NÁPOLES 1 - SALERNITANA 1

El tercer 'Scudetto' del Nápoles tendrá que esperar

Los de Spalletti tenían la fiesta lista tras el gol de Olivera pero la Salernitana amargó a toda la ciudad tras el gol de Dia.

Osimhen se lamenta tras el final del partido. /AFP
Osimhen se lamenta tras el final del partido. AFP
Marcos Durán

Marcos Durán

Todo estaba listo para la fiesta del Nápoles en el Diego Armando Maradona. El Inter había cumplido en Milán, consiguiendo la victoria ante la Lazio. Ahora las cuentas estaban claras: una victoria de los de Spalletti en casa ante la Salernitana le otorgaba el tercer Scudetto al equipo del sur de Italia. Pero a veces las películas no terminan como queremos, a veces hay un villano que vence y hoy ese villano fue la Salernitana.

El partido tenía tintes épicos y celestes.El único muro que dividía al Nápoles del Scudetto era un mexicano, Memo Ochoa. El encuentro era acoso, acoso, acoso pero no llegaba el derribo. Los napolitanos dominaban, Spalletti caminaba en la banda en modo pensativo y los 'tifosi' cantaban y no dejaban de animar.

Las oportunidades más claras eran de los 'azzurri', pero el Mexicano se erigía como MVP del encuentro. Todos los balones que pasaban cerca del área del 'Memo' terminaban fuera o en las manos del portero y los hinchas se empezaban a desesperar un poco.

Krava y Osimhen se lamentan tras el partido.  REUTERS
Krava y Osimhen se lamentan tras el partido. REUTERS

Descanso sin goles

Al descanso, empate a cero. El Nápoles tenía algo más de 45 minutos para volver a gritar campeón tras 33 años de sequía. Spalletti necesitaba aire fresco y daba ingreso a Raspadori y Elmas en el lugar de Zielinski y Lozano. La fiesta estaba preparada para hoy y no se podía escapar, eso era lo que pensaba el entrenador italiano.

Cambio y gol

Un instante después de ese cambio, llegó el momento más esperado. Un uruguayo, Mathias Olivera, remataba de cabeza el centro de Raspadori y la locura se apoderaba del Diego Armando Maradona. A partir de ahora había que seguir atacando para cumplir el sueño y el Nápoles pudo cerrar el partido y el campeonato. Aunque había un capítulo más.

El que perdona, lo paga

Lobotka y Kvaratskhelia tuvieron oportunidades claras, pero el gol no llegaba. Olivera era sustituido y todo indicaba que habría fiesta, pero apareció Dia y se sacó un golazo de la chistera que silenció el Maradona.

La Salernitana se convertía en el villano de esta historia y los cinco minutos más el descuento no fueron suficientes para que el equipo partenopeo marcase el gol. Entró Simeone y en un arrebato de argentinidad tuvo el triunfo, pero el mexicano se lo negó. Es cierto que todo lo bueno se hace esperar y a veces las cosas no salen como uno quiere, pero Nápoles merecía un triunfo y festejar de principio a fin con su gente. Ahora tendrán que esperar, pero la fiesta será igual de intensa para recordar que ganar no es lo normal y que 33 años de espera son muchos.

El jueves, una nueva oportunidad

Ahora el Nápoles tendrá que esperar al jueves para cantar el alirón. Quedan 18 puntos y hay los mismos de ventaja, pero el golaverage particular o global no se cuenta en Italia ya que en caso de empate hay un partido desempate. El conjunto del sur de Italia visita el Dacia Arena del Udinese y tendrá que conseguir un punto o esperar que la Lazio pierda su partido contra el Sassuolo en el Olímpico de Roma del próximo miércoles.