo tomé como un castigo. Al final yo siempre lo he dicho, a mis padres les he tenido un respeto increíble. Era como tirón de orejas, me decía a mí mismo que ahí iba a ser cuando iba a demostrar que iba a volver otra vez a estar en la rueda, centrado en mis estudios, trabajando, involucrado con el equipo. Miguel Hernández, que fue mi director deportivo en la AFE, me dijo: "Rubén…". Y ahí fue donde empecé a decir que llevaba razón. Venga voy a seguir trabajando, trabajando, trabajando, trabajando. Subí a División de Honor con 17 años, subí a Tercera División con 17 años. Me tomé mucho mejor ese castigo cuando era niño, a cuando ya empecé a ser adulto. Era más niño de adulto que de niño. Bendita la paradoja. Es así.
Si hubieras tenido la cabeza en su sitio, ¿crees que hubieras hecho más carrera en el Atlético?
No lo sé. No podría contestar, porque a lo mejor llega otro, tienes la cabeza sentada, y aparece un entrenador al que no le gustas y al año siguiente estás fuera. Siempre he dicho que el fútbol es tan incógnita todos los años que nunca sabes a lo que va a suceder al año siguiente.
Entonces diste el paso a equipos más pequeños, como el Coslada.
Bueno, en realidad jugábamos en las mismas categorías. El Coslada en División de Honor... Me estoy remontando ya a hace más de 20 años. Eduardo Escolar con 17 años me subió al primer equipo en Tercera División y debuté contra el Atlético de Madrid C, que estaba Marcos Rivas, el hermano de Diego Rivas. Fíjate que luego contra Diego Rivas terminé jugando, en la Real Sociedad, cuando yo firmé en el Levante, muchos años después.
Has coincidido con unos cuantos ilustres, ¿quién fue el que más te impresionó, el que creías que iba a llegar seguro?
Había muchísimos, lo que pasa es que perdimos la pista. Con algunos he vuelto a retomar contacto. Pero diría Borja Resurrección. Si no fuera por la lesión que tuvo de la rodilla, para mí era un claro candidato a estar en el primer equipo de Atlético de Madrid. Mario Suárez ya lo demostró. Al final ha trotado por ahí, pero se le veía que de pequeñito ya era muy buen futbolista.
Eres mayor de edad y das el salto a Suiza. ¿Por qué?
Bueno, estuve primero en Italia, que no sé por qué no sale por ahí (ríe). Estuve probando en el Como Italiano y a la que me estaba firmando me mandaron para Suiza con Vladimir Petkovic, que él es el exseleccionador de Suiza. Me ofrecieron la oportunidad y no la desaproveché. Y ahí empezó toda mi andadura.
¿No jugaste en el Como?
Llegué a jugar un partido nada más, porque llegué casi al final de temporada. Estaba aquí y me marché, fui a probar una semana. La mejor experiencia que tuve en esa época fue con Chupe, un chaval que jugó en el Castilla. Fue el primero que me adaptó cuando yo iba a firmar en Bellinzona. Estuve unas semanas con él, me adaptó a la ciudad, me quedé con él a dormir antes de marchar a la nueva ciudad. Jugaba en el Chiasso, venía de jugar en la cantera del Madrid y en el primer equipo. Es mi negro, como yo le llamo. Ha jugado con Roberto Carlos, estuvo en la temporada de los Galácticos. Con él me estuve adaptando, fui a verlos, jugaron un partido contra el Inter, de Ibrahimovic, Materazzi... Flipando estaba, flipando, yo allí viéndolo jugar, estaba alucinando en el entrenamiento, sentado con mis botas puestas por si podía jugar un ratito (ríe). La verdad es que han sido experiencias inolvidables. Me acogió muy bien sin conocerlo de nada.
¿Cómo llevaste lo de estar tan pronto en un país que no era el tuyo?
Pues lo viví con mucha ilusión, mucha intensidad. Porque al final vas viendo que vas consiguiendo tu sueño de vivir de lo que te gusta, de conseguir estar en el fútbol profesional, hacer lo que te gusta cada mañana, ese gusanillo para llegar a la competición. Pero sí que es cierto que no tenía la madurez suficiente, y esto siempre me lo he achacado, no tenía la madurez suficiente como para enmendar todos los problemas que me venían. Era muy niño, salí de casa, al final cuando lo tienes todo aquí en casa, sales fuera, no lo tienes, o tienes una cabeza muy bien amueblada, o vas actuando a medida de impulsos, y así he ido haciendo a lo largo de mi carrera.
¿Por eso volviste?
Después me marché a Sudamérica, estuve en Paraguay, en el Sportivo Luqueño. Allí estuve muy bien. En cuanto a nivel personal, me ayudó mucho a enriquecerme de muchos valores que me escaseaban viviendo aquí en Europa. Era Primera División. Era increíble cómo se vivía el fútbol allí. Es una pasada la gente. Hasta en los entrenamientos, 1.500 personas. Yo decía '¿cómo puede ser esto?'. Lo que pasa es que es un fútbol muy duro. Pasé de un fútbol como el europeo a uno muy duro. Una hierba muy alta, a palos por todos lados... Fue duro. Hasta la adaptación al clima, porque claro allí en invierno ellos van con guantes, gorro... Y hacía 16 grados, que para mí es para ir en manga corta. Y el calor allí es totalmente diferente al nuestro. Fue una etapa que me ayudó mucho a madurar como persona.
