La segunda vida del David Albelda entrenador tiene palo y zanahoria: "Hay multas para todo; es serio, exigente y gran comunicador"

Serio, exigente, líder, de ideas claras y gran comunicación. Son las principales características del David Albelda (La Pobla Llarga, 1977) entrenador que nos comparten Jesús Soler, director deportivo del Atzeneta UE, el equipo de la primera experiencia del excapitán valencianista en los banquillos en 2019; Joan Ruiz, quien porta el brazalete en el Villarreal C que dirige el exmediocentro internacional desde diciembre de 2023, y el exjugador de Villarreal, Mallorca y Alavés Tomás Pina, que llegó a mediados de enero de 2025 al cuerpo técnico de Albelda como asistente en su regreso al club groguet tras colgar las botas. Los tres nos desvelan rasgos personales y profesionales de un exigente David Albelda: "Hay multas para todo".

"David es una persona que está vinculada a la empresa donde yo trabajo, Grupo Ubesol. Somos fabricantes para Mercadona. Los dueños son dos socios -Jorge Úbeda y José Luis Soler- y él era íntimo amigo de uno de ellos, que falleció hace medio año de un ictus (Soler). Teníamos mucha relación y yo estaba buscando un entrenador, y un día comentándolo me dice: '¿Por qué no se lo dices a él?'. Así relata Jesús Soler, director deportivo del Atzeneta UE cómo en 2019 se gestó la llegada de David Albelda al banquillo del equipo valenciano, el primero en su etapa como entrenador tras dieciséis campañas en la élite, donde con el Valencia conquistó dos Ligas, una Copa del Rey, una UEFA y dos Supercopas, una de España y otra de Europa, y con la selección disputó cincuenta y un partidos; entre ellos, de los Mundiales de Corea y Japón, y Alemania, y de la Eurocopa de Portugal, además de ser medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Australia 2000.

"A mí me daba un poquito de vergüenza decirle a un futbolista internacional, un icono del Valencia y del mundo: 'Vente a entrenar al Atzeneta, a un pueblo de 1.100 habitantes', aunque él lo conocía. Está a 15 kilómetros de su pueblo. Yo estaba buscando entrenador, pero no se me ocurría a mí que él estaba buscando entrenar, y eso que tiras la caña y no pescas nunca, pero un día estábamos comiendo él y otra persona y le digo: '¿Qué te parece el Atzeneta? Lo que podías hacer era venirte a entrenar allí', y veo que la reacción no es mala. Le pareció buena la idea, aceptó y ahí es cómo empezó él en el mundo del fútbol como entrenador", comenta Jesús desde su despacho del Estadio Municipal El Regit, desde donde el 29 de mayo de 2019 oficializaron la llegada del de La Pobla Llarga a los banquillos.

"Empezamos a preparar la plantilla y la verdad que teníamos un equipo para haber ganado todos los partidos por goleada, y empezamos la temporada en Tercera división y no ganábamos ninguno, lo que pasa que, claro, ufff, era un íntimo amigo y tampoco ibas a decirle: 'Bueno, ahora te vas a la puñetera calle'. Yo veía que por plantilla era imposible los resultados que estábamos sacando, pero cuando la pelota no entra… Hasta que llega el momento en que, era preciso, ganas dos partidos seguidos, la gente coge confianza y empezamos que no perdíamos ninguno, nos metimos arriba", recuerda el responsable del Atzeneta, que sumó dos empates y tres derrotas en los primeros cinco encuentros con David al frente del equipo.

Cuando le pregunto por las dudas y porqués de ese inicio titubeante, Jesús reflexiona que "él venía con la experiencia que tenía como jugador de fútbol, se mete a entrenar en Tercera división, la gente lo respetaba muchísimo pero al final no es lo mismo Tercera división que Primera división, igual que a los jugadores les costaba un poco entender el tema de David, que entrenaba o hacía las cosas como si fuera Primera división. Hasta que hay un lazo de unión entre cuerpo técnico y jugadores y que sale algún resultado". Este veterano del fútbol regional sonríe al explicar la exigencia de David con el equipo. "Él tenía una forma de llevar el vestuario y de llevarlo todo como si fuera el Atzeneta de Primera división, y es normal. Él era un tío bueno, un tío que sí, pero exigía muchísimo y muchas veces, acostumbrado a lo que veías en entrenadores de Tercera división, pues él tenía alguna forma o alguna reacción de entrenador de equipo de Primera división. Empezó muy fuerte, pero al final bajó el listón porque no es lo mismo. Con temas de permisos que se piden, por ejemplo", explica Jesús entre dientes sobre tal exigencia, y se ríe al recordar esta anécdota que refleja la diferencia de categorías entre su experiencia como jugador y su nuevo periplo como técnico.

