ATHLETIC CLUB

La tristeza de Julen Guerrero al recordar su salida del Athletic: "Me salían más las lágrimas que las palabras"

El exinternacional del Athletic recuerda en esta entrevista su salida, sus 'noes' a las ofertas nacionales e internacionales, y explica que se siente un futbolista de otra época.

Julen Guerrero, en su despedida del Athletic, en la que anunció también su retirada. /Telepress
Julen Guerrero, en su despedida del Athletic, en la que anunció también su retirada. Telepress
Enrique Ortego

Enrique Ortego

Con los 51 sobre los hombros continúa teniendo la misma cara de adolescente de siempre. Nada original. Se lo habrán dicho dos millones de veces y se lo habrán escrito un millón y medio. Será que le conocí cuando ya tenía ese rostro angelical y le vi crecer, como persona y como jugador, con el flequillo sobre la frente, la media melena de león que llega con ocho años a Lezama y se fue llorando con 32. Con hipo y con las cuatro palabras que quería decir y no podía medio atrancadas vaya usted a saber donde. Aquello tuvo más tufo a despido con palmada en la espalda que a decisión propia. Pero es el fútbol. Hasta el lector de otra época y que nunca le vio jugar, puede intuir que escribo sobre Julen Guerrero. La perla de Portugalete. ¡Cómo nos ha gustado siempre ponerle motes a los futbolistas! Tras una primera parte hablando de la actualidad del Athletic y un posible regreso al club, regresemos a su carrera de futbolista.

Curiosamente, su Athletic juega hoy contra la Roma en la Europa League y en la Roma, en el equipo sub-20, jugó cedido por el Real Madrid su hijo Julen Jon seis meses en el curso 23-24. Lo que permitió a Julen viajar de manera regular a la capital italiana para ver sus partidos.

Sí es curioso que se de ahora ese cruce de circunstancias. Yo, como jugador, ya me había enfrentado a la Roma en un amistoso de esos de agosto en 2002. Empatamos a uno. Marqué el gol del Athletic y Batistuta el de la Roma. Ahora la experiencia de Jon en el club romano ha sido complicada, pero positiva. Es un paso adelante más en una edad tan joven. En los clubes italianos quizás no se cuide tanto la cantera como en los clubes españoles, al menos como en el Athletic. Íbamos a verle cada dos semanas, cuando jugaba en casa. Curiosamente en el primer equipo de la Roma estaba Mourinho de entrenador y bastantes veces Jon se entrenó a sus órdenes. Tenía entonces un gran equipo.

Aunque no tenga que ver con el juego del fútbol propiamente dicho, es imposible estar una hora hablando con usted y no preguntarle por lo que significó para la sociedad española en su momento. El 'boom' Julen: fenómeno de masas mucho más allá de los estadios. Ídolo de la juventud, tanto o más de la femenina, como de la masculina. ¿Cómo recuerda esa faceta? ¿Cómo lo llevaba?

Los recuerdos los tengo ahí. No lo puedo obviar, ni olvidar. Lo intenté llevar con naturalidad, con humildad, porque esa es mi forma de ser. Intentaba entender al aficionado que me pedía una foto, que estaba en la puerta de los hoteles. Yo pensaba que con dos palabras que les pudiera decir, podía hacer feliz a toda esa gente. No creo, además, que haya cambiado. Ahora por donde voy y me reconocen, intento hacer lo mismo que hacía entonces. No es el mismo 'boom', claro, pero me pasa. Fue una situación nueva. Nunca había pasado con un futbolista. No podía salir a pasear con el resto del equipo. Era imposible. No me agobiaba, no. No me pregunté por qué, pero no. Posiblemente me supe mentalizar. Eso fue clave. Sabía que tenía que atender a la gente. En Lezama había sábados que me pasaba una hora y media firmando autógrafos o haciéndome fotos después del entrenamiento.

Vamos que tenía una mente de adulto dentro de un cuerpo de adolescente

Era la forma en la que me habían educado mis padres, mi forma de ser. Yo sabía la responsabilidad que tenía como futbolista y más concretamente en el Athletic. Era necesario demostrarles que era la persona en la que ellos creían, confiaban. No podías defraudarlos. Muchos de ellos querían ser jugadores del Athletic...

