REAL MADRID

La Supercopa de España para el Real Madrid: de torneo veraniego a cita con consecuencias

El club blanco saca conclusiones fundamentales cada año por lo que sucede en este trofeo desde que se juega en enero.

Ancelotti y Xavi, antes de la última Supercopa de España./
Ancelotti y Xavi, antes de la última Supercopa de España.
Sergio Santos

Sergio Santos

La Supercopa de España fue, durante muchos años, una piedra en el zapato para los grandes. Un torneo de verano a doble partido en el que había poco que ganar y mucho que perder. El triunfo pillaba a la afición en chanclas, de vacaciones, y apenas se saboreaba. Una derrota, en cambio, hacía saltar las alarmas y, en algunos casos, traía algún refuerzo de urgencia en los últimos días del mercado.

El Barcelona, campeón de la última Supercopa. EFE

Todo aquello cambió en 2020, cuando la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) cambió el formato por completo: cuatro participantes, con semifinales y final, y en enero. El lugar escogido para su celebración (Arabia Saudí) levantó suspicacias, aunque el formato convenció a casi todos. Disputarla no supone una acumulación extra de partidos, porque a los participantes se les libera de las primeras rondas de la Copa, y llega en un momento del calendario en el que existe un parón en la Champions.

Esa ausencia de competiciones europeas permite a los participantes poner el foco del inicio de año en este torneo. Especial importancia ha cobrado en los últimos cursos para el Real Madrid, que durante esos días eleva esos partidos casi a categoría Champions. Buena prueba de ello, esta temporada, llega con los lesionados: al dar periodos de baja con Camavinga y Carvajal el objetivo es recuperarse… para la Supercopa. También Vinicius tiene esperanzas de estar a tiempo. Estos jugadores, fundamentales para Ancelotti, se ponen la cita de Arabia como objetivo para estar a punto porque son conscientes de la importancia que tiene para la entidad.

Victoria de valor triple

¿Cuáles son los motivos? El valor doble de la victoria. En esta edición puede ser incluso triple, porque el Madrid se enfrentará al Atlético en semifinales y podría jugar ante el Barcelona la final si los de Xavi ganan a Osasuna. Volver con el trofeo bajo el brazo no sólo significaría un título, sino dejar tocados a sus dos máximos rivales nada más comenzar el nuevo año.

Ese es el escenario positivo, pero en caso de derrota, como ocurrió la temporada pasada (1-3 ante el Barça), se genera un clima de crisis interna. De hecho, en 2023 tardaron varios meses en cerrarse las heridas de la Supercopa de España, hasta el punto de tensarse mucho la cuerda entre los dirigentes y Ancelotti. Fueron semanas de constantes rumores sobre la continuidad de Carletto y justo ahí asomó el fuerte interés de Brasil, que intentó pescar en río revuelto.

Algunos jugadores se juegan su futuro

La Supercopa de España, además, es un punto de inflexión para la confección de la plantilla del curso que viene. Es en enero y febrero cuando los responsables deportivos del Real Madrid dibujan el plan casi definitivo a seguir en verano, tanto en el apartado de altas como en el de bajas y renovaciones. Este torneo será muy importante para decidir el futuro de los que acaban contrato (Nacho y Lucas), de veteranos que dudan entre seguir o colgar las botas (Kroos y Modric) y de futbolistas cedidos con los que se debe tomar una decisión a final de temporada (Kepa y Joselu).

Son partidos de máxima exigencia, a todo o nada, y con los ojos del planeta futbolístico mirando, puesto que en el mes de enero van a ser algunos de los encuentros más atractivos que habrá a nivel europeo. Motivos más que de sobra para que el Real Madrid, desde el cambio de fecha, marque en rojo esta competición.