El Nápoles se queda sin gol en la vuelta de Osimhen

Rotó mucho Spalletti en el Diego Armando Maradona. O más bien, rotó lo que pudo el italiano. Porque Meret, Di Lorenzo y Lozano repitieron a pesar de que el martes se juegan el pase a las semifinales de la Champions League. Es cierto que Kim y Anguissa fueron titulares porque están sancionados en Champions, pero a pesar de todo esto, el Nápoles no podía con un equipo en descenso.

El Nápoles podía permitirse un tropiezo, el Hellas Verona, no. A los dos les valía el empate, a uno para seguir sumando para soñar con la salvación y al otro para ser campeón, pero los locales no se fueron contentos y los visitantes, sí. Los del Véneto aguantaban todo lo que podían y conseguían que el equipo local no tirase a puerta en toda la primera parte.

Tras hacer las pases con De Laurentiis, la Curva A volvió al Estadio Diego Armando Maradona para animar a los suyos. El ambiente, a pesar de los coros de los más radicales locales, era frío, la cabeza estaba en el martes y la música de la Champions.

Zielinski y Kvaratskhelia fueron al rescate. Spalletti le daba ingreso a dos de sus mejores jugadores y los sacrificados eran Demme y Lozano. No eran casuales estos movimientos, eran necesario. El Nápoles, en 65 minutos de juego, no había probado todavía a Montipo, que era un espectador de lujo en el encuentro.

Pero si el Diego Armando Maradona estaba muy silencioso, Spalletti se encargó de solucionarlo con la entrada de Lobotka y Osimhen, sobre todo del nigeriano, que se había perdido el partido ante el Milan y sus compañeros le echaron bastante en falta.

A partir de aquí, el partido creció. Porque con Zielinski, Kvaratskhelia, Lobotka y Osimhen fijando, la pelota se mueve más rápido y el equipo rival defiende más cerca de su portería. Comenzaba el acoso y derribo por parte de los partenopeos.

El final del partido fue lo más bonito del partido. Con el Nápoles volcado, Ngonge tuvo una jugada clara para conseguir la victoria de los norteños, pero la dilapidó de una manera grotesca. Minutos antes, Osimhen casi marca el gol de la victoria pero el larguero lo evitó. Lo que sí es seguro es que el nigeriano está de vuelta.

Tres partidos de los últimos cuatro sin marcar para el Nápoles, que vuelve a dejarse puntos tras el empate y la victoria de la Lazio, su máximo perseguidor.Ahora son 14 puntos de diferencia con 24 por jugar.

Los últimos minutos de partido tienen que ser el camino para el conjunto de Spalletti para intentar la remontada el próximo martes ante el Milan en el Diego Armando Maradona.