"He salido tan escaldado de todo el tema Oikos que no quiero saber nada ni de apuestas deportivas ni de fútbol ni de nada"
El exfutbolista del Real Madrid reconoce que se planteaba ser entrenador cuando colgara las botas y "hasta que no pasen unos años" se ve "incapaz". "Me han echado tanta tierra encima..."

"Me detienen, me esposan, me sacan delante de mi mujer de un hotel… Me ponen de corrupto, de amaño de partidos, con muy poco. Con muy poco consiguieron mucho, porque yo luego veo mi dossier y leo de lo que me acusan y sólo sale mi nombre en dos tonterías: que si llamé por teléfono o que si no sé qué. Entonces yo digo: '¿Con esto? ¿Con esto yo he tenido que vivir todo?". Así recuerda Raúl Bravo (Gandía, 1981), en la segunda entrega de la entrevista, su detención el 28 de mayo de 2019 por su presunta implicación en el amaño de partidos de fútbol de Primera y Segunda División con el fin de obtener beneficios en apuestas deportivas. "Supuso frustración", asegura sobre su detención en el marco de la 'Operación Oikos' que llevó a cabo la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) y la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional junto al Juzgado de Instrucción 5 de Huesca.
El exfutbolista fue detenido y trasladado a la prisión de Zuera, en Zaragoza, "después de tres días dando vueltas por ahí", en calabozos de diferentes comisarías de Valladolid, Madrid y Zaragoza, y de los juzgados de Huesca. En el módulo de penados de Zuera compartió celda con su gran amigo desde su paso por la cantera del Real Madrid Carlos Aranda, como supuestos cabecillas de una organización criminal dedicada al amaño de partidos por la que también detuvieron a Borja Fernández, exjugador del Valladolid; Samu Saiz, exjugador del Getafe; Íñigo López, exjugador del Huesca; Agustín Lasaosa, expresidente de la entidad oscense, y Juan Carlos Galindo, exjefe de los servicios médicos del club aragonés.
La investigación arrancó la temporada anterior, un 27 de mayo de 2018 en un Huesca 0-Nàstic 1 de Segunda cuyas apuestas alertaron al organismo supervisor Federbet. Francesco Branca, su secretario general, calificó los números que se manejaron como "los más alarmantes que se han producido en España desde el Racing-Hércules de 2013", y tuvo en el Valladolid 0-Valencia 2 que clasificó a los valencianistas para la Champions el último partido sospechoso de amaño tras una llamada de Carlos Aranda a su prima Maca, empleada de una de sus casas de apuestas en Málaga. La llamada tuvo lugar cuatro horas antes del arranque del partido en el que el del barrio malagueño de El Palo le decía a su familiar que apostara 10.000 euros a que el Valencia ganaba ese encuentro y el Getafe se imponía en el que le medía al Villarreal en el Coliseum. Una apuesta combinada que acabó dando con Aranda y Bravo en prisión con fianza de 100.000 euros.
"Yo vengo de la calle. Sí me emociono y soy de lágrima fácil con temas de mis hijos, de mi abuelo, pero soy muy duro para otro tipo de cosas. La cárcel fue una experiencia"
Exjugador del Real Madrid"Pues como en un hotel, ¿cómo va a ser?", dice entre risas cuando le pregunto por aquel paso por la cárcel. "Yo vengo de la calle, soy bastante duro. Es verdad que me emociono con temas de mis hijos, de mi abuelo, de cosas así soy bastante sentimental, de lágrima fácil, pero soy muy duro para otro tipo de cosas. Fue una experiencia. Entras, porque yo creo que ha habido un error en el sistema. 'Se han equivocado'. Has entrado ahí y ya estoy fuera y esperar a que salga al juicio y que quede todo en una anécdota", resume Raúl de carrerilla, aunque da algún pequeño detalle cuando le repregunto.
"Estaba ahí con Aranda y estábamos ahí los dos viendo pasar el tiempo. 'Pídele una pastilla al médico para poder dormir esta noche, porque no vas a poder dormir'. Pues una pastilla y a dormir. Es que al final no te puedo tampoco…", se frena Raúl. Cuando hablamos de Oikos es el único momento de la charla, de la que ofrecimos la primera parte sobre su trayectoria vital y deportiva hace unos días, en la que el exfutbolista detiene su discurso voluntariamente, más allá de la emoción que le generó hablar de su madre y de su abuelo Eduardo.
