SERIE A

El Inter de Inzaghi tiene doble identidad y un solo objetivo

Los de Milán aprovecharon la derrota del Nápoles y recortaron distancias, aunque parece imposible llegar a disputar el 'Scudetto'.

Lautaro celebra el segundo gol ante el Lecce. /EFE
Lautaro celebra el segundo gol ante el Lecce. EFE
Marcos Durán

Marcos Durán

Para pelear el Scudetto hay que ser regular y eso es lo que le ha faltado al Inter de Inzaghi durante toda la temporada. En casa ha sacado adelante partidos complicados (Nápoles, Atalanta, Milan), pero fuera de casa las cosas no han ido bien y las derrotas ante equipos de la zona media o baja como Bolonia, Empoli o Udinese han lastrado la posición de los 'neroazzurri' en la tabla.

El año pasado, el Milan ya consiguió quitarle el Scudetto en el final del torneo y esta temporada no ha tenido ni posibilidad de llegar a pelearlo (salvo milagro). Y las dudas llegaron, hubo reuniones entre los directivos con el entrenador, rumores de cambio (De Zerbi, entrenador del Brighton, asoma) y declaraciones de jugadores como Lautaro Martínez pidiendo más a sus compañeros.

La temporada del Inter no es mala ni mucho menos. Estar en octavos de final de la Champions con ventaja de un gol para el partido de vuelta, jugar las semifinales de Coppa y ser segundo en la pelea por la liga está dentro de las exigencias, pero es cierto que el conjunto milanés ha dejado un poco fría a su afición en más de una ocasión.

Ante el Lecce en el Meazza, el dominio del Inter fue total. Con un Barella que cada vez juega mejor y un Mkhitaryan que cada vez que participa, aporta, como en el día de ayer con un buen gol tras una gran contra colectiva. En el segundo tiempo, más allá de relajarse, siguió con el mismo relato, como se le pide a un equipo grande. Gracias a ello llegó el gol de Lautaro Martínez tras una buena jugada desde la banda derecha y definición del capitán.

El equipo no suele variar mucho. Puede salir el armenio y entrar Brozovic. Puede no jugar Dzeko y hacerlo Lukaku. En defensa entre Skriniar, Acerbi, Bastoni y De Vrij juegan tres, salvo en casos especiales como hoy que Darmian encontró su lugar. D'Ambrosio es titular por la derecha, aunque Dumfries con partidos como el de hoy puede ganar sitio.

El Inter puede convencerte o desesperarte. Porque en algunos partidos parece que no tiene ganas de jugar, deja irse, levanta el pie del acelerador. En otros, en cambio, es una apisonadora que aprovecha el empuje de sus carrileros y la variedad de juego, tanto en corto como en largo. Pero no tiene regularidad y eso penaliza.

La temporada puede ser muy buena (llegar a semifinales, ganar la Coppa, quedar segundo en Serie A y la Supercoppa ya ganada)o muy mala (derrota en Oporto que te deje fuera de Champions, derrota en semis de Coppa ante la Juventus y sufrir en el intento de certificar la clasificación a la máxima competición europea). Por eso, Inzaghi tiene que sacar su mejor versión para que el Inter saque su mejor cara.

El caso Skriniar

El jugador eslovaco, capitán hasta el mes de diciembre, no jugará más en el Inter de Milán tras cerrar su acuerdo con el PSG para la próxima temporada. Tras esta decisión, tanto Inzaghi como la dirigencia liderada por Ausilio y Marotta decidieron quitarle el brazalete de capitán para dárselo a Lautaro Martínez. En el club entendieron que un jugador que la temporada que viene no va a estar en la plantilla no puede liderar al grupo y eso hizo que el argentino gane galones tras el Mundial.