La historia de Relaño y el Villarato y la mirada de Elías Israel sobre el futuro del periodismo: "17 años en el Barça no ha estado ni Ramallets"
Los exdirectores de As y Marca conversan sobre el futuro de la profesión y el legado de Florentino Pérez.
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Alfredo Relaño, más de medio siglo de profesión haciendo casi cualquier cosa imaginable, quedará en la memoria de muchos asociado a un término que él acuñó y defendió contra viento y marea: el Villarato.
"El Villarato fue una cosa sincera, que tú fuiste de los que no creía en el Villarato", le espeta a Elías Israel en medio de una frase. "Yo no creía en el Villarato, no", le responde. "Y ahora crees ¿o no?", apostilla el veterano exdirector de As.
Cabe aquí una explicación. Relaño afirmaba en su periódico, mucho antes de que se supiese de los pagos a Negreira, que en el fútbol español había una tendencia institucional para ayudar al Barcelona y —esto funciona siempre así— perjudicar al Real Madrid. Dentro de su teoría, que era extensa y rica en detalles, se explicaba que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol que daba nombre al asunto, Ángel Villar, había renovado su cargo en una ocasión gracias a una 'traición' de Joan Gaspart y que aquello había derivado en todo lo demás. Volvemos.
"Hombre, ya con lo de Negreira te ha dado un poco la razón", concede Israel, que consideraba en su momento que todo aquello no estaba lo suficientemente asentado en la realidad. "Mira yo si era ingenuo que no sabía ni que estaba engrasado", prosigue el presidente de honor de As.
Relaño se toma esto muy a pecho, y explica: "Con el Villarato lo he pasado mal, porque yo lo que nunca he hecho es ninguna trampa, o una cosa que yo entendiera que era trampa. Yo sé que muchos y buenos amigos, lo mismo que te digo a ti se lo podría decir a Valdano o a Segurola, creyeron que era un truco periodístico ingenioso. Pero no, yo estaba convencido de eso porque lo estaba viendo. Estaba teniendo esa percepción, digamos, de aficionado con regusto. Y me sentí bastante solo ahí. Cuando ha venido lo de Negreira, me he sentido la mar de bien. Joder, es que encima ha sido más. Que le ha pagado 17 años el Barça. 17 años en el Barça no ha jugado ni Ramallets".
Elías enuncia lo que en parte movía a muchos a rechazar la teoría, la pérdida de la ilusión. "No es que no me lo quisiera creer porque fuese algo que partiera de ti, o del otro lado, es que no me lo quería creer porque si no tengo que dejar de creer en el fútbol", cuenta.
Negreira, el Villarato o como quiera que se llame no ayuda a la confianza. "Como tú sabes yo ya he perdido el brillo en los ojos del niño, porque alguna vez lo hemos hablado, y yo ya no veo el fútbol con esa pasión que la vivía de niño, ni lo festejo como entonces, y si ya tengo que pensar que está todo podrido…", prosigue Israel.
"Podrido no, algo condicionado", apostilla Relaño. "Entre algo condicionado y... ya apaga y vámonos", cierra Israel.
En esta pequeña guerra, en la que Relaño se siente reivindicado, había incluso un problema didáctico. Estaba en el inconsciente colectivo que si uno robaba era el Real Madrid, y el Villarato era una refutación de todo esto. "Estaba demasiado marcado a hierro que el Madrid era el equipo oficial para todo y que no se le perjudicaba en nada. Era un poco como en su momento el rey Juan Carlos, que todo era para él. Por eso era difícil, era como explicar que el Ebro en vez de ir hacia el Mediterráneo iba del Mediterráneo para arriba, pero es que así fue", remarca Relaño.
Los dos siguen siendo periodistas, colaborando en radio y también escribiendo en el diario que algún día dirigieron. Ya no lo hacen, así que tienen cierta perspectiva para ver lo que está pasando y lo que está por venir. Para llegar a eso hay que pasar antes por un cambio tecnológico que ha sido tan brutal, que le ha dado una vuelta entera a la comunicación entre los seres humanos: internet.
"Vosotros estabais más avanzados que nosotros en el digital. Teníais más familiaridad y hasta mejor mirada", concede Relaño. Y lo explica Israel: "Eso fue un visionario como siempre fue Luis Infante, que en el año 96 decidió que Marca tenía que tener una página web porque él veía que había un potencial de internet brutal. En el año 2000 Marca quiere hacer una apuesta muy fuerte, fue cuando la famosa burbuja de internet, y éramos 75 personas en digital y me ponen a mí a dirigir eso. Yo viví una experiencia absolutamente maravillosa. Además tenía en mi equipo a Rafa Alique y Juanjo Anaut, que ahora son el director de comunicación y su mano derecha en el Atlético de Madrid. Y la verdad es que vivimos el crecimiento de Internet a gran escala, haciendo auténticas virguerías, barbaridades".