¿Cuándo mira hacia atrás, hacia su sombra alargada en el tiempo, qué ve? Usted fue pionero o un adelantado en muchas cosas. Debutó con 18 en Primera marcando un gol. Se estrenó con la selección absoluta seis meses después. Fue capitán del Athletic con 21... Primer futbolista de la época que firma un contrato de 10 años, primero, también, en tener una página web y ser un fenómeno social de trascendencia no conocida hasta ese momento...

Veo a un chaval que llega con ocho años al Athletic. Ocho años, se dice pronto. Y que después, durante 25, vivió todo lo que usted ha dicho y que termina yéndose porque se tenía que ir con 32... Veo, que luego estoy un año como entrenador del juvenil A... Y más cosas, pero mis recuerdos siempre son bonitos. Viví con incertidumbre cada etapa que me tocó vivir. Sí, era todo como vivir algo no muy usual. Todo lo que me pasaba me iba llevando. Yo no lo buscaba. Lo que siempre he sido es muy ambicioso en todo. Nunca tuve miedo a ir quemando etapas muy joven. Siempre tenía plena confianza en superar lo que me venía por delante. No me acojonaba, hablando mal, ante lo que me podía pasar. Lo que sí intentaba era prepararme bien. Intentaba tener controlado todo lo que me podía llegar en esa carrera un poco vertiginosa que llevaba.

Ahora que ya ha prescrito todo lo que me pueda contar y me deje de contar. ¿Por que nunca se fue del Athletic? Porque le dijo que no, sobre todo al Real Madrid, que le fue a buscar con su presidente, su entrenador... ¿Fue una cuestión de prudencia, de temor, aunque diga que no es un hombre de miedos, o que el Athletic le daba y le pagaba tanto que no encontraba un paraíso mejor?

Es fácil de explicar por mi parte y a lo peor difícil de comprender por los demás. Es que yo, entonces, solo había vivido el Athletic. Mi infancia fue un transistor escuchando los partidos del Athletic; todos los programas en los que se hablaba del Athletic. Era mi sueño y yo estaba dentro de mi sueño. Luego, estaba el compromiso que yo tenía. La afición se volcaba conmigo, generaba mucha ilusión. Tenia 18 años. Después, capitán con 21. Aquello era un compromiso tremendo que nunca he perdido porque lo sigo teniendo. Nunca me vi fuera, de verdad, ni por mi parte, ni por la del club. Yo sé que estaban ahí hablando por mí. Podría llegar el momento en que el club necesitara traspasarme por un asunto económico, como había pasado con otros jugadores, pero tampoco se dio esa situación. Mi caso no fue uno de esos en que te pasas la vida renovando. Creo que firmé solo dos contratos, el primero cuando subes al primer equipo y creo que el segundo fue cuando tenía 21 años y fue por 10 temporadas, que más los dos que me quedaban del primero, sumaban, 12. Mi orgullo iba repartido con la responsabilidad de saber por el tiempo que firmas y además siendo capitán.

"Comenzó la pretemporada, hice un entrenamiento y al día siguiente dejé el fútbol. Igual era idea más del club que del entrenador de que no continuara. Con Sarriugarte no hablé nada"

Julen Guerrero Internacional y exjugador del Athletic

Pero la sensación que siempre tuvimos desde fuera, al menos, es que se jubiló, o le jubilaron, muy pronto. Que no salió del Athletic como cabría esperar para todo lo que representó para el club. No le hicieron ni un partido homenaje. Más o menos que le invitaron a marcharse con la llegada del nuevo presidente, Fernando García Macua. Era mayo de 2006 y todavía le quedaba una temporada más como futbolista y un contrato vitalicio para continuar en el club como entrenador, técnico o lo que pudiera surgir.