"Mi madre salía de trabajar, me preparaba rápido el sándwich, salíamos para el entrenamiento del Atleti. Cuando vio que no estaba valorando todas esas cosas que ellos estaban haciendo por mí, lo cortaron"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las TentacionesAlgún palo te llevarías hasta en los entrenamientos.
Palos siempre. Me gustaba mucho bromear, hacer las cintitas, tirar caños, y aprendí a base de palos.
¿Por qué volviste de allí? Parecías feliz.
Al final por el tema de los representantes. Siempre he dicho, y esto puedo hablar abiertamente, para mí un representante tiene que ser un padre, tiene que ayudar. Si quieres hacer un trabajo a largo futuro con un chaval hay que ayudarle, darle unas pautas, tenerle siempre bien centrado e intentar ser el padre que no puede estar en contacto con él si el chico está jugando fuera. Es ese vínculo que va más allá de todo el dinero. Sé que al final el dinero es importante, se trabaja por dinero, es un trabajo más, pero no olvidemos la parte personal y la parte humana. Al final ese chico, si no se siente solo, puede trabajar mucho mejor, si no está viendo que le tratas como un simple número...
¿Has tenido malas experiencias con los representantes?
Sí, he tenido malas experiencias. No me quito culpa, porque mi cabeza también ha sido parte de ello, pero sí que he tenido malas experiencias con representantes, de estar totalmente olvidado y cuando se te acaba la temporada llamarte: 'Oye, que te vas a jugar aquí'. Respondía: 'Estoy a gusto aquí ahora'. Y me decía: 'Bueno, pues vete a otro país, adáptate'. Y es como: 'No'.
En tu currículum hay muchos destinos, pero en ninguno lograbas estar más de un año.
Exacto. Ha sido mi cabeza. Porque no concebía que tenía que haber un periodo de adaptación: llegaba y quería jugar. Y aunque demostrara en los entrenamientos que quería jugar, a lo mejor al míster todavía le faltaba algo que necesitaba de mí. Y me enfadaba, no entrenaba bien, siempre con caras largas. A lo mejor, estaba dos, tres semanas en el banquillo, y llamaba al repre y le decía 'me quiero marchar'. Me decía: '¿Pero por qué?'. 'Porque no juego, porque estoy aquí fuera, porque no juego'. Y esa es la parte de inmadurez que he tenido para no seguir, digamos, para tener una continuidad en mi carrera. Que esa faceta ahora es la que yo estoy viviendo como entrenador, me estoy dando cuenta.
¿Recuerdas algún entrenador que te cogiera, te sentara y te diera una charla merecida?
Todos. Te tengo que decir todos. Tanto en Sudamérica, como en Suiza, como aquí en el Levante con Luis García, con todos.
Y no cambiaste.
No cambié. Pensaba además, como me veía bien, que llevaba la razón. Como cuando ibas al cole. El profe me tiene manía, ¿no? El profe te está dando una pauta porque al final tiene razón en algo, tiene muchos más años de experiencia que tú. Lo que pasa es que lo ves cuando ya has aprendido esa lección de vida. Y ahora es cuando lo estoy viendo. La faceta de entrenador me está haciendo verlo a día de hoy.
Te daban rabia los entrenadores. Seguramente no imaginaste nunca acabar así.
Exactamente. Hubo una temporada, cuando ya acabé el fútbol con 26 años que fue en Polonia, que me vine para acá a jugar en Vicálvaro. Es un club al que tengo un cariño enorme. El fútbol profesional se acabó en Polonia con 26 años y dije que no jugaba más y no jugaba más. Es más, no quería saber nada del fútbol.
Antes de todo ello pasaste por el Levante, tu momento de gloria en el fútbol, jugando aquí en Segunda División.
Tengo una gran anécdota. Los entrenadores del Catarroja eran Paco López, el del Granada, el Cádiz... y Toni López. Yo estuve entrenando con el Levante, pero había una ley concursal. Hasta que no saliera un futbolista no podía entrar otro. Se tenía que ocupar una ficha por otra, no podía firmar a nadie. Pues el último día que yo voy a entregar mi foto para jugar en Catarroja con Paco López, de camino a allí, me llaman y me dicen que se acaba de marchar uno. 'Vente ahora mismo para las oficinas del Levante'. Cogí, giré el coche y fui para allá. Debuté contra el Castellón con el filial y Luis García Plaza me tocó la puerta y me dijo 'vente, que te vas a quedar con nosotros'. Fue por la lesión de Geijo, que en un salto de cabeza perdió el conocimiento y se partió tibia y peroné. A partir de ahí mi vida cambió, pero también me tuvieron que dar un toque para bajar a la tierra.
¿Qué ocurrió?
Pues ya me vi en dinámica de primer equipo, iba convocado con ellos, jugaba, no jugaba, hice goles, ayudé al equipo. El filial un día me dijo que necesitaba de mí y me negué a ir al filial. Luis García me echó una bronca increíble. A José Gómez, que es entrenador del filial, que fue el que me dio la oportunidad y le estaré eternamente agradecido de entrar en el Levante, le pedí disculpas. Le dije que me había equivocado. Me dijeron que debería bajar otra vez a los pies. Dejé de ir unas semanas con el filial y con el primer equipo. Y cuando ya vieron que realmente estaba arrepentido de haber hecho ese acto, ese feo, volví otra vez a dinámica y la verdad es que fue muy bien.
Tampoco tuviste continuidad en el Levante.
Duré media temporada. Salí de Sudamérica, hice Navidades, firmé en enero y desde enero hasta junio.
¿Por qué no trataste de quedarte? Era un gran destino, dinámica del primer equipo, lo hiciste bien...
