ENTRENADORES VS PERIODISTAS

Las ruedas de prensa que acaban con el entrenador señalando al periodista: "Solo quiero hablar con Eduardo Inda"

El episodio de Xavi y "el bufón de la Champions" es el último de los enfrentamientos entre los entrenadores y los periodistas en una rueda de prensa.

Jose Mourinho, durante una rueda de prensa en Madrid./
Jose Mourinho, durante una rueda de prensa en Madrid.
Sergio Fernández

Sergio Fernández

Hay tantos tipos de ruedas de prensa que es difícil teorizar sobre ellas. La mayoría, no nos engañemos, son un tostón infumable. Mecánicas, previsibles, aburridas... Llegas a la redacción pensando: "no me dan ni bola con esto". Pero, ojo, hay momentos muy puntuales en los que nada parece importar más que lo que está ocurriendo en esa sala. Y más te vale que te pille preparado. El último episodio lo vivimos este martes tras el Barça-Nápoles de Champions. Xavi Hernández sacó pecho y trajo a colación un artículo de hace unos meses de Ramon Besa, de El País.

Algunas ruedas de prensa se recuerdan por los siglos de los siglos. El cabreo histórico de Louis van Gaal que marcó años y años de bromas futboleras: "¡¡¡Interpretachión, siempre negatifa, SIEMPRE NEGATIFA, nunca postifa!!!". Pasó de cero a 100 más rápido que un Lamborghini. De hecho se convirtió en una historia tan recurrente que el periodista que lo sufrió, Fabián Ortiz, prefiere no andar hablando de ello y pasar página. Pero en fin, ahí queda, no fue el primero ni será el último, pero dio muchísimo y, de esa frase, nacieron guiñoles, blogs exitosos y muchas bromas que todavía, a poquitas canas que peines, recordarás.

También fueron preciosas las temporadas de José Mourinho en el Real Madrid. Ahora que han pasado los años, fueron una pasada para los periodistas que seguíamos el día a día del club. En serio. Pero... eso hoy. Entonces... eran un estrés que flipas. Un día salía ante la prensa con un "papelito" guardado: "Siempre espero que algún listo me haga pregunta que exige papelito", argumentaba. Y tú, que te habías preparado la cuestión intentando pescar un titular buenísimo, te llevabas un meneo que no sabías ni por dónde te venía. Te reventaba y luego, con una sonrisa en la cara, te decía: "¿Quieres el papelito?", y te lo regalaba.

"No me pude ni quedar con el papelito", recordaba entonces Rubén Jiménez, el periodista de Marca que le había hecho la pregunta. "Nunca había tenido ningún enganchón con él. Hubiera sido portada, el papelito, pero se lo quedó la gente de comunicación del Madrid", lamentaba.

El caso es que casi siempre pasaba algo. Si alguna pregunta era demasiado improvisada o no tenía mucho sentido te lo hacía saber inmediatamente, de forma más o menos amistosa. Eran, además, los primeros tiempos de Twitter (ahora X por culpa de Elon) . Y el Mourinhismo estaba a topísimo en las redes sociales, con lo que no era sólo el revolcón que te llevabas en Valdebebas, sino que después te lo estaban recordando sin ningún tipo de filtro por los años de los años.

Un día, en plena histeria de lo que se llamó Rally de Clásicos en el que Real Madrid y Barcelona se enfrentaban en Copa, Liga y Champions, decidió que no iba a hacer él la conferencia de prensa previa a uno de ellos, y que la iba a hace su segundo: Aitor Karanka. Y nos pareció fatal. La juventud, el calentón... decidimos irnos y plantarle (casi todos) en señal de protesta. Y, al día siguiente, en la rueda de prensa postpartido... claro... pasó lo que pasó. El primero, joven e imprudente, fue Álvaro de la Rosa, periodista del diario As, recién llegado al día a día de la información madridista. "¿Eres tú el director de As? Pues sólo con tu director. Si vosotros no habláis con mi segundo, yo sólo tengo que hablar con los directores".