En mi caso, hay que diferenciar muy bien mis dos situaciones, que a veces se confunden, sobre todo fuera de la órbita del Athletic. Hay una primera, en 2006, en la que llega Lamikiz a la presidencia y termino mi relación como jugador. Y después, en 2008, una segunda con Fernando García Macua de presidente, en la que se produce mi salida definitiva del club. La primera fue en junio/julio 2006. Tuvimos una reunión y vi que iba a participar muy poco y que no había mucho sentido en continuar. Igual era más idea del club que del entrenador que no continuara. Yo, con Sarriugarte, estuve un día y no tuve ninguna conversación. Empecé la pretemporada y al día siguiente, dejé el fútbol. Me citaron como un jugador más, hice el primer entrenamiento con el equipo. Nunca supe quién tomo la decisión, pero veía que no iba a participar, pues ya está. Pensé que no merecía la pena estar si las cosas no estaban bien. Era lo mejor para todos. Podía haber seguido, sí. Ya jugaba menos, es verdad, pero también sabía que nunca me iba a ver fuera del club por el contrato que tenía. Como ya tenía el carné de entrenador, porque me lo había sacado siendo todavía jugador con veintitantos años, pensé que podía ser lo mejor para mí. No iba a dejar el club. No me sentía fuera. Fue extraño por cómo sucedió todo. Nos presentamos un día. Entrenamos. Sarriugarte era el nuevo entrenador. Y al dia siguiente, despedido. No sabía que decir. Me salían más las lágrimas que las palabras.

José Félix, hermano de Julen, le consuela al terminar aquella rueda de prensa.  Luis Tejido
José Félix, hermano de Julen, le consuela al terminar aquella rueda de prensa. Luis Tejido

Si hubiera seguido jugando regularmente, se hubiera quedado...

Por supuesto que el hecho de jugar menos en los últimos años influyó en mi decisión. Son cosas que se ven, no hace falta ni que te lo digan. Fue difícil esa etapa. Si hubiera seguido jugando como yo pensaba que podía hacerlo, a lo mejor no me hubiera ido. Pero las cosas se ven, se notan... Yo no estaba tan cómodo con esa situación. Me entrenaba bien, pero sabía que no iba a jugar.

¿Y en ese momento, con tan solo 32 años, tampoco pensó en marcharse a otro club, cruzar la orilla a un mundo desconocido?

No, me hacía cargo como entrenador del juvenil del Athletic, que también me llenaba. Tenía allí a los hijos pequeños. Era mover toda la familia. También fue algo muy repentino. Igual si hubiera sabido algo de lo que pasó al final de la temporada anterior, vas pensando las cosas y tienes tiempo para pensarlo y buscar un sitio, pero fue de hoy para mañana. Yo pensaba en hacer un pretemporada con la ilusión de siempre e intentar jugar.

Julen Guerrero, en primer plano y Javi Clemente, al fondo en un entrenamiento de la Selección. Guillermo Amor entre ellos.  EFE
Julen Guerrero, en primer plano y Javi Clemente, al fondo en un entrenamiento de la Selección. Guillermo Amor entre ellos. EFE

Para los años que estuvo en el primer equipo no tuvo muchos entrenadores: Heynckes en dos etapas, Irureta, Amorrortu, Stepanovic, Luis Fernández, ahí comenzó su suplicio, Valverde, Mendilibar, Javier Clemente... En las cuatro últimas temporada de los casi 40 partidos por curso pasa a los 15 de media.

De todos los entrenadores que se tienen siempre aprendes algo. Por lógica. Sobre todo si se quiere aprender. No lo digo por decir, es que es así. Además, los tuve muy diferentes. Parece mentira, pero es así. Tanto futbolísticamente, como en relaciones personales. Heynckes, por ejemplo, cambió el estilo del Athletic por completo. Desde el primer día. Era un fútbol control. Todos los entrenamientos eran en ese sentido. Ahí disfruté mucho. Era joven, pero era un juego que me venía muy bien. Participaba en la elaboración del juego con la posibilidad de llegar siempre arriba. Quería que tuviéramos el balón. Jugábamos muy bien al fútbol. Sobre todo en la primera etapa. En la segunda, se jugaba un pelín menos. Cambió su forma de ver el fútbol. Stepanovic, que también venía de la Liga alemana, también quería que domináramos la situación, que tuviéramos el balón. Métodos nuevos. Estuvo poco tiempo y no las pudo implementar.