"Aquí no sé si somos, aparte de mí, que más o menos lo llevo todo, contabilidad, fichajes, todo, cuatro o cinco personas más, y él no comprendía cómo los cuatro o cinco directivos, incluso con alguna mujer, iban en el autobús. Él me decía: 'Es que no lo comprendo, no comprendo cómo van allí'. Yo sí que no he ido nunca, yo siempre voy con mi coche, y le digo: 'Pues mira, David, esto no es el Valencia ni el Villarreal, esto es el Atzeneta'. Pero él subía al autobús y me decía: 'Es que cuando venimos y si ganas, bien, pero cuando no y uno pone la radio para estar oyendo el Valencia, el otro día oye al Barcelona, el otro…'Son anécdotas de que él venía de la élite del fútbol, pero se acopló muchísimo", hasta el punto de que en la sexta jornada un 3-0 ante Recambios Colón cambió la dinámica en el terreno de juego de los valencianos, que terminaron ascendiendo a Segunda B, no sin sentir la presión de tener a una leyenda en el banquillo y en mitad del COVID.

"Una de las cosas muy malas es que cuando jugábamos fuera ya no hablaban del Atzeneta, sino del equipo de David Albelda, entonces, los equipos contrarios nos esperaban con lanzas y con escopetas porque iba 'el equipo de Albelda', pero la verdad es que fue ilusionante haberlo vivido y todo lo que da a un pueblecito de estos, en todos los partidos. En el campo aquí caben en cuatro ratas, pues estaba siempre lleno, y la desgracia fue que no pudieron disfrutar los aficionados y socios de lo que fue el playoff, porque tuvimos que jugar en campo cerrado por el tema del COVID. Hacemos la promoción y primero eliminamos al Alzira y luego jugamos contra el todopoderoso Alcoyano, en las instalaciones de la Nucía, y subimos a Segunda B, un pueblo de 1.100 habitantes. Era el pueblo más pequeño de toda España que estaba en Segunda "B", entonces, la tercera categoría nacional", comenta orgulloso Jesús. "Eso fue un impacto, salimos en televisiones, en prensa, en todos los sitios, dimos a conocer el pueblo en casi toda España. Nos hicieron muchos reportajes, vino mucha gente y el nombre de Atzeneta se hizo popular".

Y aquella campaña, también el fútbol del Atzeneta con David Albelda en el banquillo. Un fútbol que, según Jesús, reflejaba la personalidad del excapitán del Valencia en el centro del campo. "A mí me gusta mucho el fútbol, yo soy un enamorado del fútbol, y siempre digo que dependiendo de la posición o dónde haya jugado el entrenador… No es que fuera defensivo, porque él era un centrocampista defensivo, no era ni Messi nada, pero a él le gustaba la lucha, le gustaban los jugadores que fueran guerreros como ha sido él toda la vida. Eso es lo que quería. Pero, aparte de la lucha, tenías que tener jugadores de calidad, que los teníamos. Él lo que quería es que la gente lo diera todo y que se rompiera la cabeza", destaca.

Pero el sueño de Segunda "B" apenas duró una temporada. En la campaña siguiente, la 20-21, el Atzeneta bajó otra vez a Tercera división "por una tontería". "El problema es que empezamos muy mal, pero luego empezamos a ganar e incluso el último partido ganamos en Ibiza. Dependíamos de dos o tres partidos y nos salió todo mal y bajamos. Luego en el playoffs sí que fue un desastre, pero para el Atzeneta, hablando claro, estar ahora como está en Tercera división, aunque ahora ya es una categoría menos con todo el tema de 1ª RFEF, ya es una verdadera barbaridad, sin duda. Volvimos al barro, que es donde debíamos estar", reconoce el director deportivo del club taronja, y explica la idiosincrasia del primer club al que entrenó David Albelda: "Tenemos el apoyo de Ubesol, que cubre el 95% del presupuesto, tanto en Segunda B como en Tercera como en todo, lo soporta la empresa. Aquí somos 150 socios, personas mayores. Estamos viviendo hasta que Ubesol se canse y es normal, porque en las empresas cada vez las situaciones están más complicadas, ganan menos dinero, y en el tema del fútbol una de las cosas negativas es que de los dos socios uno se ha hecho mayor y está jubilado y el otro es el que tuvo el ictus, que era el más amigo de él", reflexiona Jesús, para el que el balance del paso de su amigo David por el banquillo del club de su vida ha sido más que positivo.

