Savic habla por primera vez tras irse del Atlético: "Lo que me dijo Miguel Ángel Gil se me va a quedar grabado toda la vida"
El central atiende a Relevo para repasar toda su trayectoria en el club rojiblanco.

Hay entrevistas por las que hay que saber esperar. Esta en concreto se lleva gestionando meses. Hasta que Stefan Savic (Montenegro, 1991) dijo sí, aconsejado por un buen amigo, tras una lesión que le ha tenido demasiado tiempo de baja en su nueva etapa en el Trabzonspor. Asegura que es la primera vez que habla con un medio español desde que colgó el 15 rojiblanco. No pierde la sonrisa, lo que alivia a quien se encuentra al otro lado de la pantalla, porque previamente solo le había visto de corto, rostro espartano, planta de gladiador, y claro, impone.
Una hora después, uno es tan osado que hasta se atreve a tutear a quien custodió para el Atlético de Simeone la portería de su amigo Oblak durante nueve años, 10 temporadas, tres títulos (Liga, Supercopa y Europa League) y, anecdóticamente, varios ránkings de entradas y tanganas que se viralizan en Tiktok cada poco. Nunca hizo prisioneros Stefan, pero escuchándole todo era para defender a sus compañeros. No hay sombras en un corazón rojiblanco puro, aprendido pero ejemplar. Su hija recién nacida, Tata, no sabe la de batallas que le va a contar su padre, definitivamente una leyenda del Atleti.
¿Qué tal por Turquía?
Bien, bien. Pasó ese tiempo de adaptación y ahora está todo bien. Nunca es fácil cambiar de club y de país después de tanto tiempo. Llevaba nueve años en el Atleti y cualquier cambio se iba a notar. Especialmente cuando te cambias de país, de Madrid, del club… A veces cuesta, pero ahora mismo está todo bien.
¿Qué es lo que más te ha costado después de tantos años en el Atlético?
La costumbre, el día a día. Llevaba nueve años con el mismo entrenador y eso ya se convierte en algo normal y luego cambias y empiezas a trabajar con otra gente. Aquí empiezas a hablar a través de un traductor, que yo hablo muchos idiomas pero el turco todavía no. Cambias la cultura… cambias todo. Porque ahí en Madrid estaba mi casa, no solo el Atlético de Madrid como club, sino la ciudad. No es fácil, la verdad. Pero yo soy de los que se adapta muy rápido y de verdad que ahora mismo estoy muy a gusto aquí.
¿Por qué Trabzonspor? ¿No había opciones de seguir aquí en España?
Sí tenía, pero te digo la verdad, ellos estaban muy, muy por encima. Desde el primer día que decidí cambiar de equipo siempre estuvieron ahí. Siempre llamaban, no fue sólo unos días. Había otras opciones también pero siempre sabes cómo es, dicen, 'bien, bien, te quiero, te quiero', pero yo si yo voy a cambiar quiero una seguridad. 'A ver, cuánto me quieres', porque si me ofreces uno más uno no me quieres tanto. Hablamos sincero y ellos estaban siempre ahí, me ofrecieron tres años, estaban muy encima, llamaban, si estaba dispuesto o no… Yo miro mucho también las emociones, y vi cómo se vive aquí y cómo lo vive el club, que para mí es muy importante. Ellos lo viven con mucha emoción y reconocí algo que ya viví en el Atlético. Un club que no es claro favorito siempre para ganar, pero cuando ganas aquí es como cuando ganas en el Atlético. Yo creo que en el Atlético un título te vale como 10 títulos en algún otro club. Y aquí es así también.
"En el Atlético un título te vale como 10 títulos en algún otro club. Y aquí en el Trabzonspor es así también"
¿Qué es lo que más echas de menos de la Atleti?
