Sergio León y su pesadilla nunca contada con Quique Setién: "Como me pasó en el Betis, mi equipo, el dolor se multiplicó por mil"
El delantero ha vuelto al equipo de su pueblo por "la felicidad" de su familia. Allí recibe a Relevo para repasar una carrera llena de vivencias.

Palma del Río (Córdoba).- Sergio León (35 años) acumula tantas peticiones de entrevistas como ofertas recibió este verano. En julio, después de acabar contrato con un Eibar con el que acarició el ascenso a Primera, se le amontonaron: Portugal, Grecia, Chipre, Asia… Si algo le ha caracterizado en su carrera, además de marcar goles, ha sido un desapego al dinero poco habitual entre los deportistas de élite y la gente en general. En su día rechazó una oferta de cuatro millones netos por año de China cuando cobraba bastante menos en el Betis ("no es lo mismo hacerle un caño a un chino que a Sergio Ramos") y ahora ha dejado de ganar cifras nada desdeñables por cumplir un sueño: volver al equipo de su pueblo.
El delantero, con casi 200 partidos en Primera, 126 tantos en sus 15 años de profesional y tras haber dejado huella en Valladolid, Levante, Elche o el Villamarín, 'fichó' este verano por el Palma del Río Atlético, un recién ascendido a División de Honor Andaluza (categoría por debajo de Tercera Federación) y orgullo de una localidad de poco más de 20.000 habitantes que tiene a León como su gran ídolo. A la par que juega y se divierte sin cobrar un euro, el cordobés ha iniciado su propia aventura empresarial con la apertura de Lío Restaurante y Copas, un local de amplia carta a apenas un par de kilómetros del campo de fútbol. Allí, el mismo día que recibe la visita de sus agentes para limar algunos detalles de su futuro, se cita con Relevo con ganas de no guardarse nada… y repasar una trayectoria de éxito y de la que Manuel, su padre y referente, estará seguro orgulloso.
Vayamos al grano: ¿por qué te encontramos hoy en Palma del Río y no en algún equipo de Primera o Segunda?
Por la felicidad. No sólo la mía, sino la de mi familia, mi mujer y mis niños, que tienen siete y 12 años. Nunca había estado tanto tiempo seguido en el pueblo. Al volver le vi la cara de alegría a mis hijos… y eso ha sido lo más importante para dar este paso.
Tu fichaje por el Palma del Río causó un gran impacto. ¿Ya estás cansado de tantas solicitudes de medios de comunicación o uno agradece que se acuerden de él?
No, no, no me canso… pero ha habido muchas llamadas. Es una buena señal; algo habré hecho en el fútbol. Ni doy abasto ni puedo atender a todos como se merecen, pero uno es persona y, aparte de lo que tengo entre manos, también quiero dedicarle más tiempo a mi familia.
Me gustaría que reconstruyésemos tu verano. ¿El Eibar te ofreció renovar?
Yo tenía una cláusula de renovación automática si subíamos a Primera. Nos quedamos a las puertas. Me dolió no subir por el simple hecho de que estuve allí seis meses y viví lo que se respira en la ciudad, la familiaridad del club… Se merecen volver a la élite. Les deseo lo mejor. Van ya tres años luchando y rozándolo. Pero yo llevo mucho tiempo fuera y mi familia, sobre todo mis niños, allí no estuvieron muy contentos: el colegio, compañeros nuevos, lejos de casa… Y eso se nota. Cuando llegamos a Palma llevaba 10 años sin verle esa cara de felicidad a mis hijos.
"El Eibar es un gran club, pero allí mis niños no estuvieron muy contentos. La barrera del idioma es jodida. Creo que habría que hacer una excepción con los que vamos de paso"
Jugador del Palma del Río AtléticoAllí tendrían que estudiar en euskera, imagino, ¿no?
Eso fue lo jodido (risas). Entiendo que ellos tienen su idioma, pero creo que habría que hacer con una excepción con los que vamos de paso y darnos facilidades. Repito: lo comprendo, porque cada comunidad es diferente, pero en el País Vasco, Cataluña o Valencia deben estar abiertos a los que llegamos de fuera. Si un andaluz va a Valencia o Barcelona y no quiere estudiar en catalán, tienen que entenderlo. Son situaciones incómodas para los críos.
