Siqueira y el poder de convicción de Simeone: "Si en ese momento me dice de tirarme por un puente me tiro"
El exfutbolista del Atlético de Madrid, que colgó las botas a los 32 años, se dedica ahora a la representación de jugadores en Brasil.

A Guilherme Siqueira (Florianópolis, Brasil, 1986) sus problemas de tobillo le apartaron del fútbol con sólo 32 años. De dar carreras por la banda izquierda de Granada, Benfica, Atlético de Madrid o Valencia, se pasó al mundo de los despachos y de la representación de futbolistas. Desde su casa de Florianópolis el exjugador atiende a Relevo para repasar su etapa en el Atleti y recordar aquella noche del último día de mercado donde apunto estuvo de firmar por el Real Madrid. "Fue una locura".
De los terrenos de juego te pasaste pronto a los despachos.
Desde que dejé el fútbol me dedico, junto a Sávio Bortolini, a la representación de jugadores en Brasil. Es difícil trabajar con los futbolistas brasileños porque tienen una mentalidad bastante complicada. Siempre suelo decir que los mejores están aquí, pero cuidarles no es fácil. Vienen de una estructura familiar un poco diferente. No tienen esa cercanía con los padres y desde muy temprano todos quieren ser ya futbolistas y ganar dinero. En Brasil hay muchos jugadores interesantes. Espero acertar con alguno e intentar que tengan una carrera similar a la que tuvo Sávio o la que tuve yo.
¿Tienes algún chico del que debamos estar pendientes?
Tenemos un chico en el Flamengo que está teniendo una evolución tremenda. Se llama Wesley. Es lateral derecho y a sus 20 años ha jugado ya 50 partidos con el Flamengo en Primera División. Es bastante interesante y ya ha sonado para equipos de Europa. Para nosotros es fundamental que los chicos sigan creciendo fuera de nuestras fronteras.
Para muchos de esos chicos serás un ejemplo. Lo triste es que tuviste que colgar las botas con sólo 32 años.
No tenía pensado dejarlo tan joven. Con 18 años tuve una lesión bastante grave en el tobillo y con el tiempo fui perdiendo cartílago. En mi último año en el Atleti y cuando me marché cedido al Valencia la lesión empeoró; ahí tuve que dejarlo. Ahora que tengo 37 sería el momento en el que estaría pensando en la retirada. Es más, cuando anuncié que dejaba el fútbol, seguí recibiendo llamadas de equipos interesantes a los que tuve que decirles que no. Para mí fue un palo tener que dejar el fútbol con 32 años, pero por otro lado la retirada me dio otras cosas, como poder volver a mi país con mi familia.
"Llegué a un punto en el Valencia en el que no estaba disfrutando. Pensaba más en el tobillo que en los partidos"
Exfutbolista¿En qué momento Siqueira dice basta?
El año y medio que estuve en el Valencia fue una época de muchísimo sufrimiento. Llegas allí, quieres ayudar, quieres aportar, pero el cuerpo no responde. Solo mi familia y yo sabemos lo que pasé para poder estar en un entrenamiento o en un partido. Cuando ves que estás todos los días infiltrándote, tratándote entre tres y cuatro horas al día, entrenando muchas veces en casa porque mi tobillo necesitaba fuerza... Llega un momento en el que vives solo para el fútbol y aún así no estás al cien por cien. Cuando ves que no puedes rendir lo que sabes, o lo que puedes, piensas que no tienes por qué seguir en el fútbol. Llegué a un punto en el Valencia donde ya no estaba disfrutando. Pensaba más en el tobillo que en los partidos y cuando es así tienes que tener claro que no puedes seguir así. Me tomé muchas pastillas para el dolor, muchas infiltraciones, no dormía bien, el tobillo me dolía muchísimo todos los días. Tuve que dejarlo.
Antes de esa decisión, pudiste disfrutar del fútbol en grandes equipos. Uno de ellos el Atlético de Madrid de Simeone.
