MUNDIAL DE CLUBES

Wenger bailando, más celebrities que futbolistas y el nieto de Trump 'enchufado': la FIFA entrega el Mundial de Clubes al show americano

El sorteo dejó claras las intenciones del nuevo torneo, que va dirigido al emergente público estadounidense.

Gianni Infantino junto al nuevo trofeo del Mundial de Clubes./EFE
Gianni Infantino junto al nuevo trofeo del Mundial de Clubes. EFE
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

Ya no hay vuelta atrás: el Mundial de Clubes 2025 se ha sorteado y se jugará en Estados Unidos a partir de junio. No debería ser noticia, pero este nuevo formato ha estado envuelta en incertidumbre desde sus primeros pasos y por momentos hubo serias dudas de si podía llegar a disputarse. Pero sí, las urgencias de la FIFA por demostrar su peso en la industria y la mano de varios países especialmente interesados en su celebración terminaron de unir las piezas para que sea una realidad.

Introducir a 32 participantes busca aumentar el atractivo del torneo además de celebrar más partidos y tener contentos a más confederaciones y clubes. Sin embargo, donde más ganas tenían de que todo saliese adelante es en Estados Unidos. El sorteo, celebrado en Miami, fue una declaración de intenciones. La FIFA, que suele marcar los pasos de hacia donde se dirige el negocio del fútbol, se entregó al show americano.

Tanto es así que Gianni Infantino, presidente de la institución, tuvo que aclarar: dijo fútbol, pero también lo llamó soccer. Un detalle que puede parecer menor pero que deja en evidencia la importancia del mercado estadounidense para la máxima organización internacional. Para ganar presencia, sentó a su lado a Ronaldo y puso de maestro de ceremonias a Del Piero, pero el evento estuvo muy lejos de la cultura futbolística a la que está acostumbrada Europa.

El primero en aparecer en la pantalla fue Donald Trump. Para sorpresa de la mayoría, el recientemente elegido presidente de los Estados Unidos mandó un mensaje a los presentes. "Están liderados por un hombre llamado Gianni, yo solo lo conozco como Gianni. Es un ganador, es el presidente, y yo también soy presidente, y nos conocemos desde hace mucho tiempo", elogiaba a Infantino. Albergar el Mundial de Clubes en 2025 y el de selecciones en 2026 seguro que ha ayudado a que su relación sea magnífica.

El mensaje de Trump a Infantino: «Es un ganador».EFE

El nuevo líder estadounidense no desaprovechó la oportunidad para dejar claro que este torneo se va a celebrar gracias a él: "Vamos a estar viendo el Mundial muy pronto, lo cual también es muy importante. Tuve un papel importante, junto con Gianni, para lograr que esto sucediera, y será algo fantástico". Un "Gianni" que suena muy familiar pero poco diplomático.

Donald no fue el único Trump protagonista en la gala. Uno de los momentos más surrealistas de la gala lo protagonizó su nieto que salió al escenario junto a su madre, Ivanka Trump, y sacó la primera bola del sorteo. Se notaba estar poco preparado, como si se hubiera improvisado sobre la marcha. Igual que cuando el mismo niño pasó de la realización, se levantó en mitad de una explicación y se acercó a Ronaldo Nazario para pedirle un autógrafo.

Adriana Lima y Gloria Estefan participaron en el sorteo

Ronaldo, junto al ya citado Del Piero y a un par de exjugadores más copaban la cuota futbolística. Por contrario, varias personalidad completamente alejadas del soccer sacaban participaban como si nada. ¿Qué tienen que ver Adriana Lima, Gloria Estefan o Romero Britto con el Mundial de Clubes?

Gloria Estefan, Teófilo Cubillas, Adriana Lima y Romero Britto, en el sorteo del Mundial de Clubes. AFP
Gloria Estefan, Teófilo Cubillas, Adriana Lima y Romero Britto, en el sorteo del Mundial de Clubes. AFP

Parecía que leyendas como Djorkaeff o Wenger iban a aportar la seriedad que el momento ameritaba. Nada más lejos de la realidad, se integraron como si nada en el espectáculo televisivo que había preparado la televisión americana. Algunas de las manos inocentes, sin motivo alguno, se ponían a bailar frente a la cámara. Parecía no ser suficientemente embarazoso, pero convencieron al sobrio Wenger a echarse unos pasos.

Respecto al sorteo, todo pareció estar dirigido. No lo estaría, pero la falta de explicación por parte de los protagonistas no ayudó a que los espectadores entendiesen que estaba sucediendo. Los equipos saltaban de grupo sin motivo aparente, jugando un papel fundamental unos coeficientes que prácticamente nadie conocía. Finalmente, los cruces quedaban definidos y parece que para gusto de todos, lo que no suele ser buena señal.

«La llave de la FIFA que abre todas las puertas»

Otros detalles no pasaron desapercibidos. Como una llave que abrió el trofeo, diseñado por Tiffany & Co, tienda estadounidense -no podía ser de otro manera- de joyas de lujo. "La llave de la FIFA que abre todas las puertas", se atrevió a decir Infantino antes de usarla. Y que no hubiese dudas: firmó el objeto dorado y brillante en dos partes distintas, como si fuese suyo.

Quedó un evento demasiado largo (dos horas), muy preparado para unos aficionados americanos que no se identifican con leyendas del fútbol europeo pero sí con celebrities de su país. De ahí la presencia de muchos desconocidos para el público del Viejo Continente. En resumidas cuentas, una declaración de intenciones de hacia dónde se dirige el fútbol y de lo que quiere la FIFA con este Mundial de Clubes que empieza con poca tradición pero mucho show.