¿Después cuál fue tu planteamiento? ¿Querías seguir en Segunda, tuviste ofertas...?
Recibí propuestas, sí, pero tenía clarísimo que no quería salir al extranjero. Si seguía en el fútbol profesional tenía que ser cerca de casa. Por mi familia, no por mí; a mí me encanta el fútbol y me da igual un sitio que otro, pero debo mirar por mi mujer y por mis hijos. Antes eran pequeños y no se daban cuenta, pero ahora, con tantos cambios de colegios y ciudades y teniendo que dejar a sus amiguitos sin saber cuándo los volverán a ver… Es complicado. Para continuar en categorías más altas debía encontrar un equipo de no lejos de aquí, pero no se dio la oportunidad ni con el Córdoba ni con el Málaga. No pasa nada. Esto sigue.
¿Contemplabas la opción de volver a tu pueblo desde el principio o es una posibilidad que surge cuando pasan las semanas y no aparece nada que te convenza?
Yo eso lo tenía en mente desde hace muchos años. Sabía que mis últimas temporadas las iba a echar en el equipo de mi pueblo. Es de donde salí y donde me crie. No me esperaba que fuese tan pronto, pero no pasa nada. Estuve entrenándome aquí en solitario y preparándome por si llegaba algo que me gustase y, como no aparecía nada, me uní a ellos en cuanto empezaron la pretemporada. Ejercitarte solo es muy aburrido. Un día llamé a mi agente y le dije que me iba a quedar aquí, que no esperaba más. Estoy contento y a gusto y no quería tener la cabeza en otra cosa.
🔊Gracias Trepa por jugar en tu casa!
— Atl. Palma del Río CF (@AtcoPalmadelRio) September 17, 2024
✍️Fichado. pic.twitter.com/bCQbN8MM38
¿Ahora tienes un contrato y, por tanto, un salario o juegas gratis?
Nada, nada. No hay ni sueldo ni contrato. Juego por defender al equipo de mi pueblo. Estuve aquí hasta los 15 años y llegué a quedarme unos meses en el Sénior, pero me marché pronto. Quiero que los niños disfruten de verme en directo en Palma y no por la tele.
¿Cómo es tu vida ahora? ¿Qué haces en un día normal?
Muy simple: llevo una rutina de padre de familia. Me levanto temprano, me tomo el café con mi mujer, preparamos las cosas del colegio, llevamos a la niña, la recogemos, venimos al bar a estar pendientes del negocio, comemos juntos, dormimos la siesta, vemos series… Nada extraño (risas).
Llevas casi 20 años con una rutina muy distinta y jugando en clubes con presión. ¿Has agradecido bajar el pistón?
Se nota mucho, sobre todo el no levantarte y decir: 'Hostia, tengo que ir a entrenarme, que es mi trabajo'. Ahora lo hago con la tranquilidad de que voy a llevar a mi hija al colegio. Llevaba muchos años sin hacerlo. Sólo podía en mi día libre. Ahora mi niña lo primero que hace es venir y decirme: 'Papá, coge a los perros y les damos un paseo mientras vamos al cole'. Eso es una experiencia nueva para mí. Nunca la había disfrutado y ahora la valoro.
Recuerdo que un año, cuando estabas en Valladolid, Pacheta aceptó retrasar los entrenamientos para que los padres pudieseis llevar a vuestros hijos a clase.
Es cierto, es cierto. Hay muchos futbolistas que no son padres y que piensan que, cuanto antes se entrenen, antes acaban y están en casa, pero a los que tenemos hijos nos gusta disfrutar de ellos, desayunar juntos e ir a recogerlos. Si empiezas a entrenarte a las 09:00 y tienes que estar una hora antes, no te da tiempo. Hablamos con Pacheta para atrasar las sesiones una hora y que los cuatro, cinco o seis que éramos padres pudiésemos llevar a los niños a clase.
¿Echas en falta algo del fútbol profesional?
Ahora mismo te diría que no. Como estoy disfrutando de una vida nueva… Vivo el día a día lo máximo que puedo. Llevaba 20 años sin estar más de dos semanas en el pueblo. Es como si te sacan del vientre de tu madre y te dicen: 'Búscate la vida'. Me siento en una nube. ¿Que en dos meses diré: 'Hostia, extraño el ir a un hotel, concentrarme con mis compañeros…'? No lo niego, pero de momento lo he asimilado y lo asumo bien. Soy muy familiar y casero.
