El hijo más reivindicativo de Maradona que sueña con entrenar un día al Nápoles: "Me enseñó a respetar la verdad y la pelota"
Diego Sinagra Maradona abre su corazón en Relevo.

Hoy, el Pelusa, el "10", el eterno emblema de los Mundiales con la albiceleste, el artífice de la célebre "mano de Dios", el ídolo indiscutido de Nápoles y del universo futbolístico, tendría 64 años. "Y los tiene, está muy vivo, pibe", apostilla Diego Sinagra Maradona, al otro lado del teléfono desde Arona, al sur de Tenerife, su nuevo refugio y campo de trabajo como entrenador de la UD Ibarra, conjunto modesto de Tercera RFEF. Él, del 86, es uno de los cinco hijos, el único de sus hermanos nacido en Italia. Se toma su tiempo, mientras eleva la vista al cielo, seguramente al de Buenos Aires, quizá en alguna de las flores rojas de Puerto Madero. "Papá, sé que estás a mi lado. Hasta que me queden fuerzas, lucharé para que te hagan justicia por lo que te hicieron en tus últimos días". El entrevistador respeta el momento, no quiere interrumpir.
Sinagra, en una burbuja llena de religión y misticismo, aterriza nuevamente en la tierra. Gira la cabeza, como si rematase en la portería de la Juventus de Stefano Tacconi. Primero para dirigir a su pequeña sobre dónde dejar la ropa mojada —acaban de regresar de un día de diversión en Aqualand, un parque acuático de la isla picuda— y, una vez más sereno, para retomar la conversación. Octubre fue un buen mes. Concluyó con la presentación formal de la Fundación Maradona y el anuncio del proyecto del mausoleo, "al más grande de todos", denominado "Memorial del Diez". Un homenaje a la altura, en su país de origen y cuya obra mira a su inauguración oficial en 2025. "Estoy profundamente emocionado por la creación de este memorial. Mi padre siempre anheló y soñó con un homenaje de esta magnitud. Diego es, y siempre será, el Diego de la gente, el ídolo del pueblo, un símbolo inmortal de la pasión futbolística. Deseaba ser reconocido por todo lo que entregó al mundo del fútbol. Él fue, sin duda, un regalo divino para todos los devotos del balón".
La vida de Diego Jr, hijo de la italiana Cristiana Sinagra, no ha sido sencilla de digerir. Fue negado por su padre desde antes de su nacimiento. Un relato crudo, de lucha constante en la búsqueda del amor, de la aprobación, de la aceptación, que duró años. Tanto que el primer encuentro, cara a cara, se produjo en 2003, en una reunión de cuarenta minutos, sin rencores, en la que ambos intercambiaron palabras, se fundieron en varios abrazos y dejaron brotar las lágrimas. Era lo mínimo que requería el asunto.
Diego, ¿cómo estás? Ahora mismo vives tu primera etapa en España. ¿Qué tal te están tratando en la isla?
Muy tranquilo, ¿y vos? En la UD Ibarra fantástico. He tenido una bienvenida de 10, gracias a la impecable gente del club. Ya tenemos hasta hinchada, una hermosa comunidad argentina y napolitana. Esto es fundamental para nosotros, nos da vida. Queremos ser fuertes en casa, como local. De verdad, cuando vienen todos a vernos es un orgullo, más para mí. Es importantísimo y es lo primero que quiero contarte. Estoy muy cómodo, muy bien, muy feliz. Siento que elegí bien, una elección muy positiva para mi vida. Y España en general me gusta mucho, la he visitado bastante.
Sobre objetivos estrictamente deportivos del club, ¿cuáles te ha propuesto la UD Ibarra y, a su vez, cuáles son tus metas junto a ellos? Intuyo que uno de los principales propósitos podría ser asegurar la permanencia...
Este equipo no tiene que tener límite. No quiero decir que este equipo pelea por la salvación o por otra cosa. Tenemos que pensar partido a partido, ver cómo va evolucionando el equipo. Ahora nos enfrentamos al CD Mensajero y ya está. No miramos más allá. Para mí es un grupo de jugadores y de hombres que le van a dar al Ibarra muchas satisfacciones. Pero obviamente hay que trabajar y trabajar las ideas. Sí es cierto que veo que el nivel de Tercera RFEF canaria es muy pareja, y hay que luchar, competir, poner huevos y prepararse para ganar partidos.
Afrontas este final de 2024 con una inmensa ilusión por seguir asumiendo el rol de entrenador, tras una breve etapa por la quinta división de Italia. ¿Cuáles son los referentes que te inspiran durante este camino?
A ver, ser entrenador es una pasión de siempre. Ya cuando era futbolista, cuando jugaba en Italia, estaba en mi cabeza ser técnico. Mi referente en esto y en la vida es mi padre, mi viejo. Pero si te tengo que dar nombres de hoy en día, de entrenadores activos, el más grande es Pep Guardiola. Todos los entrenadores que empezamos desde abajo vemos las novedades que implanta en sus equipos. Es el número uno. Me gustan también Bielsa, De Zerbi, Maurizio Sarri.
¿Qué estilo de fútbol prefieres inculcar en tu equipo?
Cuando jugaba al fútbol, fui un enganche. No me gustaba cuando no se tocaba la pelota, no éramos protagonistas. Yo quiero un equipo protagonista, que aguante la pelota lo máximo posible. Obviamente eso se tiene que casar bien con las características de los jugadores que tengo. Lamentablemente a la gente solo le importa ganar. Yo valoro el camino, muchas cosas. Pero bueno, si se juega bien y se gana, mejor.
