SENTENCIA SUPERLIGA

El chascarrillo de Ceferin sobre la Superliga de dos equipos es una realidad en las Islas Sorlingas

El presidente de UEFA ha pedido a Barcelona y Madrid que jueguen la competición que promueven ellos solos.

Los jugadores de las Islas Sorlingas, en el vestuario./GETTY
Los jugadores de las Islas Sorlingas, en el vestuario. GETTY
Jonás Pérez

Jonás Pérez

"Pueden hacer lo que quieran, espero que empiecen lo antes posible con... dos clubes". Ceferin buscó un chascarrillo para describir la situación actual de la Superliga, que solo cuenta con Barcelona y Real Madrid como presuntos participantes. Desde luego, si ejecutaran la competición en las condiciones actuales sería curiosa, un Clásico tras otro. Lo que no sabía el presidente de UEFA es que este peculiar torneo ya existe y, para colmo, ¡está asociado a la FA!

Por supuesto, nada tiene que ver con el fútbol de las élites ni existe un conflicto de intereses de la magnitud de Superliga y UEFA. Es otro fútbol, el de las Islas Sorlingas. En ellas, solo existen dos equipos, los Garrison Gunners y los Woolpack Wanderers, que se enfrentan entre sí una y otra vez para decidir los títulos. Porque no solo hay uno...

La Liga cuenta con un formato de 17 partidos entre ambos clubes. La Supercopa (Charity Shield) se disputa a un único partido y es el primero de la temporada. La Lioness Shield, la copa, se juega a tres encuentros. No puede faltar la Foredeck Cup, más conocida como la Copa de la Liga, a dos duelos. La Wholesalers Cup es el último choque de la campaña, otro título para la colección.

La foto de familia de la liga de las Islas Sorlingas. GETTY
La foto de familia de la liga de las Islas Sorlingas. GETTY

Falta la Lyonesse Cup, donde se enfrentan un bloque combinado de Gunners y Wanderers contra el The Slaters de St. Ives, una localidad costera de Reino Unido. Y, curioso, el trofeo de este duelo es ¡el más pequeño del mundo! Mide solo seis milímetros y en el Museo del Fútbol Mundial de la FIFA de Zúrich hay una réplica del mismo. Mal se tiene que dar para que tu equipo no consiga cada temporada al menos uno de los títulos que se ponen en juego. De hecho, la competición es lo suficientemente democrática para asegurarse que hay competitividad, igualdad y que puede haber alternancia a la hora de repartir los trofeos.

El aval de Adidas y el récord Guinness

Las Islas Sorlingas son un archipiélago de 140 pequeñas islas en las que solo hay dos equipos. Dadas las circunstancias, no les queda otra que competir entre ellos en bucle en la liga más pequeña del mundo, llegando así al prestigioso Guinness de los Récords. Los domingos a las diez y media de la mañana es una liturgia reunirse en St. Mary's, en el campo Garrison Football Field, común para ambos.

El paisaje de las Islas Sorlingas. GETTY
El paisaje de las Islas Sorlingas. GETTY

La grandeza de esta peculiar competición fue desvelada al mundo en el año 2008, gracias a una potente promoción de Adidas, que llevó a Steven Gerrard o David Beckham a visitar las islas para disfrutar de la magia de este fútbol. Con el tiempo, aquello cayó en el olvido. De hecho, es una liga sostenible a día de hoy, pero con un evidente riesgo de desaparecer con el paso del tiempo.

Los jóvenes de las islas cambian pronto de residencia para proseguir con sus estudios (ni siquiera hay educación secundaria en las islas) y surgen cada vez menos futbolistas dispuestos a competir en la vibrante competición. Porque, además, no es sencillo desplazarse entre islas para llegar a Saint Mary cada fin de semana. Aun así merece la pena por ser un fútbol repleto de tradiciones. En Navidad, también existe el tradicional Boxing Day, allí conocido como el The Old Mens Game, en el que se enfrentan los más jóvenes de la liga contra los veteranos.

Los vestuarios de las Islas Sorlingas, ahora en proceso de remodelación. GETTY
Los vestuarios de las Islas Sorlingas, ahora en proceso de remodelación. GETTY

El Draft de patio de colegio en un pub

Se preguntarán qué ocurre si de repente uno de los dos equipos da un salto de calidad, consigue convencer al mejor joven de las islas y da comienzo a un imperio futbolístico que sería francamente insoportable. ¿17 jornadas de liga más todas las copas con un equipo mucho mejor que el otro?, ¿dónde estaría la emoción? Aquí no hay sentimientos por los colores ni existe la posibilidad de ser un One Club Man.

Antes del arranque de cada temporada, todos los futbolistas inscritos se reúnen en el pub Scillonian y escogen a los dos capitanes del año. A partir de ahí, toca hacer la clásica selección de equipos del patio del colegio. Si hasta los propios jugadores, con tal de equilibrar, apuntan en un folio en qué posiciones pueden jugar para que los encargados de elegirles sean capaces de equilibrar la balanza.

La entrada a los vestuarios. GETTY
La entrada a los vestuarios. GETTY

"Intentamos que los equipos sean lo más equilibrados posible, pero rara vez lo conseguimos", explicó Anthony Gibbons, uno de los jugadores con más experiencia, en un artículo de Denís Iglesias en El Periódico de España. Es decisión suya y buscan de mutuo acuerdo que la competición esté igualada hasta el final. Después, el campo manda y es difícil que dos equipos que se enfrentan una y otra vez entre sí se repartan el pastel de forma ecuánime.

¡Y pertenecen a la FA!

No deja de ser curioso, aunque no tengan nada que ver sus casos, que la Federación más contraria a la Superliga sea la que acoja en su organigrama una competición cerrada y con solo dos equipos. El caso es que, por el mero hecho de formar parte de la FA, deberían tener derecho para competir en la FA Cup, que incluye en sus eliminatorias a equipos de incluso el décimo escalafón del fútbol inglés.

Las Islas Sorlingas buscaron en su día la histórica participación en la copa de todos, pero la FA no pareció estar por la labor. También en El Periódico de España, Gibbons desveló: "Estamos afiliados. Explotamos y solicitamos la posibilidad de jugar la FA Cup, pero nuestras instalaciones no están a la altura. O eso decían".

Un jugador trabaja en el césped del campo de Saint Mary. GETTY
Un jugador trabaja en el césped del campo de Saint Mary. GETTY

No les hace falta competir con los mejores para hacer de su competición algo único. Si hasta tienen el llamado FAR, el VAR de la gente. En el primer partido del campeonato, los aficionados de ambos equipos dieron su opinión sobre las decisiones polémicas a través del móvil, con votaciones... ¡que le llegaban al árbitro! Con los resultados en la mano, decidía si había tomado o no la decisión correcta.

Un trofeo de unos milímetros, un VAR de los aficionados, un derbi en bucle elegido como se elegían los equipos en el patio del colegio... Una competición para reencontrarse con el fútbol de toda la vida y que, sin quererlo, ha minusvalorado Ceferin en un día trascendental en la historia de este deporte. Con Superliga o sin ella, lo que nunca desaparecerá es ese rincón de cada colegio, de cada barrio, de cada ciudad, de cada país. Donde rueda el balón y no existe otra cosa que eso mismo: el balón. La competición que piden desde UEFA ya existe en las Islas Sorlingas. La súper súper Liga entre el Woolpack Wanderers y los Garrison Gunners.