Podemos estar hablando una hora de todo lo que echo de menos del Atleti. Todo. Fue mi forma de vivir la última década. Competir, mis compañeros, toda la gente del club con la que convivía día a día. Justo hace unos días fue el derbi contra el Madrid y estaba hablando con Oblak ese mismo día y le digo 'Mira Jan, la primera vez que estoy ansioso de ver el partido'. Estaba como con los nervios y cuando jugaba nunca estaba así. Cuando sales te das cuenta dónde has estado, qué has vivido. Nosotros vivimos una dinámica de partido cada tres días, entrenamiento… No tienes mucho tiempo de reflexionar lo que estás viviendo. Y cuando te vas, te sientas y te das cuenta dónde has estado y qué has hecho en el Atleti.
Que ha sido mucho, porque han sido casi 10 años, tres títulos, casi 400 partidos. ¿Te consideras una leyenda del Atlético?
Eso lo tendrán que decir los demás, los aficionados, la gente del club. Lo que sí me siento es un aficionado del Atlético de Madrid, un colchonero para toda la vida. Y muy orgulloso de todo el tiempo que he pasado ahí, porque sé perfectamente que he dado todo lo que tenía, pero todo, todo, todo lo que tenía. Todo lo que tenía dentro de mí por este club. Cuando me voy a la cama no me reprocho nada de lo que he hecho por el Atlético todos estos años.
¿Te costó tomar la decisión de irte? Porque podías haber seguido un año más…
No fue una decisión fácil. Me costó, me costó decidir. Después de casi diez años… Además ahora mismo no estoy solo en esa decisión, tengo familia, mujer, una niña de un año… Fue una decisión difícil por todo por las emociones, por muchísimas razones, pero correcta, buena. Cada jugador tiene que saber cuándo es el momento de cambiar. Y yo me he visto que había llegado a este punto, que lo mejor para todos era que cambiara del club, aunque me quedaba un año más de contrato.
¿Y por qué llegaste a esa conclusión? ¿Porque crees que tu rendimiento no iba a ser el que pensabas que tenías que dar? ¿Cómo fue ese proceso?
No fue por el rendimiento. En mi última temporada tuve el problema de la pubalgia, que tenía mucho dolor, aunque no era la primera vez me pasaba. No sé, eso te viene, no hay una sola razón que dices 'ahora tengo que cambiar'. Llegamos al punto de que yo veo que necesito también un cambio. Hablando con el entrenador veo que probablemente es el momento. Cuando hablaba con el club o con el míster yo siempre decía 'va a llegar ese momento'. Y cuando llegue, quiero que hablemos y que nos pongamos de acuerdo. Si tengo que seguir o tengo que salir. Y tuvimos esa charla, especialmente el míster y yo, antes de acabar el campeonato. Y cuando yo veo que alguien no está 100% convencido de que tengo que seguir, y yo tampoco siento al 100% que debo seguir, ese es el momento cuando tienes que dar un paso y tomar la decisión. Yo fui siempre un tío directo, que te digo todo a la cara, lo que tengo, nunca voy por detrás, siempre voy directamente. Te digo lo que pienso, cómo me siento y tomo la decisión. Igualmente no es fácil, no es una decisión que no duele. Después de esta charla me fui a hablar con Miguel Ángel [Gil Marín] y en un minuto hemos resuelto todo.
¿Cómo fue esa charla con Simeone?
Yo sé que he dado todo. Cuando hablo con ellos, a los que admiro muchísimo, a Miguel Ángel Gil, al Cholo, a Andrea Berta, que estaba en ese momento en el club también, tengo la conciencia tranquila. Me dio esa sensación un poco rara, difícil, emotiva, pero soy un hombre de saber tomar la decisión, de saber aceptar algunas cosas y eso es la vida. Sabía que iba a llegar a ese día y lo acepté muy bien porque fue una decisión de ambos. Mía y del entrenador. Y te digo la verdad, luego hubo una respuesta de Miguel Ángel que se me va a quedar para toda la vida. Él me decía 'decides tú qué quieres hacer. Si quieres seguir aquí, más que encantado'. Estas palabras me van a quedar para toda la vida porque ahí yo he visto que este hombre está apreciando lo que he dado a este club. Se comportó como un señor conmigo y voy a estar agradecido siempre a él y a todas las personas. Al entrenador, al director deportivo, a la gente que está a diario con ellos, a mis compañeros… Siempre dije que Stefan Savic nunca va a ser un problema para el Atlético. Y nunca lo he sido.
