La que viene en el Barça: Márquez en la pole, Deco en una encrucijada y los 'compromisos del presi Laporta'
El club se asoma a una etapa de cambios sumido en una situación económica y directiva llena de sombras... y sin margen de error.

En los próximos días Deco acelerará la planificación de la próxima temporada, empezando por el entrenador y continuando con la plantilla, en la que tendrá que trabajar con los distintos escenarios de mercado a los que se enfrentará el Barça. Todo dependerá de las salidas, el mantra que se viene repitiendo en Can Barça en las últimas ventanas. Con la obligación de vender alrededor de 100 millones, seguramente un poco más, para poder volver a la regla 1-1 y tapar el agujero de Libero. Y antes del 1 de julio.
Mientras que en anteriores años, por estas fechas y con Mateu Alemany a los mandos, ya se habían asegurado fichajes a coste cero (Depay, Eric García, Kun Agüero, Kessié, Christensen o Iñigo Martínez), los movimientos del club azulgrana a estas alturas son tibios. Nada cerca, a la espera de un cúmulo de condicionantes que se suman a la ya de por sí naturaleza volátil del mercado.
Hay quien ve a Deco un poco bajo, erosionado por lo duro del cargo, quizás echando de menos la vida anterior de agente e intermediario, bajo la lupa de la crítica y la presión de un puesto que es una silla eléctrica como pocas en el fútbol europeo. Tendrá que rearmarse, especialmente tras el palo contra el PSG, pedir la pelota y jugarla, si le dejan, claro. Porque los equilibrios, la política o, sin eufemismos, los compromisos del presidente pueden suponer un traje de fuerza para el brasileño.
Es el tiempo de las decisiones, y por mucho que haya una relación fluida, el criterio de Deco no siempre casará con el de Laporta y su mano derecha Yuste. En el club hay voces que creen que si hay una venta grande, póngase Araujo, esta se usará, entre otras cosas, para fichar a los Joaos, cuando su rendimiento no está siendo, ni mucho menos, apabullante. Cancelo ha protagonizado una eliminatoria llena de sombras y Félix es suplente habitual.
El sustituto
El asunto del entrenador es capital. Con la eliminación contra el PSG se irá diluyendo el dime y direte con Xavi. Abocado a un año en blanco, su imagen contra el PSG, pateando un corcho de publicidad y siendo expulsado por enésima vez, unido a la falta de autocrítica que sí verbalizaron Gündogan y Ter Stegen, y, lo más importante, el rendimiento sacado a una plantilla que seguramente no está para ganar la Champions pero tampoco para haber dimitido de la Liga en invierno, su ciclo toca a fin. El problema es que no hay una figura factible que genere la ilusión debida. Flick no es Klopp. Márquez no es ni siquiera Xavi. Ninguno tiene la ascendencia de Luis Enrique, por ejemplo, con contrato en París, pero que no tuerce el gesto imaginando un regreso a Barcelona.
El club y el equipo necesitan un puñetazo encima de la mesa en cuanto a la dirección técnica. Xavi ganó una Liga, pero no ha demostrado ser el entrenador que necesita el Barça, demasiado pendiente de la prensa y de los pasillos, hasta el punto de ser él quien renunciara a seguir para sorpresa de todos, incluido un Laporta cuya primera reacción en caliente fue la de echarle. Se requiere un líder incontestable, con espaldas anchas y mirada larga, que acerque al Barça a un juego más competitivo en Europa, que evolucione la idea con matices imprescindibles, que eleve el rendimiento de la plantilla, que acompañe la consolidación de los jóvenes… y, por supuesto, que gane. Nada fácil, atendiendo a los nombres que hay sobre la mesa, pero atributos imprescindibles para iniciar un proyecto a medio plazo y que no se ponga en juicio entre otoño e invierno.
En todo caso, Rafa Márquez ha ido ganando enteros en los últimos tiempos, porque los de fuera no emocionan, aunque tampoco el mexicano ilusione entre la culerada. Deco, del que es amigo personal, valora el buen devenir del filial en Primera RFEF. Al no encontrar un entrenador contrastado que encaje con lo que se requiere a un técnico de esas características, mejor mirar a casa, con todas las dudas que generará por su escaso curriculum (dos temporadas en el B) y falta de experiencia, en un vestuario con mucho peso pesado y en una situación de necesidad al asumir un Barça que ya parte de un año sin títulos.
En términos de plantilla, las ventas influenciarán en las llegadas, pero las posiciones que vienen monitorizando por orden de importancia son mediocentro posicional/defensivo, lateral derecho, lateral izquierdo, extremo y delantero. Cancelo y Félix quieren seguir y si lo consiguen, taparán incorporaciones. La sombra de una gran venta toca a Ronald Araujo, por el que el Bayern viene apretando fuerte. Luego están los cedidos (Eric García, Pablo Torre, Ansu Fati, Dest, Lenglet y Julián Araujo) y los canteranos que vienen tocando la puerta, como Héctor Fort o Mika Faye. Una buena encrucijada la que tiene por delante.