Los secretos de los contratos entre futbolistas y marcas deportivas: "El cariño va más allá del dinero"
Con motivo de la ruptura Vinicius-Nike, Relevo explica las curiosidades de dos actores claves del planeta fútbol.

La ruptura entre Vinicius Junior y Nike ha causado mucho revuelo mediático y ha puesto al resto de marcas en guardia. Una joven estrella está en el mercado y Puma o Adidas, entre otros, tratarán de ficharlo. Sin embargo, no se trata de una situación nueva. Muchos grandes jugadores a lo largo de los últimos años han roto con sus patrocinadores de ropa deportiva en búsqueda de mejores condiciones. Haaland, Neymar o Ramos son algunos de los casos. Pero, ¿por qué se dan estas separaciones? ¿Cuáles son las claves para que un jugador quiera cambiar? ¿Cuáles son las condiciones que se plasman en el contrato? Relevo lo explica.

"Lo que más valora un jugador es un buen tratamiento de su imagen", asegura un extrabajador de una gran marca a este medio. Se trata del aspecto fundamental, por encima incluso del dinero. El futbolista quiere sentir el cariño de la marca y que es un personaje importante. De hecho, el detonante de la ruptura entre Vini y Nike fue precisamente que el extremo creyó que la empresa norteamericana no le estaba tratando de una forma acorde a su estatus.
Ese 'cariño' se transmite de varias formas. La primera es que haya una persona que sea capaz de resolver los problemas que puedan surgir. Que le ayude a conseguir los productos, que las botas lleguen en el estado idóneo, que no haya problemas con las compras en la web... Nike, por ejemplo, contaba hasta hace muy poco con un trabajador que se dedica exclusivamente a los jugadores del Barcelona y otro en el resto de equipos, además de un encargado de fútbol base y otro que funciona como apoyo.
Otro punto que los futbolistas tienen muy en cuenta es el aprovechamiento que se hace de su imagen. Depende mucho de la personalidad de cada uno, pero, por lo general, quieren sentirse estrellas. A esto hay que sumarle que participar en eventos, carteles o anuncios aumenta el dinero a percibir a final de curso, por lo que se reducen sus ganancias mientras menos presencia tengan. La máxima diferenciación llega cuando el deportista tiene su propia línea de ropa, como sucede con Mbappé, Messi o Cristiano Ronaldo. Con todos estos gestos la marca trata de fidelizar para que, a la hora de renovar contratos, la negociación sea lo más sencilla posible.

¿Cómo es el contrato entre una marca y un jugador?
La duración de la vinculación suele ser de cuatro a seis años. Hay algún caso especial de ocho, pero son los mínimos. Los contratos suelen tener una forma estándar y en los mismos están plasmados los objetivos, que cambian según la entidad del jugador, aunque tampoco sufren una gran variación. Es importante destacar que el pago tiene una parte fija y otra variable. Esta segunda, que suele ser la mayor parte, la marcan objetivos como ganar títulos, jugar una cantidad de partidos o ser internacional. Por ejemplo, se estima que Benzema ha perdido miles de euros por no participar con Francia en el último Mundial, pero ha ganado un gran bonus por ser Balón de Oro.
También entran otros extradeportivos, como subir publicaciones a redes sociales. Se ha convertido en un aspecto clave para firmar jugadores ya que, mientras más seguidores tengan, más apostarán las marcas por ellos. Por otro lado, deben aparecer con ropa de la marca en eventos o entrevistas. Si no respetan el calendario de publicaciones o se saltan el protocolo de vestimenta, repercute en sus ganancias. "Más o menos, y siempre sin contar excepciones, un jugador gana de una marca en un año lo que le paga su club en un mes. No es exacto, pero sí puede servir como aproximación", comenta uno de los trabajadores consultados por Relevo.
Un ejemplo de la importancia de esta condición lo protagonizó Mario Götze. Durante su fichaje por el Bayern Múnich en 2013 apareció con una camiseta de Nike. En este caso, Adidas, que es inversora en el conjunto bávaro, mostró su descontento y multó a la entidad con 10.000 euros por lo sucedido, según informó el diario Bild, un dinero que luego destinaron a causas sociales.

