No era el que más corría, ni el que más saltaba, ni mucho menos el que más trabajaba en el gimnasio, pero durante una temporada o dos no hubo ningún delantero igual. Hay muchas formas de disfrutar del balón y, cuanto más mayor te haces, más huyes de las verdades absolutas: «esto es así». No. En el fútbol, como en la vida, las cosas te salen mejor cuanto más relajado consigues hacerlas. Sin confundir tranquilidad con pachorra, aunque a veces la línea que las separa sea muy fina. «Yo tampoco hacía gran cosa: me echaba el balón a un lado y los defensas se caían solos. Valerón me lo decía: ¿pero qué haces? Para mí no tenía mucho misterio. Hay que mirar a la portería. Si vas con mucha prisa terminas tirándole el balón al portero».
Guti, Djalminha, Mágico González... el propio Tristán. La cofradía de los «si hubieran querido...». «Si hubieran querido habrían ganado el Balón de Oro», sentencian muchos haciendo un análisis nada sesudo de su realidad. ¡¿Y tú qué sabes?! Ellos quisieron divertirse. Hicieron disfrutar. Se atrevieron a cosas que lo demás no hacían porque estaban demasiado ocupados en triunfar. ¿Han conseguido menos? ¿Cuántos títulos recuerdas más que el taconazo de Guti? ¿O que el gol de Tristán en el Centenariazo?
Y salía. Claro que salía. Y daba gloria verlo jugar. Eso también. Ni era el más discreto, ni falta que le hacía. Era distinto. «En mis mejores años llevaba fatal no jugar nunca los 90 minutos. Me ponía malo. Ni el año que fui Pichichi. Ahora no se le ocurre a nadie que Benzema no acabe nunca los partidos y yo, cuando llegaba el 70', ya veía el cartel… Y claro, del 70 al 90 es cuando más goles se marcan. Ahí salía otro, con los centrales ya cansados, a meter goles».
Han pasado los años y apetece hablar con él casi de todo menos de fútbol. Ha cambiado, claro. En La Algaba, Sevilla, no le «echan mucha cuenta» por ser una celebrity , pero presumen de él con orgullo. Que vale mucho más. «Hazte una foto con mi hijo, me dicen, pero su hijo no me conoce. La foto la quiere él [risas]».
Estuvo fichado por el Real Madrid
Casi de niño coincidió «por los pelos» con Luis Aragonés en las categorías inferiores del Betis, que tuvieron buen ojo para ficharlo cuando en el equipo de su pueblo no era ni titular. «Ojalá lo hubiera tenido más tiempo. Me encantaba Luis», recuerda él. Después llegó el Mallorca, donde ya ni queriendo podía ocultar su talento. Le valieron 18 goles para llamar la atención de todos los grandes, pero el club qué más le recuerda está en un ciudad en la que él jamás habría apostado por terminar. Se fue al Dépor con un poco de bajón porque estaba ya firmado por el Real Madrid. Se equivocaba. Lo cuenta él mismo...
«Con este sol no sé yo si hubiera podido pasar tanto tiempo en mi casa. Acabas de entrenar y que si una caña, o una cervecita... Y eso, para el fútbol profesional, no es lo idóneo. Para un futbolista Coruña es un sitio perfecto. Y luego además es que los compañeros y entrenadores que me encontré allí fueron una locura».

Sí. Hasta Jabo Irureta. Ya no hay peleas entrenador/jugador como aquellas. Rajadones en cualquier momento, ruedas de prensa incendiarias. Los años apagan casi cualquier enfado. «La verdad es que Irureta era justo. Súper inteligente a la hora de mirar para otro lado. Te podía decir lo que fuera pero, al final, al campo salíamos los buenos. A mí me enseñó mucho y le estoy agradecido. Y mira que las tuvimos... Pero fue mucho peor con Caparrós [risas]». En fin, que eso (también) ha prescrito ya. Batallitas. También lo quiso el Barça. Algo tendría.
Mundialista, Pichichi, jugador en Italia, Inglaterra, campeón de Copa en Bernabéu jugando con sus amigos... «Busca mi camiseta, a ver si la encuentras», me dice Sergio González, uno de sus más cercanos. «No la tiene puesta, el cabrón».
¿Y ahora qué? Pues ahora quiere seguir divirtiéndose.
Dos entrenadores
Tiene una idea con su hermano Valerón: dos entrenadores. Los dos como «primer entrenador». «Nos complementamos perfectamente y tenemos mucho que ofrecer. Nos sacamos el título de entrenador con Sergio (González) allí en la RFEF. Tengo el proyecto de que entrenemos los dos juntos. Como primer entrenador los dos, que eso nunca se ha hecho. A ver, que yo sé que llevo mucho tiempo fuera aquí en el pueblo, pero es una idea bonita que queremos explorar».
No estaría mal volver a ver delanteros parándose en el área. Volver a divertirnos.
AUX STEP FOR JS