"Fue mejor que vivirlo solo. Recuerdo que había un problema con la fianza (de Aranda) y me iban a sacar a mí y a él a lo mejor al día siguiente, y yo le dije a mi mujer que no pagaran la mía. 'Esperáis y salimos los dos juntos', porque yo me veía ahí, en situación, y solo cambia la película. Te ves ahí solo, esa celda, todo pintado… Con tu amigo, al final, es que te da lo mismo estar ahí ese corto tiempo hasta que saliese lo de la fianza. Dices: '¿Cómo voy a dejar aquí a mi amigo? Es que no lo voy a dejar. Me espero y cuando esté solucionado su problema, sus papeles de fianza y tal, salimos los dos juntos'", recuerda Raúl Bravo. Y así lo hicieron, salieron de prisión tras una noche entre rejas.
Pertenencia a organización criminal, corrupción entre particulares y blanqueo de capitales reza la ristra de cargos por los que se les imputó a los detenidos en una investigación con hasta veintiún investigados y numerosas lagunas, como denunció Borja Fernández, por ejemplo, en Relevo el pasado mayo. El exfutbolista del Real Valladolid quedó exculpado en septiembre de 2020 bajo "el sobreseimiento provisional parcial de las actuaciones en relación con Borja Fernández Fernández, el cual quedará desvinculado del procedimiento con pérdida del estatus de investigado".
Cuatro años y medio después, Carlos Aranda y Raúl Bravo siguen a la espera de un juicio que ha contado con un cambio de juez. En noviembre de 2022 el titular del Juzgado de Instrucción 5 de Huesca, Ángel de Pedro, dejó el caso y criticó la dificultad de perseguir amaños en el fútbol. En julio de este año la nueva jueza al frente del juzgado y del caso, Alicia Bustillo, dio por finalizada la fase de instrucción, por lo que el caso está a la espera de que se archive o haya apertura de juicio oral. Y es que la magistrada dio por finalizada la investigación y, además, rechazó más prórrogas "al no restar más diligencias que practicar para el esclarecimiento de los hechos" y remitió el auto a las tres acusaciones particulares (La Liga de Fútbol Profesional, la Real Federación Española de Fútbol y el Real Valladolid), así como a las defensas de los todavía investigados: Raúl Bravo, Carlos Aranda, Íñigo López, Agustín Lasaosa, la Sociedad Deportiva Huesca, Carlos Caballero, Miguel Ángel Tena, a la promotora Pryobras y a su gerente, Jesús Sanagustín Fernández.
"Lo que esperamos y deseamos es que se archive el caso de una vez, porque no hay tampoco donde agarrarse. Yo tengo la conciencia muy tranquila. Sé que no he hecho nada"
Exjugador del Real Madrid"Creo que estamos ahora mismo en la fase en que la jueza tiene que decidir si archiva o pone fecha de juicio, digamos. Lo que esperamos y lo que deseamos es que se archive el caso ya de una vez, porque no hay tampoco dónde agarrarse. Y si hay juicio, pues iremos a juicio y sigo diciendo que no es que no me quite el sueño, es que ni me acuerdo de eso porque es que es algo que no... Cuando tú no has hecho nada y estás tan tranquilo… A lo mejor otros se pasarían pensando: 'Madre mía, cuando venga esto la que me va a caer'. Pero es que no puedo pensar eso. Porque es que no quiero entrar en detalles, pero es que no, es que es tan mínimo que no me parece la pena", explica y vuelve a frenarse el de Gandía, al tiempo que apunta que "yo no quiero dar nombres, pero en su día lo diré, porque era día sí, día no. La 1, la 2, la 3, Antena 3, Telecinco… Y oír cosas que tú dices: '¿Tío, esto es verdad?'. Estar viendo la tele, en el programa de Joaquín Prat, y su compañera decir: 'Tenemos acceso al dossier del Caso Oikos y puedo leer que Raúl Bravo le dijo a Fulanito bla, bla, bla, y yo con el dossier en la mano, aquí, viendo la tele, '¡pero hija de tu madre!, si pone que Fulanito le dijo a tal, ¡se lo está inventando!'. Yo con el dossier pero con la peculiaridad de que cambia Raúl Bravo por otro nombre que no soy yo. Digo: 'Esta tía me está vacilando'. Llamé al programa, se lo dije a Joaquín. 'Lo sabía, Raúl, lo siento, no sé qué', el hombre súper bien, pero la otra se quedó tan pancha, tío, y dio la noticia como le salió de ahí. Por eso me generó frustración, porque por muy poco les dieron mucho poder, a la policía, a todo el mundo", rememora Raúl Bravo.
