EL FÚTBOL DE MENDI

"¿Por qué los técnicos vascos triunfan? Son humildes, 'currelas', perseverantes... y también un poco cabezones"

Mikel Arteta, entrenador líder de la Premier League. /Reuters
Mikel Arteta, entrenador líder de la Premier League. Reuters

Me preguntan a menudo qué tienen, o qué podemos tener los entrenadores vascos para tener casi siempre un cierto protagonismo dentro del concierto nacional y, ahora, incluso, en el internacional con la presencia de Lopetegui, Unai Emery y Arteta en la Premier y Xabi Alonso en la Bundesliga. En un principio, llama verdaderamente la atención que entre Primera y Segunda haya ocho técnicos nacidos en Euskadi y, además, casi todos en unas edades que hacen pensar que tienen todavía un futuro por delante. El mayor es Ernesto Valverde, que tiene 59 años, pero Imanol (51), Jagoba Arrasate (44) y no digamos Andoni Iraola (40) están en su plenitud. De los que están en Segunda, se puede decir lo mismo: Eder Sarabia (42), Joseba Etxeberría (45), Gaizka Garitano (47) e Idiákez (50).

Querer encontrar un secreto mágico o una pócima especial para explicar esta situación es complicado. Nuestro entorno desde niños siempre fue de gente 'currela', trabajadora, perseverante. Somos de una zona muy industrial y nuestros padres siempre nos inculcaron que había que trabajar y hacer cosas de provecho, no pensar que con cualquier cosita que se hiciera ya estaba todo hecho. Somos insistentes. Aplicado al fútbol y a nuestra carrera de entrenador, creemos en el trabajo diario, no solo en el día del partido. Pensamos que lo importante es estar todos los días con los jugadores, hablarles, cumplir con ellos, conseguir que tengan confianza en ti y, luego, el partido es la fecha del examen. Hay que estudiar para llegar a esa prueba preparado, no sin haber hecho nada en toda la semana, y confiar en que se aparezca la Virgen o caiga del cielo una chuleta de la que poder copiar.

No creo tampoco que lo nuestro sea flor de un día. Si echamos la vista atrás, históricamente siempre ha habido técnicos vascos entrenando en la Liga. Tenemos dos muy buenas escuelas: la vizcaína, representada en Lezama, y la guipuzcoana, con Zubieta. Allí siempre hubo grandes formadores de técnicos. En el Athletic, desde Piru Gainza, Koldo Aguirre, Gonzalo Beitia, Iñaki Sáez, después José Mari Amorrortu. En la Real teníamos a Miquel Etxarri, Javier Expósito, Elizondo, Iriondo... A mí el subcampeonato y las dos Ligas de la Real de Alberto Ormaetxea me pillaron con 18 o 20 años. Luego llegan las dos Ligas y una Copa del Athletic con Clemente y yo estoy dentro del club. El Athletic y la Real han sido canteras de futbolistas, pero también han sido canteras de entrenadores. De muchos, además. Teníamos donde aprender, donde fijarnos.

Cuando fui al Logroñés con 21 años no pensaba ni por asomo en ser técnico. Tenía compañeros que ya entonces iban a clase y se querían sacar el título de entrenador juvenil para luego seguir con los otros. Yo me saqué el primer curso con 31 o 32 años en mi última temporada de futbolista en el Sestao. El segundo estando en el Lemona en Segunda B y luego el tercero, el nacional, entrenando ya al Aratia. En ese sentido fui un poco tardío. Como jugador no comencé a pensar en el juego colectivo hasta los 23 o 24 años, cuando volví del Logroñés al Sestao y me cogió Jabo Irureta. Ahí comencé a pensar un poco más en el equipo. Hasta entonces solo pensaba en mí, en mis cualidades, era rápido, era técnico... pues a jugar. Fue él quien me marcó para cambiar mi forma de ver el fútbol. Como entrenador creo que tengo mucho suyo.

Volviendo al momento actual, creo que como entrenadores nos ayuda nuestra forma de ser en general. Somos humildes, 'currelas'... Puede que seamos tímidos en el trato, nos cuesta entrar más que al resto de la gente, pero cuando entramos las gente nos acepta y nos respeta. Nos sabemos adaptar a las situaciones. No somos intransigentes. Nos sabemos ganar el respeto del futbolista porque somos cercanos a ellos. Somos directos. Si tenemos que decir algo que no le gusta al futbolista, se lo decimos igual. No nos escondemos. No andamos trampeando con ellos. Lo digo por mí mismo. Al jugador no le gusta que le engañen. Lo decía un día Vicente del Bosque. A lo mejor, al principio no le gusta lo que le dices, pero con el tiempo te lo agradece. Ir de cara siempre es bueno. Siempre quiero que el futbolista venga a entrenarse con alegría, no venga con mala leche porque no le guste lo que va a hacer o su entrenador le trate mal.

También puede influir que casi todos hemos sido antes jugadores de mayor o menor nivel. Puede que a lo peor, Jagoba fuera el que menos lejos llegara, pero yo le vi jugar y era un delantero centro listo. Siempre pensé que sería un buen entrenador. Se le veía por cómo intuía el juego. Por el contrario, he sido compañero de Ernesto Valverde y cuando jugábamos juntos nunca pensé que podía ser entrenador y, sin embargo, ha llegado a lo más alto que se puede llegar. Creo que él tampoco pensaría que yo iba a ser entrenador porque nos pasaba lo mismo, pensábamos en el fútbol como futbolistas.

Tengo un caso curioso. En la temporada 2019-20, entrenábamos en Primera Asier Garitano en el Alavés, Jagoba en Osasuna, Gaizka Garitano en el Athletic y yo en el Eibar. Y hubo un fin de semana, la jornada 14, en el que había un Eibar-Alavés y un Athletic-Osasuna. El viernes, antes de esos dos partidos, se celebraba una entrega de premios de la Peña Mandiola de Eibar. que elegía el mejor jugador de la temporada anterior. Y se lo dieron a Cote, nuestro lateral. Nos invitaron a los cuatro técnicos a la cena y fuimos los cuatro sabiendo que dos días más tarde íbamos a jugar entre nosotros, y además prontito, por la mañana y al mediodía. Estoy convencido de que en cualquier otro sitio no hubieran ido los entrenadores, al menos todos. Dio la casualidad después de que perdimos los dos equipos que jugábamos en casa.

Con esto quiero decir que somos de afrontar las situaciones con naturalidad. En ese sentido somos más bien pensados que mal pensados. Siempre intentamos ver lo bueno de las personas. También te puedes pegar alguna hostia después porque no ves venir al cabrón de turno, pero mi lema es pensar bien de la gente aunque no la conozca. No estoy con el freno de mano echado. A lo peor me hace una y otra y no le calo hasta la quinta, pero creo que esta forma de ser nos ayuda mucho en el vestuario, en el trato con el futbolista.

Que ahora haya tres entrenadores vascos en la Premier, que es como la Meca del fútbol actual, dice mucho de los técnicos españoles en general y de los vascos en particular y seguro que nos ayuda a que los clubes de fuera también se fijen más en nosotros. Además, afortunadamente, los resultados les acompañan. Incluido a Xabi en el Bayer Leverkusen. Le ha dado la vuelta desde que llegó y ahora está arriba y jugando muy bien al fútbol.