EL FÚTBOL DE 'MENDI'

"A Silva le fichamos sin conocerle, a Bryan Gil le pedíamos centrar, solo regateaba"

David Silva, abrazado por Kubo y Sorloth, en el último Almería-Real Sociedad. /EFE
David Silva, abrazado por Kubo y Sorloth, en el último Almería-Real Sociedad. EFE

Ahora que Bryan Gil ha vuelto a la Liga, al Sevilla, y David Silva, a sus 37 años, atraviesa en la Real Sociedad, una tercera juventud futbolística me gustaría compartir los momentos que viví con ellos en el Eibar. Además, ambos, en su paso por el club armero, tuvieron bastantes puntos de conexión. Llegaron muy jovencitos. David, con 18. Estábamos en Segunda y estuvimos a punto de ascender (2004-05). Bryan llegó con 19. Estábamos en Primera, pero fue el año que descendimos. Los dos hicieron muy buenas temporadas con nosotros a nivel de rendimiento, aunque las circunstancias fueran diferentes.

Los dos eran, son, zurdos y marcaron cuatro goles durante la temporada que estuvieron con nosotros. Tenían incluso el mismo representante: Amadeo Rengel. Bryan era más fino. David, más pequeño. Los dos pueden parecer muy poca cosa como para jugar en el fútbol de élite, pero siempre supieron manejarse e imponer su juego. Y eso, con su físico, no es fácil. Ambos se incorporaron al equipo relativamente tarde, sin pretemporada. David, tres o cuatro días antes de acabar el mercado, no pudo jugar el primer partido. Bryan llegó el último día y faltó a los cinco primeros encuentros. De hecho, creo que llegó a firmar hasta fuera de Eibar. Se incorporó directamente con la sub-21 y nosotros no lo vimos hasta 10 días después. Durante la estancia con nosotros ambos alternaban con las distintas selecciones inferiores. David con la sub-19, sub-20 y sub-21 y Bryan ya estaba directamente con estos últimos. Estando ya con nosotros debutó con la absoluta de Luis Enrique contra Grecia en una convocatoria de tres partidos clasificatorios para el Mundial de Catar.

Como futbolistas eran muy diferentes. A Silva le firmamos como extremo. Nos faltaba un zurdo en la plantilla y no encontrábamos. La última semana, antes de comenzar el campeonato, estábamos en una de esas comidas de confraternización clásicas que se hacen y Javier Pérez, el director deportivo del club, me habló de que le habían ofrecido un chaval canario que la temporada anterior, en edad de juvenil de segundo año, había jugado ya en el filial del Valencia, precisamente a las órdenes de Voro. Me comentó que era internacional sub-18 y que le habían dicho que tenía bastante clase. Parece ser que se iba a ir al Parma, que lo quería comprar, incluso, pero al final el Valencia no lo vendió y se quedó un poco colgado. Pregunté a Toni Ruiz, preparador físico que lleva conmigo 20 años, desde la etapa de Lanzarote y es canario, y me dijo que tampoco le conocía como para darme una opinión concreta.

Visto que tampoco teníamos más alternativas, decidimos incorporarlo para jugar por la banda izquierda. Jugó ahí dos o tres partidos, pero a los cuatro o cincos entrenamientos nos dimos cuenta de que se movía muy bien por dentro, que trabajaba bien entre líneas y en nuestro 1-4-2-3-1 le colocamos en zonas más interiores, como media punta. Participaba tanto del juego, ayudaba tanto, recuperaba balones, incluso, que en un par de partidos le puse como segundo mediocentro con misiones ofensivas, mientras el otro pivote cerraba más en defensa. Se adaptó muy rápido. Mejor de lo que se puede pensar cuando comienzas a conocer a un jugador. Si algún día jugábamos 1-4-4-2, si le poníamos un poco más a la izquierda.

Ese año hizo mucho frío por el norte y nos entrenábamos muchos días con hielo y jugamos algún partido con nieve. Posiblemente, la primera vez que vio nevar fue en Eibar. Recuerdo un partido en febrero contra el Polideportivo Ejido (0-0) que se tuvo que retrasar el comienzo una hora porque no se veían las líneas y no paraba de nevar. Ese fue su gran examen. Si un chico como él, con sus condiciones físicas, se impuso a ese campo, es que podía jugar en cualquier lado, Premier incluida. No tenemos que olvidar que estuvo 10 temporadas en el City. No sé si será justo decirlo, pero la plantilla de ese año del Eibar ha sido la que mejor he visto trabajar de todas las que he tenido. Imposible entrenarse mejor que ellos, por la agresividad, la intensidad, la unión....

Silva nunca se arrugó en esos entrenamientos con el campo helado o embarrado. No sé si será verdad algo que me comentaron en su tiempo. Que el primer día, sus compañeros con el capitán Karmona a la cabeza, le quisieron poner a prueba y le hicieron alguna entrada más fuerte de lo normal. Si fue así, está claro que David no se rajó, ni se escondió. Tampoco Karmona no era de dar patadas. Igual le dijo al mismo Silva que se acostumbrara a cómo entrenábamos porque después era así como jugábamos, pero sin más. No creo que le cosieran a patadas para ponerle a prueba. Eso son leyendas que se dicen.