Un punto fundamental para que la relación funcione es que el jugador siga la línea de botas que decide la marca. Cada un tiempo determinado se debe cambiar el calzado que utiliza en los partidos. Es importante, ya que esos cambios coinciden con los modelos que se buscan potenciar, por lo que no respetarlo puede influir directamente en la ventas. Hay ocasiones en las que esto no es así y suele ser por tres motivos: comodidad, superstición o, en algunos casos, para mandar un mensaje. "A veces, cuando un futbolista no sigue la línea es porque le está diciendo a la marca que algo no va bien", comenta un extrabajador de Nike a Relevo.
Otro apartado que es habitual en estos contratos es que, una vez finaliza, la empresa tiene 180 días (en algunas ocasiones son 90) en los que puede igualar o subir la ofertar de cualquier potencial patrocinador que aparezca. De ahí que muchos futbolistas, una vez terminada la vinculación, esperen para elegir una nueva marca. Vinicius, que ha conseguido que su contrato con Nike "expire", está ahora en ese periodo.
Por no respetar esto, Mesut Özil se metió en un lío en 2013, cuando era futbolista del Real Madrid. El turco-alemán había firmado con Adidas después de romper con Nike. Antes de que acabasen esos 180 días ya utilizaba botas de la marca alemana, algo que no gustó en su principal competidor, que decidió denunciar al futbolista. Para apaciguar las aguas, días después de recibir la demanda, jugó la primera parte de un partido con unas Nike y la segunda con unas Adidas.

Cambios tras el coronavirus
Tras la pandemia, las marcas deportivas tuvieron que adaptarse a los nuevos tiempos. Como el resto de empresas del sector, perdieron miles de millones de euros en los meses de cuarentena y posteriores. De ahí que la mayoría optasen por una reorganización y por darle una vuelta a la inversión de los recursos.
Por ejemplo, Nike ha decidido romper relaciones con muchos jugadores de segunda y tercera fila a los que patrocinaba. Incluso ha dejado a algunas estrellas para centrarse en otras a las que pagar más y cuidar mejor. Adidas, por su parte, sigue con un mercado amplio, pero las cantidades que ofrecen tanto en salario como en producto son mucho menores.
A ambas se ha unido Puma, que en los últimos años ha aumentado su presupuesto en el fútbol: además del Manchester City, con quien consiguieron un acuerdo propio, junto a Guardiola, Agüero y David Silva cuando aún estaban en los citizens, han firmado a jugadores de talla mundial como Neymar, Griezmann, Varane u Oblak. Vinicius puede ser su próxima apuesta. Ya por detrás, ha entrado con fuerza New Balance, que se ha hecho un hueco en la Premier League patrocinando a Saka o Sterling. Umbro o Mizuno (Sergio Ramos) aparecen en un grupo de marcas más pequeñas que ocupan una pequeña cuota de mercado.
Estamos encantados de anunciar que @SergioRamos es el nuevo embajador de nuestra marca.
— Mizuno España (@mizunoiberia) February 9, 2022
Nos llena de orgullo apoyar a uno de los futbolistas con más títulos en este siglo 🏆
¡Bienvenido a la familia de #Mizuno! ⚽️#MizunoFootball #Futbol #Football pic.twitter.com/PFVUh5YMvO
Se trata de un microsistema con gran importancia dentro del fútbol. Los patrocinios tienen un papel protagonista en la vida de los clubes y de los jugadores. Ambos generan ingresos millonarios a través de contratos con empresas deportivas, mientras que la publicidad de estas pasa por tener presencia en el fútbol profesional. Son dos mundos condenados a entenderse.