"Lo hemos pasado bien. Bonito fue todo. El primer año fue muy bonito y luego, a ver, yo continúo teniendo mucha relación con él. Es muy buena persona, un tío de estar a tu lado, de pueblo que digo yo, porque su pueblo está aquí a 15 kilómetros de Atzeneta, aunque vive en Valencia. Él también se arriesgó muchísimo. Él aquí tenía poco que ganar y mucho que perder, pero bueno, el primer año le salió bien y fue el lanzamiento de David Albelda, que sube y gracias a esto también ahora está con nuestros amigos, en el Villarreal, que son muy amigos nuestros por el tema de negocios. Lo único que puedo hablar mal es que fue el entrenador con el que bajamos de Segunda a Tercera, pero eso fue una anécdota", asevera satisfecho Jesús Soler.

"El Villarreal CF ha alcanzado un acuerdo con David Albelda para que el técnico se haga cargo del Villarreal C de Tercera RFEF hasta final de temporada. El entrenador valenciano ha firmado hoy su contrato en la Ciudad Deportiva José Manuel Llaneza, donde empezará sus sesiones de entrenamiento el próximo 28 de diciembre. David Albelda tiene experiencia en la categoría con el Atzeneta UE, con el que consiguió un histórico ascenso a Segunda RFEF, en la que también entrenó al conjunto taronja. Como jugador, Albelda vistió la camiseta grogueta en la temporada 98/99, cedido por el Valencia CF. Ahora, vuelve a Miralcamp tras la evolución del club y de su cantera para ayudar en el progreso de la misma", anunciaba el Villarreal en un comunicado el 20 de diciembre de 2023.

Era el regreso del exfutbolista al Villarreal, ahora en su segunda etapa en los banquillos, tras la salida del hasta entonces técnico del Villarreal C, Jandro Castro, que se desvinculó del club groguet para marcharse al Amorebieta de LaLiga Hypermotion. "Es una maravilla saber que vas a tener un míster que en el mundo del fútbol ha conseguido grandes cosas, es un orgullo. Además, viene entrenador nuevo, los jugadores al final partimos todos de cero, siempre quieres mostrar tu mejor versión para ganarte el sitio y si es David Albelda, todavía hay más respeto", recuerda Joan Ruiz, capitán del Villarreal C, sobre qué pensó cuando supe que sería David quien tomaría las riendas del equipo casi mediada la liga pasada.

"El David Albelda entrenador tiene mucha aura, como se dice ahora. Es un entrenador que lo ves y genera esa sensación de que ha conseguido grandes cosas. Es más, cuando vamos a jugar fuera, todos los niños, toda la gente lo reclama. Como entrenador, él llegó en enero de la temporada pasada e hicimos una segunda vuelta mejor que la primera y asentó las bases un poco del equipo, y este año todavía se han mejorado más", señala el futbolista de Burriana, de 22 años y que ocupa la misma demarcación en la que Albelda desarrolló su carrera, algo que marca la relación entre ambos.

"Yo juego de 6, como él bien sabe, para mí es todo un referente. Él siempre está muy pendiente conmigo en el tema de las vigilancias. Tener bien controlado cuándo el equipo ataca, estamos en área rival, intentar controlar cuántos rivales se quedan para hacer el contraataque; si tengo a mis centrales y a un lateral, pues tengo más permiso para llegar a área; si sólo hay dos centrales, tengo que estar más pendiente de quedarme con ellos. En ese aspecto, sí que son los consejos que él más me da y yo, con las orejas bien abiertas porque es de admirar", dice Joan, que no pierde detalle tampoco de lo que David marca y hace en el campo de entrenamiento. "Alguna vez que se ha puesto el peto y ha entrado a alguna posesión, todavía tiene esos detallitos de leyenda: madre mía, el choque, él cuando va al choque, vamos, al igual lo desplazamos, ¿sabes? No, no, sigue fuerte, sigue fuerte. Además, con balón, él antes de recibir el balón siempre sabe lo que tiene y a dónde la va a pasar".