¿Cómo llegaste al Atlético? ¿Fue más Caminero (director deportivo en 2015) o Andrea Berta (el segundo de entonces)?
Yo hablé con mi agente. Después de tres años en la Fiorentina ellos necesitaban hacer caja y vender algún jugador. Todos decidieron que yo tenía mercado. Sabía que iba a salir este verano y ya se hablaba mucho de Inglaterra, de otros clubes en Italia… En ese momento tenía una oferta del Zenit San Petersburgo, económicamente muy muy importante. Al día siguiente me dijeron 'existe la posibilidad del Atlético de Madrid, hay oferta'. Y yo dije enseguida 'voy'. Y te digo la verdad, eso no lo sabe mucha gente pero yo me fui al Atlético de Madrid por casi el mismo sueldo que tenía en la Fiorentina. Vi el club, me identifiqué, me gustaba cómo jugaba, dos temporadas antes llegaron a la final de Champions, había salido Miranda, que tenían esta dupla con Godín, estaba Giménez, un central joven con mucho futuro… Le dije a mi agente, 'mira, quiero ir al Atlético de Madrid pero antes quiero escuchar qué opina el entrenador'. Al final es el entrenador el que toma la decisión. Yo tenía 24 años y tenía que decidir bien. Me llamó y me dijo 'te estamos esperando y si vienes tú, yo estoy tranquilo'. En plan, 'eres la pieza que falta ahí en la defensa'. Tras esa conversación dije 'Atlético'. Y fui para allí. La parte económica no era nada importante para mí.
¿Cómo fue cambiando tu rol dentro del vestuario?
Cuando llegué había gente muy importante. Gabi, el capitán, Godín, Felipe Luis, Fernando Torres, Juanfran, Koke, que llevaba toda la vida ahí, aunque era joven. Si eres un poco inteligente entiendes cómo va el vestuario, cómo se comportan, cómo se entrenan e intentas copiarlo. Eso fue siempre la fuerza del Atlético de Madrid, que había gente fuerte dentro del vestuario, gente buena, gente sana, gente con los valores del Atlético de Madrid. Y tú vas ahí, miras lo que hacen ellos y eso te viene naturalmente después. Lo que te transmiten ellos luego lo sigues tú. Ahora la gente más joven que llega te mira a ti, Koke, Oblak, Giménez, Correa… Y así tiene un vestuario siempre sano, bueno, con buen ambiente. Esa es la fuerza del Atleti.
¿Con quién tenías mejor relación?
Con Oblak. Habla mi idioma y tenemos más o menos la misma mentalidad, aunque me llevaba muy bien con casi todos los compañeros. Hoy sigo hablando con muchos, con Filipe Luis fuimos a comer hace poco, con Fernando Torres a veces me hablo con él, con Gabi, con Godín, con Juanfran también. Hay mucha gente de esta vieja guardia con la que sigo en contacto.
¿Y cómo es Oblak? Porque a pesar de que lleva muchos años en España, es casi un desconocido para el gran público.
A nosotros no nos gusta mucho la publicidad. Yo nunca quería salir en la prensa, solo hacía las entrevistas que me obligaba el club. Si me preguntas por un nombre de un periodista yo te lo juro que no conozco a ninguno personalmente, no porque no les quiera, sino porque no me interesa. Me valoro mucho más por lo que estoy haciendo del campo y él es más o menos como yo. Está concentrado en dar lo que tiene, ayudar en el vestuario y no es un tío que le guste llamar la atención.
¿No consumes nada de prensa?