"En esta categoría no voy sobrado. Es más difícil jugar. Cada vez que cojo el balón tengo a tres o cuatro rivales encima. Espero que eso se vaya calmando"
Jugador del Palma del Río Atlético¿Cuál es el objetivo con el Palma del Río? ¿Subir a Tercera?
Mantenerse. Acabamos de subir. Pero si se puede ascender... ¿por qué no? Sería otro año que me quedo aquí. Llevamos cuatro partidos, no hemos perdido y seguimos líderes. Aquí no voy sobrado. Es más difícil jugar. Cada vez que cojo el balón tengo a tres o cuatro rivales encima. El campo es de césped artificial, los defensas están superpendientes… Espero que eso se vaya calmando poco a poco y disfrutar de jugar con mis amigos. Ahora soy la novedad.
Has jugado 432 partidos en tu carrera. ¿Arrastras algún dolor, como tantos otros futbolistas cuando se retiran, o estás en perfecto estado de revista?
Sólo he tenido una lesión importante y fue la temporada pasada en Elche: un desgarro en un tendón del isquio del que no me operé. Nunca he sufrido roturas ni rodillas, sólo un episodio de asma que apareció de la nada en el Levante. Estoy genial.
Varias curiosidades: ¿quién ha sido el mejor entrenador que has tenido? Te han dirigido Santi Castillejo, Paco López, Pacheta, Baraja...
Me pones en un compromiso… Pero, por mi forma de ser y aunque quizá resulte injusto con los demás, me quedo con Pacheta. Y mira que ha sido uno de los últimos, pero me ha llegado. Me sentí muy identificado con él. Sabe llevar un grupo y controlar un vestuario. Somos 25 futbolistas y no todos quieren al entrenador, especialmente los que juegan menos, pero él trataba por igual a los titulares y a los suplentes. Eso dice mucho de su persona. Le cogí cariño.
Siempre me ha llamado la atención su forma de encarar las ruedas de prensa: sale con su libreta y un guion bien estructurado de los mensajes que desea mandar. ¿Cómo es en el vestuario y en las distancias cortas?
Igual: supercercano y atento. Te voy a contar una anécdota que igual parece una tontería, pero que al final es importante. A Pacheta le gustaba mucho, una vez al año, invitar a merendar a las novias, mujeres o madres de los jugadores al vestuario. Les enseñaba el estadio, las esposas se echaban fotos en las taquillas de sus maridos… Él decía que, al final, las que nos cuidan a nosotros son ellas y que son importantes para él. Les gustaba conocerlas a todas y tener ese detalle. Si mantenía contentas a las mujeres, eso significaba que iba a tener contentos a sus jugadores. No me había pasado nunca. Es un detalle tonto, pero a la vez bonito. He estado en muchos vestuarios y equipos y ningún entrenador ha pensado y hecho eso por sus futbolistas.
Qué bueno. Con él os tocó vivir una época de muchos líos, entre ellos el accidente de Gonzalo Plata, y consiguió tapar todos los agujeros.
Tiene una forma de ser que gusta mucho a los jugadores y a los periodistas. Te lo explica todo con puntos y comas: saca su libreta y te desgrana las cosas de la A a la Z. Con nosotros hacía lo mismo que en las ruedas de prensa. Llegaba al vestuario, sacaba los apuntes del partido anterior y del próximo y los horarios de la charla y se apoyaba en eso para felicitarnos o echarnos la bronca.
Setién te exprimió al máximo en el Betis. Con él os clasificasteis para Europa y llegasteis, por ejemplo, a las semifinales de la Copa del Rey. ¿Cómo recuerdas tus dos temporadas con él?
Prefiero no hablar…
¿Por qué?
Porque con él lo pasé muy bien y, después, muy mal. Si las cosas que me ocurrieron con Setién me hubiesen sucedido en otro club, pues bueno… Pero me pasaron en el equipo de mi vida y al que llevo en el alma. Y por eso el dolor no fue doble, sino multiplicado por mil. A lo mejor el rencor que le tengo es por eso. Si me hubiera ocurrido con Osasuna, Levante o Las Palmas le hubiera quitado importancia.
¿Qué sucedió?