Se produjo un silencio incómodo y ya había muchas menos manos alzadas pidiendo la palabra. Álvaro sólo quería que se lo tragase la tierra... y me tocó a mí el turno de pregunta. Sabiendo lo que me esperaba lancé, todo lo rápido que pude, una pregunta reconvertida a la situación del cabreo que tenía con la prensa Mou, y conseguí terminarla, pero no hubo manera: "Sólo con Inda" (por Eduardo Inda, el director del medio en el que estaba entonces, Marca). Intenté repetirla, pero no había forma. "Sólo con Inda". Todavía, 13 años después, algún tuitero me lo recuerda amablemente de vez en cuando. La verdad es que se le echa de menos un poco, a Mou.

"Yo tenía 24 años y era mi primer Real Madrid-Barcelona. Ahora lo recuerdo muerto de risa. Cuando me dieron el primer turno de pregunta ya me pareció raro, pero cuando me dijo eso sólo me salió decir que no, que no era el director, para después pasar a ver venir al manotazo. Recuerdo las risas de algunos compañeros que el día anterior habían sido "valientes" para hacer el plante, y la generosidad de un compañero del medio rival para salir a dar la cara al lado de un chaval que estaba empezando. Bueno, y la rabia que se me quedó por no decirle que mi director, si acaso, tendría que haber reportado con su presidente. Pero claro, ahí no tenía tablas y no se me ocurrió", recuerda Álvaro de la Rosa, hoy jefe de prensa del Alcorcón.

Caparrós rompiendo un periódico

Las hay más tensas y recordadas que aquello, que no pasó de una anécdota. Nuestro compañero en Relevo, Enrique Ortego, ha vivido de todo durante su carrera. En una ocasión realizó una entrevista para Marca que terminó siendo la portada del día. ¿El protagonista: Joaquín Caparrós, entonces técnico del Granada que se enfrentaba al Real Madrid. ¿El titular? "Sólo pido que no nos pasen por encima". ¿El cabreo? Máximo.

Caparrós llegó al día siguiente y no dejó ni empezar a los periodistas. "Quiero decir una cosa antes". Cogió la portada del periódico, la enseñó, se fue calentando... "¿Ustedes creen que yo puedo hacer estas declaraciones?", decía. Y empezó a romper el periódico. "La gente que me conoce sabe que ni a mi padre, que en el cielo está, le regalo nada. Y, si quiere, me tiene que abrir en canal. Llevo muchísimos años en el fútbol y me jode que hagan este tipo de titular, hostia". Los cachitos de papel del periódico terminaron esparcidos por el suelo de la sala de prensa. Mosqueazo.

¿Qué había pasado? Ortego, que es un periodista old school, no lo tenía grabado pero tenía todas notas de la entrevista y resulta que esa frase en concreto la había dicho no una, sino varias veces. Él le quería dar el sentido de que tenían que competir, de luchar cara a cara, de no ser blandos... pero había dicho eso. "Según me contó él después, no había leído la entrevista y se lo dijo el jefe de prensa. Él llega al estadio y ya notó que el capitán ya le decía algo. Y después le dijeron que tenía que desmentirlo. Que se dejó llevar y que se le fue un poco. Además es que él lo decía varias veces en la entrevista. Después él me pidió perdón, me dijo que se había dejado presionar y la cosa no fue a más. Yo había contado cómo fue toda la historia en la radio. Nunca me había pasado eso, que rompieran el periódico en una sala de prensa", recuerda Ortego.

Caparrós, de mecha corta pero de gran corazón, recapacitó enseguida y la cosa no pasó a mayores: "Mi relación con Joaquín ahora es muy buena. Le he vuelto a entrevistar muchas veces ahora que ha estado fuera de España. No hay mayor problema. Fue el momento puntual ese, nada más".

Maradona y 'Toti' Pasman... chupando

Pero, para esto también, ninguno como Diego Armando Maradona. El había sido ya el mejor jugador del mundo antes que fraile. Llegaba a las ruedas de prensa siendo mucho más estrella que cualquiera de sus jugadores. Y eso que, en los banquillos, tampoco es que le sobraran los títulos, pero daba igual. Era Diego.