Aunque pueda resultar algo extraño, la llegada de internet, y muchas cuestiones del periodismo digital, se ven con escepticismo por los periodistas más longevos. Israel defiende el medio. "Yo creo que tiene mucho potencial, seguramente solo vemos lo malo, que lo tiene y tiene una parte perversa, pero también tiene un potencial brutal para hacer nuevas narrativas para inventar nuevas cosas. Yo creo que este medio en el que estamos [Relevo] es bastante vanguardista en esa manera de intentar contar nuevos contenidos y cómo debe ser el periodismo que se puede ejercer", define.
El problema, en su opinión, no es tanto el medio como otras espinas que se va encontrando el periodismo. "Yo ando preocupado por la generación que viene, pero más que nada porque les hemos puesto muchas barreras de entrada a los medios tradicionales, a través de másters que ya obligan a un determinado público. Tú has sido pionero en medios que igual no te eran naturales en su origen, tú en la televisión te inventas El día después y le das la vuelta a las cámaras y eso es una invención sobre algo. Creo que está todo por inventar y no hay que tenerle miedo a lo que viene, para mí la inteligencia artificial es un copiloto, por ejemplo, pero tienes que enseñarle a los chicos cómo hacerles su copiloto y cómo mejorarles. Creo que se ha perdido mucho de lo de levantar el teléfono, lo de buscar noticias, la cercanía con el protagonista...", explica Israel.
Relaño lo mira con recelo. No le gusta lo que ve y es posible que nunca llegue a gustarle, en parte porque los primeros pasos de esa evolución a él le pillaron a contrapié. "Yo no me enamoré de eso nunca. Primero, cuando yo entré, era un camión que había que sacar del barro y el desarrollo digital me quedaba un poco más allá, porque el dinero estaba ahí, en el papel. Luego posiblemente me encontré con una generación bastante pedante a la cual luego vi quedar fuera de juego enseguida. Porque una cosa es el que ha llegado primero a un sitio y tiene todas las lecciones que dar, y luego el que no desarrolla a partir de ahí y no ve, y sigue parado en lo mismo. Vi mucha gente que sabía cómo iba a ser el mundo en el futuro, pero pasaron ocho años y el mundo no fue así, pasaron diez y pasaron veinte y seguía sin ser así", explica el exdirector de As.
Su tiempo mandando en el As no le permitió entender del todo lo que se cocía en la web: "Siempre lo vi con cierta oscuridad, no tuve nunca certeza de exactamente cuántas cosas se veían y cuántas no se veían. Y creo que abrió la puerta a malas prácticas, a que pongo cualquier disparate enseguida para ser el primero en equivocarme. Es más difícil establecer los controles de como los estableces en un periódico escrito que tiene una elaboración".
Relaño asume que en parte esa distancia tiene que ver con él mismo, con su propia biografía. "También me cogió en una cierta edad, yo ya no tenía mucho entusiasmo por consumirlo. Yo todo lo que he hecho, digamos que entiendo que lo he hecho razonablemente bien, quizá presuntuosamente, lo he hecho porque he hecho lo que yo he pensado que querría consumir. He hecho las crónicas que yo querría leer, la radio que yo querría escuchar, la televisión que yo querría ver como aficionado al fútbol y esto no lo he llegado a consumir nunca. Porque no, lo que yo veía, lo que me llegaba me parecía desordenado, a veces sucio, con mala ortografía, con mal todo. Con una tendencia al apresuramiento. Y de hecho pasa el tiempo y casi yo agradezco que toda mi biografía profesional ha sido en un tiempo en el cual se ha hecho el periodismo como a mí me gustaba", comenta.
Es más, ve grandes dificultades para hacer buen periodismo cuando se hace entre píxeles. "Este mismo medio me gusta, pero le veo unas dificultades extremas para situarse en el mercado. Justamente porque lo hacen bien. Al mismo tiempo sé de gente que a base de poner barbaridades consigue unas grandísimas audiencias, es más fácil tener audiencias cuando pones disparates que cuando haces un periodismo riguroso que tenía mejor encaje en el periodismo de papel", reflexiona Relaño.