El exfutbolista del Real Madrid, Olympiacos y Córdoba, entre otros clubes, recalca: "Esperando que la justicia, por fin, después de casi cinco años creo que llevamos, pues ya, pues eso. Yo tengo la conciencia muy tranquila. Sé que no he hecho nada. Es que te lo juro, si no me preguntas tú por este caso es que yo ni lo recuerdo. A mí la gente me dice: 'Está esto, y esto'. Y yo digo: 'Hostia, que tengo un juicio, es verdad'. Es que no está ni en mi mente. Es que es algo tan normal, que no ha pasado nada, que tarde o temprano va a caer por su propio peso".
"Se ha ido alargando, se ha ido alargando, no sé por qué motivo, pero esperamos que venga el juicio y yo estoy convencido de que no va a llegar a mal puerto. Yo creo que esto va a acabar súper bien por lo que te digo, porque no hemos hecho nada. Se nos ha dado un bombo usando nuestros nombres, porque son unos nombres que venden mucho, y a esperar. Un caso parecido al del Zaragoza. Se tiraron nueve años y al final, todos absueltos. No sé, esperaremos a ver cómo sale", reflexiona Raúl, que asegura que "es un tema que yo justamente, ni me gustan las apuestas ni veo fútbol, mira lo que te digo. Sólo veo cuando juega el Madrid y partidos importantes. He salido tan escaldado de todo ese tema que no quiero saber nada ni de apuestas deportivas ni de fútbol ni de nada". Lo confiesa Bravo cuando charlamos sobre las apuestas deportivas y los casos de amaños que también se están investigando en Italia actualmente, así como sobre testimonios como el de Andrés que desveló hace unos días Relevo, un apostador profesional que reconoció "meter" entre 300.000 y 400.000 euros en un solo mes y que dijo no considerarse ludópata.
"La ludopatía es como los alcohólicos, hay un problema. Claro que hay un problema. Ludópatas hay en todos lados. También hay de maquinitas. Ahora salen las apuestas deportivas, pues de apuestas. Es que si no, sería de carreras de caballos o de galgos. El que es ludópata es ludópata. Es como el chiste: '¿Eres ludópata?' Dice: 'Yo apostaría que sí'", cuenta entre risas. "Es un tema que… (resopla). A todo el mundo le gusta el dinero. Nos pensamos que apostando vamos a ganar. Esto es como el casino: el que va un día al casino y gana dinero probablemente se arruine porque dice 'buah, esto es jauja'. Y el que ha ganado en un casino un día 1.000 se piensa que lo puede volver a repetir. Pues eso pasa en las apuestas. ¿Las apuestas qué tienen? Tú cuando te juntas con gente: 'Hostia, he acertado una este finde y he ganado 300 euros'. ¿Y todas las que has perdido? Todas las que has perdido no las dices nunca, di las que has perdido". Raúl, en otro momento de la conversación, cuando charlamos de no promocionar las casas de apuestas, asegura: "No lo hagas. Si es malo... Yo el dinero que viene de la droga no lo quiero".
"Me gustaba ser entrenador, pero después de todo este boom que ha pasado me veo incapaz, hasta que no pase un tiempo"
Exjugador del Real MadridEl exfutbolista se muestra alejado del mundo del fútbol a raíz del Caso Oikos, como espectador y también en lo que podían ser sus planes de futuro vinculado al fútbol tras colgar las botas. "Me gustaba ser entrenador, pero después de todo este boom que ha pasado me veo, hasta que no pase un tiempo, incapaz", reconoce.
A sus 42 años y padre de cuatro hijos -dos con su exmujer y dos con su actual pareja, de "2 años y 3 meses el niño y 3 meses la niña"-, Raúl habla de esa incapacidad en estos términos. "Incapaz porque con mis dos niños ahora me he dado cuenta de que digo: 'Qué necesidad tengo yo ahora de fines de semana de viaje, sin verlos…'. Si ya con mis otros dos hijos me he perdido, como aquel que dice, lo mejor de ellos. Cuando no estaba en Rusia jugando con el Madrid, estábamos en Barcelona, tal, y no los he visto. Cuando me he dado cuenta se ha hecho una mujer. Entonces ahora lo que quiero es eso, disfrutar de mis niños, económicamente salir adelante con mi empresita, con un bar que tengo también. Pues eso, con cosas que hacer. Que podamos estar bien. Prefiero estar aquí y pasar tiempo con mis hijos. Yo soy muy niñero y me encantan los niños. Me gusta pasar tiempo con ellos, tirarme al suelo con ellos, jugar", reflexiona, aunque también reconoce otro freno, y no propio.
