La jugada en el 92' que esconde el secreto de la rebelión de Brahim
El malagueño logra con el fútbol de sus dos piernas ganarse al cuerpo técnico. Contra el Atlético, volvió a brillar.

Carlo Ancelotti ha encontrado en su teórica unidad B un salvavidas. Sus hombres de banquillo le valen como alternativa, pero también como titulares ante la plaga de lesiones que ha sufrido los últimos meses. En esa reivindicación deportiva, Brahim Díaz (24 años) amerita conseguir premio a mejor actor revelación. En la semifinal de Supercopa contra el Atleti demostró por enésima vez este curso ser un futbolista distinto al resto de atacantes.
Salió en el 81', sentando a Tchouameni. El Real Madrid vivía volcado sobre la portería de Oblak, pero sin mostrar capacidad de romper la férrea defensa del Atlético. En esa maraña de jugadores entró Brahim, desajustando el sistema rival y encontrando espacios donde no los había. Protagonizó varias acciones de peligro y marcó el gol definitivo, el quinto de su equipo, justo antes de que el árbitro pitase el final y tras ganarle una agónica carrera a Oblak. La guinda que redondeó su gran actuación desde el banquillo.
Pudo marcar antes, para evitar la prórroga, con una jugada a toda velocidad en el 92'. Recorte con la izquierda para sentar a un rival y disparo con la derecha, demasiado cruzado aunque por pocos centímetros. Siempre lo comenta en privado: su pierna de regate es la zurda, mientras que prefiere disparar con la derecha. Demostración de su buen manejo de ambas que es, a la vez, uno de los secretos de su gran nivel.
Brahim le gana la carrera a Oblak. 🌪️
— Movistar Plus+ (@MovistarPlus) January 10, 2024
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El malagueño se ha reivindicado a base de fútbol y goles, seis ya esta temporada. Volvió del Milan como apuesta del club. En Valdebebas se habían convencido de que merecía una oportunidad. En los últimos meses de la 2023-24 le comunicaron que regresaría. Que contaba con toda la confianza de la directiva.
Del destierro a empezar ocho de 12 partidos
No convencía tanto al cuerpo técnico. Ancelotti quería otro perfil y así lo solicitó antes del verano. Pero los responsables hicieron oídos sordos, obligándole a tirar de Brahim. Le costó hacerlo. En los primeros 15 partidos apenas disputó 126 minutos repartidos en ocho partidos, siendo titular sólo en uno de ellos. De ser titular y llevar el 10 en el Milan a prácticamente no pisar el césped.
Cuando todo apuntaba al destierro, con tres banquillazos consecutivos sin siquiera quitarse el chándal, las circunstancias llevaron a Carletto a tirar de él. No la desaprovechó. Desde entonces ha comenzado ocho de los últimos 12 partidos que ha jugado el Madrid. 702 minutos que lo confirman como un indiscutible por su evidente impacto en el juego del equipo.
Y para más inri, se ha visto obligado a hacerlo con un hombro maltrecho. Sufrió una luxación en el derbi de LaLiga que todavía le molesta. En la celebración de su gol en la Supercopa se quitó la camiseta y se pudo ver un aparatoso vendaje que va a tener que utilizar con casi total seguridad lo que resta de temporada. Si no mejora, todo apunta a una operación cuando el calendario lo permita.
Su rebelión ante el cuerpo técnico se confirmó en Arabia. "Muy contento por la victoria, por el pase a la final. Esto es el Madrid y peleamos hasta el final. Una vez más el Madrid ha demostrado que es un equipo único", dijo en los micrófonos de Movistar+ tras el encuentro. Ha entendido a la perfección lo que supone vestir de blanco.
Hay quien se anima a pedir su titularidad. Con él sobre el campo, el ataque parece más fluido. Se entiende con Vinicius, Rodrygo y, sobre todo, con Bellingham, con el que guarda una estrecha relación. Y cae muy bien entre sus compañeros, siempre con una sonrisa y dispuesto a la broma y el buen rollo. Ha caído de pie y, aunque le ha costado unos meses ganarse a Ancelotti, ya lo ha conseguido. Una alternativa de lujo que confirma que este año el italiano tiene muchas armas en el banquillo.