Israel concede esos nervios y pide más unidad: "Te entiendo perfectamente, porque es verdad que el periodismo está en su rango más bajo, por lo menos de popularidad y de cómo se nos percibe a los periodistas. Y ahí creo que también nos tenemos que defender como colectivo, porque creo que somos mejores de como nos pintan. Hay que respetar mucho lo que hacen los demás, creo que todos debemos aprender a situarnos y defendernos bien cuando nos atacan".
Él sí ve un futuro mejor para el oficio. "Yo creo, y tú también lo has vivido incluso como director, que tenemos una gran oportunidad de expandir nuestra distribución hasta donde nunca habíamos soñado con hacerlo. La inteligencia artificial nos permite ya romper la barrera idiomática. O sea, que todo lo que hacemos lo podríamos hacer en todos los idiomas del planeta. Lo que hace falta es estructurarlo bien, saber cómo plantearlo, pensar en las nuevas formas de contarlo y en hacerlos valer".
Sobre ese compañerismo habla Relaño cuando le preguntan por las enseñanzas que le ha dejado una vida en el periodismo. "Un norte que yo siempre he tenido es el compañerismo, siempre hay que ser compañero. También es una cosa que me dijo mi padre. Los compañeros también son los rivales. En ese sentido siempre me han sentado muy mal los periodistas que se meten con periodistas. Además creo que es un mal colectivo. Yo en los últimos tiempos no lo podía prohibir, pero cuando salieron los tuits y tal yo le decía a la gente que no se metieran en peleas con otros. De esto no ganamos nada. Y además a la gente le encanta pensar mal de nosotros. Se hace mucho en las radios, presumir de que hemos comido gratis, de que tal, de que esto, a la gente le molesta que conocemos a los futbolistas y que vivimos muy bien", cuenta.
No es fácil, y sobre eso Elías también tiene algo que contar: "A mí me gusta siempre contar una anécdota, porque me parece una enseñanza de vida interesante que todo el mundo debe escuchar, de mi salida de Marca. A mí, mi hermano Moisés, que es un tipo muy listo, me dijo 'apunta a todos los que te llamen'. Entonces yo me puse a escribir y la mañana siguiente y le digo, 'Moisés, me han llamado 417'. Y me dijo una frase que no se me olvidará en la vida: 'Pues los que te vuelvan a llamar, esos son tus amigos de verdad'. Ya solo fueron 25. Uno es... lo que pone debajo de su nombre en la tarjeta".
Florentino y Bernabéu
Una última. Volvemos a Florentino, cómo no. Empieza Elías Israel: "Una pregunta que nunca te he hecho. ¿Tú crees que Florentino pasará a la historia como el mejor presidente de Madrid?".
"No es el mejor, el mejor ha sido Bernabéu".
"Yo creo que no va a estar lejos, no solo por los resultados", rebate Israel.
"Te voy a hacer unas consideraciones a eso. Primero, Bernabéu no se fue dos años porque se le caía la casa encima, para que otro le arreglase. Y luego, Florentino no ha hecho nada que no hubiera hecho Bernabéu antes. Bernabéu cuando llega al Madrid es el cuarto o quinto equipo de España. Están por delante el Barça, el Atleti de Madrid, el Athletic de Bilbao y el Valencia. Florentino cuando llega al Madrid es el mejor equipo del siglo XX. A los tres meses recogió el premio y venía de ganar dos Copas de Europa. Llegan en condiciones muy distintas. Lo que ha hecho lo ha hecho bien, pero no ha hecho nada que no estuviese hecho antes. Bernabéu pintó un mapa nuevo, Florentino lo que ha hecho es quitarle el polvo a ese tapiz", explica Relaño.
"Tú tienes mucha más perspectiva, mucho más conocimiento y estás mucho más leído respecto a eso. Pero yo creo que Florentino pasa la historia como un tremendo presidente de Madrid".
"Un gran presidente sí, pero la construcción es de Bernabéu. Entre otras cosas porque tampoco se puede mejorar, si recoges el mejor club del siglo XX... Pero vamos, va a dejar un gran estadio. Yo le pongo muchas objeciones al estadio. Ahí ha metido un zapato que no cabe. Aparte que me parece feo. Ya no sé si es que lo miro con malos ojos, pero ya me parece feo, me parece que no tiene escala. Todo el barullo de los conciertos... y todo ese follón de trailers yendo allí, viniendo, yo creo que está mal hecho. Ha hecho un buen equipo. Y sí tiene una cosa que también tenía Bernabéu, que es la gran diferencia con cualquier otro, que es que tiene una autoridad ahí dentro y eso es esencial".
Una hora después, los que fueron rivales, que no enemigos, se despiden con cariño.