Nesta rememora la lección que le dio Maldini: "Vine de Roma con el pelo alisado, sandalias y bermudas; él me enseñó a jugar en el Milán"
El excentral italiano, actual entrenador del Monza, ha hablado en un podcast junto a Luca Toni de sus días en el AC Milan.

Más de 15.000 minutos juntos sobre el terreno de juego, casi 200 partidos coincidiendo sobre el césped. Alessandro Nesta sabe como pocos quién era Paolo Maldini y lo que significa para un club como el AC Milan. Entre 2002 y 2009, los dos italianos formaron una dupla inolvidable en San Siro. Conquistaron Italia y también Europa. Y ahora, años más tarde, cada anécdota entre ellos vale su precio en oro.
Una charla de Nesta junto al que también fue su compañero Luca Toni, en el canal de YouTube Prime Video Sport, ha recordado las experiencias junto a Maldini en la defensa de los rossoneri. Y ahí ha habido múltiples elogios, por supuesto, empezando por denominar a Maldini como "el defensa más fuerte de la historia".
Así lo define Nesta: "Ya había jugado con él en la selección, y luego me fui al Milán. Es el defensa más fuerte de la historia, tanto física como mentalmente. También cometía errores, muy pocos, pero cuando los cometía, no le afectaba en absoluto. Siempre con el balón, hablaba poco. El mejor del fútbol mundial", dice.
Pero si algo ha sido Maldini, por encima de su nivel como futbolista, es leyenda del club. En todos los registros. Uno de ellos, por supuesto, la mentalidad que inculcaba a la plantilla. Entre ellos, desde que llegó, al propio Nesta, que lo recuerda así: "Me inculcó la mentalidad.Llegué de Roma con el pelo alisado, sandalias y bermudas, y él me enseñó a ser en el Milán. Tenía una fuerza... A los 40 años seguía yendo como un tren. Era el más fuerte, la única persona que me avergonzó cuando lo conocí. ¿Por qué? Vergüenza en el sentido de que es diferente a los demás", rememora.
"Maldini también cometía errores, muy pocos, pero cuando los cometía, no le afectaba en absoluto. El mejor del fútbol mundial"
Entrenador del MonzaAdemás de esa etapa, Nesta habló sobre cómo fueron los años en los que colgó las botas, antes de emprender una carrera como entrenador: "El problema fue cuando realmente paré, fue cuando me desanimé. Después de India, dije basta. Luego me fui a Miami con mi esposa, estuvimos allí 10 años. Ya tenía casa, iba en verano y me gustó. Pero pasé tanto tiempo en el sofá que me desanimé, lo admito. Sufrí mucho, todos los días eran iguales: mi esposa me llevaba al Caribe, a un hotel estupendo, y al día siguiente me quería ir. Mi esposa no me echó de casa porque me quiere, es una santa. Así que me dije a mí mismo que tenía que volver al fútbol".
Estar lejos del césped le supuso un problema: "No estaba listo para parar mentalmente del todo; pasar de 100 a 0 me cuesta. Ya no tenía adrenalina, extrañaba la competición. No tuve una gran depresión, pero era un incordio en casa. Pronto, hasta el perro me lo decía. Necesitaba volver al fútbol y la única manera de hacerlo era como entrenador".