Otra vez tema de representantes. Representantes... Me llegó con un 'vente que vas a ganar aquí un montón, vente que...'. Y al final le haces caso. Luego no se dio una mala temporada, porque firmé en Ontinyent, que hicimos playoff contra el Alcorcón. Nos eliminó en el último partido aquí en Madrid para subir a Segunda División. Sí que es cierto que me arrepiento de no haber aprovechado el último año de sub-23 que me quedaba. Porque justamente nosotros hicimos play-off para subir a segunda, que no ascendimos, y el Levante subió a primera. Y ahí me quedé con eso...
Al final son decisiones que se toman, se negocia, llega una persona, te come la oreja. No entendía la parte del fútbol de representación, ni nada, en ese momento te dicen que vas a ganar mucho más, y dices, bueno, pues vamos a apostar por lo económico. No sabes que muchas veces lo económico es peor que lo deportivo, que a lo mejor lo que estás ganando más a corto plazo, lo pierdes a largo. Y eso es cierto.
¿Tu familia no decía que pensaras esas cosas bien?
Siempre. Yo siempre me he echado la culpa por mi impulsividad y mi inmadurez para tomar decisiones. De decir que ya, que quiero tener algo ya, lo quiero ya y necesito tenerlo ya para mi tranquilidad. No he sabido tener esa paciencia que realmente requería en cada momento de esas tomas de decisiones tan importantes.
Si se abriera ahora mismo la puerta y entrasen los representantes que has tenido en tu carrera. ¿Qué te gustaría decirles?
Gracias a ellos soy la persona que soy a día de hoy. O sea, jamás le puedo echar la culpa a una persona porque no me han obligado a tomar la decisión. Al final ellos me han hecho una propuesta y he sido yo el que la ha cogido. Que tenía que haber esperado o que no tenía que haber esperado más, pero he sido yo al final quien ha cogido esa decisión, no me han puesto una pistola en la cabeza. O firmas esto o... No. Al final no les puedo achacar nada. Ellos han mirado por su propio interés y yo al final ese momento miré por el mío, decir 'lo quiero ya, lo tengo ya, venga vale pues...'. Que no ha salido tan bien como esperaba, también es culpa mía.
"El filial un día me dijo que necesitaba de mí y me negué a ir. Luis García me echó una bronca increíble. Cuando ya vieron que realmente estaba arrepentido volví"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las Tentaciones¿Cuántos representantes tuviste?
Tuve alrededor de seis representantes. Seis representantes son muchos representantes (ríe). Cambiaba cuando no iban bien las cosas, me habían hecho algún feo o no me querían buscar nada. Llamaba a otro representante, 'oye, mira, que no estoy a gusto aquí, que me quiero marchar'. Me ofrecían algo, marchaba. Rescindía contrato, marchaba. Y así ha sido toda la carrera, totalmente irregular. Y todos, además, todos los entrenadores que he tenido, todos han dicho: 'Con el potencial que tienes, Rubén, por favor, cuida esa cabeza'. No he hecho caso a ninguno. A ninguno.
Y así empezó el final de tu carrera...
Exacto. Fui a Gandía. Ontinyent-Gandía-Coruxo y luego me marché a Polonia.
¿Allí ya llegaste con la sensación de que el final estaba cerca?
Marché con la sensación de decir: 'Voy a intentar disfrutar algo del fútbol'. Ya con la cabeza más asentada, ya con muchos años fuera de mi casa, muchos años que he pasado solo... A intentar disfrutar un año del fútbol. Y la verdad que Polonia me ha enseñado mucho, aparte que me quisieron mucho.
Tengo una entrevista por ahí que de vez en cuando con los colegas nos reímos. Era hablando en polaco, increíble, pero en polaco que me decían mis colegas que si me lo estaba inventando. Digo: 'Soy como Joaquín en Italia'. Y me adapté muy bien, a los tres meses ya estuve hablando en polaco. Porque al final era una cosa necesaria, para integrarte, para saber lo que quieren o poder comunicarte tienes que integrarte al 2000%. Eres tú el que vienes, tú eres el que te tienes que adaptar. Polonia me enseñó mucho y es adorable la gente de allí. Yo he visto campos a -6 grados y la gente sin camiseta en la grada, yo decía: 'Pero qué están, ¿locos?' Son puros fanáticos del fútbol.
¿Si no hablabas polaco no te adaptabas?, ¿si hablabas en inglés te respondían en polaco?
Exactamente. Además, hay unas anécdotas... De estar saludándome, allí es 'cześć' o 'co to jest', que es como ¿qué tal? Y cuando llegaban, me saltaban. Ahora, uno, dos, tres, cuatro... y me saltaban. Y decía '¿qué pasa aquí?'. Y ya me lo explicó un compañero, me dijo que el que viene de fuera se tiene que adaptar. Y no por nada, sino porque al final les gusta ver que te integras en la familia. El equipo es como una familia y cierto es. En cuanto empecé a chapurrear el polaco se empezaron a reír. Al final es normal porque vas hablando como 'sí', 'yo', 'entender'. Se reían, pero también vieron mis ganas de adaptarme y me pusieron las cosas muy fáciles.
Estuviste muy bien, pero una temporada y ya decidiste romper con el fútbol.
Ya dije que no quería saber más de fútbol. Volví a tener problemas con los representantes y dije: 'No quiero, no quiero saber más'.
¿Cuál fue el detonante?