Javier Clemente le marcó bien marcado sobre todo con la Selección. Su relación, que la seguí de cerca, me parecía una mezcla de amor y odio. Jugaba de titular, pero le quitaba casi siempre en el minuto sesenta y tantos. Comenzó jugando el Mundial de EEUU 94, pero luego desapareció del once titular. Algo parecido pasó en la Eurocopa 96, en la que jugó menos y en el Mundial de Francia apenas unos minutillos... Todo para un total de 41 partidos internacional en siete años.

No hombre, no. Mi relación con él siempre fue buena, tanto personal como futbolísticamente. Siempre le estaré agradecido. Que me quitara cuando llegábamos a los 60 minutos, más o menos, no enturbió para nada nuestra relación. ¿Cómo me voy a quejar de Javi si debuté con él con 20 años? Para mí fue fundamental en mi carrera.

Pero usted era como un extraño en un equipo equivocado. Sus condiciones no encajaban en el estilo Clemente, era más un 'mingafría', como él llamaba a los jugones que corrían menos. ¿Cómo se sentía en un equipo de gente tan física, muchos centrales, balones largos, juego directo, segundas jugadas, rechaces?

Trataba de amoldarme. Durante mi etapa de las categorías inferiores en el Athletic había veces que jugábamos con ese estilo. Había que amoldarse a todo. Javi sabía de mis cualidades. Me quería cerca del área contraria para aprovechar mi llegada y mis habilidades en esa zona. Yo tenía bastante gol. Me intentaba adaptar a lo que él quería, por supuesto. Era lo que había. No podía elegir jugar de otra forma. Es verdad que el estilo de juego que ha habido en la Selección después, o incluso ahora, podía ir más con mi características...

"El fútbol de los Busquets, Xavi, Iniesta cuadraba más con el mío. Podría haber disfrutado más de haber nacido más tarde, pero se nace cuando se nace. Ahí no podía hacer nada"

¿Se imagina que hubiera caído al lado de los Xavi, Iniesta, Busquets... o de los Rodri, Pedri, Olmo, actuales...?

Sí, sí... Nunca se sabe, pero desde luego el fútbol de esos jugadores cuadraba más con mis cualidades. Podría haber disfrutado más, sí. Es el fútbol que a mi me va y es el que intento transmitir como entrenador. Me gusta más ese fútbol que el otro. Lo que sí he pensado a veces es que, en lo que a mí respecta, el fútbol que se jugaba 20 años más tarde, o ahora, me hubiera beneficiado más. Para mi, el fútbol cambió mucho con los campos de hierba artificial. Se cambió la forma de entrenar y de dominar el juego. Ya no hacia falta tanto balón largo, tanta disputa. El balón ya iba más por el suelo. Y eso llegó más o menos cuando dejé de ser jugador. Antes, jugábamos en el barro, en campos de arena con charcos... Ese fútbol de después iba más con mis características, pero nací cuando nací y no me pongo a pesar qué hubiera pasado si hubiera nacido 20 años más tarde. Disfruté mucho también y además eso sí que no se puede elegir.

¿Y para adaptarte a aquel fútbol qué tenías que hacer. ¿Cómo te lo explicaba Clemente? Seguro que algún día se iría con dolor de cuello de mirar tanto para arriba

No, no... En el Athletic muchas veces habíamos hecho ese juego. Estaba acostumbrado. Luis Fernández era muy directo. Javi confiaba en mi llegada al área. Muchas segundas jugadas, muchos centros desde las bandas. Me pedía ser vertical. Al fin y al cabo lo que me pedía era una de mis mejores armas. Me quería más en la finalización que en el construcción.

Usted, como futbolista, siempre fue muy exigente consigo mismo. Era de los que quería más y más. Mejorar, perfeccionar, convertirse en un jugador lo más completo posible.

Sí, siempre lo fui. En el fútbol y en todo lo que hago. Ahora, como entrenador, también. Siempre me lo dijeron. Yo si tiraba diez tiros a puerta quería meter los diez. Quería rematar con la zurda como con la derecha. Eso, más o menos, sí lo conseguí. Marqué muchos goles con la izquierda. Me llegó a dar igual tirar o hacer un cambio de orientación con una que con la otra. Si no metía un gol porque no me daba para tirar con la izquierda, llegaba a casa enfadado y me decía que no podía ser. No lo concebía, y al día siguiente ya estaba trabajando más para conseguirlo. Esa fue la fórmula para dominar las dos piernas. Ahora, lo veo como entrenador. Por no tener las dos piernas, no se atreven a rematar, cogen otro camino, les tapan y se pierde la ocasión. El remate de cabeza también me obsesionaba. Pensaba que si era llegador tenía que dominar ese tipo de remate. No tenía miedo. Todo lo contrario.

