SUPERCOPA | REAL MADRID - BARCELONA

Los pasillos del MetLife Stadium llevan a Yeda al 'opacado' en el caso Dani Olmo

La actuación de Pau Víctor contra el Real Madrid en pretemporada fue uno de los motivos para ganarse un billete al primer equipo. Hoy olvida su agonía por su inscripción ante otro Clásico.

Pau Víctor anotó un doblete en el Clásico de la pretemporada./AFP
Pau Víctor anotó un doblete en el Clásico de la pretemporada. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

En los pasillos del MetLife Stadium no había nadie más feliz que Pau Víctor. Por segundo verano consecutivo, un canterano aprovechaba el Clásico de pretemporada para reivindicarse. En 2023 lo hizo Fermín López. En 2024, Pau Víctor. Un doblete suyo valió para derrotar al Real Madrid. El que fuera máximo goleador del Barça Atlètic el último curso venía de anotar también al Manchester City y se consolidaba en el primer equipo.

Durante las últimas semanas, el nombre de Dani Olmo ha opacado el de Pau Víctor. Ambos han vivido días convulsos y tensos, pendientes de resoluciones judiciales, cautelares e inscripciones. El día 1, cuando expiró el plazo para regularizar su situación -y Olmo podría haber roto de facto su contrato- salieron a entrenar a las órdenes de Hansi Flick como si nada hubiera pasado.

Había una diferencia entre el caso de Olmo y el de Pau. El delantero no tenía una cláusula que le permitiera romper unilateralmente el contrato en caso de no ser inscrito. Así las cosas, se hubiera abierto un doble escenario: no jugar hasta final de curso o hacerlo cedido en otro lugar. Desde su entorno reconocían que es "un jugador apetecible" y muchos equipos de LaLiga rastrearon su situación, especialmente el Betis.

Pau vivió los últimos días con angustia, pero en ningún momento se le pasó por la cabeza dejar Barcelona. Está viviendo su sueño. La espera de finales de diciembre ha sido parecida a la final del curso pasado, cuando el Barça no activó la cláusula de compra a tiempo cuando estaba cedido del Girona. Finalmente, decidió incorporarlo en el mercado veraniego. Acabó la gira con el primer equipo como el máximo goleador blaugrana.

Pau abandonó Nueva Jersey con el balón del partido en la mano, firmado por todos sus compañeros. "En el vestuario me hacen coña y dicen que el hat-trick ahora es de dos goles porque me han dado el balón", reía el delantero en la zona mixta. "¡MVP!", le gritó Guille Fernández cuando pasó tras él. "Dos partidos, tres goles, no está mal. La puerta del primer equipo siempre está abierta", valoró un comedido Flick. No hacían falta palabras, sobre el verde Pau ya había completado el sorpasso sobre Vitor Roque.

"Hacer un viaje a Arabia sin saber si vas a poder jugar es muy complicado", valoró Pedri en la previa de la final de la Supercopa. Pauvi, así lo llaman en el vestuario, ha jugado esta campaña 230 minutos, menos que Sergi Domínguez o Marc Bernal, entre otros. Aun así, Flick no quiso desprenderse de él. Lleva un par de goles y una asistencia. Con muchos menos minutos disputados, genera un tanto con la misma frecuencia que Lewandowski. Este domingo volverá a esperar turno contra el Real Madrid.