El primer año jugué bastante y fui el máximo goleador del equipo. La temporada siguiente, por A o por B, no quiso contar conmigo. Quería que me fuera. Decidí no marcharme porque tenía contrato, era el equipo de mi vida y no me quería ir. Entonces dejé de tener minutos. Después hubo muchos feos, muchos feos... En mi segundo año, después de tanto tiempo sin protagonismo, tomé la decisión de salir cedido en diciembre. Esto no lo he contado nunca, ¿eh?
Te escucho…
Me iba a ir al Celta. Ese mismo día (30 de enero) jugábamos los cuartos de final de la Copa en el Benito Villamarín. Nos entrenamos por la mañana y yo, en principio, no iba a ir convocado. Hablé con Setién, le expliqué la situación y le pedí por favor que me metiese en la lista. Le dije que me iba a ir ese mismo día para Vigo, que no sabía si iba a volver al Betis y que me gustaría poder jugar al menos 10 minutos para despedirme de la afición. Y me contestó que no. Me fui con lágrimas en los ojos. Me comentó que habían fichado a Jesé y que, si le llegaban los papeles, iba a ir él, porque formaría parte de la plantilla durante lo que restaba de año. Eso me dolió. Me dolió mucho por saber que no iba a poder despedirme de mi casa y de mi hinchada. Fue un momento duro. Me marché hundido al vestuario. Total, que a los 10 minutos me llama Eder (Sarabia): 'Sergio, ven, que te reclama Quique'. Y me dijo que sí iba a ir convocado. Le respondí: 'Hombre, muchas gracias por el detalle'. Yo ya tenía en la cabeza lo de antes. No sabía por qué me había dicho que no me iba a meter en la lista. Al final fui convocado, jugué los últimos 15 minutos, metí gol, ganamos, pasamos a semifinales y por la noche me llamó el presidente: 'Tú no te vas a ningún lado'. La mañana siguiente tuvimos una reunión con ellos, empezamos a hablar y me quedé. Sabiendo que lo iba a pasar mal, pero me quedé. No encontraban sustituto para mí y me pidieron por favor que continuase. Lo hice por amor al club, pero sabía que mi relación con Setién había tocado fondo y que lo iba a pasar mal. Tiré durante el año como pude, jugué dos partidos más… y se acabó.
¿Y esto siempre te lo habías callado?
No lo había contado, no. Y mira cómo tengo los ojos (se le ve un amago sincero de lágrimas). Voy a llorar. Me estoy emocionando. Revivo el momento y todavía me duele.
Se nota lo dentro que llevas al Betis…
El día a día, luego, fue jodido. Sabía que le estaba haciendo un favor al equipo al que quiero, pero que el entrenador no contaba conmigo pese a haber sido el máximo goleador el año anterior. Me lo he tragado, me lo he tragado, me lo he tragado… La prensa empezó a decir que si yo me había peleado con Eder Sarabia, que era mentira; que si yo me había liado a hostias, que también era mentira… La realidad era esta.
¿Tu relación con Sarabia sí fue buena?
Sí, sí. Eder es un tío de puta madre. Nunca he tenido ningún problema con él.
Cambiemos de tema. Beccacece, para justificar tu salida del Elche el invierno pasado, dijo que esperaba un poco más de ti en los esfuerzos físicos y que en la mejor racha del equipo sólo jugaste 44 minutos. ¿Te molestó?
Para nada. Sabía que futbolísticamente podía dar mucho más de lo que di. Estuve cerca de tres meses lesionado y luego me costó trabajo regresar. Adelanté plazos todo lo que pude, volví a entrenarme con el equipo lo antes posible… pero jugué un poquito renqueante. Intentaba hacer esfuerzos y me seguía molestando. No iba lo cómodo que quería. Tuve mala suerte. No guardo ninguna mala palabra para Sebastián, al contrario; hemos hablado mucho y sabíamos lo que queríamos los dos.
"¿China? Me pagaban una burrada, pero yo quería jugar en el Betis, que era mi equipo. No necesitaba más dinero"
Jugador del Palma del Río AtléticoVarias anécdotas: Joaquín Vigueras, tu representante, nos contó que rechazaste una oferta económica salvaje del fútbol chino cuando jugabas en el Betis. ¿Por qué lo hiciste?