Después de una gala que tuvimos donde me dieron el premio de los mejores futbolistas de la liga. Fue el tema de cómo se organizó todo, como el representante empezó a petar. Otra vez. Le decía al club: '¿Que lo queréis? Sí, pues venga, dad'. Vamos a pedir, vamos a pedir, vamos a pedir. Hasta que el club me llamó y me dijo: 'Oye Rubén, te hemos perdonado muchas'. Porque ahí también van las salidas nocturnas, llegar tarde a los entrenamientos, mil cosas que no he tenido cabeza, y al final como yo pensaba que eso iba a durar de por vida el fútbol... Pues bah porque salga hoy no pasa nada, y porque salga mañana tampoco pasa nada, y porque salga pasado mañana tampoco pasa nada, y porque salga al otro tampoco pasa nada.
Me han perdonado muchas. Ahí ya me llegaron y me dijeron: 'Entre tu repre y tus cosas, mira, la cartita y te puedes ir'. Y yo me senté y me dije: 'Al final si tantos clubes me han dado la misma charla, todos no pueden tener la culpa y yo la razón'. Y ahí fue donde me di cuenta y dije que se acabó el fútbol. Se acabó. Al final no estaba aprovechando, ni ahorrando dinero, ni haciendo planes a futuro, estaba viviendo al día. Se acabó el fútbol. Y ahí fue donde se acabó mi carrera profesional.
¿Dirías que has sido feliz en el fútbol?
Sí, he sido feliz. Yo no puedo decir que no. Además, he disfrutado muchísimo de todo. De salidas, de compañeros, de países, de personas, de todo. Lo único que no he sabido disfrutarlo más tiempo por mi cabeza, pero a corto plazo he disfrutado mucho. Me dijeron que si lo volvería a repetir. Si a día de hoy todo lo que me ha conllevado es a derivar a la persona que soy, lo volvería a hacer. Que hubiera tenido un poco más de cabeza a la hora de gastar, también. Hubiera dejado ahí un poquito en el retén para poder haber invertido, para poder haber hecho mil cosas y no vivir al día, que eso le ha pasado a muchos futbolistas.
Tenías 26 años, vuelves a Madrid. Cambio absoluto de vida. Adiós a lo que habías hecho siempre. ¿Cómo fue el primer día?
No hubo un primer día. Hubo una nube negra durante ocho meses, donde luego mi madre me ayudó a salir. Porque claro, de repente dejas todo, a lo que te has dedicado toda la vida, todo lo que estás acostumbrado a vivir, a todo el esfuerzo, al sacrificio. De repente no lo tienes y ahí es donde te das cuenta de todo lo que has perdido. Es como la frase de 'no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes'. Pues eso fue la hostia de realidad mía.
Estuve ocho meses en depresión, que no sabía lo que hacer con mi vida. Y mi madre todos los días hablando conmigo, todos los días... 'Venga hijo, que no pasa nada. Todo en la vida cuando se te ha cortado en cierto momento es porque no has valorado lo que te ha dado. Pues ahora te dará otro tipo de cosas'. Y poco a poco empecé a remontar. Y fue cuando empecé a sacármelo del nivel 1 de entrenador.
No querías saber nada del fútbol hasta que un momento llegaste y dijiste que eso había sido tu vida y que querías volver.
Exactamente. Es más, en el inicio del 2018, yo monté mi primer negocio y he estado hasta 2023 sin querer saber nada del fútbol. Sin querer saber es decir: 'No quiero'. Estuve unos años entrenando en la AFE cuando me saqué el nivel 1, estuve entrenando en Vicálvaro. Primero los benjamines de Vicálvaro, luego estuve en la AFE dos años y medio y ya dije definitivamente: 'No quiero saber más del fútbol'. Porque me recordaba a no verme jugando. Lo recordaba y no me hacía bien. Hasta que con el paso de los años monté mi negocio, lo levantamos... La verdad es que ha ido muy bien durante muchos años, pero estaba vacía mi vida y sabía qué es lo que necesitaba y lo que necesitaba era volver al verde, aunque no juegue, pero volver al verde.
Retomaste tu gran pasión, pero mucho más maduro.
Con la cabeza más centrada y de entrenador. Decidí sacarme el nivel 2, donde me ayudaron muchísimo porque tuve etapas donde quería dejarlo, donde no, donde quería dejarlo, donde no... El flashback que tienes de todas las vivencias... Es decir, pero cómo con la edad que tengo me estoy sacando el nivel 2 cuando tendría que estar jugando. Mira mis compañeros. Hasta hace poco Iborra jugando, Héctor Rodas jugando… No lo entendía, pero bueno, fue una etapa muy bonita, me ha enseñado mucho y a día de hoy estoy encantado de estar en el verde de entrenador, ayudando a los chavales.
Me llaman 'el vinagre', porque nunca está bien nada, nada, nada, si es que siempre mal. 'Porque hay que mejorar' es mi frase, 'porque hay que seguir mejorando'. Todo lo que he vivido, que he fallado yo, no quiero que fallen mis chicos.
"Mi negocio ha ido muy bien durante muchos años, pero estaba vacía mi vida y sabía que lo que necesitaba era volver al verde, al fútbol"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las Tentaciones¿Te has encontrado ya a alguno al que has tenido que enseñar y decir lo de 'esto ya lo viví yo...'?
Sí, ha habido un par de ellos que ya hasta me han avisado antes de coger el equipo. Cuidado con este, que este va un poquito por ahí, que está distraído, que le gusta mucho la noche y tal. Ha sido hablar con ellos y la verdad es que estoy muy contento con los chicos a día de hoy, estoy muy orgulloso de ellos. Yo sé que es difícil el salto de juvenil a senior porque te piensas que todavía estás jugando con chavales de tu edad y no tiene nada que ver. Las primeras cuatro jornadas palmaron y de los últimos 18 puntos hemos sacado 16. O sea, enormes.
