Este es el secreto táctico del Nápoles de Luciano Spalletti: un equipo infinito
Los napolitanos conquistan la Serie A después de 33 años de forma merecida y desplegando un fútbol vistoso y muy ofensivo.

El Nápoles de Luciano Spalletti se empezó a gestar el pasado curso, alejado de los focos. Así es como nacen los muy buenos equipos; con mimo, tiempo y un profundo reconocimiento del proceso en el que están inmersos. A mayo de 2023, el equipo de Spalletti es justo y claro campeón de la Serie A, un título que no olían desde Maradona, en un equipo que forma parte del relato de todos los napolitanos. Y este Nápoles, a diferencia de muchos otros campeones recientes, lo ha hecho abriendo nuevas vías.
Lo primordial, antes de empezar, es hablar de qué les ha llevado hasta allí. Su mercado de fichajes en verano de 2022 se recordará como uno de los mejores de la historia del club. Las llegadas de Kim Min-Jae y Kvaratskhelia han sido movimientos ganadores que nadie preveía. El primero lo hizo procedente del Fenerbahce y el segundo del Dinamo Batumi. ¿Qué probabilidades hay de hacer dos fichajes en estos equipos y encontrar a dos pilares jóvenes para tu proyecto? Scout, trabajo y decisión. La suerte se reduce cuando uno tiene claro qué camino tomar. Y el Nápoles es lo que ha hecho.
Spalletti y los sistemas
En una rueda de prensa, Spalletti contó algo interesante: "Ya no existen los sistemas en el fútbol actual. Ahora todo es cuestión de aprovechar los espacios". El ser humano acude a los números por la mera necesidad de etiquetar y hacer abastecible aquello que a simple vista no lo es. Los sistemas no dejan de ser puntos de partida para que podamos narrar lo que sucede, pero un jugador jamás se quedará siempre en el mismo espacio, aunque como en el Nápoles de Spalletti todos partan de un punto determinado. La base es la relación con el compañero. La conquista del espacio.
Los del sur de Italia han sido el equipo de la Serie A que más pases ha dado (640 de media), 80 más que el segundo y a la vez el que menos disparos ha concedido de toda la competición, descontando el balón parado. Un conjunto muy sólido, capaz de atar en corto a los contrarios y con muchas vías para dañar al rival. Como suele suceder con los mejores equipos, el orden y rigor defensivo empujan después la creatividad y variedad de movimientos con balón.
Aún con todo, el Nápoles no es un equipo que necesite tener una posesión elevada para dominar. De hecho, gran parte de su éxito es la de ser un equipo muy dinámico, fluido y con variedad de registros. Lo que siempre los une es una maravillosa interpretación de los espacios y del ritmo que requiere cada jugada.

Ante el Liverpool de Klopp, el Nápoles presentó candidatura. Su 4-1 repleto de ataques veloces, paredes y triangulaciones emocionó a media Europa. A pesar de ser el equipo más pasador de Italia, aquel día los de Spalleti lo lograron de forma distinta, en un fútbol que también les pertenece.


En su salida de balón, que es de las más interesantes de Europa, hay un jugador clave: Lobotka. El ex del Celta es uno de los mejores mediocentros del continente y pieza angular del Nápoles. Siempre bien perfilado y ubicado, su capacidad para aguantar balones bajo presión y orientar ataques hacia zonas liberadas es punto capital de este equipo. Y es relevante atender a cómo Spalletti trabaja la salida dentro de unos parámetros posicionales, pero dando siempre libertad al futbolista para que, dentro del movimiento, se reconozca en el compañero.

Otro de los preceptos, que analizaremos en estas imágenes, es la capacidad del conjunto italiano de sobrecargar una zona para terminar llegando a la contraria con situaciones de 1x1 para Kvaratskhelia, su mejor futbolista, o para Mario Rui u Olivera, los laterales que se proyectan.


Triangular, tercer hombre, encontrar al jugador libre, sobrecargar zona de balón. Conceptos que el Nápoles domina, pero llegando a ellos no desde un razonamiento lógico, sino desde el puro disfrute de jugar a la pelota. Así se entiende que Spalletti haya construido a un conjunto flexible, capaz de asumir distintos vestidos sin perder su toque elegante que le diferencia del resto. Distinto pero igual. Quizás este sea su gran mérito.
No podemos obviar algo diferencial: Kvaratskhelia y Osimhen han sido los "Vinicius y Benzema de este curso". No estoy comparando el nivel, sino el impacto en sus equipos. Solo Neymar (1,22) y Haaland (1,17) han producido más de un gol por partido que el nigeriano (1,01) en las cinco grandes Ligas. Y el georgiano (0,77) se encuentra solo por detrás de... Marco Asensio (0,88) a la hora de producir en el día a día. Una pareja devastadora, repleta de complicidad.
Mientras Osimhen es el futbolista que menos pases da de todo el equipo (12), Kvaratskhelia es el punto mágico de Nápoles. Kvaradona, un regateador nato que además añade determinación a cada gesto. Con el primero tienen profundidad infinita y una amenaza a tres carriles que permite tener más espacios, y con el segundo un desfibrilador que permite que todo en el Nápoles suceda más rápido. ¿Podrán retenerlos? ¿Bajarán sus prestaciones?
Atraer para jugar
Para entender al Nápoles, como anuncia Spalletti, uno no debe mirar el sistema, sino los espacios. Para explotarlos se usan distintos mecanismos pero el más relevante es el de la complicidad entre los futbolistas, entrenador e idea imperante. Spalletti ha generado una identidad colectiva basada no en unos mecanismos externos, sino en el propio entendimiento de los futbolistas.


Spalletti ya ha entrado en un espacio prohibido. El de la mitología. Su Nápoles podría estar otros 35 años sin ganar que se recordaría siempre, intacto, pero precisamente el siguiente paso reside en ser capaz de subir el siguiente escalón y seguir andando hacia arriba. Las piezas están ahí. También el fútbol. Queda por ver si tras la excitación, el proyecto sigue avanzando. Y esperemos que así sea.