El veto inútil del Zaragoza a Goikoetxea choca con el día a día que prevalece en el fútbol base: "Es un gesto de cara a la galería"
El club aragonés prohibió a un ojeador del Barça acudir a su ciudad deportiva e inició procedimientos legales con los padres de dos jugadores fichados por los culers.

Este fin de semana, el Zaragoza expulsó de su ciudad deportiva a Jon Andoni Goikoetxea, un ojeador del Barcelona en la zona. El motivo se remonta al verano pasado, cuando los catalanes ficharon a dos talentos internacionales: Gorka Buil y Samuel Borniquel, ambos compitiendo en la etapa cadete. El Zaragoza metió en el mismo saco a Real Betis y Real Madrid, que también han pescado en su cantera, y vetaron la entrada a su centro a ojeadores de estos clubes.
La decisión del Zaragoza se entiende como un mecanismo de protección para conservar a los jugadores que tienen en su centro formativo. Sin embargo, no es mucho más que "un gesto de cara a la galería", según coinciden varios expertos formativos, pues forma parte del funcionamiento natural del fútbol y del fútbol base, donde los grandes acaban comiéndose a los pequeños. El Zaragoza, además, coinciden los expertos, se encuentra en un contexto de debilidad: está entre Catalunya y Madrid y su primer equipo lleva muchos años en la Segunda División. Resulta relativamente fácil seducir a los chavales.
Antes de vetar a los clubes de LaLiga, el Zaragoza prohibió la entrada a los miembros de Bahía Internacional, una agencia de representación que tiene en cartera a Pau Cubarsí, Mikel Merino o Aimar Oroz. Bahía lleva a Buil y Borniquel, que también tenían ofertas de Madrid y Atleti pero acabaron optando por La Masia. El Barça intentó negociar con el Zaragoza, a pesar de que no tenía por qué hacerlo, pero los aragoneses se negaron.
El Zaragoza reclama cerca de un millón de euros a las familias
Los jugadores firman un contrato con el club, de la misma manera que lo hacen sus padres. La negociación no tiene una vigencia 'real' hasta los 16 años, momento en que ya se pueden ofrecer contratos profesionales. Por este motivo, el Zaragoza inició procedimientos legales para denunciar a los padres de Buil y Borniquel, según publicó El Heraldo de Aragón. El medio cuenta que el club defiende que las familias no emitieron ninguna comunicación de su no presentación a los entrenamientos y han incumplido el acuerdo firmado entre el club y las familias. Explican que los juzgados han dado de momento la razón a las familias. El club reclama cerca de un millón de euros.
En este caso, el Zaragoza no puede reclamarle nada al Barcelona. Jugador, familia y club formalizan la 'beca' -porque no puede entenderse como un sueldo- que a veces incluye una cláusula de rescisión 'ficticia' que muy raramente se llega a pagar. En primer lugar, porque los compradores, en este caso el Barça, no están obligados a hacerlo. Y en segundo lugar, porque si entre ellos hay buena relación ya se establece un cierto tipo de acuerdo. Los blaugrana tienden a dar una recompensación económica con subcláusulas por objetivos: 'X' si el jugador llega a categoría juvenil, 'X' si llega al filial...
Varias personas del mundo del fútbol coinciden en que el hecho de que un club pueda mandar a juicio a una familia puede generar un efecto contrario en niños que se están planteando firmar algún tipo de contrato con esa institución. Algunos llegan a describirla como una especie de "cláusula del miedo" que legalmente tiene posibilidades remotas de que llegue a aplicarse. En paralelo a las compensaciones que ofrece el Barça están los derechos de formación, oficialmente regulados por la FIFA, y que los blaugrana han percibido por jugadores como Iker Bravo o Adam Aznoun, ambos en el fútbol profesional.
El caso de Brian Fariñas
Cuando tenía 13 años, Brian Fariñas, que militaba en el Villarreal, despuntó y el Barça acabó optando por ficharlo. Su salida de Castellón no fue fácil y un tiempo después, Fernando Roig, protestó públicamente por este tipo de movimientos. "Mientras no nos roben jugadores... Porque cada año nos roban los grandes equipos, cada años nos roba alguno, tenemos la mejor cantera de España, por eso vienen todos los equipos a robarnos jugadores", se quejó Roig, un tiempo después.
"Aquí lo denuncio. Me parece fatal que los grandes equipos vengan a robarnos jugadores de 15 años con contratos antes de llegar a profesional, eso que conste y que se quede ahí. Barcelona, Atlético y Athletic, uno cada uno", espetó el presidente groguet. Aunque desde La Masia mantienen una postura muy distinta. "El Villarreal es de los clubes que más canteranos roban en toda España", responden. Fariñas juega actualmente en el Juvenil A blaugrana que dirige Juliano Belletti.
En La Masia es poco habitual que se fichen futbolistas de fuera de Catalunya en edades tempranas. El precedente más reciente es David Moreno, que llegó desde el Levante después de alcanzar a un acuerdo. Con el mercado catalán controlado, en categorías superiores el Barça sí que busca con más agudeza por todo el territorio español. Ahí están los casos de Buil o Borniquel. En La Masia ven la decisión del Zaragoza como un gesto de cara a la galería que no impedirá a sus ojeadores seguir a los futbolistas que les interesen cuando disputen sus partidos fuera de casa. También los culers han sufrido los peces grandes en casos como el de Xavi Simons y el Paris Saint-Germain.