Hablé con ellos, les dije: 'Mira chicos, yo sé que no estáis viviendo del fútbol, yo sé que al final esto es un hobby para vosotros, que es venir, compromiso, pero tenéis mucho tiempo para salir. Si jugamos el domingo, si queréis salir el viernes un ratito, salid, pero el sábado cuidaros un poco, porque al final esto son cosas que yo he fallado'. Es una cosa de equipo y si uno no corre, al final obligas a los otros 10 a correr más, por el que no está corriendo. Y un día se puede suplantar, pero todos los días, porque ya cuando luego ven a uno que no, ven a otro que no, ven a otro que no, ya son tres y ya son siete los que están ahí apretando. Y ves a otro y ya son seis. Y de los once al final, si cinco por un lado y seis por otro, no es un equipo. Esos son los pequeños valores que voy intentando enseñar cada día y veo que los van cogiendo.
¿Te ha costado que no te vean como un colega, como el chico de La Isla de las Tentaciones?
No, no, porque gracias al final a la carrera deportiva que he tenido, aunque no ha sido digamos Champions League... He vivido de lo que me gusta durante 10 años de mi vida, que no todo el mundo lo puede decir. Al final también tienen ese respeto de decir que su míster ha vivido del fútbol, que en España ha jugado en Segunda División, en el extranjero ha jugado en Primera. Te tienen respeto. Como no te conocen... También el aspecto, los tatuajes, todo, un poco de cuidado con el míster (ríe). Pero luego también hay que tener ese feedback, ese tú a tú, al final no dejas de ser persona. Te bromean, bromeo, a lo mejor falla una y 'te das cuenta, te has puesto las botas al revés'. Me meto con ellos en las pachangas cuando yo fallo una y me dicen: 'Míster, estás tieso'. Es muy agradable. Te tienen mucho cariño y a la vez respeto.
¿Se puede decir que estás en tu momento más feliz en el fútbol?
Sí, estoy más feliz que cuando jugaba, porque no tengo esa autoexigencia de decir que necesito resultados para... No, tengo la autoexigencia de ir creciendo y a medida de lo que yo vaya creciendo así aspiraré. Ya no tengo la autoexigencia de necesitar estar al 100% para jugar, porque jugamos 11, somos 25 en la plantilla. Ahora es que si hago bien mis cosas, dependo de mí, si hago bien mis cosas, formo bien a los jugadores, los jugadores progresan, vas escalando como entrenador... Al final depende de ti, y eso sí que me tiene muy feliz, porque aparte es un reto personal que llevo dentro. Me tengo que desquitar, lo que no he sabido hacer de jugador, lo tengo que hacer de entrenador.
¿Ya no te comes la cabeza de lo que pudo ser y no fue?
No, ahora puedo decir que no. A mis 38 años ya lo pasado, pasado está y ahora es evolucionar. Lo que sí me como la cabeza es todos los fines de semana a ver cómo van a venir los chavales. Madre mía, esta semana. 'El míster es un vinagre, nos ha dicho 15 minutos antes que nos vayamos para casa'. Y cosas así. Pero bueno, en ese aspecto estoy muy tranquilo, sé que soy un vinagre, lo era jugando y lo soy ahora, o sea, eso no va a cambiar en mí.
Echando la vista atrás, ¿cuál es la mayor locura que has hecho, esa que ahora te echas las manos a la cabeza y te insultas a ti mismo?
A nivel futbolístico, irme del Levante fue la mayor cagada que he tenido en mi vida. No escuchando a Luis García, que ha demostrado a todo el mundo que es un entrenador top, un entrenador ejemplar, y que me ha parecido muy injusto lo que le ha pasado en el Alavés, totalmente. Porque he ido viéndole, es una persona súper involucrada con los del equipo, involucrada con el club, lo ha dado absolutamente todo. Al final el fútbol son dinámicas, tiene buenos y malos resultados. No hay que cortar la cabeza a alguien y para eso para mí nivel top es la Premier. Son proyectos a largo plazo y no cinco partidos has perdido y fuera. En España todavía estamos años luz para mí de lo que es la educación de entrenadores a la Premier.
Y fue una charla que tuve con él, luego debuté, hice goles... Fue en el autobús, que jugamos contra la Real Sociedad cuando hicieron el nuevo Anoeta, con el Loco Abreu, Diego Rivas, Elustondo, estaba Toño de portero... De locos. Se sentó conmigo en el autobús y me dijo: 'Por favor Rubén, yo quiero contar contigo'. Es más, allí en el AS, en la Comunidad Valenciana, lo dijo. 'Rubén tiene un gran potencial, quiero contar con él, estoy muy contento con él, pero lo que tiene que hacer es madurar y tener más amueblada la cabeza'. Eso fue lo que me dijo en el autobús y dije 'sí, sí, míster' y me entró por un lado y salió por otro.
"Mis jugadores me llaman 'el vinagre', porque nunca está bien nada, nada. Mi frase es: 'Porque hay que mejorar'"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las TentacionesPor eso para mí ha sido la mayor cagada que he tenido, no haber escuchado a un entrenador como el que tenía y sobre todo por toda la trayectoria que ha llevado. Lo de decir 'tengo 21 años, qué me va a decir el míster, qué me va a decir'. Pues me lo decía con un sentido y por eso para mí ha sido la mayor cagada.