Muy poco. Entro a veces, para informarme más o menos de fútbol o de baloncesto. Pero no mucho. He entendido que cuando va todo bien eres el mejor y cuando no, el peor. He visto algunas veces que decían 'su momento ha pasado', 'después de tres partidos ya no puede jugar más'. Puedes ser la persona más fuerte del mundo mentalmente pero al final si lo lees cada poco te afecta. Tampoco me gusta leer cuando va todo bien, si 'este es el mejor defensa', 'es un crack'... Y ahí te relajas. Hay que tener un equilibrio y estar siempre con los dos pies en la tierra.
El Atlético ha venido denunciando de distintas maneras que al Madrid le favorecen los árbitros. ¿Cómo lo ves tú?
A mí no me ha gustado nunca entrar en esta polémica y no voy a entrar ahora tampoco porque es una pérdida de tiempo. Se puede hablar siempre de que favorece a uno u otro… Yo solo digo que hay que ser igual con todo el mundo, seas un club grande o pequeño. Si es un club grande, un club pequeño, tienen que intentar ser justos. Los árbitros también pueden equivocarse, son humanos, como nosotros cuando jugamos que cometemos errores, ellos también. Pero yo al final siempre quiero pensar que todos los errores que cometen es porque son humanos, no porque lo quieren hacer. Me gusta el fútbol justo, no quiero pensar diferente.
¿Sientes como colchonero una especial animadversión al Madrid?
Nunca fui uno de esos de odiar a otro equipo y de querer mal a alguien. Yo jugaba en el Partizán de Belgrado y estaba el famoso derbi contra Estrella Roja, que se odian, incluso mucho más que Atlético y el Madrid. Yo nunca ha visto un partido del Estrella Roja pensando 'ojalá que pierdan'. Como colchonero siempre te va a doler más que celebre una Champions el Madrid que el City o el Liverpool, pero nunca he tenido una mala intención con nadie.
De los títulos que ganaste, ¿cuál te sigue poniendo la piel de gallina?
La Liga, definitivamente. Nunca pensamos en los demás [Madrid y Barça], siempre hemos pensado en nosotros. Había un ambiente increíble, hemos empezado muy fuerte esa temporada, en la primera vuelta de 57 hemos sacado 51 puntos, iba todo bien. Fuimos siempre como una familia, pero este año fue de verdad algo diferente. Se notaba una energía especial, empujábamos uno a otro y siempre se notaba esa química dentro del equipo. Nos decíamos 'o este año o nunca'. Y al final no fue tan fácil, pero logramos salir campeones. Y no es fácil cuando compites contra el Barça y el Madrid. Fue un año espectacular.
¿Recuerdas algún punto de inflexión en esa liga? Algún partido clave, el penalti que falla Joselu, la pausa de hidratación famosa contra Osasuna...
Hubo varios, pero para mí el contra el Barça en el Camp Nou, faltando cuatro o cinco jornadas. Si ganaban, nos pasaban. Y justamente este partido, yo decía, 'si no perdemos, salimos campeones, seguro, seguro'. Si nos hubieran pasado, el Barça no falla más. Sacamos un empate y ahí sabía, ahora es fácil decir sabía, pero ahí en ese momento decía, si ahora no la ganamos, no la vamos a ganar nunca.
¿Cómo le explicarás a tu hija qué es ser del Atleti?
Le voy a hablar mucho, le voy a llevar a ver los partidos… Ahora mismo yo no me veo apoyando otro equipo. Voy a ser colchonero para toda la vida. Ella lo va a notar.
Si te pregunto por la final de San Siro, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza?
El penalti que fallamos pero también el gol de fuera de fuera juego de ellos. Me hubiera gustado que en esa época se hubiera usado el VAR, porque con el VAR fútbol al menos es un poco más justo que antes.
¿Se te queda grabada alguna imagen del vestuario o del viaje de vuelta o eso se olvida?