"Por todo esto de la mierda y de todo el ruido que ha hecho no quiero entrenar. No me apetece. Y es que no te van a dar trabajo, porque que desde que salió esto es muy complicado. ¿Quién va a darle trabajo a uno que amaña partidos? Es muy complicado. A mí me han echado tierra encima… La gente, para olvidarse, tienen que pasar muchos años. Y luego si vas a ir a algún lado lo primero que van a hacer (hace el gesto de teclear en el ordenador): 'Hostia, mira, tú sabes que tuvo tal...' . Entonces, por un lado está eso, que no vas a tener faena. Y mucha gente me dice: '¿Por qué no haces un equipito de niños y entrenas? O no tan niños, de 10 u 11 años. Tú has tenido una trayectoria, así puedes ayudar'".
"Pero por otra parte es que lo pienso y a las siete de la tarde a entrenar, por ejemplo. Yo a esa hora ya estoy en casa metido con los niños, baños, cenas… ¿Fines de semana? Pringao. Vete a jugar al pueblo de al lado, vete aquí, vete allá. Mi niño va al cole de lunes a viernes. Por la tarde estoy un ratito con él antes de que se acueste. Es que al final te pierdes tantos momentos de tus niños que, si fuese una necesidad, que lo necesito para comer, diría: 'Bueno, pues a mis niños los veo menos, es que necesito facturar algo más porque no llegamos…'. Pero como a día de hoy no lo necesito, al final mi pasatiempo es ése: estar en casa, irme de viaje con él, irme a la pedazo de playa que tenemos aquí, ir al barco. Hay un barco de niños guapísimo que le encanta a él, que se sube por el barco y se tira por el tobogán. Es lo que me gusta, vida de familia", comenta.

Aunque el gusanillo del fútbol es del gusanillo del fútbol, el que le llevó a jugar ya con 40 años en el Beniopa y la Unió Esportiva Gandía meses después de explotar la Operación Oikos. "Era otra época, no tenía niños. Si no tuviese niños no te digo que no estaría en un equipito y entrenando y tal, porque tengo amigos que me dicen: 'Vente a jugar al Gandía, vente a jugar al Benidorm'. Al final, te divierte, no nos vamos a engañar. Tú me pones un balón ahí y es lo que te gusta y lo que sabes hacer. Por eso voy a la Selección española de leyendas y voy al Real Madrid. A veces juegas partidos que dices… Hay otros que a priori son menos bonitos, que es un pueblucho hay que mil o dos mil personas, pero al final da igual dónde juegues. Uno cuando se pone las botas no quiere ni perder ni que le ridiculicen. Y ahí se masca la tensión. Todo es muy bonito y muy amistoso hasta que empiezas perdiendo y dices: 'Eh, me cago en, que aquí hay que ganar'. Cuando eres futbolista es que no, eso de perder no entra en los planes de nadie", dice el Raúl Bravo más competitivo, aunque no pierde la sonrisa. Ésa que dice que le acompaña siempre.
"Soy bastante alegre, siempre estoy riéndome. Me gusta mucho la cervecita que te tomas con los amigos a la una, antes de comer, por ejemplo. Me gusta salir a tomar copas, ya sea con mi mujer, con mis amigos. Me gusta mucho la vida social, estar en la calle. Pero también me gusta mucho estar aquí con tus niños, Disney Channel, baños, todo lo que llevan los niños. Es duro, porque de tener ya dos criados ahora dos juntos tan seguidos, es duro durante muchas horas, pero de repente cuando viene y te dice: 'Papi', o te da un abrazo o te hace 'ay, no sé qué', es como un reset y empieza otra vez, como que ya cargas las pilas y dices: 'Es que esto ya vale todo'. Cuando lo ves dormidito ahí, es tan pequeñito que dices: 'Uy, míralo'. Pues eso, lo que son los hijos", concluye el exjugador valenciano.