Toni Polster y el histórico 3-3 del Rayo-Barça: "Yo metí un hat-trick, ¿por qué tenían que multarme?"
El exdelantero austriaco atiende a Relevo y recuerda su paso por el fútbol español, la Bota de Oro recibida y mucho más.

Decía Pasolini que cuando invade la tristeza hay que tener fuerza para soportarla porque después mutará en nostalgia, y entonces todo volverá a ser maravilloso. ¡Incluso querremos morbosamente que regrese pues ya no la veremos tan grave!
Ahora, al comprender que el desarrollo no trajo siempre progreso, entendemos que quizás no supimos apreciar lo suficiente el fútbol español a principios de los noventa. Puede que no valoráramos la realidad de no poder ver por televisión casi ningún partido, la oportunidad que suponían los resúmenes condensados en Estudio Estadio -veías a tu equipo tres minutos a la semana-, la gloria de poder escuchar la radio, inventada por el italiano Guglielmo Marconi. Hoy cumpliría 150 años, por cierto.
La sensación es que ahora se distorsionó el presente, y que solo el tiempo pondrá todo en su sitio. El fútbol, desde que se puede engullir a cualquier hora cual producto empaquetado, ha perdido sex appeal. Más que ayudar, nos ha obligado a metabolizar una idea tenebrosa que no esperábamos: tampoco es para tanto. Es más, a veces es feo, obsceno, superficial, pobre, y hemos comprobado que no es racista, sino moralista, algo mucho peor.
Ahora, al poseer todo y tener voz en capítulo cada momento, da la sensación que anhelamos la radio como único medio de información, que además nos convertía en receptores y basta. También suspiramos por las piezas enlatadas de 'La2' a las once de la noche o los cromos Panini en el colegio para poner cara al entusiasmo. ¡Eso sí que era libertad! Y magia, porque de esa inmensa obra poética salieron versos inmortales: el Rayo de Camacho -con Jémez, Pizo Gómez y Višnjić-, el Tato Abadía, el Paquete Higuera, Floro y su Queso Mecánico con Zalazar, Carmelo el del Cádiz, Lacatus, Juanele, Derticia, Pier, Rafa Paz, Balint y muchos más.
Con algunos de ellos jugó Anton Polster, el goleador austriaco que atiende a Relevo en su sesenta cumpleaños. De Toni nos gustaba todo: su zurda, su prominente envergadura, sus rizos, su camiseta bien tullida por dentro… Incluso su tendencia a perder la forma. Sí, hoy la excesiva nostalgia está haciendo de las suyas. Por eso hablamos tranquilamente con él… Para poder equilibrarla. El gigante de Viena puede que nos enamore sólo porque no está, o bien porque cuando estaba sólo lo veíamos con cuentagotas. Nunca lo sabremos, pero eso es lo mejor de todo.
Cuénteme lo de su Bota de Oro que le concedieron en 2007, ya retirado. En los ochenta el dictador Ceucescu hizo de las suyas. Maniobró para que su compatriota Rodion Camataru (Dinamo de Bucarest) marcara más de veinte goles en las últimas jornadas, y lo ganara.
France Football me concedió la Bota de Oro en 2007 porque mis 39 goles de 1987 - cuando yo estaba en el Austria Viena- fueron todos legales. Por su parte, los 44 del rumano Camataru tenían un lado oscuro y sospechoso. Estaban manipulados. Al menos, algunos de ellos. Creo que al final se hizo justicia, porque hice un año sensacional en mi país.
Solo Hans Krankl marcó más goles que usted en la historia del campeonato austriaco (41). Previo paso por un Torino que soñaba con robarle al Barça a Mark Hughes, llega a Sevilla. Era el año 1988. Un año después fue segundo en el Pichichi tras Hugo Sánchez (38). Se marchó del Pizjuán cuando llegaron, primero, Suker… Luego Maradona. Era Cantatore el técnico.
Jugué con Iván Zamorano y guardo fantásticos recuerdos. Me habría gustado quedarme y jugar con Diego Maradona. Fue un error marcharme. Ahora es fácil decirlo, pero es así.