"Al gimnasio iba un día a la semana, si acaso. Cuando iban los demás. Lo mismo, si en aquella época, ibas por tu cuenta te echaban hasta la bronca. Nunca me dijeron que tenía que fortalecer mi cuerpo"

Julen Guerrero Internacional y ex jugador del Athletic

¿Qué no tenía como futbolista que le hubiera gustado tener en la búsqueda de esa plenitud? Un poco más de físico, quizás. Un poco más de gimnasio...

No me he parado nunca a pensarlo. Estaba contento con mi estilo, con mi juego. Tenía una buena diestra, una buena zurda, un buen remate de cabeza... ¿Qué más podía pedir? Al gimnasio, en aquella época, como mucho íbamos una vez a la semana. Poca cosa. No era como ahora, que entra todo dentro de una planificación. Los métodos de ahora son diferentes. Era otra filosofía. Pisabas el gimnasio el día que lo pisaban los demás. Por mi mismo, nunca. Igual, además, te echaban la bronca si ibas tu por tu cuenta y te decían que con un día a la semana ya valía. La mentalidad era diferente. Nunca me dijeron que tenía que fortalecer mi cuerpo, ni coger peso, ni nada de nada. Las cosas hay que hacerlas con un sentido, con un por qué y todo bien organizado, no cada uno por su cuenta. El hacer por hacer... no.

Vamos, que le hubiera gustado ser futbolista en los tiempos actuales...

Me hubiera gustado tener entonces la metodología de trabajo que se tiene ahora. Te hacen un estudio perfecto de lo que tienes que hacer cada momento. Lo que tienes que comer, lo que tienes que trabajar... Sin duda lo hubiera preferido. Buscabas un nutricionista y no había nutricionistas deportivos. No había entrenadores específicos para prevenir, para fortalecer... Entonces era 'palante' y ya está. Ahora le dices a un jugador vamos a parar... y para. Entonces no paraba nadie. Si parabas te podían quitar el puesto y hablo en cualquier categoría. Si te dolía el tobillo, jugabas con el tobillo dolorido... y como fuera. Con las selecciones inferiores ya he visto ese contraste. Con los chavales a la mínima molestia, paras, miras... Nosotros ni lo decíamos para no dejar de jugar. Nos callábamos. Yo he jugado partidos con fiebre, con dolores y con lo que fuera. Ibas a Lezama y tenías dos físios para todas las categorías. No tenías ni un minutos para que tratasen, porque comenzaban con los mayores y a ti no te llegaba nunca. Ahora hay físios en todos los equipos.

Tanto tiempo después supongo que ya se puede decir qué clubes intentaron ficharle, además de aquel Real Madrid de Valdano entrenador y Mendoza presidente, que insistió más que nadie.

El fútbol italiano era quien más encima estuvo. Entonces, principios de los 90, era el gran fútbol. Donde se movía el dinero, los fichajes. Era la Liga top. La Lazio estuvo ahí. Hablamos, sí. Ofrecía, prácticamente lo que le pidieras. El Inter también llamó. Después el Barcelona, en el 97, el año que fichó a Rivaldo (Deportivo) el último día del mercado, también estuvo interesado hasta las últimas horas...

Julen Guerrero defiende a Zinedine Zidane.  ABC
Julen Guerrero defiende a Zinedine Zidane. ABC

Hay que ser raro, con perdón, para decir que no a todas esas ofertas. Seguro que el Athletic en un momento determinado hubiera terminado diciendo que sí a alguna...

No sé si el Athletic se hubiese rendido. No lo tengo tan claro. Yo desde luego no me quería ir y era mi decisión. Año de centenario del club, capitán del equipo... Quedamos subcampeones de Liga. Mi compromiso con el club siempre estuvo por encima de todo lo demás.