Me pagaban mucho, una burrada; creo que eran cuatro millones limpios por año. Y le dije que no, que no me iba a ir a China para nada y que quería jugar en el Betis, que era mi equipo. No deseaba más dinero. Con lo que tenía y, sobre todo, jugando en mi equipo era feliz. Ni me lo pensé. No le di opción a dejarme que lo analizase. Lo tenía superclaro. No es lo mismo jugar contra el Madrid que contra los equipos que hay allí, que no sé ni cuáles son. La Liga que sigo y que me gusta es esta. Soy español y me gusta jugar en mi Liga, en mi tierra. Creo que el dinero te ayuda, pero que no te hace feliz. Con tener para vivir el día a día me sobra.
¿Eres de familia humilde?
Absolutamente. Mi padre trabajaba de camionero y mi madre, de ama de casa. No hemos tenido ni lujos ni pobreza ni riqueza; hemos vivido siempre con lo justo.
¿Te queda la espinita de no haber debutado nunca con la Selección? Estuviste en varias prelistas.
Sí, sin duda. Cuando me llegó la primera carta y me notificaron que estaba en la prelista ni me lo creía, sobre todo por el escenario. Estaba en la camilla y el que me llegó con el papel fue Joaquín. Le dije: 'Joaquín, vete ya a tomar por culo, que eso lo has hecho tú en el ordenador del delegado'. Empezó a insistirme, vino el delegado, me dijo que era verdad y vi que estaba sellado por la Federación. Pensé: 'A ver si va a ser verdad…'. Y sí lo era. Estuve en dos o tres prelistas y me quedé con esa espina.

¿Llegaste a verlo cerca?
La primera vez que estuve en una prelista me tiré toda la semana sin dormir. Las convocatorias las dan un viernes, ¿no?
Así es.
Pues ese día estuve pendiente durante todo el entrenamiento de si entraban los periodistas por la puerta. Si venían, eso significaba que estaba seleccionado. Cada 10 minutos miraba para ella y por allí no apareció nadie.
Llegaste muy joven a vestuarios de Primera. ¿Crees que los chavales de hoy en día le han perdido el respeto a los veteranos?
Uf… Eso se nota muchísimo. Ha cambiado al mil por mil. Cuando llegué al vestuario del Betis me senté en una esquina y, si no me hablaba nadie, mejor que mejor. Agaché la cabeza. Ahora viene un niño de 18 años al vestuario y parece que lleva 15 en la élite. Es una cosa… Antes había un respeto. Y yo lo mantengo. Si me cruzo con cualquier persona mayor que ha sido futbolista, lo venero. Los chavales eso lo han perdido. Bajarles es complicado. Si ya vienen así de casa…
¿Eras mucho de cambiarte la camiseta con los rivales? ¿Guardas alguna especial?
Las tengo todas en una caja en Palma. Quiero sacarlas en Sevilla y hacer una habitación chula. Puedo tener 350. ¿La más especial? Hay varias… Me la cambié con Iniesta, Messi me la firmó y me la dedicó, Cristiano Ronaldo, Fernando Torres, Sergio Ramos… Aunque haya jugado en el otro bando, Ramos es un grande de la Selección y del Real Madrid.
¿Qué amigos de verdad te llevas del fútbol?
Muchos. Joaquín, Barragán, Javi García… Y, fuera del Betis, a Luis Pérez, que es mi hermano, y a Son Hidalgo, que estuvo conmigo en el Levante y es de Sevilla y del Betis. Va a intentar venir a verme. Anda estos días por aquí. Me dejaré alguno, que me perdonen, pero me quedo con esos.
Lo último: siempre hablas de que tu mayor sufrimiento es que Manuel, tu padre, no haya podido verte debutar en Primera. ¿Crees que estaría orgulloso de la carrera que has tenido, de los valores que has demostrado y de la huella que has dejado en cada uno de tus equipos?
Sin duda. Mi padre era un loco del fútbol. Me llevó a todos lados. Estaría… Bueno, no estaría, sé que está muy orgulloso de lo que he conseguido, de que haya vuelto al pueblo donde nací y crecí, de verme aquí feliz y de que haya montado negocios para que la gente de Palma tenga sus sitios bonitos para venir y tomarse una copa.
Seguro que sí. Gracias por todo, Sergio, y que seas muy feliz.
Muchas gracias a vosotros.