En el Logroñés no le fue mal. Era un equipo muy random. Del 87 al 97, además de usted, estuvieron Salenko, Quique Setién o el Tato Abadía. En la temporada 91-92 hubo una eliminatoria de Copa de culto. En la ida: Logroñés 6-1 Castellón. ¡Marcó cuatro goles! ¿Conoce eso de ¡Hay gol en Las Gaunas!?
No sabía eso de 'Hay gol en Las Gaunas'. Ni tenía idea que forme parte del folklore costumbrista de ese fútbol en España que se contaba por la radio. Guardo también un buen recuerdo de allí. Anoté, creo, catorce goles. Nos hicimos notar, sí. Ayudé en todo lo que pude. Les estoy agradecidos. Me alegro que mis goles fueran importantes para inmortalizar eso de 'Hay gol en Las Gaunas'.
¿Recuerda a David Vidal?
Claro. Un excelente entrenador que hizo todo lo que pudo por retenerme en su equipo. De quien más me acuerdo fue de Julen Lopetegui, nuestro portero. Era el mejor del equipo, sin duda.
Al año siguiente se marcha al Rayo. Imagino no habrá olvidado el 3-3 en Vallecas contra el Barça de Cruyff. Usted anotó un hat-trick.
¿Cómo voy a olvidar ese partido? Creo, sin duda, fue el mejor que disputé en la Liga española.

Yo pensaba que había sido Ruíz Mateos, pero cuando leí una entrevista de Paco Jémez en Jot Down comprobé que fue el míster, Camacho, quien os multó a cada uno con 50.000 pesetas ["por dejarnos empatar en el último minuto"]. ¿Eso lo olvidó?
No sé nada de eso. Marqué tres goles. ¿Por qué tenían que multarme? Sí, es verdad que íbamos ganando 3-1, y que ellos estaban con nueve por dos expulsiones. Recuerdo la de Koeman, con el penalti y demás. El otro que vio roja fue Stoichkov. Sí, ahora me viene a la cabeza. Hicimos un partidazo contra el vigente Campeón de Europa. ¿Qué más se puede pedir?
¿Es cierto que fumaba mucho de jugador? ¿También que perdía la forma frecuentemente?
Cuando decían que no estaba en forma respondía marcando goles sin parar. Entonces todo el mundo callaba y dejaba de decir tonterías. Tuve buena relación con técnicos, entrenadores y presidentes. Lo llevamos los austríacos en nuestro ADN.
¡Qué porterazo tenía ese Rayo! ¿Sabe que hay un grafiti dedicado a Wilfred en el Estadio de Vallecas?
No lo sabía, porque hace mucho que no voy por allí. Además de ser un gran portero, Wilfred era una persona agradable, simpática, maravillosa y única.
¿Qué recuerda de Camacho?
Ya le conocía. Jugué contra él en 1983. Austria Viena-Real Madrid, en semifinales de Recopa. Les marqué un gol en la ida. Yo, entonces, era joven. José Antonio un futbolista de talla mundial. En esa eliminatoria, desgraciadamente, quedamos eliminados. (La final la perdió contra el Aberdeen de Alex Ferguson).
En su Rayo ya estaba Míchel, hoy técnico del Girona.
Sigo al Girona gracias a él. Estoy contento y feliz por los buenos resultados que lleva tiempo cosechando. Ojalá perduren.
"Sigo al Girona gracias a Míchel"
Antes de colgar las botas en el Salisburgo (año 2000), jugó en Alemania. Luego fue cantante de un grupo de música pop: Achtung Liebe. ¿Sigue en activo?
No. Fue una época agradable. Tuvimos más éxito de lo esperado. Sacamos tres discos, y nos dieron uno de oro y otro platino. Fue un periodo estupendo, nada más terminar mi carrera.
¿A qué se dedica hoy? Además de ser empresario (produce una línea de camisetas retro con el número 44) ¿qué hace?
Soy entrenador de fútbol. Dirijo al SC Wiener Viktoria, de la tercera división austriaca. Somo el equipo más joven de la liga, y estamos camino de dar el salto hacia el profesionalismo. Mi equipo es joven y ambicioso. Disfruto mucho entrenándoles y enseñándoles lo que aprendí.