¿Mantienes el contacto con Luis García Plaza a día de hoy?
Hace mucho tiempo que no hablo con Luis. Al final yo terminé yéndome al extranjero y ya perdimos el contacto. Con los que sí he hablado algunas veces es con Iborra o con Héctor Rodas. Alguna vez por Instagram. Nos comentamos un poquito cuando los veo con las fotos del fútbol y muy bien.
¿Has mantenido muchos amigos del fútbol?
Muchos, muchos amigos. Es más, Paco Montañés vivió conmigo, el del Espanyol, Alcorcón, Zaragoza... Mantuvimos contacto y él terminó también cansado del fútbol. Dejó el fútbol, dijo que no quería más, igual que yo y con él muchas veces lo hemos comentado. Madre mía, ¿qué hemos hecho?, ¿qué hemos hecho?, ¿qué hemos hecho? Digo: 'Bueno, tú por lo menos has disfrutado en Primera División en tu país'. A mí me ha quedado esa espina, pero lo tomamos en plan coña y muy bien.
Se dice mucho que en la tele todas las amistades son por conveniencia. Y que también pasa en el fútbol. ¿Tú has notado eso de que hoy eres Dios y mañana nadie se preocupa por ti?
Eso es cierto, cuando estás en tu 'prime', me ha pasado ahora hace cuatro años en la televisión... Aparece todo el mundo, todos hablan de 'mi amigo', hablan y te critican. Yo siempre he sido una persona que me ha dado exactamente igual lo que comenten por redes, lo que digan o lo que dejen de decir. Me da igual. Al final quien me conoce y mi entorno tienen que saber la persona que tiene. Los demás... Opinar es gratis.
Pero sí que es cierto que cuando estás en Prime, todo el mundo 'mi amigo, mi amigo, mi amigo, mi amigo'. Y vas desapareciendo. En el fútbol me pasó. Pagaba las vacaciones, pagaba los reservados, pagaba esto, pagaba lo otro. Joder, Rubén. Te marchabas fuera. Nadie se acordaba de ti. ¿Qué tal, tío?, ¿cómo va la temporada?, ¿estás bien?, ¿necesitas algo? Nada. No pasa nada. Cuando estás en televisión igual, lo mismo todo el mundo, Rubén, tal, a ver si nos vemos. '¿A ver si nos vemos?' (enfatiza algo molesto). Como el mensaje de Navidad de 364 días del año que no sé nada de ti y de repente espero que todo te vaya bien, que tengas unas bonitas fiestas con los tuyos. No me mandes mensaje de difusión. Para mí hay 364 días donde te puedes preocupar de una persona y porque no me felicite la Navidad si lo otro lo has compensado, totalmente respetable.
"Luis García Plaza se sentó conmigo en el autobús y me dijo: 'Por favor Rubén, yo quiero contar contigo'. Que tenía que madurar y tener más amueblada la cabeza. Dije 'sí, sí, míster' y me entró por un lado y me salió por otro"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las Tentaciones¿Falta fidelidad en el fútbol?
Fidelidad al fútbol... Más que al fútbol, yo creo que es la sociedad. Falta más empatizar, no ser tan egoísta, no ser tan interesada, no ser tan hipócrita, de que a lo mejor porque estás ahí... Tú fíjate que a lo mejor he tenido yo personas que decían 'vaya paquete', porque a alguno le ha podido parecer un paquete como jugador. Pero te están adorando porque estás ahí y por detrás te están pegando la puñalada, la hipocresía, te pongo una buena cara y detrás... Creo que vamos involucionando en cuanto a valores, en vez de empatizar, en ser honestos, humildes, trabajadores, vamos involucionando. Y me da mucha pena, pero yo siempre lo he dicho, a mí me da igual que me critiquen, yo siempre doy mi opinión libremente a quien le guste bien y al que no... Pues es mi opinión y hay que respetarla.
¿A dónde te gustaría llegar ahora en el fútbol?
A poder hacer mejor carrera de la que he hecho como jugador.
¿Te gustaría ser entrenador de un equipo de Primera o de Segunda?
Tampoco tengo límite, porque como tengo entrenador, tengo mucho mucho tiempo para llegar. No tengo fecha límite, pero sí que me gustaría vivir de lo mío. Volver a vivir el lunes, miércoles, jueves, viernes, sábado, llegas, das la charla, gusanillo, gente en el estadio, el olor a la hierba cortada, esa competición por la que me desvivía... Eso es mi meta, poder volver otra vez a vivir de lo mío.
"El fallo que tuve es que solamente tenía colegas que me daban la palmadita, 'qué bueno eres' mientras pagabas las cosas. Luego ya no había colegas"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las Tentaciones¿Ahora que eres entrenador tienes representante?
No, no tengo representante ni quiero de momento. Tengo muchos amigos que sé que me pueden echar una mano, pero de momento hay que escalar, madurar, tengo que crecer como entrenador todavía, ser mucho más organizado y sobre todo crecer como persona. Y luego ya veremos. De momento estoy entrenando en la regional de Madrid, estoy muy contento, muy orgulloso, el trabajo que desde agosto ahora estoy empezando a ver los frutos con los chavales. Ese para mí es el buen trabajo, donde empieces, aunque no vengan bien los resultados, seguir fiel a lo tuyo porque al final el trabajo termina saliendo.
En tu paso por La Isla de las Tentaciones, para bien o para mal, seguro que aprendiste muchísimo. De todo aquello, ¿qué crees que te hubiera servido para el fútbol?