También tiene claro lo que quiere en el plano colectivo, con esas citabas bases que sigue implementando. "Él tiene muy claro nuestro rol, en el papel defensivo: la defensa de área es muy importante, cada uno que ocupe su zona, las vigilancias, eso sí que lo tiene bien controlado y nos lo intenta transmitir siempre. Tiene las ideas muy claras. Y él siempre nos dice que tenemos que ser un equipo ofensivo, pero no sólo con el balón, es decir, ser atrevidos en el sentido de ser agresivos en la presión, para siempre tener el rival ahogado y así recuperar cuanto antes el balón, dominar nosotros, tener el control, ser atrevidos en ese aspecto, de si nuestro central tiene que saltar, pues saltar, mucha comunicación, eso sí. Está muy encima de nosotros y, luego, junto a la filosofía que mantiene el Villarreal: mantener el balón, intentar generar ocasiones a través del juego combinativo", define Joan, al tiempo que recuerda una primera anécdota compartida entre los dos.

"No es de este año, es del pasado. Justo volvíamos de Navidades y yo también volvía de lesión, primer partido y era el derbi contra el Roda, allí en Pamesa, en la ciudad deportiva del Roda, y me sacaron amarilla en la primera parte por un penalti que no era, está demostrado que no era, y empieza la segunda parte, nosotros perdiendo, y hay una acción cerca del banquillo en banda que mi banquillo protesta todo el mundo: segundo entrenador, jugadores y tal, menos David, el único que no dijo nada es David, y el árbitro le sacó amarilla a él. Y yo, claro, como ya me sacó a mí la amarilla injustamente y a él también medio injustamente, como que dije: 'Buah, dos amarillas regaladas', y me expulsó. Fue como 'joder, primer partido con el míster, me expulsan, le sacan amarilla a él, perdemos…' Al final se quedó en risas. No me acuerdo exactamente qué me dijo después, sí lo hablamos, pero no lo vio mal, no me lo echó en cara", cuenta simpático y aliviado el futbolista groguet, que destaca que David "es un tío muy sereno, dentro del vestuario es muy tranquilo, no levanta la voz. A ver, está claro que sí, cuando hay que cabrearse se cabrea, pero siempre desde la tranquilidad. En las segundas partes, a mí en lo personal, siempre me transmite calma, porque explica el contexto del partido desde una posición, que lo está viendo todo desde fuera, y con esa tranquilidad que necesitamos a veces los jugadores para afrontar los segundos tiempos de la mejor manera posible".

Y es que si hay algo que destaca el mediocentro castellonense, que ya ha vivido una experiencia internacional, en el Torino FC, es que David "es un entrenador muy serio y, sobre todo, la manera de comunicar que tiene. Ha sido jugador, y qué jugador, las cosas que ha conseguido, y sabe muy bien cómo transmitirlo al grupo". En esta misma línea se pronuncia Tomás Pina. El que fuera también centrocampista del Villarreal entre 2013 y 2016 colgó las botas al finalizar la campaña pasada, tras 301 partidos en Primera con el Mallorca, el Villarreal y el Alavés, y en enero de este 2025 aterrizó de nuevo en la entidad grogueta, en el segundo filial del Villarreal, como asistente en el cuerpo técnico del Villarreal C, de David Albelda. "No me sorprende pero sí me llama la atención que, por un lado, es muy directo y serio y asertivo, como cosa muy buena, cuando se dirige a los chavales o tiene que serlo porque hay una situación no conflictiva pero que hay que enfrentarlo, pero luego, en cuanto estamos en el vestuario, ya en un ambiente un poquito más distendido, es una persona que le gusta estar de bromas y como que enseguida cambia el chip. Puede parecer una cosa, pero luego es también un tío gracioso y cercano y que le gustan las bromas", comenta Tomás sobre sus primeras impresiones sobre el técnico valenciano.

