El título del Barça, desde dentro: la fiebre por sus jugadoras y "una última foto, te lo prometo"
El Johan Cruyff se volvió a llenar para ver el cuarto título seguido liguero del equipo y el regreso de Alexia Putellas.

"Se prevé bastante gente, aunque ya no es noticia. Todos los fines de semana pasa lo mismo", comenta uno de los encargados de la seguridad del Johan Cruyff -donde el Barça femenino juega sus partidos- antes del trascendental choque frente al Sporting Huelva. Y va más allá. "Recuerdo cuando eran amateurs, entrenaban por la noche y ya venía gente a verlas. Esto no es de ahora", añade mientras nos dirige a recoger las acreditaciones. Es la fiebre por el Barça femenino.
El Johan Cruyff se mueve al son de sus estrellas: Alexia Putellas, María León o Patri Guijarro, entre muchas otras. Por eso, y aunque el partido comenzaba a las cuatro de la tarde, tres horas antes, ya había aficionados esperando a que las jugadoras del Barça llegasen al estadio. La calle Anna María Martínez Sagi -la paralela a la tribuna del Johan Cruyff- se llenó de fans culés que portaban las camisetas de sus ídolas.
Marta Torrejón y Hansen llegaron juntas, a Salma Paralluelo la llevó su padre y Crnogorčević apareció radiante, siendo una de las jugadoras que más expectación despertó entre los aficionados. Especialmente, entre un grupo de niñas que no paraban de gritar su nombre. "Llevamos aquí todo el día... y los que nos queda", decía una de sus madres.
El departamento de prensa del Barça compartía el mismo sentimiento: "Me he levantado, me he despedido de mi mujer y le he dicho que no sabía cuándo iba a volver... ", confesaba uno de sus miembros entre risas. En los aledaños del Johan había de todo: desde una fan que había volado desde México para presenciar el partido y ver el debut de Alexia Putellas -"Si hubiese conocido antes a Alexia, no hubiese dejado el fútbol. Ella me ha enseñado que se puede ser futbolista profesional siendo mujer"- hasta una camiseta en la que se podía leer "Guijarrazo". Sin pasar por alto a los creyentes de la ya famosa 'Teoría del 2' hasta un cartel de "Se vende... mi corazón a Mapi León".
El debut de Alexia, el momento culmen
En el minuto 64, mientras la grada iniciaba -lo haría en unas cuantas ocasiones- una cuenta atrás para señalar al tardanza de Meršnik (la portera del Sporting Huelva) para sacar de puerta- , Alexia Putellas salía del banquillo e iniciaba el calentamiento, desatando la locura de los 5.289 espectadores que se dieron cita en el Camp Nou.
Antes de saltar al campo, todas las suplentes le mostraron su cariño a la capitana. Especialmente, Mapi León, que le ayudó a colocarse las espinilleras y estuvo pendiente de ella en todo momento. Ambas se sentaron juntas en el banquillo y estuvieron comentando el partido.
En el minuto 74, y como no podía ser de otra manera, Claudia Pina -una de las jugadoras culés más talentosas y admiradora confesa de Alexia- salía del campo en sustitución de la dos veces Balón de Oro. En la grada se celebró como un título. Si levantabas la mirada hacia la grada, estaba repleta de móviles y de caras de ilusión, que no se querían perder por nada del mundo el regreso de su ídola.
«La última foto, te lo prometo»
A pocos minutos para el final, se desató el diluvio universal y la celebración culé -que no por eso fue más corta- fue pasada por agua. Desde el emotivo discurso de Alexia Putellas, que se arrancó a cantar "Un dia de partit" hasta un Jonatan Giráldez desatado. El entrenador culé se adueñó del micro ante la atónita mirada -y unas cuantas risas- de sus jugadoras, que acabaron manteándole. Mención aparte para Mapi León y sus banderitas, no paró de ondearlas durante toda la celebración ni de jugar con los más pequeños que se habían colado en la fiesta.
Ya en el túnel de vestuarios, una de las grandes protagonistas del encuentro, Alexia Putellas no paró de hacerse fotos con el trofeo de campeonas de liga -situado al lado de la zona mixta.- junto a su círculo más cercano. De hecho, cuando el staff ya iba a guardar la copa, Alexia volvió a aparecer de nuevo: "La última foto, te lo prometo", como para decirle que no.