FÚTBOL

Sánchez Arminio, el soldado de Villar que acabó sintiéndose estafado por Negreira

El patrón de los árbitros durante 25 años ha fallecido este domingo. Tras jubilarse, se vio envuelto en el Caso Soulé y su nombre se vio salpicado por la trama de Negreira.

Victoriano Sánchez Arminio y Ángel María Villar, en una imagen de archivo. /El Diario Montañés
Victoriano Sánchez Arminio y Ángel María Villar, en una imagen de archivo. El Diario Montañés
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Americana, un pin en la solapa, anillos ostentosos, una enorme lista de contactos en la agenda y mucha mano izquierda. Desde los 90, había siempre un patrón común entre los hombres que manejaban las altas esferas del fútbol y que se perpetuaban en el poder. Victoriano Sánchez Arminio era uno más en esos pasillos en los que se cocía todo.

"No es agradable aceptar un cargo en un momento de tanto lío. Espero que esta situación dure poco. La solución para el bien del fútbol es el diálogo, porque con él se podrán resolver los problemas".

La noche del 15 de marzo de 1993, Sánchez Arminio (Santander, 26 de junio de 1942) fue designado a dedo por Ángel María Villar como presidente de los árbitros españoles. Llevaba ya varios años en el Comité de Designación Arbitral tras meter el silbato en el cajón en 1988, pero aquella noche se le abrió una puerta que acabaría siendo una vida entera.

Villar, el patrón del fútbol español, obligó a dimitir a Pedro Sánchez Sanz por la amenaza de huelga y esa misma noche sentó en el sillón de mando a Sánchez Arminio. La huelga se desconvocó a las pocas horas. Un problema menos para Villar. Un soldado más para su causa.

"Le vi muy afectado por el Caso Negreira. Es como llevar muchos años con una persona y descubres que te ha traicionado".

ISAAC FOUTO Periodista de Cope

Uno más de los “dirigentes eternos” del deporte

Sánchez Arminio, que durante años compaginó su labor de árbitro con la de trabajador de la empresa alimenticia Kraft, encontró cobijo en la Federación de Villar y sus caminos no se separaron hasta que la Operación Soule, y varios abusos de poder denunciados por sus opositores, acabó forzando la dimisión del presidente en 2017. Un año después, Luis Rubiales ganó las elecciones a Juan Luis Larrea y cortó cualquier lazo con la directiva anterior. Sánchez Arminio fue despedido como presidente del Comité Técnico de Árbitros después de un cuarto de siglo al frente.

Que nadie se engañe. Aguantar 25 años como jefe de un estamento como el arbitral no es nada sencillo. Hay que resistir las presiones de los grandes clubes, hay que cometer pocos errores -y hay que tomar muchísimas decisiones- y hay que ser muy fiel. Un hombre del sistema. Quienes le conocieron hablan de un señor con carácter pero bonachón, de los que saben jugar muy bien las cartas en las distancias cortas.

Sánchez Arminio, en una imagen de 2004.  Julián De Domingo
Sánchez Arminio, en una imagen de 2004. Julián De Domingo

Nunca ha hablado del 'Caso Negreira'

De quien no era amigo era de los micrófonos. Pese a convertirse en un clásico más del fútbol español, pese a estar siempre en el ojo del huracán, pese a pertenecer a esa estirpe de dirigentes que parecían eternos, como el propio Villar, Joseph Blatter, José María Odriozola o Augusto César Lendoiro. Pero todo tiene un principio y un final.

Tras su salida de la Federación, regresó a su Santander natal y ahí, en el barrio de Cisneros, entre partida y partida con los amigos, vio cómo su nombre volvía a los titulares. Esta vez no tenía nada que ver con un penalti no pitado o con una designación criticada. Primero fue con la Operación Soule, que investiga el presunto desvió de fondos de Villar en la Federación. Sánchez Arminio acabó imputado y de hecho su última aparición pública fue en mayo en la Audiencia Nacional, a la que pidió que archivara la causa conta él.

Mucho peor lo ha pasado con el Caso Negreira. El escándalo le colocó en el punto de mira: él era el jefe del hombre que recibió millonarios pagos por parte del Barcelona. "Le vi muy afectado. Es como llevar muchos años con una persona y descubres que te ha traicionado", decía el periodista de Cope de Isaac Fouto en una entrevista reciente con Relevo. "Él quería esperar a que saliera toda la investigación, si se denunciaba o no. A mí me prometió que él iba a hablar y estoy convencido de que lo va a hacer. Los propios árbitros se lo van a pedir porque es la persona que necesita dar ese mensaje. Luego la gente le podrá creer o no creer, pero es la persona que pueda dar luz a todo lo que pasó". Esa luz se apagó.