Cuando jugaba en el Benfica, recuerdo la noche que estuvimos concentrados en Turín para disputar la semifinal de la Europa League contra la Juve. Durante la cena estuvimos viendo por la tele la semifinal de la Champions entre el Chelsea y el Atleti. Me acuerdo que vi un ambiente súper bonito entre el Cholo, los jugadores y se veía que todos iban a muerte con el entrenador. Mientras cenábamos les dije a mis compañeros: "Tiene que ser muy bonito trabajar con el Cholo y jugar en el Atleti". Pasan las semanas, llegan las vacaciones y un día recibo la llamada de mi representante para decirme que el Atleti estaba interesado en mi incorporación porque Filipe Luis se iba a marchar. Filipe es muy amigo mío, de hecho lo llamé para preguntarle y me confirmó que se marchaba. Ese año tuve más ofertas, pero cuando escuché del interés del Atleti le dije a mi representante que lo cerráramos cuando antes porque quería trabajar con el Cholo. Luego sólo pude estar allí un año y medio, pero fue algo inolvidable y espectacular. Es un club que se merece estar donde está. La dinámica de trabajo que vi con el Cholo, el respeto que los jugadores tienen por el entrenador, el respeto que los aficionados tienen por los jugadores... Fue algo impresionante.
¿Qué viste de especial en el Cholo?
El Cholo tiene una pasión por lo que hace… Pero no solo él, todo el staff. Lo hacen todo con muchísima pasión y con muchísimas ganas. Cada día de trabajo en el Atlético es como si fuera una final. Los entrenamientos son súper intensos y la seriedad es altísima. Por otro lado, el Cholo es un entrenador que no tiene compromiso con nadie. Él premia a los jugadores que trabajan y para mí eso es fundamental. El jugador, juegue más o menos, siempre se siente valorado y por eso siempre hay una competencia sana entre los futbolistas. Eso al final hace que el equipo gane. El futbolista es consciente de que la competencia siempre va a existir, pero sabe que hay un entrenador que te va potenciar al máximo y que no se va a casar con nadie. Para mí ese es el secreto de un entrenador ganador. El Cholo tiene la capacidad de potenciar al jugador, no solo técnicamente, sino también mentalmente. Es impresionante.
¿Recuerdas alguna frase o alguna conversación con Simeone que te calara?
El día a día del Cholo es muy general. No es de hablar mucho con los futbolistas, pero los trata a todos de la misma manera. Les hace creer a todos que son importantes y que tendrán sus minutos y su importancia dentro del equipo. Siempre ha premiado al jugador que se ha esforzado, que ha entrenado bien y que ha luchado. Me acuerdo de un partido en Elche. Yo no venía jugando con continuidad y ese día me puso de titular. Una vez que sales del equipo uno lo que quiere es volver y dice ' Lo que me diga el Cholo lo voy a hacer a muerte. Si me dice de tirarme por un puente me voy a tirar porque quiero convencerle de que quiero ser el titular de este equipo'. Antes de empezar el partido yo estaba ya en el césped, miré al banquillo y vi que me estaba mirando con una cara de 'confío en ti, dale'. Para un jugador eso es espectacular. Aquel gesto me dio un plus. El Cholo siempre fue muy claro conmigo. No tengo nada que reprocharle. Estuve sólo un año y medio en el Atleti, pero aprendí muchísimo.
¿Las supersticiones del Cholo? Al principio me sorprendieron, pero luego lo vi como algo natural"
ExfutbolistaEn ese tiempo, ¿te sorprendió lo supersticioso que es el Cholo?
Tengo varias anécdotas, pero no solo del Cholo, también del Profe Ortega. En mis primeros partidos me sentaba al lado de Miranda y de Thiago. Un día yendo a jugar un partido al Vicente Calderón me fijo en que en el bus suena una música. Al tercer partido, que volvemos a jugar en el Calderón, veo que las canciones son las mismas. Le pregunté a Miranda "Oye, ¿ aquí siempre ponen las mismas canciones?". Me dijo que siempre y que en el vestuario igual. De primeras me sorprendió, pero ya después lo vi como algo natural. El Cholo tiene muchas manías. Por ejemplo, el equipo sale a calentar. Cuando vuelve del calentamiento y los jugadores nos vamos a poner la camiseta para salir al campo, él está botando siempre un balón y diciendo las mismas cosas. Luego se lo entrega al capitán y este hace lo mismo. Era así en todos los partidos. Otra que me acuerdo es que cuando la música se paraba en el vestuario era una locura. Venía el Profe Ortega y decía "¿Qué pasa con la música?". Tenía que salir todo a la perfección para que el Cholo no se calentara. Era impresionante.
Ahora que mencionas al Profe Ortega, los entrenamientos, ¿son tan duros como dicen?