Puede sonar un poco feo, pero es así. Haber tenido un círculo más cerrado, donde no pensar que todos son mis colegas. Porque hoy tu colega... El colega para mí, el amigo, es el que te dice tanto lo bueno como lo malo, más lo que no te gusta escuchar que lo que te gusta escuchar. El fallo que yo tuve en ese momento es que solamente tenía colegas que te daban la palmadita, 'qué bueno eres', 'qué tal', mientras pagabas las cosas. Luego ya no había colegas. Eso es lo que me ha ayudado. El fútbol al final es un deporte, la tele estás más expuesto a todo el mundo, porque es la prensa rosa. Me ha ayudado a saber escuchar realmente a esa gente, no la de palmadita en la espalda y el qué bueno eres. Con eso me quedo.
Quizás no hacías caso a los entrenadores porque tenías a demasiada gente que te daba la palmadita en la espalda y te crecías. ¿Es así?
Exactamente, y eso es lo que me ha pasado varias veces. La vida al final es sabia y lo que te da la vida, si no lo valoras, te la quita... Me levanté una vez del suelo, me llegó la vida y me dio un toque, me dijo baja, tienes que crecer, tienes que madurar, tienes que demostrar… Porque hayas firmado en un equipo no eres nadie, eres un número más, vuelves a elevarte y a la tercera vez la vida fue cuando me quitó el fútbol. Cuando llegué en televisión ya venía con esa experiencia, por eso lo supe gestionar muy bien, al igual que luego la gente te critica, que si el Instagram, que si esto... Me ha dado igual, porque he tenido un 50% con mi actuación en la isla que ha gustado y otro 50% que no ha gustado. Cada uno tiene su opinión, a mí no me va a influir en mi vida, Porque tú pienses que a lo mejor he hecho una cosa que tú no harías o no te ha gustado. Bueno, yo al final actúo como yo soy. Si todos actuáramos iguales, haríamos todos las mismas cosas. Y es así, pero me ha dado exactamente igual. En ese aspecto voy un poco ya curtido.
"Me levanté una vez del suelo, me llegó la vida y me dio un toque, me dijo baja, tienes que madurar… Porque hayas firmado en un equipo no eres nadie. Y a la tercera vez la vida me quitó el fútbol"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las TentacionesSe sienta ahora en una silla a tu lado el Rubén futbolista. ¿Qué le diría el Rubén de hoy en día?
Solamente una frase: "Aprende a ser persona". Eso conlleva, crece como futbolista, crece como persona, haz caso de verdad a la gente que te quiere, sacrifícate siempre al 100% y no estés echando siempre la culpa a los demás. Que si tienen la culpa porque no juegas... No, sacrifica al 100% y demuestra realmente el jugador que llevas dentro, que es lo que nunca has hecho. "Aprende a ser persona", la mejor frase que le podría decir, porque parecía que todo el mundo tenía culpa, menos yo. 'Es que no juego, pero es que mira, estoy entrenando guay, pero el míster no me...'. Ya, pero es que a lo mejor las actitudes que yo tengo o que no trabajo para el equipo, o cuando tengo que hacer esto no lo hago. Por mucho que luego llegue, meta un gol, no es suficiente porque hay que trabajar siempre al 100%.
¿Quién ha sido tu mayor mentor? Esa persona que estuvo más cerca de hacerte cambiar y que te centraras.
Luis García. Estuvo en muchos entrenamientos conmigo. Sergio Ballesteros. Sergio Ballesteros me lo enseñó desde el primer entrenamiento.
¿Crees que por eso han llegado tan lejos, por saber tratar a las personas?
Lo de Luis García... He tenido muchos entrenadores a lo largo de mi carrera. Pero puedo decir que en cuanto a transmitir, no he tenido tantos. Por ejemplo, Petkovic también me ha sabido transmitir, pero no llegaba a sentirlo porque estaba en otro idioma. Hasta que no aprendí bien italiano no me integré bien, pasaron unos cuantos meses. Cuando alguien habla tu mismo idioma es mucho más fácil de recoger el mensaje. Sergio Ballesteros también ha sido súper cañero conmigo y Molinero. Tengo una gran amistad a día de hoy con él y me ha contado muchas anécdotas cuando estuvo en el Atlético de Madrid. Decía: 'Madre mía, el peor jugador que he sufrido ha sido Ronaldinho'. Y yo: 'Pero si tú con los palos que das, digo, qué dificultad tenía' (ríe). Sí, pero lo tenías que coger. Y mil risas que he tenido con él. Siempre me han enseñado, desde el primer momento.
Y ahora como entrenador tendrás tus referentes, ¿quiénes son?
Me he visto todos los documentales que pueda haber en Amazon (ríe). Me identifico mucho con Arteta, porque es un vinagre. Cuando le ves en la charla se calienta, es una manera diferente que tiene de conectar con esto. Pero está haciendo un trabajazo en el Arsenal increíble. Guardiola es un referente también de su capacidad de gestionar y transmitir el fútbol. Yo quiero que los 25 futbolistas estén enchufados y ahí está Mourinho. Para mí lo de centrar todo en él y que a los jugadores los dejen tranquilos... Como el día que salió al Bernabéu y dijo que lo pitaran a él pero que luego a los futbolistas no. Salió veinte minutos antes a que le pitaran.
Ancelotti es un señor, jamás se mete con nadie, siempre buena cara.... Del Cholo no soy mucho y mira que soy del Atlético, pero tiene esa energía, que al jugador se lo transmite al final. La capacidad de transmitir al jugador no la tiene todo el mundo. Al final coges un poco de cada uno y haces un entrenador perfecto, pero no se puede. Y Jurgen Klopp, de los que más me han transmitido. Pero referente como tal puede ser Guardiola.