Durante un año después de esa final, te vas a la cama con ese sabor, estábamos tan cerca. Nos sentimos superiores, especialmente físicamente, llegamos a esa final muy bien preparados físicamente y ellos recuerdo que estaban con los calambres, últimos 10-15 minutos del tiempo regular y no tenían más cambios. Nosotros usamos dos más en la prórroga. Pero al final no pudimos hacer gol, fuimos a los penaltis y a los penaltis sabes cómo es, 50-50, puedes perder, puedes ganar y no hemos tenido esta suerte de ganar esa final. Claro que duele.
Si te pregunto por la última noche de Champions en el Calderón contra el Madrid, hay como dos imágenes. Todo el estadio cantando bajo la lluvia a pesar de la eliminación, súper orgullosos de vosotros, que es un recuerdo bonito; y luego la jugada de Benzema en la que apareces tú también por allí.
Esta imagen de la gente vale cinco títulos. Porque esta imagen no te la da cualquier otro equipo o afición. Ahí ves que el Atlético no es un club de fútbol básico, es muy especial y la afición es muy, muy, muy, especial. Cuando das todo en el campo a ellos no les importa. Claro que siempre es mejor ganar, no vamos a mentir. Pero ahí ves que esa gente aprecia lo que estás haciendo, que estás dando el 100% en el campo. Siempre te reconoce esto. Yo en nueve años he cometido errores, es normal, hasta el mejor jugador del mundo hace errores, pero ellos cuando ven que tú das tu máximo, nunca te van a pitar. Tú puedes fallar un pase, puedes equivocarte para un gol, pero nunca puedes faltar de darlo todo. Y si estás dando todo, ellos te lo van a reconocer. Por eso te digo la verdad que me siento muy identificado con los valores del club, de la afición, y por eso soy colchonero para toda la vida.
Y sobre esta jugada de Benzema, fue una acción en la que yo pensaba que el balón había salido. Pensaba que yo estaba pisando la línea, pero pasa todo rápido, no es ni un segundo, es menos, siempre tienes que tomar una decisión. Yo pensaba en ese momento que estoy tocando la línea y que el balón ha salido y claro, no ha salido e hicieron un gol ahí. No pudimos pasar pero era muy difícil pasar después de 3-0 en la ida.
[En una segunda entrega, Savic hablará de lo que supone estar 9 años a las órdenes de Simeone. Prosigue la charla por un lado más personal].
¿Por dónde quieres enfocar tu vida cuando te retires?
Seguramente me gustaría estar y trabajar en el fútbol. Me veo más en una dirección deportiva, pero también de entrenador me llama un poco la atención. Pero quiero jugar un tiempo más, siento que me queda un rato más, me siento bien y no tengo pensado de acabar de jugar pronto.

Le preguntaba aquí a algún compañero que es del Atlético de Madrid por ti y me decían que te recordara la foto que se viralizaba cuando jugabas bien en la que aparecías con una carretilla y una pala, con Vrsaljko. ¿Cómo surgió?
[Risas]. Fuimos a casa de Jan [Oblak] a hacer una barbacoa tranquilos. Había unos obreros que estaban haciendo algo en el campo y pasamos por el jardín y cogimos las herramientas. Fue espontáneo. Luego he visto yo también que salía por redes sociales y me río, sí, se ha hablado mucho de esa foto.
¿Sigues manteniendo casa en Madrid?
Sí, sí. La vida del futbolista nunca sabes dónde te va a llevar, pero ahora mismo me veo al día de mañana viviendo en Madrid.
¿Y la perilla? Toda la vida con ella. He estado mirando en Instagram y he tenido que ir hasta 2013 para encontrar una foto tuya sin perilla.
Jaja, Cuando me empezó a crecer, me gustaba y empecé así. Ahora no voy a cambiar de look, no me veo yo tampoco sin ella. No es por talismán ni nada, me siento cómodo, acostumbrado de llevarla y no estoy mucho de experimentar. No soy tampoco tan guapo para experimentar mucho. Me quedo con lo básico.