Esa temporadas David jugó 35 partidos. Quedamos cuartos, a un punto del ascenso y cuando quedaban seis jornadas fuimos a Lleida y ocurrió una situación muy curiosa. No quedaba mucho para acabar un partido muy trabado e íbamos 1-1. Le llegó un balón en el área en muy buena situación para rematar. Podía ser gol, me acuerdo de la jugada, pero David vio a Bruno, un defensa contrario, en el suelo quejándose y echó el balón fuera de banda. Nos quedamos todos mirándonos en el banquillo, pero no le dijimos nada. De verdad. Ni tampoco luego en el vestuario. La verdad es que nos extrañó, pero respetamos su decisión aunque nos hubieran venido muy bien los puntos en caso de que la jugada hubiera acabado en gol, claro. Por esa acción le dieron varios premios, uno del mismísimo Real Madrid 'por los valores humanos del deporte', creo que se lo dieron Di Stéfano y Butragueño. Y otro el 'trofeo al Juego limpio' que concede la Federación.

Posiblemente Silva sea el jugador al que he entrenado que ha llegado más lejos en el mundo del fútbol. El mejor por su trayectoria. Su carrera es impresionante sin haber estado ni en el Real Madrid ni en el Barça. Se habla de Iniesta, de Xavi... pero Silva estuvo a ese nivel sin jugar en ninguno de esos clubes. Y lo demostró en la Selección. Lo sigue demostrando ahora que tiene 37 años. Es otro tipo de futbolista, pero igual de desequilibrante.

Una vez que fui a Barcelona a ver los entrenamientos del Barça de Guardiola hablé con Pep. Yo tenía la costumbre de que, cuando me echaban de un club, me tiraba al monte a ver a otros equipos y la forma de entrenar de otros técnicos. En el Barça ya había estado en la época de Rijkaard y luego fui en la de Pep. Recuerdo que me preguntó por Silva y por Mata. De Juan no le pude hablar porque no le había tenido, pero de Silva le dije lo mismo que estoy escribiendo aquí. Curiosamente, años después David y Pep coincidieron en el Manchester City, aunque Silva llegó primero.

Bryan, por su parte, es un extremo-extremo y, además, para jugar siempre por la izquierda. Le pusimos alguna vez por la derecha, pero le costaba. No era para tirar de la moda del interior-extremo a pierna cambiada. Es un regateador nato. Me llamó la atención que no estaba acostumbrado a centrar y nosotros, precisamente, éramos un equipo de muchos centros desde la banda. Nos gustaba el desborde y el centro. Él se iba de un defensa, de otro... y se paraba. Parecía que tuviera que tener un duelo directo con un rival para arrancar. Yo le decía que tenía que centrar sobre la marcha, que no se preocupara, que siempre habría, o llegaría, alguien al área, a zona de remate. Era como si necesitara tener un rival cerca para sacarse el centro. Si tenía el camino libre, si estaba solo, se paraba.

Cuando se fue a la Premier no pensé, en ningún momento, que no se podría manejar bien en un fútbol tan fuerte y físico como el inglés. No pensé que le fueran a levantar por los aires porque es fuerte para su apariencia. Sabe aguantar bien. Cuando estaba con nosotros le daban mucho. Y a veces se enfadaba. En ese sentido puede que se parezca un poco a Vinicius salvando todas las distancias. Que no se me malinterprete, pero se cabreaba. No hacía tantos aspavientos como el brasileño, pero su fútbol es parecido, de buscar el uno contra uno. Bryan no se dejaba torear.

Aunque lo veas delgadito, fino, poco cosa, Bryan en un currela del fútbol. Es trabajador. Hace un montón de kilómetros, ayuda mucho al lateral. Tiene calidad, pero también trabajo. A lo mejor tiene que mejorar más para el cuerpo a cuerpo, pero he leído que ha cogido peso. En Inglaterra lo que le mató fue el cambio de entrenador en el Tottenham. Él llego con Nuno, el portugués que estuvo en el Valencia. Conozco a su representante y en cuanto llegó Conte le dije que Bryan iba a sufrir. No por su físico, sino porque el nuevo técnico apuesta descaradamente por los laterales de largo recorrido y en sus sistemas no caben los extremos. Quiere interiores que vayan para dentro y las bandas son para los laterales.

Su debut con nosotros fue contra Osasuna en casa. No salió de titular, le metí por Inui. Curiosamente, el siguiente partido era contra el Sevilla, que es quien nos lo cede, en el Sánchez Pizjuán. Sale desde el principio y ganamos 1-0. Casualidades de la vida. Ahora ha vuelto a su origen y por sus condiciones le auguro lo mejor. Es un futbolista distinto.