"David es muy bromista también a veces con nosotros, sobre todo, en los vídeos de análisis. Si se tiene que meter con alguien cariñosamente, se mete, pero nadie se lo toma mal. Eso ya es un poco más dentro del vestuario, pero que es un tío que dice las cosas personalmente a los jugadores con cariño y a la vez con ese toque de vacile que también hace falta, creo yo, en un equipo y en un vestuario", comenta Joan, sin que quede lugar a dudas sobre la exigencia constante y continua del técnico, como ya adelantó Jesús. "Sí, sí, sí, eso lo corroboro y doy muchísima fe. Es un tío exigente y, en ese aspecto, superserio. El tema de la alimentación ya en el Villarreal, por supuesto, está bastante controlado, el tema de la puntualidad, superexigente. El trabajo, cuando tenemos que doblar por las tardes, el tema de la prevención de lesiones, el gimnasio… La puntualidad, la puntualidad sobre todo él está superencima y lo tienen muy penado, muy castigado. De hecho, desde hace poco nos hacen estar más pronto todavía de lo normal y firmar como que hemos llegado a la hora que toca", comenta sonriente Joan, que asegura que "hay multas para todo".

"Ya sólo por llegar un minuto tarde al vídeo empiezan las multas, cuantos más minutos, más dinero; no firmar… Por todo, por todo, hasta por entrar a calentar con los cordones abrochados, el GPS mal puesto. Llegar tarde a un vídeo, si son cinco minutos creo que son 20 euros y a partir de ahí se va multiplicando exponencialmente, depende si es entrenamiento o partido. Ahí hay de todo", detalla el capitán groguet, que tiene claro, como el resto del vestuario, que David no permite que nadie se le suba a las barbas. "En las dinámicas malas, cuidado, porque no es un entrenador al que le puedas contestar. Él lo tiene muy claro, que hay que hacer las cosas bien. Cuando uno se pasa de la raya es muy consciente de que el camino no va por ahí. De hecho, todo lo contrario, con los jugadores que sí que cumplen siempre mantiene la distancia profesional pero como que indirectamente lo agradece. Admira a esos jugadores que cumplen, que son correctos, por decirlo así".

"Sí que es exigente, claro que sí, porque son chicos que hay que exigirles porque probablemente todos tengan potencial de jugar en fútbol profesional, no te digo llegar a un primer equipo del Villarreal, pero sí que hacer una carrera. Entonces, creo que hay que exigirles y ese papel creo que lo hace perfectamente, porque en Atzeneta son circunstancias diferentes, no sé cómo sería allí, pero aquí son chicos jóvenes y que tienen que entender que para llegar no sólo hace falta tener talento, ahora mismo sin disciplina, que yo creo que él encarna perfectamente por su carrera y por el tipo de jugador que ha sido, sin también una mentalidad de equipo, que es otra cosa que él tiene por haber sido capitán tantos años, es imposible que lleguen. Aquí esa exigencia es necesaria. Yo cuando he sido joven no veía las cosas como las veo ahora, entonces, necesitas a alguien que sea muy líder como es él y que te guíe", reconoce Tomás Pina, que cuenta simpático cómo a David "que lo que diga se lo tomen en serio le sale totalmente natural, porque yo ahora estoy cambiando un poco el chip, es verdad que tengo la retirada muy reciente y hay situaciones del día a día que algún chaval llega tarde o se le olvida coger el batido del nutricionista, y a él yo lo noto que le sale de forma natural. Yo me pongo en su lugar y pienso muchas veces: 'Pues a mí esta parte ahora me costaría. Si alguien llega tarde… Pues él de repente lo dice, lo enfoca de forma directa y como tiene ese liderazgo yo noto enseguida que a los chavales el mensaje les cala y que le hacen caso", confiesa Pina.

Con su llegada al club, tras la de David Albelda, hace que asciendan a nueve los exjugadores del Villarreal actualmente en el organigrama groguet. Profesionales que "velan por conseguir los mayores éxitos en la cantera y en el primer equipo", como aseguraba la propia entidad en un artículo publicado en su página web esta semana, en una "clara apuesta por la cantera, la cercanía y el sentido de pertenencia. La estabilidad de un proyecto sólido y consistente, que ha crecido y madurado desde la llegada de Fernando Roig, ahora se sustenta en la experiencia de algunos de sus exjugadores. Personas que formaron parte de su historia y que contribuyeron, con su esfuerzo y dedicación, a convertir al Submarino en un club consolidado en Primera División", continúa el texto.