Esta pregunta es ineludible. La UD Las Palmas fue el primer club europeo en entablar negociaciones con tu padre cuando él, con apenas 17 años, destacaba como una joven promesa en Argentinos Juniors. ¿Tienes presente alguna conversación al respecto?
Siempre miramos a Las Palmas con mucho cariño, porque allá tenían muchos argentinos, como Turu Flores, Wolff, Morete, Brindisi, Carnevali. Algo había leído algo de que mi papá estuvo a punto de fichar por el equipo canario, pero si te soy completamente honesto, nunca hablé de ese tema con él. Hubo muchos equipos interesados en fichar a mi papá, como el Marsella. Pero yo siempre digo que gracias a Dios vino a Nápoles, porque si no hubiese venido, yo no existiría.
Hace unos días se llevó a cabo la presentación de la Fundación Maradona, en la que se anunció el «M10 Memorial». ¿Qué representa para ti la tarea de preservar el legado de tu padre?
Todo. Nuestro deseo es darle un lugar gratuito, a toda la gente del mundo, a rezar por papá, a homenajearlo, a regalarle flores. Mi viejo se merece este lugar, él fue el Diego de la gente. Él deseaba estar en un lugar donde toda la gente lo podía ir a saludar, así que nuestra idea, mía y de nuestras hermanas, finalmente se pudo presentar e inaugurar.

Nos adentramos en un terreno profundamente personal. ¿Cómo describirías la esencia de tu relación con Diego? ¿Qué lecciones te dejó?
En los últimos cuatro años de su vida, tuve una muy buena relación. Viajé mucho con él, disfrutamos mucho de todo lo que pudimos vivir, me divertí mucho. Guardo en mi corazón todos los momentos lindos que pasé con él. Me enseñó a no tener miedo, a decir la verdad, ya que tarde o temprano la verdad es la que siempre gana. Y esto lo recuerdo con más emoción: me enseñó, en particular a mí, a respetar la pelota, porque todo lo que tenemos es gracias a ella, a la pelota.
¿Quedó alguna deuda pendiente entre ustedes, alguna conversación no compartida...?
Nos dijimos todo lo que nos teníamos que decir, siempre. A mí no me quedó nada. Fue relación de padre a hijo. Deseo que me vea de arriba y esté orgulloso de la persona que soy, del padre que soy, del marido que soy. Y que nada, que nos guíe siempre desde arriba, a mi familia, a mis hijos.
Seguro que te mira desde el cielo.
Estoy convencido de ello. Explícame por qué el año que nos deja, el Nápoles gana el Scudetto, el FC Barcelona gana LaLiga, Boca Juniors se proclama campeón de Argentina, el Sevilla gana la UEFA Europa League… ¿No es acaso él Dios?
¿Dios es más grande que Messi?
No hay nadie que se pueda acercar o comparar con Diego. Él fue el más grande de todos, en la cancha fue un extraterrestre, fue algo que nunca vamos a ver más, no va a nacer otro como él. En el baloncesto está Michael Jordan y después los que viven en esta tierra, en el boxeo está Muhammad Ali y el resto de mortales. Pues en el fútbol está mi viejo y luego los otros, los terrestres. Creo que forma parte de los dos o de los tres deportistas más importantes de la historia.
¿Y cuál es tu opinión sobre Leo?
Lo amo. Es el capitán de mi Selección, es el referente del fútbol argentino desde hace 25 años. Lo adoro, me dio dos Copa de América, una Copa del Mundo. Se ganó mucho con él, se perdió también mucho con él… No fue culpa de Messi que jugase en un FC Barcelona maravilloso. Yo creo que Leo tiene en su corazón haber formado parte de un equipo tan fuerte como el Barça de Guardiola. Pero mi viejo no fue un ser humano, fue algo que Dios nos regaló y nosotros tuvimos la suerte de verlo, algunos en directo y en otros en las pantallas.
Lo que Diego logró en Nápoles, en tu tierra, realmente no tiene comparación.
Ganar con el Nápoles en los años 80, cuando nunca habían peleado por el Scudetto… O sea elegir Nápoles fue algo muy maradoniano. Podía ir a todos los equipos mejores equipos del mundo. Ya estaba en uno de ellos. Pero donde fue más feliz fue en Italia, porque realmente fue feliz.
De la felicidad, permíteme el giro, pasamos a un terreno más complejo, aunque necesario. Quiero escucharte. En alguna ocasión has declarado que la muerte de tu padre no fue un fallecimiento de causa natural, sino algo provocado...
Así es. Conozco a los culpables. No es uno. Son dos o tres. No voy a dar nombres. Está todo en un proceso judicial. En el marco legal, llevan años trabajando con este tema, que como comprenderá es muy delicado. Yo le prometí a mi viejo que va a tener justicia. Y hasta que yo esté en este mundo, voy a luchar para que tenga justicia.
Para acabar, un mensaje a tus seguidores de España.
Quiero mandar un cálido saludo a Simeone, le tengo un cariño muy grande, a él y a su hijo Gio, que juega en el Nápoles.
Y un sueño por cumplir.
En este momento de mi vida estoy con los pies bien bajo la tierra. Mi cabeza está en que tengo que trabajar duro. A mí nunca me regaló nada nadie, porque no me tiene que regalar nada nadie. Tengo muchos sueños, sí. Prefiero trabajar y romperme el orto en vez de decirlos. Los sueños te ayudan a vivir, pero hay que vivir la cotidianidad, el día a día y seguramente uno de mis sueños es dirigir al Nápoles. Pero me falta mucho. Si algún día lo merezco, me lo van a dar. El futuro nunca se sabe. Estamos en las manos de Dios.