Bastante, pero era espectacular. El futbolista lo que quiere es sentirse bien físicamente. A veces nos quejamos, pero una vez sales al campo y ves que tu rival se empieza a cansar y tú sigues ahí… piensas que todo el esfuerzo ha merecido la pena. Los entrenamientos son fuertes y la pretemporada es algo bestial. El Cholo y su staff tienen la capacidad de motivarte. De convencerte de que aquello es lo que tienes que hacer. Que al final, aunque estés cansado o muerto, pues vas, vas, vas y al final te quedas con esa mentalidad. La mentalidad ganadora, luchadora y eso es algo impresionante.
En ese vestuario estaba Mario Mandžukić. En las distancias cortas, ¿es tan serio como en el campo?
Mandžukić era mi vecino. En el campo tiene ese perfil de ser un jugador bastante intenso, pero fuera es bastante tranquilo. No era un tipo como Griezmann de hacer bromas. Era más tranquilo, pero una buena persona. Hubo un partido contra el Valencia que se calentó conmigo porque íbamos perdiendo 3-1. Hay un penalti a nuestro favor y yo, que no era el lanzador, lo quería tirar. En mis anteriores equipos había lanzado alguno y nunca lo había fallado. Le pedí al Cholo que me lo dejara lanzar y me dijo que sí. Le cogí el balón a Mandžukić para lanzarlo, pero me lo paró Diego Alves. Tuvimos una pequeña discusión en el vestuario, pero él es muy alto para mí (risas). Era un gran compañero y un grandísimo jugador.
Lo que es el destino. Jugaste en el Atleti, pero antes pudiste hacerlo en el Real Madrid. Llegaste incluso a firmar un contrato con los blancos en el aeropuerto de Lisboa. ¿Todavía lo recuerdas cuando pasas por allí?
Me acuerdo como si fuera ayer. Cuando voy a Lisboa y estoy en el avión llegando a la ciudad, veo siempre la salita aquella y se me pasa por la cabeza como 'una película'. Un jugador tiene que tener mucho cuidado cuando habla del Real Madrid y del Atleti. Mi pasado es del Atleti, pero también hubo interés del Real Madrid. Para un jugador es un orgullo poder decir que casi jugó en el Madrid y que un año y medio después jugó en el Atleti. Muchos futbolistas querrían estar en mi piel. Siempre hablo con mucho respeto de ambos equipos para que no se me malinterprete. Para mí el Granada fue un trampolín. Les estaré eternamente agradecidos porque si hubo interés del Madrid, si luego jugué en el Benfica, en el Atleti y en el Valencia, fue gracias al Granada. Fue el equipo que me abrió las puertas en España.
Junto al de Keylor Navas, tu caso sigue siendo uno de los más recordados del último día de mercado. Vaya día...
Fue una locura. Yo venía hablando con el Madrid durante todo el mercado y sólo iría para allá si salía Coentrao. Sabía que él se quería ir y por eso era muy optimista con que se diera el traspaso. Pero claro, el tiempo iba pasando, me llegaban ofertas, pero las rechazaba para esperar al Madrid. Pero nada. Además, cuando faltaban ya pocos días para el cierre de mercado, me entero que Ancelotti había dicho que la plantilla estaba ya cerrada, que no saldría ni vendría nadie más. Cuando el Benfica se entera que no voy a firmar con el Madrid vinieron a hablar conmigo el último día de mercado. Todo fue muy rápido. Me mandaron un avión a Granada para irme a firmar a Lisboa. Lo que ocurrió es que cuando llegué allí volvió a cambiar la cosa. Coentrao se iba al Manchester United y el Madrid volvía a aparecer para firmarme. Iba a firmar con ellos, pero al final por un papeleo no se dio y menos mal que en Portugal es una hora menos. Tenía una hora para ir al estadio del Benfica y firmar. El directivo del Madrid (José Ángel Sánchez) me dijo que volviera a Granada y que firmara un precontrato con ellos para enero, pero algo me dijo que yo tenía que firmar con el Benfica. Recuerdo que cuando me fui a la cama sobre las tres de la mañana me llamó mi padre y me preguntó, 'pero hijo, ¿con quién firmaste?' Mi familia no sabía a dónde me había ido. Estoy en Lisboa para firmar con el Benfica, sale en la tele que estaba hecho con el Madrid, de repente se cae lo del Madrid… Fue una noche inolvidable.