Además de Marcos Senna, que ejerce como embajador del Villarreal en el marco del departamento de relaciones institucionales del club, y de David Albelda y Tomás Pina, son siete más los exjugadores groguets que desarrollan actualmente diferentes facetas en la entidad, cerca del campo. Son: Xisco Nadal (delegado del primer equipo), Héctor Font (adjunto de Metodología), César Arzo (segundo entrenador del Juvenil Roda), Miguel Ángel Tena (director de fútbol del Villarreal), Mariano Barbosa (entrenador de porteros del Villarreal B), Marcos Gullón (técnico del Infantil Roda) y Joselu Moreno, miembro de los cuerpos técnicos del Juvenil A y Juvenil C.

"El conocimiento de la entidad y el impresionante bagaje futbolístico de estos nueve exfutbolistas groguets supone un gran activo para el club. Un valor seguro para dar continuidad a la filosofía de juego y transmitir en primera persona lo que implica defender los colores y el escudo del Villarreal CF.Con ellos, el presente y el futuro del club está en las mejores manos", asegura el Villarreal y es algo que palpan los jugadores en el vestuario del Villarreal C, incluso el propio Tomás Pina en sus primeras semanas de trabajo.

"Para mí también es una oportunidad buena poder estar con él y aprender de él, porque ha sido un jugador muy importante y eso también cuando me preguntan periodistas o amigos, siempre te da un estatus y eso es así. Entonces yo, por un lado, súper agradecido por la acogida y por tener la oportunidad, y luego, David como entrenador yo creo que es un poco un reflejo a lo que era como futbolista: con carácter, muy líder, que creo que es muy importante para manejar un vestuario de gente joven, con las ideas muy claras. Creo que el hecho de haber sido ese futbolista yo lo noto con los chavales, que tiene mucha credibilidad, que maneja muy bien y que cuando habla es verdad que todos, sin darte cuenta, estás escuchando porque se nota que ha sido capitán de un Valencia muchos años y ese poso, esa forma de entender un vestuario y de saber llevar un equipo se nota mucho, y el haber estado en Villarreal, de cara a estar en la cantera eso es muy importante. Creo que ellos también desde el Villarreal lo saben, que alguien que quiera formar parte de Villarreal, si ya ha estado allí, es un plus también", afirma Tomás.

Una diferencia generacional entre David Albelda (47 años) y el propio Tomás Pina (37 años) que se deja notar con la plantilla, de entre 17 y 22 años, no sólo en el curriculum, en la experiencia, sino en algo más banal pero importante en el día a día de un vestuario: la música que suena en la caseta. "No le gusta la música que nosotros ponemos. Con el paso de los años, cada generación cambia de estilo de música. Tenemos canarios, que son los que suelen poner la música. Les gusta mucho Dei V, un trap muy moderno, ya te imaginas, con las letras que hay hoy en día que la gente de otras generaciones pues no entienden, no entienden", dice entre risas Joan, que concreta que "el DJ canario es Kevin González". "Letras un poco subidas de tono, que igual para jugar los partidos no son tan perfectas, pero bueno, a nosotros sí que nos motivan. La canción por excelencia es de un cantante canario, '1STEP', de Young P y Lucho RK", comenta divertido Joan sobre una música que también suena en los desplazamientos en autobús del equipo, días en los que, cuando visitan el sur de Valencia o Alicante, a David "y a algún compañero más que vive en Valencia los recogemos en Bétera", así se ahorran subir a Vila-real para volver bajar.