Sin embargo... el fútbol es el fútbol, y cuando estás a punto de quedarte fuera un Mundial, hasta a Maradona le caían palos. Estaba en juego el Mundial de Sudáfrica 2010 y Argentina lo llevaba crudo. Uno de los periodistas más críticos con El 10 era Juan Carlos Toti Pasman. Estaba en un programa que la rompía en todos los medidores de audiencia: El show del fútbol, en América.

Al entonces seleccionador le dolían las críticas, como a todos. Y llegó a octubre de 2009, 0-1 contra Uruguay, fuera de casa, clasificación directa. Bilardo y Maradona celebran sobre el campo. Eufóricos. "Yo cuando vi cómo festejaban, desde la platea, ya sabía que algo iba a pasar. Estaba caldeado. Insultaron a algunos periodistas y yo intuía que no iba a ser una rueda de prensa normal. Al llegar a la sala dijo: "Con el perdón de las damas... pero que la sigan chupando", recuerda Toti Pasman para Relevo. Y todo lo que siguió después y que tienen en el vídeo debajo de estas líneas.

"No pude ni soltar el teléfono después. Algunos me apoyaban y me decían que bien por contestar y que lo había gestionado bien, pero poco después cambió y yo pasé a ser un vendepatrias, o un antiargentino. Maradona era como era. Si estaba la cosa mal, te respondía cortante pero cuando las cosas iban bien, pedía que preguntase yo. O llegaba a la rueda de prensa y decía "Hola Toti". Me contaba que sus hijas se lo apuntaban todo. Todo lo que decíamos. Éramos de los pocos que le criticábamos", recuerda.

"Maradona cuando te ladraba era un perro feroz, pero cuando estaba bien era dulce de leche. Después de aquello lo arreglamos. Dos veces hablé bien de él, y las dos me llamó. Una de ellas incluso desde Dubai. Estoy feliz de haber terminado bien y en paz con él. Me faltó darle un abrazo en persona, porque le hice algunas notas por teléfono, pero me quedé con ganas de darle un último abrazo personalmente", recuerda Pasman.

También con Bielsa

Muchas veces pasa. La reincidencia. Una vez que aprendes a encajar alguna cornada en una rueda de prensa, aumentan las posibilidades de que respondas, con manos o menos talento y gracia, al entrenador que te la propina. Una vez Abelardo, cuando entrenaba al Sporting de Gijón, se encaró con un joven reportero y le preguntó si él era aficionado del club. Él, por culpa de la inexperiencia, alardeó de su sportinguismo ("tengo el póster del ascenso en mi cuarto"), en lugar de haberlo dicho que maldita la falta que le hacía a él ser seguidor o no de un club para trabajar cubriendo el día a día de su información. Seguramente, si le pasa hoy, el que terminaría con los colores subidos sería él. Que, por cierto, el asturiano también dejó varias frases y enfrentamientos fuera de tono para el recuerdo. "Déjame, Leli, que me estoy quedando a gusto", le dijo una vez al mítico exjefe de prensa del conjunto asturiano mientras vapuleaba verbalmente a otro periodista. Él también fue mejorando, un poco, con los años.

A Toti Pasman ya le pilló experimentado y, por eso, cuando volvió a tener algún rifirrafe, tenía más herramientas para defenderse. Por ejemplo con Bielsa: "cuando te responde ni te mira a los ojos, ni a los que les chupa las medias (les hace la pelota), así que imagina a mí, que siempre le voy de frente. A él no le gusta que le pregunten cosas incómodas, pero qué vamos a hacer".

Ahora, pasados los años, estas cosas se ven con cariño y hasta con nostalgia. Nunca hay que despistarse: en la rueda de prensa más tonta te puede llegar la colleja de tu vida. Y tampoco es tan grave. Todo pasa (menos para algunos trolls tuiteros, inasequibles al desaliento, que también se hacen querer). Llega el final de la temporada y, por tanto, la parte calentita. Ánimo a todos y que Maradona reparta suerte.