"Solamente me diría una frase: 'Aprende a ser persona'"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las TentacionesNo te hubiera venido mal una charla de Simeone o de Mourinho...
Yo creo que me hubiera venido mejor un palo de Simeone que una charla, que me hubiera dado una entrada y me hubiera hecho reflexionar muchísimo antes (ríe). Pero bueno, estoy muy feliz ahora mismo, muy feliz.
Y ahora con el tiempo, ¿no te gustaría sentarte a tomar un café con Luis García, decirle que eres entrenador y pedirle perdón?
Me encantaría poder estar con Luis García un día, tomarme un café y tener una charla con él, hablar de todo y que me dijera honestamente cómo me veía de verdad. Me diría: 'Eras un niñato, eras un niñato'. Pero me hubiera gustado muchísimo explicarle y sobre todo que me diera algún consejo, porque ya que le he tenido... Mira Rubén, lo que puedes hacer para evolucionar o para transmitir mejor esta forma o esta. Nunca se deja de aprender en esta vida. Todo lo que se pueda aprender, como dicen, el saber no ocupa lugar. Siempre es bueno seguir añadiendo tips al aprendizaje.
Dices que uno de los clubes con los que tienes más sentimiento es con el Vicálvaro. ¿Por qué?
Cuando terminé, volví otra vez a casa, que fue cuando estuve entrenando a los niños, fui a jugar al fútbol y dije: 'Sí, me retiro, me retiro aquí porque es un club tan familiar, un club tan humilde, donde tratan a todas las personas por igual, tantos jugadores, tantos años'. El presi, que me enteré esta temporada pasada que murió, que en paz descanse, era una persona increíble. Fue con la familia, fue media temporada nada más porque no quise volver a saber del fútbol y me dediqué solamente a entrenar a los niños. Ese martes-jueves de entrenamiento con los niños era como esa inocencia que tienen los niños, como un aire de magia que me quitaba a mí el nublado que llevaba allá arriba. Fue increíble y muy bonito ese año. Me ayudaron mucho ellos también.
"Me encantaría sentarme con Luis García ahora y que me dijera cómo me veía de verdad. Me diría: 'Eras un niñato'"
entrenador, exfutbolista y participante de La Isla de las TentacionesPero decidiste dejarlo.
Al año siguiente fue cuando me marché a la AFE. Como los niños míos pasaban a alevines y los de alevines los tenía otro entrenador, tenía que volver a coger otros benjamines. Cambiamos de aire. Vamos a enseñar a otros niños de fuera. Y fue cuando estuve con la escuela de la AFE. Y cuando terminé, paré el fútbol durante cinco años. En ese periodo de parón, me saqué el nivel 2 (de entrenador). Ahí volví, que fue una anécdota de locos. El juvenil del Henares, que es el filial del Alcalá, me fichó. 'Yo voy de segundo, no me quiero involucrar mucho, yo os echo una mano...'. Una semana y ya era el primer entrenador, dirigiendo, ayudando, involucrándome. Y fue cuando me dije que necesitaba esto en mi vida. Por mucho que al final me despegue, vuelve.
¿Te llegaron las voces de que no volvieras, que ya lo habías pasado muy mal?
Exacto, me llegaron las voces, pero es como el angelito bueno y el angelito malo, luchando y al final es bueno y te tira para adelante. Si es lo que te desvive, lo que ha sido tu vida y lo que te hace feliz, ¿por qué no? Siempre he dicho, ¿por qué no voy a hacer algo? ¿Y si el día de mañana, con mejor cabeza, llego más arriba de lo que he jugado? No me voy a cerrar una puerta, no me voy a negar. Me puedo arrepentir de lo que hago, no de lo que no hago, porque no me quiero quedar con dudas. Y así ha sido, otra vez del fútbol, vuelta a la batalla.
El año pasado cuando Gonzalo Cuenca estaba en el filial del Alcorcón y José Luis Rueda y Julio Baptista en el Valladolid Promesas fui a dar una charla a los chicos. Lo primero que me dijeron y ¿qué es lo que...? La primera frase fue: 'Haced todo lo contrario a lo que he hecho yo'. Y los chavales riéndose. Dije: 'Es cierto, cuidaros, tenéis un deporte muy bonito, aunque no estéis ganando mucho dinero ahora, no os desvinculéis nunca del fútbol, tened la cabeza y hasta el máximo, donde tus piernas te digan se acabó, porque luego lo vas a echar mucho de menos'. Y es cierto, al final termina todo volviendo.
Los chavales estarían encantados, iba el chico de La Isla de las Tentaciones.
Correcto y en parte es porque solo te conocen por la parte televisiva. No conocen todo. Los chavales del Alcorcón me han escrito por privado: 'No pensaba que eras este tipo de persona'. Es normal, tienes tu opinión sobre una pantalla rectangular, que han puesto imágenes... Y tú sacas tus prejuicios de eso, al final a las personas hay que conocerlas y es cierto que me han escrito mogollón, que les vino muy bien lo de la charla, que alguien así cercano que haya vivido de ello, que haya sido también popular por otra cosa que no haya sido el fútbol, que les haya dado consejos...
No me cuesta dar consejos a la gente que aprecio o a alguien que veo que los puede coger para no echar a perder su carrera. Al final estás ayudando. Ayudar es gratis, no hay que ayudar con intereses que se hacen hoy en día, es ayudar. Al final hay que ser humano.