Así suena el vestuario del Villarreal C. En el campo, el sonido lo marca David Albelda, con un 4-4-2 marca de la casa y del técnico del primer equipo, Marcelino García Toral. Albelda no llegó a estar a las órdenes del asturiano en el Valencia, donde sí tuvo como técnicos a Claudio Ranieri, Héctor Cúper, Rafa Benítez, Quique Sánchez Flores, Unai Emery, Pellegrino o Ernesto Valverde, entre otros. Capítulo aparte fue su etapa con Ronald Koeman al frente del Valencia en la campaña 2007/08, cuando el excapitán che estuvo apartado del equipo junto a Santi Cañizares y a Miguel Ángel Ángulo. Un tema "tabú, no se habla mucho en el vestuario" del Villarreal C, aunque son "sabedores de ello", pero que nos ayuda a reflexionar sobre cómo pudo influir en David en el trato con sus jugadores, en si eso le llevó a ser incluso más justo con sus futbolistas para huir de malas experiencias pasadas: "Yo creo que es un entrenador bastante justo. Ha dado oportunidades a todos los jugadores, incluso a chavales que han venido del Juvenil. En ese aspecto se nota que ha pasado por donde estamos nosotros y sabe cómo mantenernos a todos activos para estar preparados cuando nos llegue la oportunidad", comenta Joan sobre el que exfutbolista, que pasó por el Villarreal en dos cesiones, en el filial en la campaña 95/96 y en el primer equipo amarillo en la 98/99, cuando vivió la primera temporada del Submarino en Primera, antes de regresar al Valencia definitivamente.

Hoy a las 12h. el Villarreal C afronta la 25ª jornada del Grupo VI de Tercera RFEF con un partido ante el Ontinyent 1931 en Miralcamp, un encuentro al que llega octavo con 34 puntos, a 4 de la promoción de ascenso y a 8 del líder, el Castellonense. "En la ida de la temporada no hemos bajado del playoff y ahora en esta segunda vuelta llevamos una mala racha, pero yo creo que lo vamos a sacar adelante y David está convencido de ello. En el día a día nos lo transmite, que somos muy buenos, tenemos muy buen equipo y que la unión hace la fuerza, que tenemos que ser una familia para intentar llegar al objetivo", comenta el capitán del Villarreal C, que ha cosechado tres derrotas y un empate en los últimos cuatro partidos. Paradójicamente, el último triunfo groguet fue un 4-0 ante el Atzeneta UE, el exequipo de David, el pasado 1 de febrero.

Es el director deportivo taronja, Jesús Soler, quien le augura el mejor de los futuros en los banquillos: "Está en buen sitio, está haciendo una temporada magnífica en Tercera División, creo que no tardará mucho en subir al segundo equipo del Villarreal y que no tardará mucho en estar en algún equipo de Primera división. En el Valencia lo veo difícil, por la salida, por todo el tema, pero creo que en el Villarreal sí que puede hacer carrera".

"Yo, sinceramente, creo que su proyección será la que él quiera. Es un tema más personal, no sé qué idea tiene, pero capacitado está para entrenar más arriba. Viendo que estuvo en Atzeneta y que siempre ha estado por aquí, por la zona, no sé hasta qué punto él está dispuesto a irse a entrenar fuera, por ejemplo, pero por capacidades yo lo veo sobradamente capacitado para dar varios pasos más y ya estará en que él esté dispuesto, que seguramente es una pregunta para él", apunta Tomás Pina, igual de cauto que reconoce que está en su llegada al equipo, donde el cuerpo técnico ya estaba conformado y él está viviendo su primera etapa al otro lado de la línea de cal, con todo lo que eso conlleva: "Llegamos sobre las ocho y media y nos vamos sobre las tres y media cuatro. Son muchas horas, eso va también con la filosofía del Villarreal, de mucho trabajo, y que está muy bien que sea así". Además, hablando de David, "él que está tantos años en la élite es porque tiene una capacidad de adaptarse a diferentes situaciones, entrenadores, entornos y una capacidad de trabajo muy grande, y que no es por casualidad".

"Yo creo que es un tío que se le ve con ganas de aspirar, porque él cuando nos lo transmite a nosotros, de decir que en el fútbol nosotros somos jóvenes y todavía nos queda mucho por delante, también se mete él en la ecuación, como decir 'yo también aspiro a más y si estamos en el Villarreal C pues también nos gustaría a todos estar en el B y de ahí para arriba', y en ese aspecto sí que tiene los pies en el suelo porque sabe que es jodido el mundo de ser entrenador y para llegar a lo más top hay que pasar una serie de procesos, pero sí que es bastante transparente y nos lo comunica, que tanto como futbolista los jugadores y él como entrenador se trata de trabajar diariamente, porque hay que ser ambiciosos y tirar para arriba", sentencia Joan Ruiz.