Los silencios de Oblak retratan más que sus palabras el juego 'mentiroso' de su Atleti

Escucho a Jan Oblak. Se muerde la lengua, los guantes y el micrófono de Movistar. Si dice lo que piensa lo mismo a algún gerifalte del club se le revuelven las entrañas. Nadie como el esloveno nacido Skofja Loka, un pueblo de dos largas calles, para saber la temperatura de su equipo. Siempre. No solo en esta ocasión en Cornellà. Nadie como él sabe reflejar con más silencios que palabras la situación de su equipo. Es el termómetro perfecto. "No estamos teniendo la regularidad necesaria para pelear por la Liga y se nos están acercando los equipos que vienen por detrás". Punto y pelota. Para qué decir memeces de mala suerte o agarrones fuera de lugar.
El único culpable de haberse despedido ya, con nueve jornadas por delante, de la lucha por el título es el propio Atlético. De hecho esta Liga ya la tuvo perdida en octubre cuando tras perder con el Betis (jornada 11, 27 de octubre, se quedó a diez puntos del líder, el Barcelona entonces). Volvió a la vida gracias a su brillante reacción de ocho partidos consecutivos ganados y la pájara de los azulgranas. Y una vez reenganchado, volvió a su irregularidad, plasmada definitivamente en las tres últimas jornadas.
Perdió en Getafe, se dejó superar un 2-0 en casa contra el Barcelona y ante el Espanyol dio la penúltima demostración de que cuando quiere jugar al toque (626 pases), a marear el balón en el centro del campo como si fuera una parabrisas (61 por ciento de posesión), siempre se queda a mitad de camino (dos tiros a puerta)... El Atleti no entiende este estilo de fútbol. Lo suyo siempre serán los espacios, el contraataque, no el ataque posicional. Al menos, mientras Simeone se siente en el banquillo.
Loable que después de tantos años el técnico quiera tener un segundo registro ofensivo. Que también él quiera mandar en determinados partidos a través del balón y la ocupación del campo contrario. Pero a lo mejor se está dando cuenta ahora que no tiene tantos jugadores de ese corte de juego como él podía pensar y, si los tiene, les falta cuajo para ir a buscar los partidos de verdad. No con medias tintas. Una cuestión es controlar la situación y otra bien distinta es mandar en el campo. Lo del Atlético en Cornellà, con un golazo de ventaja, hasta el minuto 70 fue más lo primero que lo segundo. Dominio mentiroso. En dos palabras.
El Atlético se despide del título de Liga en la jornada 29 un 29 de marzo. Impensable que a estas alturas de temporada vayan a fallar tanto los dos equipos que le preceden en la clasificación, Barça y Real Madrid. Los atléticos más cholistas siempre podrán decir que peor fue la temporada anterior cuando en la jornada 19, última de la primera vuelta, tras perder en Girona (4-3) ya estaban a 10 puntos del Real Madrid y del propio equipo de Míchel, que encabezaban la tabla con el Barça tercero y el Athletic, cuarto. Es decir que el segundo día de enero eran quintos con el único objetivo de clasificarse para la Champions. meta que consiguió entrando cuarto por detrás del Girona.